Capítulo 17. Presentación
Desde la ventana de su habitación, Charlie veía el amanecer llegar a lo alto del pentagrama mientras los pensamientos surcaban su mente aun atormentada por su propia debilidad. En su mano derecha la huella de una quemadura comenzaba a cobrar más tamaño, pasando a algo más una moneda. Mirándola por largo rato, suspiro, acariciando la marca en su piel.
Apenas habían pasado dos días desde lo sucedido con Look y la conversación con Alastor sobre el peso de sus contratos sobre ella. La mella mental se lo ocurrido había sabido disimularla luego, mostrando un interés que, por supuesto que tenía sobre su situación y lo que podrían hacer al respeto, aun así, no podía negar lo terrible que se sintió cuando comprendió los errores que había cometido en su propio desconocimiento, todo lo que podría estar arriesgando sin saberlo, y por supuesto, la responsabilidad que tenía respecto a la muerte del pecador canino. Habían asesinado a "un inocente", puesto que, a pesar de su mala intención, nunca supo propiamente quien era ella en realidad, fueron ellos quienes lo involucraron y lo orillaron a la muerte por ser Charlie tan trasparente, y el reconocimiento de ello fue peor que una patada en el estómago, porque le seguía diciendo lo estúpida que era.
Con las pocas fuerzas que tenía, tuvo que explicar al equipo lo sucedido, recibiendo diferentes apreciaciones del hecho. Siendo todas muy variadas, especialmente de Ángel que no podía creer en verdad el motivo tan estúpido de Look para llevar todo a cabo.
—¿Es en serio? —exclamo Ángel sentado en la barra del bar, muy cerca de donde estaba Husk tomando un trago sin importarle todo lo que el resto estaba diciendo—. ¿Me partí una uña y estuve lleno de sangre gracias a un resentido con masculinidad tan frágil como mi abstinencia? ¿Quién en su maldito juicio hace una denuncia falsa de ese estilo solo para joder?
—Falsa o no para él, dio en el blanco demasiado fácil. Estuvimos en una situación de vida o muerte gracias a un sucio cabrón de mierda, no podemos simplemente dejarnos engañar de nuevo de ese modo —espeto, cruzándose de brazos.
Con un movimiento de su cabeza, Alastor se levantó, colocándose detrás de Vaggie, dispuesto a hablar también.
—Vagatha tiene razón, conviene mejorar nuestros sistemas de información y proteger a nuestros integrantes, cualquier filtro de información en este momento puede ser mucho más peligroso de lo que creemos ahora que la chispa de la desconfianza cierne sobre nosotros —complemento el comentario de esta.
Ambos se miraron sin decir nada por varios minutos, Alastor la miro sin decir exactamente nada, siendo Vaggie la primera en romper el contacto, dándole la espalda.
—No te daré disculpas, sigo desconfiando de ti —le dijo, pero para quienes la conocían, era lo mínimo que podía hacer para declarar una tregua entre ambos. Por supuesto, Alastor la tomo con cierta burla, agregando ciertos comentarios al respeto de eso.
—No esperaría menos de ti, si de repente tuvieras una actitud cordial y agradable con mi persona, me sentiría bastante perturbado —expreso, y Ángel exploto con una carcajada bastante sonora mientras Vaggie amenazaba nuevamente al wendigo con su lanza angelical, siendo apenas detenida por Charlie quien estaba feliz de estar en un leve momento de armonía dentro del grupo.
Se concretó que deberían tantear el terreno, evaluando como estaba el asunto fuera del hotel, buscando información de forma discreta y viendo cómo podían organizarse de nuevo estando tan cerca del próximo exterminio anual.
Charlie por su parte, evito decir las secuelas físicas que comenzaban a aparecer en su cuerpo producto de ello. Desde un principio Vaggie conocía lo difícil que era para ella mantener ese tipo de conjuros, por lo que no quería darle más cosas para preocuparle. Porque lo que necesitaba en ese momento era de su total colaboración y no su atención centrada en su preocupación por ella, de modo que mientras pensaba con claridad que hacer, le pidió que reunieran información sobre aquellas personas que habían estado involucradas con los HAZBIN en los últimos cinco años y de los cuales había hecho un contrato con ellos. Había varios, no más de diez pecadores que estaban en alguna sección de la ciudad, desligados del grupo por motivos ligados principalmente a la traición o la deslealtad a su causa, pero que contenían un contrato de silencio impartido por ella misma. Después de todo lo sucedido con Look y lo que vino después, paso mucho tiempo reflexionando lo que tenía que hacer, sobre los pasos próximos a seguir y el rol que seguiría Alastor a partir de ese momento.
Por buena o mala suerte, el hotel seguía cerrado, aunque con miras a reabrirse pronto, por lo que tenían el tiempo suficiente para hacer esas tareas antes de reunirse formalmente todos de nuevo.
Al final del día, el rumor llevado al canal del 666news hizo solo avivar el deseo de los pecadores a querer vacacionar en el lugar donde posiblemente Lady Hazbin hizo una u otra visita clandestina para descansar o reunirse con su grupo en secreto. Muchos demonios querían saber de primera mano el chisme, aunque el personal del hotel no tuviera nada que decirles. Lo que sí que es tuvieron muchas reservaciones y las cuotas de ingresos aumentaron considerablemente, siendo entonces un punto positivo, que, aunque no los alejaba de las sospechas del palacio de infierno, al menos los dejaba fuera de la sospecha de los medios de comunicación quienes no creían en la credibilidad de dicho rumor.
De nuevo recordó la propuesta de Alastor y el estómago le dio un vuelco, sintiendo como se resentía cuando su mente vagó sobre la muerte de Look.
No estaba conforme, ni siquiera está de acuerdo con la propuesta, claramente por los métodos que el wendigo podría utilizar para silenciar o controlar a los posibles desertores o bocones del equipo, pero algo que tenía que tener en cuenta es que muchas cosas estaban en juego, no solo su proyecto y sus ideales de proteger a su gente, su propia familia y amigos estaban involucrados hasta el cuello, no podía seguir dejando todo al zar como había estado haciendo hasta ese momento.
Tenían que tomar una decisión, pero no podía hacerlo sola.
Mientras tanto, durante esa misma mañana, un gran revuelo se suscitaba dentro de las paredes del palacio de infierno. Una gran sesión extraordinaria del consejo de nobles había llamado la atención de toda la esfera del infierno, quienes se presentaron con una gran cantidad de preguntas, todas en torno a lo anunciado el programa de televisión del anillo del orgullo.
Después de todo, no era común que el señor del infierno convocará a un consejo de nobles, pero imaginando los rumores que corrían sobre la heredera al trono, no les era de extrañar aquello. A muchos, al igual que los pecadores, la noticia se les hacía burda y ridícula, considerando como era la naturaleza de la princesa. No obstante, nadie en su sano juicio podía llegar a cuestionar la gran hazaña que demostró y el respeto que se merecía como futura soberana al demostrar cómo estaba en su capacidad limpiar la maldad de un alma humana, trasportándola al cielo como un nuevo habitante de este, pese a que algunos los pecadores indicaran lo contrario. Por ello, el simple hecho de haberse manifestado una sospecha contra la princesa del infierno hizo que el consejero de guerra de Lucifer fuera llamado a lugar.
Lo que en verdad no esperaron al ingresar al salón, fue encontrar en el medio del lugar la figura amordazada y casi desfigurada del demonio Abigor, el consejero de guerra del infierno. Aparte de él, estaban las cabezas circundantes de todos los caballeros que realizaron la inspección en el hotel de redención de Charlie. Sin faltar ninguno, aquel escenario funesto rodeaba la silla en donde se encontraba el mismísimo rey del infierno, una obra realizada por sus propias manos, demostrando su terrible furia e implacable temperamento. Después de todo, al ser una sospecha infundada, cuyo autor estaba desaparecido, había convertido al consejero en una burla y también, en un objeto que podría considerar como infamia para la corona del infierno.
—Buenos días caballeros —saludo la faz oscura del rey, aunque su sonrisa parecía denotaba lo contrario. De inmediato todos los presentes se postraron contra el suelo, ocultando sus rostros. Quienes le conocían de siglos y eones, sabían bien el momento en el que este estaba por explotar de cólera, un movimiento, una palabra en falso y estaría tu alma desaparecida en la nada—. Sé bien que es curioso llamarlos de este modo, pero estamos ante una situación interesante que no se ve todos los días —comento, invitándolos a pasar.
El salón imperial conformado por un amplio salón similar al entramado de una catedral, dejaba al rey en el final de la cúpula con su asiento justo en el centro. El resto de los demonios originarios lo veían de pie como el consejero miraba hacia el suelo, sin suplicar clemencia. Reposaba en silencio, con los hombros gachos y la espalda descubierta. De inmediato, el trovador real, un diablillo de largas piernas de cabra y prominentes cachos, estiro un papiro, entonando la voz para relatar los delitos.
—Estamos ante el proceso de domesticación y castigo por el delito de injuria contra la casta imperial del infierno y su heredera, la princesa Charlotte Morningstar ¿Cómo se declara? —cuestiono viendo al acusado. Sin embargo, este ni siquiera se molestó en hablar y levantándose de su asiento, Lucifer camino hasta quedar frente a su subordinado, empujándolo con su pie y repasando todo su peso sobre él, mostrando el objeto que llevaba entre sus manos con una sonrisa sínica.
—Oh, había olvidado como había arrancado tu lengua antes de recibirlos a todos, sé que te volverá a crecer, pero —ajusto el largo látigo de cuero entre sus manos—. Eso no apaciguara así nada más mi ira.
Sin desviar la mirada, mirando todos con atención. Los demonios observaron el castigo ejercido al consejero quien tenía su boca amordazada para acallar todos los gritos que de ella salieron. Con sus propias manos revestidas de guantes, el rey alzo el látigo múltiples veces contra el demonio, sin cesar y con saña, haciendo resentir a los herederos más jóvenes, puesto que era la primera vez que veían a su monarca actuar de ese modo, especialmente por su hija. Un temor profundo lleno a muchos, recordando como en el pasado habían actuado de forma imprudente contra la princesa, sin estimar como el mismísimo rey del infierno era capaz de cualquier cosa, por ver manchado su honor y el de su hija.
Mil latigazos y sesiones de tortura serían poco para lo colérico que se encontraba el rey del infierno, que debía manejar una política aislada de todo ello, pese a que su hija fue la principal afectada de estúpidas ridiculeces manejadas por los gusanos pecadores.
—Ahora bien, señores, es su deber suprimir cualquier comentario impertinente y desinformado sobre el tema, sabemos bien que aquella terrorista no tiene los medios suficientes para todo el circo que pretender montar, así que les recomiendo despreocuparse y retornar a sus territorios con ello en mente —recomendó el rey.
Si bien, toda la situación podía llegar a considerarse delicada, los señores supremos del anillo del orgullo serían por el momento los que tuvieran el deber de encontrar al terrorista, porque estaba más que claro que la única persona capaz de querer alzarse contra el cielo debía ser un incauto y ególatra pecador.
—¿Está bien que nos tomemos tan despreocupadamente el asunto?
'Todos los presentes se voltearon hacia una voz masculina que se encontraba entre los presentes. Un demonio de porte elegante y largo sombrero de copa, vestido de un traje completamente esmeralda, se alzó entre todos captando su atención.
—¿Algo que quiera comentar respecto al asunto, Howard Von Eldrich?
El líder de la familia Von Eldrich, que venía acompañado de sus dos hijos, camino hasta el frente usando su bastón de caoba y platino. Con su mirada estoica, se posó frente al rey, sin cambiar su expresión.
—Si bien es un asunto que puede parecernos trivial, es una realidad como los "señores supremos" del círculo del orgullo, han mostrado una clara incapacidad para atacar y cortar este problemilla de raíz —empezó a decir, mirando a Lucifer—. Se trata de una simple pecadora, pero ha ganado adeptos y en cinco años ha dejado en ridículo a muchos de sus iguales, pero el peor asunto de todos, es la vergüenza que ha hecho pasar a la nobleza infernal con este último incidente —destaco.
—Por supuesto, su majestad. Pero mi punto aquí, es que ha sido sumamente patético como ha incurrido hasta estos niveles, llegando afectar la lealtad de un consejero tan capaz como el mismísimo Abigor. Es una claridad que esta "pecadora", tiene influencia y algún tipo de magia que le hace incluso comparar con demonio originario.
—Eso es sumamente imposible, a pesar de su insolencia, aun es incapaz de llegar al nivel de poder de otros señores supremos—explico uno de los acompañantes del rey, indicando la situación—. A su vez, no existe nadie en la nobleza infernal que se atreva a cordializar con los humanos pecadores a ese nivel.
—Me sorprende saber sobre su postura tan ligera con respecto a este asunto —expreso, y muchos murmullos se presentaron en el salón con respecto a ello—. En este momento, hay muchos de los demonios originarios que parecen haber olvidado el origen que tienen, entregando su honor y su lealtad al mezclarse con seres inferiores como estos. Esa debilidad ha sido la que ha afectado a su alteza, la princesa Charlotte y lo que el hecho verse envuelta en esta serie de escándalos de traición...
—¿Esta insinuando que mi hija es una traidora que no protege su honor como demonio? —cuestiono de propia voz Lucifer.
El suelo tembló y por primera vez en mucho tiempo, el resto de los demonios presentes sintió un verdadero temor. Un pánico primigenio que habían olvidado pero que sus cuerpos aun podían recordar con solo
—NO, en ningún momento ese ha Sido mi intención —trato de explicar, notando e gran error que había cometido al decir esas palabras—. Pero bueno... Cómo bien sabemos todos aquí presentes, la princesa Charlotte confía y convive con muchos pecadores, puede existir la posibilidad de que al menos pueda existir o residir un grupo de pecadores que ajenos a la voluntad de su alteza, estén conspirando para hacerla ver cómo parte de esto, y así desviar nuestra atención. Lastimosamente, puede que eso haya sucedido.
El sudor frío de Lord Von Eldrich se podía ver a lo lejos, sus mismos hijos estaban igual de tensos, pero el soberano del infierno parecía apacible, una buena señal para quienes lo conocían, porque al menos, el brillo dorado de sus ojos se había calmado.
—Parece que Lord Von Eldich quiso dejar muy en claro su punto —comenzó, moviendo su pierna hasta cruzarla sobre la otra y reposar su rostro en su puño—. Suena interesante. Si eso es lo que desean, tomare una decisión al respecto. De modo que, espero que todos ustedes puedan encontrar la raíz del problema y mantengan la boca cerrada, lejos todos de mi maldita vista.
Así dio por concluida la sesión, dejando el paso libre a todos los integrantes de la nobleza infernal para retirarse de aquella agobiante reunión. Había Sido la primera en siglos desde el pacto no agresión contra el cielo y el pacto de exterminó anual contra las almas pecadoras. Ninguno de los nobles lo demostraba, pero, así como seguían las cosas, su afable "paz" podría comenzar a desmoronarse por culpa de una sabandija pecadora.
De este modo, podía decirse que había incertidumbre en cómo proceder, y si deberían esperar al siguiente exterminio anual para tomar cartas en el asunto. Sin llegar a una conclusión concreta, los demonios comenzaron a salir lentamente del castillo. En ese mismo momento, los herederos Von Eldrich tuvieron que esperar un momento a un lado de la entrada mientras su padre conversaba con el señor de la ira sobre asuntos de negocios en el cuarto anillo del infierno. De reojo, la hija menor del Marques, Helsa Von Eldrich, observó la faz pensativa de su hermano, frunciendo el ceño ante los posibles pensamientos.
—Estás haciéndolo otra vez —advirtió entrecerrando sus ojos.
El joven a su lado, un caballero de vestimentas tan esmeraldas como sus propios ojos, se encontraba revisando su hellfond en vista de que no pudo hacerlo durante la reunión.
—¿Qué se supone que estoy haciendo? —pregunto este, logrando que su hermana chasqueara la lengua, molesta.
—Estás pensando en esa zorra —lo acuso. Este ni siquiera levanto la mirada por sus palabras.
—¿A cuál zorra te refieres? Salgo con muchas mujeres y ninguna de ellas te gusta, incluida tu ex —le contesto sin siquiera verla, está intento disimuladamente pisar su zapato de cuero, pero este lo evito elegantemente.
—Tú sabes bien cuál es —expreso. Hubo una pausa en donde el hombre dejo de teclear, volviendo haciéndolo al momento y logrando que la joven de cabellos con forma de serpiente comenzara a desesperarse de ira—. Me estoy refiriendo a la maldita perra de Charlie.
Seviathan Von Eldrich cerro las aplicaciones de su teléfono, colocando todo en su bolsillo mientras enfrentaba la faz de su hermana. Como demonio nacido del infierno y principal heredero del puesto de Marques, había pasado mucho tiempo conviviendo con la familia imperial del infierno, llegando a compartir escuela, así como haber fungido durante un par de siglos como el prometido de la princesa cuando el mismo decidió terminar esa relación en el momento que sus acciones de redención comenzaron a querer salir a la luz. Durante ese pasado, su hermana había "adorado" a la princesa, muy a diferencia del presente, donde comenzaba a hablar de la heredera al trono sin cuidar sus palabras.
—Sabía desde el principio que todo este circo era porque su majestad sigue limpiando las cagadas que ella comete, pero vi bien tu expresión con lo que dijo nuestro padre ¡era el momento perfecto para ponerla en su lugar luego de la vergüenza que nos hizo pasar como familia! Pero, aun así, tu —lo acuso con su dedo índice, para luego cruzarse de brazos, haciendo un berrinche—. Tú solo te quedaste ahí como una mierda, con tu cara de imbécil solo porque fue mencionada en toda la audiencia. Además, ni siquiera tuvo la cara de venir a defender su honor, es verdad patética como la tiene que defender su majestad.
—Primero que nada, creo que fue muy imprudente de nuestro padre atacar con esas palabras cuando se notaba claramente el ataque de Ira que su majestad estaba conteniendo —indico, con su gesto estoico y sin interés—. En segundo lugar, cuida tus palabras. Todo el lugar tiene oídos y no quieres ser azotada como ese consejero.
Con gesto austero, Helsa se cruzó de brazos.
—Nuestro padre no lo permitiría —dijo frunciendo los labios.
—Ese es tu problema, Helsa. Te quejas tanto del nepotismo del rey con Charlotte, pero tú no eres diferente de ellos—dijo por su parte—. Además, pensemos con claridad. Esto no tiene nada que ver con ella, sabes bien que Charlotte no puede estar involucrada, no es su naturaleza y, además, no tiene la voluntad para luchar a ese nivel —comento esto último con condescendencia, logrando por un momento una leve risa de su hermano, aunque está cambio rápidamente recordando algo.
—Pero se bien que fuiste a buscarla el día de la ascensión de ese maldito pecador —expreso, logrando que poco a poco los nervios del demonio esmeralda comenzarán a soltarse. Solo había persona con la cual no podía controlar su mal genio e irá, y esa era su "querida" hermana. Estaba a punto de contestarle que se fuera al carajo cuando el sonido de su teléfono llamo su atención.
Viendo la notificación en la pantalla, Sevathian cambio su expresión, guardando su teléfono en el bolsillo de su saco nuevamente y activando un conjuro que llamo a su propio automóvil hasta las puertas del castillo. Su hermana seguía mirándole, alzando su ceja esperando una respuesta que la complaciera.
—Mira, no sé de qué me estás hablando. A diferencia de ti, no tengo tiempo para hablar de trivialidades y rencores del pasado, tengo una llamada de mi negocio, tengo que ir a ver qué mierda está sucediendo con los libros y luego iré a cenar con una puta para variar, no me estés jodiendo.
—¿Qué? ¿Cómo que te vas y me dejas aquí sola? —increpo, pero Seviathan no le intereso en lo absoluto sus palabras, caminando hacia delante cuando apareció ante el un lujoso vehículo de verde metalizado—. Sevithan te estoy diciendo algo, no te atrevas a dejarme, así como así ¡Seviathan!
Y así, ignorando a su hermana y sin esperarse a despedirse de su padre, el demonio esmeralda se retiró del castillo, dejando a su iracunda hermana con terribles pensamientos que involucraban a cierta princesa rubia y algunas técnicas de tortura que viendo deseaba aplicar.
Por su parte, el heredero de los Von Eldrich se mantenía pensativo en su recorrido a su próximo destino, recordando las palabras de su hermana. Había buscado ocultarlo durante mucho tiempo, pero quizás ya estaba comenzando a ser lo suficientemente obvio, aunque en el exterior, la relación que ambos llevaban era particularmente nula.
Si bien era cierto que él y Charlotte habían terminado hacía muchos años en muy malas circunstancias, no podía negar lo estúpido que había sido. Sus creencias, su crianza, su entono y su propio ego, le hicieron dudar de aquel ilusorio proyecto que la persona que más amo en su maldita existencia, y fue gracias a todo eso, que la perdió y fue feliz con ese resultado, porque no concebía como alguien como ella, con un fuego intenso brotando en sus ojos, se denigrara así misma por ideas tan estúpidas como la redención del alma humana.
Que tan equivocado tenía que estar para dudar de esa determinación plasmada en ella.
No hubo persona en el infierno que no fue capaz de sentirlo, y fueron muchos los privilegiados para verlo en persona. Incluso él mismo. Ya que justo en ese momento, se encontraba rondando en los alrededores de pentagrama city justo en una zona bastante alejada del hotel, pero no había sido necesario verlo en primera fila para notar la gran estela de luz que se abrió desde aquel pentagrama roto en mil pedazos. No supo cómo describir ese momento en palabras, pero sí pudo sentir un profundo pánico y estupefacción. Porque con claridad se podía escuchar como el coro de los ángeles clamaba por la subida de un alma al cielo mientras aquel espectro humano abandonaba su amorfa forma para retornar a su forma original y subir al paraíso con el resto de los ángeles.
Fue un momento que podía decir que fue decisivo en su vida, la brecha entre el antes y el después, porque aquello resulto en romper todo lo que había creído, en todo lo que había pensado y dicho, pero sobretodo, convirtió las palabras de aquella ingenua princesa en un voraz hecho que ya nadie podía refutar: las almas humanas podían ser redimidas y ella lo había hecho. Entonces el peso de su pasado le cayó encima y el amor que había estado conteniendo con palabras hirientes y de orgullo contra sí mismo, finalmente fueron imposibles de eludir.
Si, era hipócrita volver a regresar a lo que eran antes. Habían pasado tantos años, siglos incluso, no tenía la cara para pedirle que volvieran, pero si mostrarle su profundo arrepentimiento, pero, sobre todo, mostrar su lealtad a su nueva causa.
Con extrañez, Seviathan miro la entrada de la tienda ante tan curioso local, pero creyendo firmemente en sus decisiones, ingreso por la puerta, haciendo sonar la campana.
—Buenas tardes ¿en qué puedo ayudarlo? —pregunto cortésmente Rosie mientras se acercaba al demonio esmeralda, este la miro, entregando una tarjeta negra.
—La manzana es mucho más roja de lo que se cree —expreso, y ante esas palabras, la faz de Rosie se extendió en una satisfecha sonrisa.
—Pase por aquí, su encargo está listo en este momento —dijo y lo guio hacia la parte trasera del lugar.
Sin decir palabras, Seviathan la siguió hasta un salón de reuniones donde reposaban las muestras de telas, trajes y vestidos realizados a la medida, una mesa de bocadillos reposaba allí, pero no era ese el lugar al que esperaba dirigirse. Abriendo el pasadizo secreto de su tienda, Rosie lo invito a pasar, indicándole el camino a seguir.
—Disfrute su estadía —fue lo último que escucho hasta que la puerta detrás de él se cerró, encendiendo un largo pasillo con antorchas en cada pared.
Con una marcha determinada, el demonio camino solo unos minutos en línea recta sin detenerse a admirar el espacio. Estaba sorprendido, no podía negarlo, pero luego de todos los acontecimientos, estas nuevas previsiones eran acorde a su situación. Luego de un momento, encontró una puerta de hierro que sonó lo suficiente mientras se abría dejando ver un gran salón con una pequeña salita y puertas a otros espacios, a un lado, había una gran mesa acompañada de largas sillas, en donde un grupo de personas voltearon a verle, cambiando sus expresiones al verlo.
—Buenas tardes damas, caballeros —dijo nada más ingreso, caminando hasta su asiento, notando con cierta curiosidad como no estaba la persona en la que había estado pensando durante su trayecto hasta allí. Volteando en dirección contraria, se dirigió a sus compañeros— ¿Charlotte aun no llega? —pregunto en este caso a varios de los presentes, entre ellos, Vaggie suspiro, rodando los ojos—. ¿Sucede algo?
—Ella no tardará en venir, está atendiendo un asunto, pero estará aquí pronto —respondió. Seviathan estaba a punto de decir algo cuando fue abruptamente interrumpido por la voz de un tercero.
—Deshonor, completamente deshonroso ¿Cómo puede ser posible que la princesa llegue tarde a la misma reunión que ella convoco? —cuestiono Sir Pentiuos, golpeando la mesa—. Y a fin de cuentas ¿Por qué no están ustedes trayéndola en este momento? —dijo mirando tanto a Ángel como a Vaggie.
—¿Acaso no oíste a la muñeca enojada? ¡Ella ya viene en un momento! —le grito el ex actor porno. En respuesta, la serpiente se hecho sobre la mesa, cruzado de brazos, soltando algunas lágrimas.
—¡Se suponía que por fin tendría la oportunidad de mostrarle mi nuevo invento! —lloriqueo.
Varios de los presentes se hacían las mismas preguntas, todos se cuestionaban donde se encontraba Lady Hazbin, era la primera que ella llegaba tarde a una reunión de ese tipo, y luego de todos los acontecimientos ocurridos, no podían evitar sentirse nerviosos ante su ausencia. Desde su lugar, el mismo Seviathan estaba algo pendiente de su llegada, cuando la puerta se abrió dejando una corta melena rubia y junto a ella, una presencia escarlata que dejo a casi todos los presentes con las respiraciones cortadas.
—Disculpen la demora, tuve unos asuntos que resolver antes de poder presentarme en este lugar —contesto, mirando de reojo a su sonriente Alastor.
Había tardado al buscar un momento en el cual explicarle los detalles de aquella reunión a Alastor, sería demasiado problemático si se esté hiciera un comentario equivocado cuando fuera presentado en la reunión, puesto que con mucha perseverancia en convencer a Vaggie para ello, por lo que no podía dejar que todo saliera a la perfección, aunque el wendigo se burlara de ella en el proceso.
—No tiene por qué guiarme, soy un comunicador, me hare entender muy fácilmente sin traerle problemas —le dijo con sorna y petulancia. Está suspiro, negando la cabeza gracias a su gran ego—. Además, soy muy versado en el tema que deseamos conversar hoy.
—Podrás creerte más fuerte y preparado que yo, pero debo recordar que soy mayor unos cuantos siglos que usted, así que al menos la experiencia esta de mi lado —le dijo guiñándole el ojo, causándole una gran carcajada.
—No lo dudaría por un segundo, alteza —respondió este, y Charlie sonrió levemente.
Antes de colocarse un broche de manzana dorada en su pecho, que, con solo tocarlo, activo y coloco sobre su cuerpo un largo traje de látex negro que fue posteriormente enfundado con varios protectores. Alastor la miro con atención, pero sin dejar de ser respetuoso.
—Me sorprende que, si todos son de alta confianza, usted deba ir vestida como si estuviera a punto de ir a la guerra —comento este despreocupadamente. Pero como el curioso empedernido que era, se trataba de una buena ocasión para preguntar mayores detalles sobre lady HAZBIN.
Podía entenderlo, en el pasado, también se había preguntado lo mismo en muchas ocasiones, de porque aquello era en verdad necesario de hacer, cuando luego de mucho tiempo, muchas muertes, muchas traiciones y mucha sangre derramada, ella misma adquirió la respuesta de eso.
—Sí, pero, así como son de mi confianza, también son las personas en las que más debo apoyar en mi rol de líder. Esta mascara no solo es un símbolo para ellos o los de afuera, también es una forma de darme determinación —dijo, mientras —. Porque una vez me la pongo no soy solamente Charlie, ahora mismo soy Lady HAZBIN.
Por ello, cuando camino entre los participantes, no lo hizo con la postura encorvada que siempre tomaba. Caminaba erguida, con solemnidad y Alastor estaba en verdad congraciado con observar esa dualidad. Brindándole el gesto de
Una vez estuvo sentada, con el wendigo a su lado, se enfocó en el resto de su grupo.
—Princesa ¿Qué hace él aquí? —pregunto Sir Pentiuos, con su gesto tembloroso e incrédulo. Charlie, tragando en seco, respondió.
—Él...
—¿Cómo pudo hacerme esto princesa? —lloriqueo el demonio serpiente, casi llegando al rostro de esta con su alargado cuerpo, interrumpiendo su respuesta—. ¿Cómo puede estar aquí Alastor, mi mortal y ultra archienemigo? —chillo sin dejar de señalar al wendigo con su dedo acusador.
—¿Te conozco? —le pregunto con cinismo y burla mientras la pobre serpiente serpenteaba con enojo, recluyéndose en su asiento mientras vociferaba una gran serie de palabras, así como casi toda la sala.
Como bien imagino Charlie, la presencia del demonio de la radio en aquella reunión genero un enorme revuelo que apenas fue contenido por la princesa, quien invoco a su tridente, solicitando el respeto que merecía. Solo así, se callaron, pero las miradas emitían todos los murmullos que sus bocas deseaban expresar. Charlie no podía culparlos, en una sala donde la mayoría de los demonios habían surgido desde las regiones más bajas o medias de los círculos del infierno, tener frente a ellos a un señor supremo de tan notable reputación y poder, dejaba a muchos nerviosos, en diferentes tipos de sentidos.
—He convocado esta reunión para dar un anuncio —comenzó a hablar, respirando profundamente antes de seguir—... como pudieron darse cuenta, la presencia del demonio de la radio, Alastor, no es casual ni está infiltrado en la organización. Desde el día de hoy
— ¿El demonio de la radio en Hazbin? ¿Y en un puesto tan alto tan rápido? —increpo Araccnis, colérico.
— ¿Es completamente seguro que no nos va a traicionar? —pregunto la demonio de un solo ojo y cabellera pelirroja, mirando a Alastor retadora.
Los murmullos fueron y vinieron, completamente alborotados y llenos de diferentes tonos de voz, estos perduraron durante un par de minutos antes de ser severamente callados por el imponente sonido de un arma metálica siendo golpeada contra el suelo.
—Es una decisión tomada por la triada y que no tiene derecho a ningún tipo de réplica —estableció, severa—. Alastor fue aceptado por el inmenso poder que posee y por las grandes conexiones que pueden beneficiar a todos. Desde económicamente hasta armamentísticamente hablando. En cuanto a su lealtad, yo misma me he asegurado de darle efectividad a su palabra mediante un trato de primer nivel, si con eso no basta, exijo que demanden mi cabeza en el mismo instante que Alastor nos traicione ¿Es suficiente para ustedes?
Muchos demonios jadearon ante sus palabras, sin poder replicar ante el peso de lo que Charlie estaba diciendo.
Alastor observo todo, complacido nuevamente. Ver como la princesa ejercía su dominio con puño de hierro, para defender su posición y su ingreso al movimiento, fue exageradamente satisfactorio para su ego. Le hizo sonreír tenebrosamente, causando que varios dentro de la mesa ahogaran un jadeo de pánico.
—No deben preocuparse, señores. No estoy aquí para causar desorden o terror, para eso tengo otros espacios —comento con osadía—. Estoy aquí para prestar mi apoyo a la princesa Charlotte y a su causa. Mi poder estará a la disposición de Hazbin.
Todos se miraron, teniendo diferentes opiniones. Muchos estaban emocionados de que la princesa hubiera logrado dominar al demonio de la radio para las manos de Hazbin, lo que implicaba que tendrían no solo un señor supremo apoyándolos, sino que también este no sería una amenaza para ellos en otros espacios. Otros, por otra parte, tenían todavía sus dudas, claras dada la reputación del demonio quienes tenían en frente.
No dudaban de la decisión de su líder, pero sí de cuánto tiempo el wendigo estaría de su lado.
Feliz noche mis corazones, lamento la demora, pero estoy de viaje en casa de mis padres durante dos meses, así que habia tardado en ajustarme a las cosas y la dinamica de escribir de noche de nuevo, espero de verdad que hayan disfrutado el capítulo que en verdad ame escribir. Hay muchas cosas interesantes, asi como la introduccion de nuevos personas, a que no se esperaban la aparición de Seviathan, pues veremos mucho más de él y otros personajes de ahora en adelante ¿como les parecio la presentación de Alastor ante los HAZBIN? Cosas interesantes se vienen y estamos cada vez más cerca del exterminio anual, así que ¿que piensan que pueda pasar? ¿Es la calma antes de la tormenta? Siempre adoro sus comentarios, asi que pueden dejarlos sin problema, los respondere en tanto pueda <3 muchas gracias siempre y de verdad aprecio todo el apoyo que recibe la historia. Un saludo grande desde Venezuela y se me cuidan mucho
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro