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Capítulo 24: Tensión

Para Alastor, el mundo era un escenario, y un escenario era un mundo de entretenimiento. Ese era su lema más prolijo y el que más disfrutaba ejecutar, porque disfrutaba ser el maestro detrás de un fin de actos cuyos efectos en cadena traían consigo una gran conmoción, pánico, dolor y desdicha en los pobres gusanos que se retorcían en su único afán de sobrevivir a un mundo tan hostil como el que vivían. Gozando así de cada grito de agonía resultante que hacía que el wendigo fuera uno de los seres más macabros y malignos dentro de ciudad pentagrama.

Por eso, no fue de extrañar que hubiera planificado saciar su deseo de destruir las esperanzas de un vil grupo de pecadores que habían puesto sus pobres almas a disposición de una sola princesa que luchaba desesperadamente por salvarlos aún en el infierno, y que delicioso hubiera sido disfrutar el festín de su caída, del llanto y la zozobra de haber destruido lo único en lo que se aferraban. Imaginar todo eso era una dicha, pero claro, ver rota la determinación y los sueños de esa adorable princesa era la guinda del pastel, lo que el wendigo más ansiaba y por eso jugo tan fácilmente con ella, disfrutando de sus reacciones y todo lo que tenía para ofrecer, volviéndose su aliado para luego traicionarla por la espalda y verla caer al igual que el resto de patéticos seres que no pudieron sobresalir dentro de la oscuridad.

Pero al final se equivocó en sus estimaciones.

La princesa no cayó como él había creído, y aunque fue víctima de su traición, su hazaña fue tal que él pensó nuevamente en cambiar sus planes, salvando en último momento a sus compañeros y amigos para disfrutar de una última prueba. La de orillarla al borde de sus límites y posturas morales, para romper su espíritu en pedazos, pero fue en vano. Ella logro salir adelante y eso fue en verdad, revelador en todo el sentido de la palabra.

Que Lady Hazbin, Charlotte Morningstar, resultará por mucho, todo lo que había pensado de ella, era una sorpresa. Su determinación y su valor, así como su capacidad para superar los límites lo dejo anonadada y queriendo saber más, en cómo podría superar cada nuevo obstáculo que pudiera para ella, aunque el vínculo de su trato estuviera quemando como hierro fundido en sus brazos. Él podía soportarlo solo para ver qué más podía hacer y fue nuevamente sorprendido cuando lo orillo y sometió como si el no fuera nada, su orgullo como princesa rugiendo por el respeto que se merecía.

Sin embargo, ella creyó tener la capacidad de pasar por encima de él, y eso no podía permitirlo.

Para él, aquella princesa era solo la máxima expresión del entretenimiento, envuelta en plan tan estúpido como alzarse contra los ángeles solo para proteger las vanas almas de meros e insignificantes insectos. Había disfrutado tanto con la idea de hacerla caer en la más grande desesperación, presa de la mayor de las decepciones al verse imposibilitada de cumplir su más grande añoro, galardonándose de su expresión de dolor, furia y traición que no espero que finalmente desatara la furia que había esperado tanto, una fuerza tal que fue capaz de someterlo sin realizar el mínimo esfuerzo.

Entonces, si ese era su pensar, si su modo de concebir el dolor y las formas de disfrutarlo seguía siendo tan racional como siempre había sido ¿Por qué se encontraba huyendo como una vil cucaracha de aquel par de ojos rojos como el rubí?

Era un hecho que había sido víctima del más vil acto de burla cuando esos ojos perlados por el fuego y la inclemencia se pasearon por su cuerpo, lo sometieron de una vil forma, pero, al mismo tiempo, despertó algo en el que jamás había sido capaz de sentir, un instinto tan bajo, tan animal que le había parecido tan despreciable que se burlaba de aquellos que caían en él. Lo hizo consumirse en la lujuria y gozar de su exquisito cuerpo mientras ella tomaba las riendas y el penosamente solo obedecía hasta que su orgullo no pudo soportar más y le demostró que no era un simple juguete con el cual pudiera jugar.

¿Qué debería hacer entonces? Cuando ese quemar y aquellas sensaciones aún estaban tan claras en su mente como solo hubieran trascurrido horas de ese insensato evento.

Aquellos sentimientos de la carne se le inyectaron tan profundamente en su ser, tomándola de forma desesperada, sintiendo el calor de su interior y el soez murmullo de sus gemidos, que ahora era un canto de sirena que se repetía de forma inclemente en su mente, repitiendo, una, y otra y otra vez aquel momento aun cuando ya habían pasado tantos meses de ello, dejándolo al borde de la locura.

Nunca sintió tal vergüenza recorrerlo y tal irá consumirlo al verse rebajado a ese malestar, a la incomodidad de temer ¡El! El demonio de la radio, a una adorable y diminuta joven que se había valido de la estrategia más baja existida en el mundo: la abducción. El conocía sus raíces, había entendido los posibles caminos en caso de verse afectado por sus feromonas, y si, reconocía que era una dama hermosa, cuya belleza era comparable a la de su madre, la primera pecadora del infierno. No obstante, él nunca estuvo presto a otros intereses derivados de la atracción y el romanticismo, ni siquiera ella misma parecía interesada en ello, por lo que no considero prever un plan en contra de sus propios atributos de nacimiento.

Fue demasiado ingenuo, la subestimo demasiado, un error garrafal que no puede perdonarse.

Con ello le había hechizado, logrando que no pudiera estar en su presencia sin sentirse ahogado o invadido por aquellos pensamientos, hasta que finalmente logro tomar las riendas sobre sus propios impulsos, dibujando su mejor máscara para estar frente a ella y actuar como si esa noche jamás hubiera pasado, y estuvo a punto de funcionar. Charlotte estuvo alejada, su expresión de vergüenza y su misma incomodidad lograron calmarlo, e incluso, divertirlos, haciendo que se olvidará por momentos, de ese acontecimiento. El problema fue cuando volvió a tocarlo, y el recuerdo explotó de golpe volviéndolo a atormentar.

Los recuerdos de ella encima de él, subiendo y bajando al ritmo de sus acelerados jadeos, con su rostro completamente ruborizado, su cabello revuelto y desnudez plena que dejaba ver en la bruma de la oscuridad algunos atisbos de su propia belleza.

Un impulso diferente empezó a inundarlo, en la parte baja de su cuerpo, un algo extraño que siempre sintió desconectado, que pensaba no valía la pena, pero que ya era simplemente ineludible. Lo sentía y lo deseaba, y lo recordó al ver su cara avergonzada y su cuerpo tembloroso. Y sólo recordar aquella mirada suplicante, con esa figura trémula y deseosa lo hacía pensar que quizá el siguiente pasó valdría la pena; quería verla, deseaba tanto tocarla, sentirla, hasta que tuvo que frenar el impulso de golpe, mordiendo una de sus manos.

No podía volver a caer, él no era simple ser humano que se dejaba llevar por sus instintos.

Así que debía actuar acorde a los preceptos que el mismo se había instaurado y ninguna criatura de ojos enormes y mejillas enrojecidas sería capaz de atormentar al mismísimo demonio de la radio.

El no volvería a caer ante ella.

De modo que lo mejor que podía hacer era actuar como si nada hubiera pasado. Volver a sus funciones y retomar lo que había pospuesto debido a su incómoda situación. No fue tan difícil, Alastor se consideraba un maestro de las apariencias, siempre erguido y calmado, manteniendo total compostura en sus acciones. Eso era un verdadero caballero.

Lo único que tuvo que hacer al principio fue eludirla, no coincidir en sus tareas habituales, trabajar en la oficina los horarios en los que sabía que ella estaría fuera dictando sus sesiones de rehabilitación. El que estuviera avanzando de forma positiva con las pecadoras de su grupo avanzado la tenia constantemente ocupada, logrando que de por si estuvieran bastante distanciados en sus funciones. El solo se encargo

Pero no podía negar, que era en verdad agotador.

¿Cuándo había luchado en el pasado para resistir sus instintos? Nunca había pasado, fue siempre tan fácil como respirar que el wendigo considero que era un maestro en la materia, y eludir la presencia de aquella princesa de cabellera dorada comenzaba a cansarlo de tal modo que aunque nunca fue de dormir más de dos horas al día, ahora llegaba a "dormir" toda la noche, pese que muchas veces los sueños con ella lo despertaban y se veía obligado a tomar duchas frías para bajar el entusiasmo de su cuerpo.

Estaba exhausto, eso era un hecho. Y en medio de esas divagaciones respecto a la princesa fue que se le ocurrió tomar un descanso breve en la terraza del hotel, solitario como siempre estaba, era el espacio perfecto para que pudiera disolverse de su mascara hermética al menos por un momento.

Solo fue un pequeño momento, la conjunción del instante exacto.

No había estado buscando algo en particular esa tarde. Solo subió por un poco de aire fresco para calmar su acelerado corazón y poner sus pensamientos en orden, quizás había estado tan absorto en sí mismo que no sigo las advertencias de su sombra ni se percató de la presencia ajena que estaba primero que en él en lugar.

La joven princesa se encontraba con sus rasgos demoníacos en su máximo esplendor, sus cuernos y ojos escarlata resaltaban entre el mar rubio que revoloteaba grácilmente. Ella volteo en el momento en que escucho la puerta que conectaba a la azotea, justo en ese momento Alastor la miro, conectando sus miradas.

Fue inesperado.

No imagino que con un mínimo gesto, algo tan trivial como ver repentinamente a alguien, haría que su corazón se desbocara, causando un profundo estremecimiento.

— ¿Alastor...?

El no reacciono, se quedo impávido, como un ciervo ante los focos de un auto. Ninguna palabra salió de sus labios, incluso su sonrisa estaba demasiado tensa, a ese punto, el nudo de su moño se sentía demasiado ajustado a su cuello.

— ¿Sucedió algo? —Le pregunto ella algo preocupada, acortando la distancia entre ambos—, te ves algo sofocado —comento.

— ¿Algo? ¡No, para nada, princesa! Simplemente estaba haciendo demasiado calor allí adentro así que vine a tomar un respiro —expreso, tratando de que su excusa fuera creíble.

Ella le miró como si le entendiera, apenas estaban retomando a la temperatura normal del infierno, y ese día había sido particularmente fresco, tan agradable como para salir a tomar un poco de brisa.

—Ahora que ya he respirado un poco, es momento de regresar a mis actividades ¡Hasta luego querida!

Se retiro tan pronto como entro, dejando a la princesa con la mano extendida y una expresión de confusión que se quedo grabado en su cabeza, como una muestra de inexorable vergüenza.

Se sintió estúpido, tanto había luchado ese día por alejarse de la princesa y en un momento de descuido se encontraba con ella de nuevo, mirándole sin juicio ni desprecio, solo encontrándose en el momento justo cuando los pensamientos seguían llegando a él de forma inevitable.

Por eso, mientras trataba de calmarse, siguió eludiéndola con cierta reserva, limitando lo más que pudiera en sus interacciones, que eran constantes debido a sus roles como gerentes del Hotel.

Y eso había funcionado muy bien, hasta que las personas comenzaron a sospechar.

Era domingo por la noche, luego de una larga jornada de trabajo en la que profusamente tuvo que evitar coincidir con Charlie en un mismo espacio, este había decidido que al menos se merecía un breve descanso cuando fue intercedido por la persona que menos se esperaba.

—¿Sucedió algo más con la princesa? —pregunto de la nada el cantinero mientras el wendigo estaba sentado frente a él en la barra.

De golpe, Alastor rompió la copa con la que estaba bebiendo su whisky mientras el demonio gato soltaba una escandalosa maldición ante el juego de vidrios rotos que tendría que limpiar. No obstante, con un solo chasquido de sus dedos, la copa del wendigo estaba de vuelta a su lugar como si nada.

—No entiendo la pregunta estimado ¿Qué te hace pensar eso? —pregunto esperando una aclaratoria de parte del otro demonio, este solo alzo los brazos, como si no le importara demasiado, aunque Alastor estaba seguro que solo se moría de ganas de saber que estaba pasando en realidad.

—Porque al principio parecía que antes querían matarse a puñaladas la última vez que se vieron y de repente ahora ni se miran ¿paso algo más que hizo que la princesa decidiera evitarte? —le pregunto directamente. Quizás, el demonio gato estaba tomando demasiadas libertades al preguntarlo, pero ya parecía darle sinceramente igual lo que pudiera pasar, si volvía a morir, aparecería de nuevo en algún lugar de la ciudad y lo más jodido seria solo tomar un taxi devuelta al hotel.

—Creo que quizás es solo tu imaginación, querido Husker, la princesa y yo seguimos trabajando como si nada, los eventos no fueron tan graves como piensas—se rio a carcajadas de forma escandalosa, y era la primera vez en años que se reía de forma más exagerada y nerviosa.

Husk lo miro por un rato como si estuviera volviéndose loco, Alastor sinceramente nunca había sentido temor porque alguien pudiera ver a través de sus pensamientos, pero quizás había sido el mismo trato que llevaban por años que le hizo desentenderse del asunto en vista de que este quería seguir siendo el mismo mentiroso de mierda de siempre.

Pero obviamente, para el demonio escarlata esa era una tremenda señal de alarma que le instaba a tomar medidas inmediatas para evitar que se crearan molestos rumores que llegaran al filo de su vergonzosa verdad. De modo que se puso en marcha retomar sus buenos y consecuentes encuentros con la princesa del infierno, de la forma más deliberada y discreta posible.

Vestido con usual gabardina roja y su típico traje a rayas, el wendigo bajo por las escaleras desde su habitación en el hotel en busca de tomar algo para desayunar antes de retomar sus funciones durante ese dia, aunque no había mucho que hacer en particular. Era lunes, por lo que el hotel tenía su descanso semanal de cualquier actividad y les dejaba momentos libres en los que podían actuar de forma despreocupada, no había inquilinos aparte de los que estaban incluidos en el plan de rehabilitación, debido a que estos tenían los implementos necesarios para realizar sus propias comidas dentro de sus habitaciones, de esa forma, no había muchas personas caminando por el lugar. Eso dejo la enorme cocina del hotel totalmente libre a su disposición y disfruto de su tarea diaria de cocinar a gusto, pensando en cómo abordaría a la princesa durante esa mañana.

Decidió al terminar su comida que preguntaría a cualquiera del Staff la ubicación de la princesa como algo completamente normal, al ser socios, estaba en su completa libertad de preguntar donde se encontraba sin considerarse algo extraño, incluso en el propio día libre de esta. Fue así que vio la oportunidad al encontrarse con Vaggie en el Lobby, esta se encontraba cómodamente leyendo una novela

—Buenos días Vagatha—saludo cortésmente apareciendo al lado de esta, causándole un susto de muerte.

— ¡Mierda! ¡No te aparezcas así, es malditamente espeluznante! —le dijo con las puntas de su lazo hecha una furia, si no tuviera el libro entre sus manos, fácilmente lo hubiera amenazado con su típica lanza, pero Alastor no le importo en lo absoluto su reclamo.

—Estaba por aquí con el interés de preguntar si conocías donde se encontraba Charlotte, necesito hablar con ella de un asunto —indico.

La polilla se vio algo sorprendida por la pregunta quizás incluso, porque le hubiera dirigido la palabra, y dentro de su estupefacción, aun pudo esbozar una mueca de disgusto. Sin importar lo que todos dijeran, incluso sin importar que los hubiera salvado, ella seguía sin tolerarlo demasiado.

—No lo sé, hoy es su día de descanso por lo que quizás este durmiendo en su habitación —espeto antes de tomar su libro y retirarse del lobby al ver su momento de soledad interrumpido.

Sin una respuesta clara, el demonio se quedo pensativo en el lobby pensando en su siguiente movimiento. Teniendo en cuenta la dinámica del principio de la semana, el resto de los integrantes del staff parecían haberse separado en otras tantas actividades dentro o fuera del hotel por lo que el wendigo no tenía a quien preguntarle el paradero de la princesa, incluso el mismo Husk había salido del establecimiento en compañía del demonio araña para disfrutar de unos tragos a pesar de lo temprano del día.

De modo que, sin otro remedio, invoco su fiel sombra quien le miro sonriente y deseoso de escuchar sus órdenes.

—Búscala —ordeno.

Este amplio su sonrisa y pareció dibujar una pequeña burla contra su maestro que se resintió ante la insolencia de su secuaz más cercano. Y claro, él entendía lo más profundo de su mente, haciéndolo quedar expuesto ante sus juicios. Porque, si era sincero, ante la falta de espectadores que pudieran diluir cualquier rumor extraño sobre ellos, buscarla no tenía ningún sentido durante ese día. Aun así, la había evitado tanto que verla sin publico luego de tanto tiempo se sentía como la estrategia más viable, por lo que en el momento que su sombra regreso con la información que necesitaba, dándole una aproximación de una situación que estaba sucediendo, lo que hizo que no dudara en tele trasportarse hacia la ubicación donde la princesa se encontraba.

En las inmediaciones del Hotel, un elegante Ford de color negro se encontraba estacionado cerca de la entrada principal, y a su lado, estaban dos demonios conversando de forma casual. Seviathan Von Eldrich con su ajustado traje color esmeralda, parecía llevar el dialogo por aspectos económicos por un momento, en caso de que fueran escuchados, pero una vez preciso que nadie estaba en los alrededor, pudo hablar con más relajo hacia la princesa.

—Lamento la demora en aparecer, supe que se presentaron muchos inconvenientes con el Abigor —comento este. Charlie asintió en respuesta—. A pesar de que con su muerte se solventaron algunas cosas. 

La muerte del gran consejero de guerra del infierno a manos de Lady Hazbin causo un gran revuelo, no solo en el círculo del orgullo sino que también en los otros grandes anillos del infierno. Muchos pecadores se burlaron, al ser destituido públicamente de su cargo, comentaban que su intento de venganza le había salido por la culata, logrando impulsar aun más la buena fama de la líder de la rebelión. No obstante, entre las esferas medias y altas de la nobleza infernal, ese era un signo de alarma importante, que los llamaba a tener sus precauciones en torno a cómo pudieran verse afectados si los Hazbin comenzaban a tomar mayor poder. Primero había sido un consejero de guerra ¿Quién sería el siguiente?

Con eso en mente, algunas familias nobles procuraron establecer reuniones para atender a dicho tema, otras seguían tomarle demasiada importancia, al verse tan alejados del orgullo y siendo los pecadores incapaces de movilizarse de allí ¿Por qué temer? Era su argumento, por lo que aun había muchas divisiones de opiniones, separando finalmente a la princesa del infierno del foco de los reflectores.

Seviathan como miembro de la alta familia noble Von Eldrich, había tomado precauciones al respecto, aun cuando su familia había preferido no participar en algo que no le sumaba ni restaba a su capital o influencia. Por lo que, al ver que las cosas estaban nuevamente "en calma", decidió ver como se encontraba el estado de su ex prometida.

—No, yo entiendo. Luego de todo lo sucedido, era mejor conservar las distancias —respondió ella con la misma suavidad con la que trataba con todos.

—Sí, pero quería saber cómo te encontrabas —expreso con firmeza, logrando poner un poco incomoda a Charlie.

Ellos habían tenido una larga historia cuando eran mucho más jóvenes, especialmente en su etapa escolar cuando cursaban la Hell School en el círculo de la avaricia. Mucho tiempo estuvieron juntos como pareja y como prometidos hasta que las diferencias entre ellos se hicieron muy marcadas, logrando distanciarlos por muchos años.

Pero luego de que lograra redimir a su primer pecador, el nuevamente se acerco para reconocer sus errores y disculparse profundamente por no haber creído en ella. El se ofreció a ayudarla en todo lo que requiriera y su apoyo económico había sido muy oportuno en muchas oportunidades, especialmente cuando necesitaron armas para iniciar su rebelión.

—Gracias por todo —le respondió de forma sincera.

Quizás no pudieron regresar a lo que eran antes, pero al menos habían podido retomar la amistad que habían retomado su amistad del pasado.

El demonio esmeralda la miro por un momento sin decir nada, ella toco su rostro con duda.

— ¿Tengo algo en la cara? —pregunto, pero este negó con la cabeza.

—Veo algo diferente en ti, Charlotte, algo que no se reconocer —indico el noble mientras extendía una de sus manos hacia el cabello dorado de esta, logrando poner nerviosa a la diablesa.

—Tocar el cabello de una dama sin su debido permiso es una grave falta de cortesía —comento una tercera voz.

Alastor apareció repentinamente de sus sombras apareciendo en medio de ambos demonios quien se sobresaltaron por su aparición, Charlie parecía bastante avergonzada de su presencia, por su lado, la expresión de Seviathan

—Muy buenas tardes, princesa —saludo el wendigo a Charlie colocándose a su lado—, estimado.

Seviathan le saludo con un movimiento de su sombrero, aunque no estaba muy agradecido de verle.

—Es bien sorpresiva su presencia, Lord Von Eldich, no esperábamos su visita —menciono este ladeando el rostro.

—Estaba de paso por aquí —menciono, Charlie asintió sus palabras.

—S-Si, el me aviso hace poco que venía, no era para nada de mucha importancia —expreso ella, logrando que el demonio esmeralda reflejara cierta aflicción por su respuesta—. Estaba interesado por conocer mi estado luego de la batalla el día del exterminio.

—Oh, sí, una interesante batalla con resultados bastante satisfactorios si soy preciso.

Charlie no sabía porque lo había dicho de ese modo, pero aquellas palabras en conjunción con el toque suave sobre su hombro solo hicieron que un estremecimiento le recorriera la espalda mientras el color tomaba su rostro, obligándola a verlo con sorpresa. El wendigo seguía como si nada, sonriendo de oreja a oreja frente a Seviathan que no entendía bien el trasfondo de aquellas palabras, pero seguían sin darle buena espina.

Sin embargo, aunque quisiera entender lo que parecía estar pasando entre esos dos, ya se había desviado mucho tiempo de su itinerario inicial.

—Me temo que estoy comenzando a importunar en su jornada, por lo que me retirare por el día de hoy —informo el demonio, captando la atención de la rubia.

—Okay, en verdad aprecio mucho el que vinieras hoy —le dijo con sinceridad, logrando una sonrisa en este que se volvió en algo vomitivo para el demonio escarlata.

Este tomo la mano de Charlie para dejar un delicado beso en el dorso de su mano a forma de despedida, Alastor siguió el movimiento de todo ese proceso mientras el ruido estático de su radio interna amenazaba con surgir.

—Nos veremos pronto, Charlotte —se despidió ingresando a su automóvil y emprendiendo el camino fuera de las instalaciones del Hotel.

Hubo un momento de silencio entre ambos demonios mientras veían el lugar vacio donde había estado el auto de Seviathan. Charlie se tomaba de las manos, mirando cada tanto a Alastor.

—Bueno querida, si me disculpas —menciono este, dispuesto a retirarse.

—Espera por favor —le detuvo de repente en su marcha, logrando que este volteara su cuello de forma espeluznante.

— ¿Pasa algo cariño? —le pregunto de forma directa mientras le veía, Charlie lo miró buscando las palabras correctas que decir.

En verdad quería saberlo, quería hablar sobre lo sucedido aquella noche y todo lo que parecía estar pasando entre ellos, en como lo veía extraño y le evitaba, pero mucho más aun preguntarle el porqué había actuado así en ese momento, pero sentía que era algo tan vergonzoso, porque al final de cuentas ella había buscado esa situación ese día

—No, disculpa, no es importante —expreso, sobándose el brazo con timidez.

—Oh, si no es nada cariño, entonces me retiro —dijo, y como no tenía forma de decir nada, la princesa simplemente dejo que se fuera sin notar la expresión rojiza en el cuello del demonio, quien casi pareció escapar del lugar para no enfrentarla en esa situación. 

bueno mis corazones, antes que nada, feliz charlastor day, se que no esperaban la actualización hoy pero con los fallos de internet en mi región no tuve tiempo de preparar más nada, aunque este capítulo seguro les ha gustado ¿que piensan de como van las cosas? Seria genial ahondar más pero quizas haga algunos spoilers, asi que esto es lo unico que dire por hoy, disfruten al maximo los artes de este día. 

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