Capítulo 23: Un tiempo prudencial
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Solo una vez al año, los ángeles interferían en los asuntos internos del infierno. Quizás era una forma de que cada reino tuviera control y soberanía de sus propios territorios así como de su gente, siendo el único pacto: el del exterminio de los pecadores humanos, la única vía posible para evitar la sobrepoblación del infierno, la única forma de intervención que el cielo podía hacer dentro del abismo. Sin embargo, en menos de diez años un ser particular había estado interfiriendo de una forma intrépida e incluso, odiosa, sobre los asuntos del cielo y eso era algo que simplemente no podía dejarse pasar así como así. Por eso, aunque estuviera desafiando algunos de los tratos ya marcados, algunos emisarios del cielo se presentaron en lo más profundo del infierno para tener una audiencia con su rey.
Con malos ojos, Lucifer recibió en su despacho a los representantes del cielo que utilizaban sus trajes especiales para no contaminarse con el miasma y el azufre, los cuales eran como el oxígeno que se respiraba en el infierno. Uno de ellos en particular, escupió con asco cuando se encontró cara a cara con el señor de la luz.
—Luci-Luci...
—Adam, o mejor debería decir, parásito nauseabundo ¿Qué diablos hacen ustedes y su plaga en mi reino? —Pregunto el rey con desprecio.
La mueca de indignación se formó rápidamente en la expresión de Adam quien estaba prestó a lanzarse contra el rey del infierno, cuando fue detenido por un personaje diferente. Alguien que solo usaba la máscara de los exterminadores y cuya cara Lucifer conocía muy bien, al punto de hacerle querer vomitar.
—No hemos venido aquí para discutir sus rencillas extra matrimoniales del pasado. Estamos aquí por una situación que se está volviendo recurrente en cada purga.
El rey ya sabía el motivo detrás de su visita, era más que obvia aunque eso no implicaba que estos tuvieran que romper el tratado de no intervención en periodos ajenos al exterminio. Aun así, el asunto se estaba convirtiendo en una patada en el culo, por lo que era mejor salir rápido de eso.
—Tomen su maldito asiento —ofreció el demonio de mala gana.
Los tres ángeles se sentaron en las sillas frente al escritorio del rey. Adam admirando y burlándose entre dientes por la decoración seleccionada por Lucifer mientras que Lute y el otro ángel permanecían en sus lugares sin decir nada.
—Entonces, hablen de su mierda, no tengo todo el día —espeto, Adam reaccionó ante su actitud.
—Sigues con tu insolencia, es tu maldita negligencia lo que nos ha traído aquí, sucio bastardo —expreso señalándolo con el dedo—. Es uno de tus deberes mantener a raya a los humanos pecadores.
—No es mi responsabilidad lo que ellos hacen aquí, para empezar, yo nos los traje aquí, fueron ustedes de forma autónoma quienes impusieron traer aquí a tu maldita y asquerosa descendencia —recordó el demonio con impaciencia.
—Pero es tu deber controlarlos ahora que están presos en tu reino —respondió del mismo tono—. Es el pacto que se firmó.
—El pacto que ustedes crearon para sellarme en este maldito lugar —recordó—. Y si tus malditos ángeles no pueden con un simple grupo de pecadores, entonces no es mi problema.
Ambos seres estaban a punto de pelearse encima del escritorio cuando el tercero de los ángeles intervino, colocando una mano entre ambos, un viento divino que se transformó en una ráfaga, separó a ambos seres quienes no estuvieron de acuerdo con la acción, especialmente Lucifer. Pero ignorando la expresión colérica del rey demonio, el ángel se mantuvo en su lugar conservando su expresión afable, procediendo a hablar.
—Es un hecho que se ha convertido en un problema para el cielo, no negamos que teníamos claro el peligro que corrían nuestros ángeles al bajar al infierno cada año, pero también es una realidad que no se trata de solamente una resistencia vana de los pecadores a ser asesinados —replicó —. Es una rebelión organizada y que se ha ido consolidado año tras año, pudiendo volverse algo más grande que eso sí lo dejamos crecer.
—Es solo un intento desesperado de los pecadores, mis hombres y yo podemos controlarlo —respondió el rey con suficiencia, pero el mismo ángel siguió hablando.
—No parece que sus esfuerzos sean suficientes, y con el gran número de bajas de parte de nuestra filas, podríamos considerarlo una declaración de guerra —asomo el ángel con sus palabras mientras la expresión del rey se endurecía—y sabes bien lo que podríamos hacer si decidimos bajar al infierno, Samael.
Reaccionando frente a la amenaza, Lucifer acercó de un solo movimiento su espada al cuello del ángel. Con una expresión oscura, llena de cólera, este volvió a hablar.
—No te atrevas a llamarme de nuevo por ese nombre, Miguel —amenazo este sin recibir respuesta del otro—. Ustedes no deciden que mierda es lo que pueden hacer aquí, sus malditos gusanos tendrán que armarse hasta los dientes si no quieren ser asesinados, mientras que yo mismo buscaré a esa maldita escoria traidora ¡Ahora quiero que se larguen de mi jodido reino! —les ordenó.
Adam está a punto de volver a saltar en su pelea, cuando el arcángel le detuvo, invitando a retirarse. El primero chasqueo la lengua con fastidio mientras Lute lo obligó a irse mientras Miguel seguía de cara a Lucifer.
—Esperamos de forma paciente tu actuación respecto a este inconveniente, no queremos que el tratado tu SI firmaste se rompa de este modo.
Y con esas palabras se dio la vuelta para retirarse del despacho, dejando a un enfurecido Lucifer que temblaba de la ira en su asiento.
A las afueras de la ciudad pentagrama, los pecadores se paseaban por los parajes congelados de la ciudad, vistiendo algunos mullidos abrigos mientras otros parecían ignorar de forma inconsciente el frío abrasador que había.
Así como el mundo humano, el infierno tenía varios climas que podían "disfrutar" sus habitantes, algunos podían ser tremendos y brutales, generando tempestades y terribles dolores de cabeza, así como otros podían ser tan suaves como una lluvia tormentosa o un calor infernal, sin embargo, contrario a la creencia de que el clima del infierno era húmedo y caliente, también había épocas en donde era tremendamente frio, tal como en los meses que estaban viviendo. Luego del exterminio anual, venia una época fría en la que la ciudad pentagrama podía enfriarse lo suficiente como para generar algo de nieve, era un contraste extraño y no era tan fuerte como en otros anillos del infierno, pero al menos ahí estaba, lo que obligaba a los demonios a tomar sus debidas precauciones.
En ese momento, en la sección exterior del hotel, Ángel trataba de despejar la entrada principal del edificio en conjunto con Husk, pero por más que trataba de hacerlo, era tal la cantidad que apenas habían logrado avanzar en su tarea. De repente, y casi de manera común, un par de autos se encontraban disparándose en plena vía mientras tenían un tiroteo en movimiento, en eso, uno de los integrantes del auto que buscaba escapar lanzó una especie de granada que voló el resto de los autos y a sus ocupantes a varios metros de distancia, logrando que los primeros lograran escapar de forma triunfal. No obstante, fue luego de la gran explosión que se sintió hasta las cercanías del hotel que hizo que más nieve del techo cayera justo a los pies del ex actor porno que este pego grito hastiado.
—¡Que me jodan! ¿Porque tenía que caer tanta nieve el día de hoy? —chillaba el ex actor porno lanzando la pala que estaba usando, al suelo.
En repuesta, Husk, quien le estaba ayudando con la tarea, le pegó otro grito.
—Deja de quejarte como una maldita marica y ayúdame a terminar este infernal trabajo —bramo el demonio gato, pero la araña solo se quejó, cruzándose de brazos.
—oye, este cuerpo no fue creado para hacer este tipo de trabajos, se supone que debería ser abrazado fuertemente por un par de brazos que me quiten el frío, no estarme congelando en esta mierda —lloriqueo, pero entonces recibió una bola de nieve en la cabeza y al voltear molesto para buscar a su atacante, se encontró con la mirada encabronada de Vaggie que había venido a supervisar su desempeño en el trabajo.
—No tienes más remedio que hacerlo, durante el exterminio mataron a tres de los ayudantes de limpieza que decidieron escaparse del hotel y tú cómo responsable de la planta física debes hacerte cargo con Husk mientras Nifty hace ella sola toda la limpieza del edificio—indico, sentándose en el pórtico para poder verlos —. Y si quieres el aumento que presumiste frente a todos que ibas a tener, es mejor que te lo ganes trabajando para el bien del hotel.
Al verse atrapado, se encogió su lugar, chasqueando la lengua. Sin más remedio y ante la ineludible mirada de Vaggie, el demonio araña volvió al trabajo cuando pareció recordar algo, volteando a ver a la polilla.
—¿Y dónde está la muñequita? No la he visto desde el desayuno. —menciono, Vaggie suspiro, algo ofuscada.
—Está ahorita en la oficina resolviendo los temas pendientes que correspondían al maldito bastardo —indico, cruzada de brazos—. No sé cómo Charlie quiere dejarlo en su mismo puesto luego de todo lo que pasó.
Ángel simplemente se encogió de brazos.
No había sido muy difundido por motivos obvios, pero Nifty no se logró contener mucho tiempo, notificando el evento especial que sucedió cuando ellos estaban curando sus heridas y las del resto del equipo en la zona media del hotel. La acalorada discusión de ambos socios comerciales apenas pudo ser trasmitida sin que Husk interviniera en los detalles, por ciertas y debidas precauciones, pero la realidad era que sí, ambos demonios habían discutido por motivos de algo que nadie más que ellos sabían y luego de eso, el demonio de la radio desapareció sin dejar rastro ni decir nada más, pero al mismo tiempo, la princesa se mantuvo mucho más pensativa el resto de los días que vinieron.
—No sé qué fue lo que pasó entre ellos, pero nadie resulto herido y sonrisas nos salvó a todos ¿recuerdas? —Indico. Ella bufo, rodando los ojos, pero aceptó a regañadientes, debido a que, de no ser por él, todos hubieran muerto sin Charlie esa misma noche.
—Sí, lo sé, pero eso también puede ser parte de una trampa o un plan malévolo, Charlie ha estado actuando muy extraño desde que regresaron el día de la purga anual.
—¿O quizás sucedió algo que no nos quiere decir? —Sugirió con picardía, recibiendo otra bola de nieve de parte de Vaggie, que le veía con molestia.
—No mezcles tus sucias fantasías con otros, no todos somos tan asquerosos como tú.
—¿Quieren dejar de charlar y ponerse a trabajar en esta mierda cómo es? —Volvió a gritar Husk.
Mientras tanto, en la soledad de su oficina, colocando la calefacción a todo lo que daba y tomando una caliente taza de chocolate, Charlie repasaba el papeleo de la semana, estimando la cantidad de materiales que requerirían para los nuevos agregados del hotel.
Habiendo pasado ya un par de meses desde el ultimo exterminio anual, las cosas habían vuelto a retomar una breve calma bien necesitada. Aunque en esa oportunidad no habían tenido bajas, muchas de las energías y suministros seguían bien reducidos, además la mira sobre el hotel seguía algo constante, por lo que habían decidido no reunirse hasta que fuera un momento seguro. Por lo que las cosas podían hallarse en una merecida calma que la princesa del infierno no podía decir si se trataba de la calma antes de la tormenta, o en tal caso, unas breves vacaciones del tema de Hazbin.
Aun así, no todas las cosas eran sencillas. El número de inquilinos dentro del hotel estaba aumentando y eso implicaba que necesitaban de más ayuda de más personas. En un momento como ese, bien que serviría la presencia de Alastor en el hotel.
Alastor.
Aun cuando estaba congelando allá afuera, el calor la invadió y un profundo suspiro trepo por su garganta hasta convertirse en un chillido que Charlie apenas contuvo en el papel que tenía en sus manos mientras cubría su rostro enrojecido con este.
Alastor....
Un cumulo de recuerdos bien definidos se instalaba en su memoria cada vez que la princesa pensaba el demonio radio, recuerdos de una noche en donde le detuvo en un ataque furtivo dentro de su habitación, donde nuevamente le hubo recalcado sus advertencias y como este le hubo importando tan poco como para menospreciarla nuevamente, generando una serie de reacciones en cadena que dieron como resultado una noche desenfrenada cuyo escenario de lucha termino siendo la cama de la princesa.
Esa noche, aun presa del cansancio, Charlie analizo bien palabras que estaba a punto de decir. Mirando firmemente el rostro del wendigo viéndola desde arriba, soltó un suspiro lleno de fastidio, emergiendo sus cuernos hasta retomar su figura demoniaca.
—Bien, creo que podemos resolver fácilmente eso —indico, apretando el agarre de su mano.
Fue solo de un movimiento que pudo hacerlo, cuando quiso darse cuenta, el demonio escarlata se encontraba en el lecho de su cama mientras la princesa yacía sobre él, reteniéndolo mientras ella presionaba su fuerza contra su cuello. En verdad, Alastor no parecía haber esperado la voracidad de su fuerza bruta, ni como por mucho que lucho, el peso de su propio cuerpo lo había inmovilizado dejándolo completamente a su merced.
Intento hablar, quejarse por la ofensa tan grande que está llevando a cabo la princesa, pero mano firme sobre su cuello no dudaba, llevada por una ira que Charlie apenas había logrado contener, dificultándole a este la tarea de poder hablar, pero la súcubo si lo hizo.
—Ya me he cansado de todos tus malditos juegos, Alastor.
— ¿Si? ¿Qué es lo que podrías hacer para lograrlo? —apenas logro vocalizar, sonriendo de forma arrogante a pesar de su posición.
Y de cierto modo, sus palabras eran verdaderas. Aunque en este momento pudiera detenerlo solo con su fuerza, estaba agotada. La inyección de adrenalina que tenía debido a su enojo podría pasar pronto ¿Cómo podría detenerlo y alejarlo de la tarea revoltosa que pasaba por su mente? Un ser tan poderoso, que había destrozado con sus poderes, fuerza e ingenio, males mucho más antiguos que él. De qué manera pudiera ella, una insulsa princesa, detenerlo de un modo que restringiera sus movimientos al menos por un tiempo.
Entonces, solo tenía que romper la única cosa por la que estaba completamente seguro: su orgullo.
No era una técnica de la que estuviera orgullosa, sinceramente, las veces que la uso fueron a través de la enseñanza practica y solo en unas muy desesperadas ocasiones, pero era algo que su madre le había enseñado muy bien en el ejercicio de sus tareas como la segunda gran súcubo del infierno. Por lo que, sabía bien que era una forma rápida de desestabilizar a alguien lo suficiente para escapar, o en este caso, detenerlo al menos por esa noche.
De repente, una esencia dulce comenzó a olerse, un aroma similar a la canela que inundo la habitación y llego a las fosas nasales del wendigo, quien se sintió mareado de inmediato, comprendiendo lo que era ese olor.
Feromonas.
Una de las estrategias básicas del control de las súcubos y que, tenía que admitir, no había premeditado que la princesa se atrevería a usar debido a su naturaleza pura y gentil. Y fue el solo hecho de haberla subestimado tanto que hizo que la ira lo consumiera aún más rápido, dejando entrever sus verdaderas emociones tras una mueca que apenas trataba de ser una sonrisa.
—Es una... jugada muy sucia viniendo de ti querida—bramo el demonio escarlata con claro resentimiento en sus ojos, Charlie solo encogió de hombros.
—Tú eres un demonio vil, mentiroso y sumamente cruel —hablo ella, con una voz neutra que no señalaba nada en específico, no podía demostrar lo agotada y resentida que se sentía en ese momento—, alguien que fue capaz de engañar e incluso traicionar un trato por sus propios deseos egoístas no debería tener la moral para decir que juego sucio —espeto.
Y claro, la princesa no podía negarlo, era una estrategia vil y sumamente efectiva considerando la pureza de su propia herencia. Al ser hija de la súcubo original, la fuerza de sus feromonas era impresionante, aspecto que aumentaba por el hecho de no haber consumado ninguna relación sexual en años.
Pero eso era solo tenía un límite de efectividad antes de que ella cayera presa de sus propios instintos. Alastor no estaba interesado en el sexo, era muy diferente al resto de los otros pecadores o demonios con los que pudiera haber tratado, por eso, solo tenía que marearlo lo suficiente para despacharlo de su habitación y tener al menos una noche de tranquilidad.
Fue un lapso de minutos tortuosos en los que Charlie busco de todas las formas mantenerse consiente, la capacidad de luchar de Alastor era impresionante, pero en un momento de tal debilidad, ni siquiera sus sombras eran capaces de alcanzarla sin la cordura de su maestro para dirigirlas.
Lentamente, vio como la resistencia que había estado ejerciendo el demonio comenzaba a debilitarse, pero no pudo calmarse, no todavía. Aun debilitado, Alastor seguía siendo una amenaza, por lo cual debía orillarlo a algo mucho más.
Soltándolo del cuello, lo libero solo un momento para hacer su siguiente movimiento. Este se resintió e intento alejarse pero Charlie lo tomo del rostro procediendo a besarlo para tomar su esencia. El beso de la muerte, como bien llaman las súcubos e íncubos, era lo que utilizaban con los seres humanos u otros demonios para drenar su energía vital y llevarlos a un estado de éxtasis que era similar a la somnolencia producida por ciertas drogas. Conforme más profundizaban el beso, más energía consumía y era un acto totalmente consciente, de modo que si ellos querían, podrían solo besar o matar a alguien chupando toda la energía que estos tenían.
Y aunque estuviera en una posición comprometedora, que le facilitaba las cosas, el corazón de Charlie aún estaba lleno de compasión. Por lo que solo unos minutos después, se separó del demonio dejando escapar un leve sonido acuoso mientras respiraban con dificultad.
Era algo curioso, su aliento jadeante y la oscuridad de sus ojos se antojaba como algo sumamente exquisito, tanto que podría disfrutar de él si no fuera un delito avanzar mucho más. Con su tarea concreta, se alejó de su rostro lo suficiente, apartándose de él para poder ordenar sus ideas y volver a hablar.
—Si sigues de este modo no podrás escapar de mi —le advirtió—, por tu bien, admite que has perdido y sal de mi habitación.
Este se quedó en silencio, la princesa esperando el momento en el que este desapareciera entre las sombras debido al ataque mordaz sobre orgullo masculino y demoniaco, pero contrario a lo que había esperado, este la atrapo contra la cabecera de la cama, sus ojos destilando un hilo de locura reflejado en los diales de radio.
—Yo no admito jamás una derrota, princesa —murmuro este con una sonrisa, sus manos enguantadas sosteniéndola aun con fuerza por sus muñecas—, creías que al llevarme al borde de mi limite sería una blanda marioneta que podrías usar a tu antojo, pero no, no querida. Fue demasiado ingenuo de tu parte querer jugar con fuego y no querer salir quemada. Esta es una treta que dos personas pueden usar.
Por la fiereza y la velocidad de aquel movimiento, Charlie quedó encima de él nuevamente, mientras este tomaba sus labios en un roce que se hizo feroz.
No mucho tiempo después, su lengua se inundó con el sabor de su propia sangre, producto de los cortes que hizo el wendigo al morder sus labios, enviando pequeñas descargas dolorosas que se mezclaban con su deseo creciente.
El trato era más violento, nada suave, casi como un método para asustarla, para hacerla caer, pero ¿sería tan efectivo? No, había otro modo de recibir ese sentimiento de resentimiento y superioridad. Y al comprender eso, un pensamiento oscuro le nublo el juicio.
"No había porque contenerse"
Con rapidez, ella desabrocho su camisa mientras él seguía besando sus labios. Con éxtasis, sintió como la parte inferior de su cuerpo rozaba con la intimidad dura y caliente del demonio. Ella se aferró a su pecho mientras se balanceaba lentamente sobre su entrepierna, ambos jadeando y suspirando tras el beso, aferrándose a su pecho y luego al dorso de sus hombros cuando soltó sus labios y bajo hacia su cuello.
La respiración cálida del caníbal y las pequeñas mordidas que le dio allí le hicieron perder la cabeza con un cosquilleo que llegó hasta sus partes íntimas. Entonces, ella empezó a moverse más sobre él, pero no era suficiente. Él demonio lo sabía, por eso bajo sus manos a su hebilla, desabrochando rápidamente sus pantalones, lleno de desesperación.
Iban demasiado rápido, demasiado ansiosos, pero estaban al borde de un límite que ninguno de los dos había creído estar, y cuando de forma abrupta él se introdujo dentro de ella, Charlie solo pudo soltar un grito lleno de placer, a pesar del dolor que sentía en ese momento.
Jamás había imaginado que él fuese así, haciéndola perder un poco la cabeza, haciéndola caer en su naturaleza más oscura y casi obligándola a pasear sus manos por su cabello y sus hombros duros mientras la tomaba por las nalgas para hacerla rebotar sobre miembro.
La princesa estaba abrumada, llena de un hambre y una necesidad que clamaban por ser saciados luego de años de inactividad y abandono, Alastor la tomaba, abrazándola de las caderas y rasguñando sus muslos con sus garras mientras ella hacía lo mismo con su espalda, mordiendo su hombro hasta sangrar.
Con cada nuevo movimiento, la sensación de urgencia crecía, el placer y el calor los atacaban sin precedentes mientras Charlie se sentía incapaz de soportarlo más. Había tanto que estaba sintiendo y parecía que estaba al borde de su límite. Los gruñidos abruptos de Alastor le hacían presentir lo mismo, y parecía algo simplemente increíble que apenas semanas atrás, hubiera fantaseado con él de esa forma.
Y ahora, lo tenía allí, frente a ella, sintiendo su respiración dulce y tormentosa chocando contra su cuello, empujando su miembro en lo profundo de su interior, haciendo que se sintiera una como una mancha borrosa que poco a poco fue creciendo hasta explotar de un modo en el que jamás se sintió llegar.
Cubriendo su rostro, Charlie volvió a suspirar, apenas conteniendo el sonrojo que surcaba su rostro. Habían sido tan salvajes y desmedidos que su habitación había quedado completamente destruida, su cama vuelta trisas y su cuerpo, lleno de chupetones, moretones y mordidas que a duras penas logro esconder hasta que los mismos sanaron y desaparecieron de su piel.
Nunca en los siglos que Charlie tenia de vida había tenido un encuentro sexual tan brutal, incluso podía decir que las palabras se quedaban cortas ante la pasión desmedida en la que se vieron involucrados. Incluso la misma Charlie busco indicios de algún tipo de tensión sexual oculta entre ambos que no pudo precisar hasta que exploto en sus caras literalmente. La lucha de dominio entre ambos había escalado de tal forma que buscaron llevarla a otros espacios, sin un ganador evidente o eso recordaba la princesa.
Cuando ya había llegado la mañana del día siguiente, el demonio de la radio había desaparecido por completo y con él, su presencia por los siguientes tres meses que pasaron. Nadie sabía nada de él, y no había mostrado su cara en el hotel por ninguna circunstancia. Claro, Charlie bien pudo pensar que era otra artimaña del demonio para desligarlo de las filas de Hazbin y seguir metiendo sus narices próximamente en sus planes, pero luego de aquella noche, siquiera podía pensar en cómo sería todo entre ellos de ahora en adelante.
Había sido solo una noche, sin comentarios ni palabras que los relacionaras, solo pasión sin presiones ni ataduras en una lucha constante de demostrar quien tenía el poder sobre el otro, entonces ¿Por qué se sentía tan nerviosa?
Charlie quería tener todas las respuestas y posibles formas de cómo proceder de manera correcta, aun cuando no había tenido la oportunidad de todas formas ¿acaso terminaría de esa forma la relación que este tenía con Hazbin? No les había delatado en todo ese tiempo, así al menos seguía de cierta forma el trato que aún tenían entre ellos. Pero mientras más pasaba el tiempo, más nerviosa se ponía aun sin entender el motivo de eso.
La princesa suspiro, viendo por el gran ventanal que tenía en su oficina del hotel. A todas estas ¿Dónde estaría verdaderamente Alastor?
— ¡Hola querida!
Tal como una invocación, el demonio escarlata apareció frente a sus narices haciéndola gritar una maldición mientras caía de espalda contra el suelo.
— ¿Qué sucede querida? Parece que hubieras visto un terrible espanto —y carcajeo sonoramente, mientras Charlie se levantaba del suelo, separando los cabellos de su rostro.
— A-Alastor ¿Qué haces aquí? —pregunto, sintiéndose tonta de inmediato por preguntarle algo así, un valido motivo tenía el demonio para estar allí aun pese las circunstancias en las que se hallaron por última vez.
—Es claro que hago aquí dulzura, pasado un tiempo prudencial, consideré conveniente reincorporarme a mis tareas en el hotel en vista de que los seguimientos sobre el hotel finalmente fueron levantados ¡Y menos mal que lo hice, debo estar hasta el cuello de papeleo pendiente! —y rio fuertemente, ignorando de manera obvia a la pobre de Charlie—. Ahora, puedes pasarme por favor los documentos que tengo que revisar.
Y fue cuando toco su mano al extenderle el informe que pudo notar algo, si no hubiera sido por la estática quizás Charlie no se hubiera dado cuenta, pero bien que lo había captado. Ese estupor repentino y el fugaz movimiento de sus orejas.
—Pensándolo mejor, creo que tomare todo el papeleo que estás trabajando y lo revisare en la comodidad de mi habitación querida, hay unos documentos que tengo allí que pueden sernos útiles, por lo que ¡me retiro!
Así como apareció, desapareció bajo una nube de polvo ante la aturdida mirada de Charlie quien apenas podía procesar lo sucedido, había sido tan rápido todo, que su cabeza y corazón seguían dando vueltas.
Por su parte, en otra área alejada dentro del mismo hotel, un demonio escarlata aparecía sobre la quietud de un estudio en completa soledad. No hizo ningún tipo de sonido esta vez, incluso la estática estuvo completamente callada por dicha ocasión. Más con lentitud acerco su mano hacia su pecho, mientras un ligero enrojecimiento surcaba el borde de su rostro.
Bueno corazones, ya nos adentramos al segundo arco de la historia y hemos iniciado llenos de pasión y algunas incomodidades, el cielo tiene los ojos encima del infierno, pese a que las cosas estan el calma, Charlie siga con la cabeza hecha un torbellino ¿que creen que siga a continuación? De verdad, quiero agradecer a KatQueenNya por varias de las ideas que estan en este capítulo, desde la inclusión de Adam y Lute, así como el uso de las feromonas de los sucubos, fueron de verdad muy utiles y se lo agradezco mucho. Espero que puedan pasar a su cuenta de twitter donde hizo un arte bellisimo de esta historia y puedan seguir las de ella tambien, son bien encantadoras. Espero en verdad que les haya gustado el capítulo y nos leemos sin falta la siguiente semana, muchos saludos desde Venezuela.
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