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Capítulo 21: Exterminio anual

—¡Muy bien! ¡Gracias a todos por venir! —Charlie anunció a los residentes permanentes e integrantes del Happy Hotel mientras se reunían todos en los asientos del gran teatro que ahora fungía como salón de reuniones para la ocasión —Los he llamado porque queríamos repasar los planes para el Día del Exterminio mañana. En este momento, Vaggie les dará todos los detalles que tenemos que tener en cuenta.

La polilla dio un paso al frente, entonando un poco su garganta para comenzar a hablar.

—Bien, desde la gerencia del hotel y como jefa de seguridad, hemos diseñado un plan para que todos pudiéramos seguirlo y asegurar nuestra supervivencia de forma segura, por favor, bajen la voz para que escuchar —amenazo con firmeza, logrando que toda la sala se quedara en silencio.

Finalmente, el día había llegado. Tal como años anteriores, y esta vez de forma mucho más organizada, Charlie llamo a todos los que estuvieran dentro del hotel para cuando llegara la trompetilla del exterminio justo a la medianoche. Y aunque ese territorio era seguro no solo por su propia magia, sino también por el tratado de no agresión de la zona de redención, la princesa no quería arriesgarse y prefería organizar un plan de contingencia y resguardo para el día del exterminio. Se limitarían a agruparse cada uno en la zona de hospedaje intermedia, abastecidos de provisiones y sin permisos algunos para salir de sus habitaciones. Eso dejaba zonas libres para que, en caso de un ataque, no pudieran encontrarlos a todos, además de dejarles el camino libre para movilizarse y traer a cualquier otro pecador que necesitara de protección.

En los cuatro años que llevaban implementando ese plan, les había funcionado de maravilla, solo que esta vez debieron hacer cambios debido al incremento no solo de inquilinos, sino de trabajadores que estaban ahora en el hotel. Aun así, todo marchaba conforme al plan y ya los preparativos finales para ese día y los siguientes que venían con las guerras territoriales, estaban listos.

Una vez finalizo la charla explicativa, los inquilinos comenzaron a recluirse en sus habitaciones, mientras se daba inicio al plan de aseguramiento de otros pecadores externos al hotel, pero que no tenían ningún lugar seguro para pasar el día del exterminio. En esa estrategia habían tratado de implementarla durante mucho tiempo, incluso desde la fundación inicial del hotel, pero había sido apenas dos años antes que pudo ponerse en marcha como Charlie quería.

Era muy sencillo querer hospedar a quienes no tuvieran forma de protegerse de los ángeles exterminadores, pero muchas veces la logística o la seguridad para protegerlos a todos era insuficiente, lo que les había impedido abrir del todo las puertas a los pecadores de la ciudad. Sin embargo, con las remodelaciones, las provisiones adquiridas y con el aumento del poder de Charlie, ese plan también estaba marchando a la perfección.

—Muñequita, ya llegaron Molly, Cherry y Ruby —anunció Ángel, captando la atención de ambas, quien asintieron entre ellas. Vaggie seguiría en el Lobby junto a Nifty y Husk recibiendo a los pecadores mientras que Charlie se retiraría momentáneamente del lugar, siguiendo de cerca al ex actor porno.

Como bien era de esperar, muchos se preguntarían si en tal caso, Charlie y parte de su grupo desaparecieran justo al mismo tiempo que los Hazbin aparecían en escena. Sería muy fácil de conectar su relación de ese modo, de forma que tuvieron que preparar una coartada. Para eso, Molly y Ruby ingresaban a escena.

—¡Charlie! —saludo esta alegremente a la princesa, abrazándola de forma cariñosa una vez estuvo a su lado—. Me alegro tanto de verte ¡estás preciosa! —le dijo.

—Molly, tú también estás bellísima, es en verdad un placer tenerte con nosotros para esto —expreso Charlie muy feliz.

La primera, Molly, al ser la hermana gemela de Ángel, era la perfecta actriz para hacerse pasar por su hermano en circunstancias completamente necesarias como esta. En la tierra habían funcionado algunas veces durante su niñez y adolescencia, pero en ese momento en cuanto se jugaban sus cuellos por una causa más justa, la joven modelo de revistas se había prestado para ayudar a su hermano gracias al hecho que con la ayuda de la princesa Charlie, logro sacar a casi toda su familia de los malos pasos, aun en el infierno.

Por otro lado, la segunda chica, Ruby, era una pecadora polilla que compartía algunas características físicas con Vaggie. No tenían ni por asomo la misma personalidad, Ruby era más depresiva y temerosa, pero al ser la novia de Molly, se unió a la tarea de ayudarla para esa causa.

—O-Otro año ayudando a la princesa terrorista, es muy difícil para mí, siento que me ahogo —murmuraba está nerviosa y sintiendo como la presión la abrumaba.

—¡Estarás bien! Los has hecho de maravilla en todas las otras ocasiones, ya verás que la cumples perfectamente —dijo ahora Cherry Bomb.

La ciclope pecosa, gran amiga del alma de Ángel e integrante de la escuadra principal de Hazbin, aunque sus actividades no fueran directamente contra los exterminadores en pleno centro de la ciudad. Su forma de lucha era demasiado predecible, por lo que había pensado funcionar mejor detrás de telón, siendo una de las protectoras del hotel en la ausencia de la triada. Y era la presencia de esta lo que hacía que Charlie y su grupo se sintieran tan seguros de salir a luchar contra los ángeles sin preocupaciones.

Aun así, ese año parecía que Ruby no se le hiciera fácil salir de la crisis de nervios que tenía cada vez que debía emular el disfraz de Vaggie durante 24 horas. Pese los ánimos de su novia y las palabras de aliento de Cherry, la pecadora siguió jadeando y temblando, repitiendo palabras escuetas llenas de temor, justo cuando la súcubo se sentó a su lado.

—Lamento demasiado ponerte en esta posición incómoda —empezó a decir Charlie, tomando a Ruby de las manos e instando que la viera—. Pero tu colaboración ayudara a salvar a muchas personas como nosotros, y en verdad estoy muy agradecida por esto —le dijo.

Quizás las palabras para muchos no fueran suficientes, pero al menos, para Ruby, eran un gran impulso, quizás el necesario para seguir porque en vida, fue demasiado cobarde para ayudar a los que necesitaban, y por eso cayo al infierno. Esa era la oportunidad de oro para enmendar sus errores.

Cuando ya la calma de la tormenta personal de Ruby se hubo calmado, todos comenzaron a tomar sus posiciones a fin de concretar los detalles del plan de resguardo. En algunos momentos se presentaron ciertos inconvenientes en el ingreso de algunos pecadores que buscaban alborotar los aires dentro del hotel, y Charlie tuvo que intervenir antes de que el caos reinará en el lugar.

—Compórtense por favor, todos están esperando por un lugar el cual pasar el día del exterminio —pidió la princesa interviniendo en el espacio. Algunos de los pecadores que buscaban ansiosamente un refugio agradecieron su presencia, mientras que otros tantos chasquearon la lengua, viendo cortada su diversión.

Uno de ellos en particular, fue un grupo de pandilleros se rio de forma escandalosa en la misma cara de la princesa.

—Está prohibido fumar aquí —volvió a replicar, captando la atención de estos, quienes tenían en sus manos diferentes tipos de cigarros que fumaban en pleno lobby.

Uno, el más grande todos los pecadores, camino de forma lenta hasta Charlie, su gran tamaño ya había intimidado a otros cercanos en la fila, pero la princesa no se inmuto pese a la gran diferencia de tamaño. Escupiendo el humo del cigarro directamente en el rostro de ella, este hablo.

—¿Y que si no lo hacemos? —Cuestionó. La gracia en su expresión denotaba gran falta de respeto, que fue secundada por el resto de su grupo.

—Tendré que pedirles que se retiren —no cedió, permaneciendo firme en su lugar.

Nuevamente los otros miembros de la pandilla estuvieron a punto de reír cuando quien parecía ser el jefe de todos ellos, alzo una mano, deteniendo sus voces. Este dio una calada más en su cigarro antes de lanzarlo en el suelo y pisar la colilla, apagándolo.

—Mira, insulsa princesa, nosotros vinimos a disfrutar del entretenimiento y los fuegos artificiales, así que tu no dirás nada y solo deja que nos quedemos ¿O no quieres que tú lindo hotel de mierda se vea afectado, o si? —Amenazó, mostrándole una serie de cuchillos con brillo que emulaban las lanzas sagradas de los ángeles.

Dándole una mejor mirada, los ojos del demonio dragón se pasearon por todo el cuerpo de la princesa, sonriendo ante una nueva idea.

—Podríamos hacer algo, pequeña princesa. Mi pandilla y yo nos quedamos tranquilos —ofreció, su lengua paseando por sus labios de forma repulsiva—. Pero a cambio, tú misma puedes servirnos los tragos en compensación —le dijo, dibujando una línea invisible sobre su mentón — ¿Qué nos dices?

Con cuidado, la princesa aparto la mano de este de su rostro, mirándolo fiereza y una rabia contenida que apenas pudo disimular, el fuego brillante refulgiendo en sus ojos dorados.

—Si no piensan colaborar, los acompañaré a la salida —les dijo. Ella elevo su mano sosteniendo el hombro del pecador, quien se encogió gritando de dolor ante la fuerza del agarre de Charlie, aspecto que sorprendió a todos los presentes, quienes jamás creyeron que la afable y pacifista princesa del infierno pudiera restringir a un tipo muchísimo más grande que ella.

—¡D-Duele, duele! ¡No se queden ahí, ayúdenme imbéciles! —grito el líder de ellos al resto de su grupo.

—¡No quieras jugar conmigo, maldita zorra! —grito otro alzando su cuchillo, presto a bramar un golpe contra ella cuando fue detenido en el acto con un sonido estático de radio sonando en el espacio.

—Es de mala educación no hacer caso a la petición de una dama, caballero. Tendré que pedirle que se retire de la edificación.

Los presentes soltaron un chillido, algunos se ocultaron entre los muebles, exclamando sobre la presencia del demonio de la radio en ese lugar. Con una prominente sonrisa, Alastor miro al grupo de pandilleros que se encogieron en sus sitios cuando comprendieron con quién estaban tratando.

Pero fue demasiado tarde cuando intentaron remediar sus acciones, con el simple movimiento de la mano del wendigo, una serie de tentáculos negros sostuvieron a los ocho pecadores, lanzándolos lejos de las instalaciones son ningún tipo de miramiento. Una vez el trabajo de limpieza estuvo listo, el demonio se volteó al resto de los presentes con su típica sonrisa.

—No ha pasado nada caballeros, sigan esperando de forma ordenada en su fila —recomendó y estos siguieron sus recomendaciones, esperando no ser los siguientes con lo que Alastor tuviera que tratar.

Con su mismo aire de quién no ha hecho nada malo, el demonio se excusó con la princesa quien solo pudo suspirar, viendo cómo este se iba del lobby para cumplir con otras obligaciones y no seguir el orden recién restituido.

Apenas había pasado una semana desde que este había regresado como si no sucediera nada, sin explicaciones y sin más que solo ayudarla en la fiesta de navidad del hotel, en su momento Charlie no pudo recriminar el porqué de sus acciones. Después de todo, había cumplido con lo que se le asignó, a pesar de su repentina desaparición que lo único que hizo fue causarle ansiedad. Pero ¿Quién era ella para decirle algo? Solo eran socios comerciales, y aún en su rol de líder, no se veía en la capacidad de decirle algo. Por lo cual, solo lo dejo pasar, aunque la intriga de que había pasado con él en esas dos semanas seguía circulando por su mente de forma constante.

Después de todo, tenía que concretar otra cosa muy importante de su plan antes de siquiera pensar más a fondo en eso.

Fue alrededor de las horas de la tarde en que todos los planes se habían concretado y tenían aproximadamente 200 pecadores resguardados en sus habitaciones para pasar de forma segura el exterminio anual. Claro, en ese punto ya muchos de los integrantes de Hazbin estaban comenzando a prepararse para la batalla, Ruby y Molly tomando ya los lugares de Ángel y Vaggie respectivamente, mientras estos se habían retirado oportunamente para ajustar sus equipos. Pero Charlie todavía no subía a su habitación, moviéndose de forma lenta por los pasillos del hotel, ella fue dibujando unos pentagramas de cinco estrellas invertidas. Sus manos estaban manchadas de rojo mientras cada vena tenía un ligero corte del cual fluía su propia sangre.

Poco a poco, fue rodeando toda el área del edificio dibujando una serie de círculos con estrellas de cinco puntas hasta crear un camino hasta el centro de la azotea, dónde sentarían las bases de su conjuro protector. Su objetivo era levantar una barrera capaz de proteger al hotel. Podía parecer como una locura, pero en esas fechas era una práctica normal.

Haciendo uso de su sangre mezclada con su magia, dibujaba un circuito elemental que rodearía todo el edificio y levantaría un muro de fuego que impediría a cualquiera, fuera demonio u ángel, de entrar a ese lugar. Como parte de su propia esencia, la sangre de los ángeles tenia propiedades especiales muy potentes, no cualquiera podría destruirla y los exterminadores tampoco podrían entrar ante el fuego sagrado impregnado en la misma.

Por eso, justo antes de comenzar la noche, Charlie alcanzo uno de los elevadores que la llevaría a la azotea, justo detrás de las grandes letras que identificaban el edificio y que de vez en cuando, le servía para relajarse y disipar pensamientos molestos que la estuvieran atosigando. Eso era porque la vista del lugar la calmaba, aunque ya para ese momento, las calles de toda la ciudad estaban casi vacías. Husk y Nifty seguían a las puertas del lobby, por si algún pecador aún estuviese rodando por la zona en búsqueda de refugio, pero no parecía ser el caso por el momento.

Aun así, no estaba en ese lugar para relajarse. Frente a ella ya estaba todo preparado, de modo que, dando un poco su sangre como ofrenda dentro de un gran Cádiz de oro, así como un mechón de su cabello como conductor sobre este, su magia adquiría mayor fuerza y lograría mantenerse una inmensa barrera por más de 30 horas. Podía ser poco tiempo, pero era el justo para que ella regresará y pudiera fungir de nuevo como la piedra angular de la protección del lugar por al menos tres días más, aun cuando sus fuerzas estuvieran completamente drenadas.

Claro, no podía negar que esto también era un hechizo contra el tiempo y tenía su propia desventaja, al hacerlo de forma remota le imposibilitaba a Charlie la oportunidad de crear sus propias barreras para protegerse en batalla, pero todo valdría la pena siempre que sus amigos y familia estén a salvó.

Una vez concretado el ritual, el filo del ocaso ya estaba pasando para dar comienzo a la noche en ciudad pentagrama y Charlie había tomado un solo momento para pasar por un lugar en específico antes de que ella misma fuera a prepararse.

Mientras tanto, Alastor estaba en la tranquilidad de su habitación del hotel mientras esperaba el momento oportuno para comenzar con sus funciones. Estaban ya cerca de las horas cruciales e imaginaba todo el alboroto que eso podía significar, aunque tenía que admitir, que la organización de la princesa Charlotte y su grupo para con este día lo había sorprendido, estaban siendo bastante meticuloso al respecto, y no parecían haber cabos sueltos en sus planes para proteger el hotel junto con su gente. Quizás era la misma experiencia, el ensayo y error el que había hecho fortalecerse en el deseo de cuidar de aquellos viles gusanos que muchas veces solo los necesitaban como una especie de escape a la realidad que era el infierno. Después de todo, pese a toda la maldad circundante, el alma del humano podía ser bastante débil.

Aun así, estaban a puertas de un escenario impresionante en el que él se encontraba con asientos de primera fila, de modo que lo mejor que podía hacer era esperar con calma la aparición de su personaje principal.

Y hablando de la encantadora demonio, el wendigo se dio cuenta de que ella llamaba a la puerta.

Era en verdad curioso y extraña su visita, puesto que, hasta el momento, Charlotte sólo había entrado a la habitación de este si acaso un par de veces, una de las

cuales fue cuando él mismo escogió el lugar donde residiría. La segunda apenas era esa ocasión. De modo que, era extraño que ella viniese en su

búsqueda, sobre todo cuando ya debía estarse preparando al igual que sus compañeros.

Pero bueno, esa era una de esas oportunidades donde sería agradable molestarla un poco antes de la verdadera acción. Su residencia accidental compartía muchas similitudes con su hogar en su propio territorio, incluso había tomado la creatividad de agregarle una torre radiofónica, lo que hizo que sus transmisiones y la publicidad del hotel corrieran sin problemas, alejando la necesidad de retirarse por demasiado tiempo de la instalación. Pero la princesa no sabía todo lo que eso implicaba, y la gran conexión que tenía con su magia particular, de modo que verla ingresar como un ratón que se acercaba a la trampa de un gato, se le antojo como un tipo de placer poco convencional.

Alastor se incorporó del mueble donde estaba, y con los brazos abiertos, recibió a Charlie efusivamente.

—¡Qué agradable sorpresa, cariño! ¡Realmente nunca esperé que vinieras hacia mí por cualquier

motivo! Pero, ¡adelante, querida! —El wendigo se había apartado un momento para dejarle pasar, logrando que un profundo rastro de incomodidad surgiera en la expresión de Charlie.

—M—Muchas gracias, pero quería hablar contigo de algo mientras nos dirigíamos a la zona del exterior del hotel ¿Estás muy ocupado? —Le pregunto, sus mejillas rojas y sus manos moviéndose inquietas sobre los bolsillos de su pantalón.

Alastor estaba en verdad intrigado, no era lo que había esperado, pero no por menos sería descortés con su petición. Así que cerrando la puerta tras de sí, miro a su interlocutora sonriendo como siempre.

—¡No es ningún problema, querida! Cuento con bastante tiempo libre, solo me extraña que de todas las personas, estés tú aquí buscándome para charlar —le comento este.

Y claro, ya había caído la noche y pronto se estaría atrasando si no se daba prisa, pero luego de reflexionarlo bastante, considero que eso era lo mejor que podía hacer.

Ambos caminaron, los pasillos vacíos y sin ningún tipo de sonido que pudiera advertir de la presencia de alguien o algo en las habitaciones. Aunque como era de esperarse, en su transitar se encontraron con algunos pecadores que rondaban por las instalaciones, en contradicción de las pistas establecidas. Claro, Charlie serie demasiado amable para echarlos, pero la sola presencia de Alastor era capaz de infundir el miedo necesario para que estos regresarán a sus habitaciones designadas. Husk apareció en el momento justo para escoltarlos, mientras Charlie le veía con agradecimiento.

—Muchas gracias —le dijo.

—No hay de que, querida.

Desde su lugar, el demonio gato negaba con la cabeza mientras sostenía a los dos bribones de los hombros para llevárselos con él. Con cuidado, este observó bien la mirada de su empleador, decidiéndose por guardar silencio y dejar que ambos continuarán su camino hacia las afueras del hotel como tenían previsto.

Una vez salieron, Alastor noto el halo rojizo que envolvía toda la propiedad, aunque ellos estuvieran en una posición segura del borde. Más temprano, había notado cuando ella instalo su barrera y la magia unidad a sus recientes heridas aún emitía esa resonancia mágica, sabía que está era una de las especialidades de la princesa, pero debía aceptar que era más poderosa de lo que pudo haber imaginado. Sería muy difícil que algo lograse ingresar, incluso si ella era herida de gravedad en batalla, algo en verdad muy conveniente.

Una vez pasaron la zona exterior del hotel, llegaron a una pequeña zona en la parte trasera del estacionamiento, en dónde se escondía unos portones oscuros y algo

—Aquí es desde donde podremos aparecer, en caso de una emergencia cuando finalice el exterminio anual, tiene una barrera de fuerza unida al portón, por lo que a menos que estés lo suficientemente cerca no puedes notar para que sirve. Traerá de forma segura a todo aquel que cuenta con un dispositivo especial que lo une al hotel —explico de espaldas al wendigo, sin notar el brillo escarlata que sus ojos emitían—. Solo los integrantes más alto rango conocen está entrada, y ha sido otro de los secretos más importantes que hemos guardado por cinco años, porque es una contra medida en caso de que me aleje demasiado del grupo durante la lucha.

Hizo una pausa, dándose la vuelta para encarar a Alastor y sosteniendo algo en su mano, contra su pecho.

—Es momento de formes parte de este secreto —le dijo y le extendió una llave negra similar a la que ella tenía, un objeto mágico elaborado con oro negro del infierno y que emitía un inmenso poder, pero que solo fue capaz de sentirlo una vez fue mostrado ante sus ojos.

— Te lo doy, para que ahora seas de forma oficial un integrante de la cúpula de Hazbin.

La mano de Alastor tomo el objeto, estudiando su tacto y su poder. De inmediato este reacciono con un brillo esmeralda, unido a su propia magia, una singular forma de vinculación que ligaba el objeto única y exclusivamente a él.

—No entiendo porque me das algo tan valioso, querida. Sabes bien que mi propia magia me permite transportarme por la ciudad sin problemas —explico, y Charlie sonrió, porque ya sabía eso.

—Sí, lo sé bien. Pero es en caso de una emergencia y que sientas que tu energía está casi en su límite, nadie más que tú puede ser capaz de usarlo y es una medida de protección en caso que necesites escapar —le explico—. C—Claro, se bien que no lo necesitarás, tu eres un demonio muy fuerte y esto será otra adición a tus trucos vudú, pero ... Te lo doy porque confío plenamente en que sabrás usarlo en el momento indicado.

Ambos demonios se miraron por un instante, estando solos en ese momento y bajo la antesala de un evento que podría cambiar el curso de sus circunstancias, parecía más que apropiado denotar un signo de certera camaradería. Así que, cerrando su mano contra la llave, tomo la muñeca de la princesa y agachándose ante ella, beso el dorso de su mano, mientras sonreía.

Ya con eso podía por cerrado el telón de la antesala. Era ya el momento de entrar al acto principal.

Aquella noche, nuevamente Charlie Morningstar se encontraba al margen de su ventana, viendo el brillo de su ciudad junto con el oblicuo pentagrama girando en el cielo del que pronto lloverían los ángeles con sus inclementes lanzas a cegar la vida de su pueblo. Sabía que, como año desde hacía ya seis años, había una misión que requería de toda su fuerza y estabilidad.

¿Por qué tenía que ser de ese modo?

Seguía sin lograr alcanzar esa respuesta, pero si tenía una concreta en ese momento. Vestida de cuero y revestida con protecciones por todo su cuerpo, miró la máscara oscura con la cual era una persona diferente, con ella ya no era Charlie, ya no era Charlotte Morningstar, la princesa del infierno. Al ponérsela sobre su rostro era la consolidación de todos los sentimientos que tenían en su pueblo y que bramaba nuevamente el inicio de una guerra tacita contra el cielo que ella, Lady Hazbin, comandaba.

Así, reunidos todos en medio de un gran edificio en el medio de ciudad pentagrama, Charlie y su grupo esperaban.

Mientras el tiempo pasaba y las horas se acercaban a ese preciso instante, esperaba con paciencia hasta que lo escucho, el sonido de las trompetas de Adam, ese maldito sonido estremecedor y repugnante que resonaba en toda la ciudad y que daba inicio a la gran purga anual.

Y desde allí se lanzó, presta a la batalla que inicio con la bajada de cada ángel furioso que se acercaba asesino, volando directamente hacia ella. Las explosiones comenzaron, así como los disparos y los gritos de auxilio de cada pecador en posición vulnerable que era incapaz de escapar del paso inclemente de los ángeles.

Pero de forma milagrosa, Lady HAZBIN aparecía frente a ellos, corriendo y saltando sobre los ángeles, cortando sus alas y esquivando sus ataques, al mismo tiempo que el grupo detrás de ella se distribuía creando un bloqueo eficaz para sacar a los pecadores cercanos del peligro.

Desde cierta distancia, Alastor veía los movimientos de Charlie alrededor de la ciudad, saltando y moviéndose libremente entre los edificios, dando vueltas cual bailarina mientras encestaba sus lanzas gemelas en los pechos de los ángeles exterminadores, brillando bajo la luz del pentagrama en el cielo. Era una danza hermosa que el wendigo había esperado por tanto tiempo para ver, y el regocijo era sublime en su pecho solo con observar aquello.

Parecía una brillante heroína de cuentos, sacrificando su propia seguridad por la de su pueblo, por muy graciosa que fuera la comparación.

Y si, si Alastor tenía que decir algo, es que los últimos meses en compañía de su querida socia habían Sido bastante interesantes, algo que sinceramente le había entretenido bastante en el lapso de casi 12 meses mortales y que, en medio de tantas olas llenas de injuria, frustración e incluso, cierta superación, pudo conocer al menos la punta del iceberg que significaba la princesa del infierno. La llave detrás de la milagrosa redención de los pecadores del infierno y la persona detrás de la máscara de la criminal Lady Hazbin. Rosie había sido muy entrometida al inferir un cambio en cuanto al tipo de relación que llevaban, incluso le había sido muy entretenido molestarla en sus pequeñas reacciones que tenía cuando le robaba la calma a Charlotte o la ponía en una situación incómoda que la avergonzaba.

Pero en ese instante, eso no era suficiente.

Si, sin dudas, la diversión fue maravillosa, tenía que admitirlo, y podría simplemente no acabar de no ser por todas las cosas que estaban a punto de suceder.

La magia del entrenamiento estaba en eso.

En tener un giro de acontecimientos que podría dar justo lo que el público no esperaba.

De reojo, observo como a ciertas distancias aparecía un personaje esperado, y sabía que aun la princesa no era capaz sentir la llegada de entidades a través de su magia, por eso luchaba despreocupadamente a escasos metros de quien podría llegar a convertirse su verdugo. De modo que, con un aura esmeralda surgiendo de sus pies y subiendo lentamente hasta cubrirlo por completo, chasqueo sus dedos.

Con un suspiro aliviado, Charlie se deshizo del cadáver de un ángel mientras veía como el resto del escuadrón se alejaba de su posición en busca de otros pecadores que estaban en diferentes direcciones. Ángel y Vaggie se habían ido hacia la periferia, mientras Arackniss y otros más estaban bastante cerca de su posición atacando a una bandada de ángeles que los habían alcanzado.

Dispuesta a apoyarlos, se preparó para saltar a la base de un edificio cercano, cuando, para su sorpresa, alrededor de diez tentáculos emergieron de un enorme portal dimensional cuyo creador conocía muy bien. Estos no dudaron ni un momento en apresarla, tomándola de brazos y piernas, imposibilitando todos sus movimientos.

Jadeando en seco, tembló cuando el flujo del trato en su brazo quemo como una braza inclemente, dejando ver claramente el responsable de aquel atentado mientras la desesperación y la ira la consumían, sintiendo la traición cercenar su alma.

—Alastor ¿Qué se supone que es esto? —increpo colérica mientras la risa estática de Alastor consumía todo el espacio alrededor, incluso a ella misma. 


Si digo algo, acabare hablando demasiado, solo quiero preguntarles ¿que les parecio el espectaculo? Esten atentos al final del primer arco de la historia, cosas muy interesantes se viene la proxima semana. 

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