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Capítulo 11: Prueba de oro

Una nueva mañana se asomaba en la ciudad pentagrama. Como todas las mañanas, Charlie esperaba despertar al filo de su alarma, dar un par de vueltas sobre el colchón dudosa de levantarse, solo que esta vez, tardo mucho más de lo que hubiera querido.

El día anterior le había costado conciliar el sueño, demasiado preocupada en lo que había visto. Aun cuando busco relajarse cantando algo en teatro, no funciono demasiado. Desganada, decidió regresar de nuevo a su cuarto para descansar, a pesar de que sabía que no podría hacerlo.

En ello, se había encontrado con Vaggie de regreso a su habitación, tal parece que al igual que ella, había visto el anuncio de la televisión sobre su nueva búsqueda y corrió preocupada para ver cómo se encontraba. Estaba con sus largos cabellos plata agarrados en un moño, preparándose para dormir cuando vino hacia Charlie, y esta se sintió con el corazón arrugado, por seguir preocupando a los demás a ese nivel.

—Cariño ¿estás bien? —pregunto, está buscando calmarla a través de su tacto, como en antaño.

Charlie se abrazaba a sí misma, aun absorta en sus propios pensamientos, por eso, al tacto de su ex novia ella respingo, causando que ambas se separaran por inercia. La rubia no quería hacer eso, no quería reaccionar de ese modo a pesar de que estaba bastante nerviosa y asustada, no quería darle más problemas o preocupaciones innecesarias a su propio grupo, por eso sonrió como estaba acostumbrada a hacerlo, tratando de aligerar el ambiente.

—Estoy bien, solo necesito descansar por esta noche —aseguro.

La expresión de Vaggie no parecía convencida, pero a pesar de los años conociéndose, ella seguía sin poder reconocer cuando Charlie sonreía de verdad o solo era una máscara construida para no preocuparlos, así que no dijo nada, solo tanteo su hombro y le acompaño hasta la puerta de la habitación.

Una vez allí, ambas se despidieron con un abrazo que no duro demasiado tiempo, y como había predicho, a Charlie le costó demasiado dormir. Sin embargo, no podía seguir en la cama así nada más. Esa mañana comenzaban a recibir a los nuevos huéspedes por lo que estarían muchísimos más ocupados a partir de ese momento, así que termino siendo finalmente ayudada (u obligada) por Dazzle y Razzle, para luego ir al baño, darse una ducha caliente, vestirse y bajar a desayunar para iniciar su mañana.

Y ya había comenzado parte de ese camino, relajándose un poco mientras usaba la bañera de la habitación, cuando una sacudida del suelo le hizo casi perder la estabilidad dentro del agua. Se trataba de una profusa explosión que se escuchó en la parte baja del hotel. Un temor terrible trepo por su garganta y tomando lo primero que alcanzo para vestirse, la princesa salió corriendo de la habitación camino hacia el Lobby.

En el camino se encontró con Ángel y Vaggie, armados, en pijama y asustados, preparados en caso de verse envueltos en otra guerra territorial entre demonios. Y mientras entraban con sigilo a la planta baja, muy cerca de las escaleras, entre la nube de humo se asomó una figura escarlata. Solo bajaron sus armas cuando notaron que trataba de Alastor, aunque eso no hizo que bajaran del todo la guardia.

—Uff, se trataba del chulo de fresa —dijo el demonio araña, liberando su postura y alejándose del lugar, en dirección a la cocina.

—¿Alastor? —cuestiono Charlie confundida.

—¿Qué carajos acaba de pasar? —cuestiono ahora Vaggie, impaciente por saber que había ocurrido.

—Buenos días querida, luego de la gran explosión he bajado de inmediato a ver qué era lo que estaba sucediendo y me encontrado entre los escombros a este hombrecillo de un color azul muy particular —le comento mientras elevaba con su brazo la figura de un demonio con rasgos de pescado, tenía un oscuro y azulado tono de piel, así como unas viseras acuáticas como anteojos.

—¡Por favor suéltame! ¿Quién diablos eres? ¡Esto no es correcto! —le gritaba el demonio pez mientras se removía nervioso y asustado entre sus garras.

—Es un intruso bastante grosero, estallar algunas secciones del hotel es de muy mala educación —comento Alastor sin preocuparse por lo que él otro tenía que decir, solo enfocando su atención al demonio rubio— ¿Me deshago de él? —pregunto, ocasionando que su posible victima lanzara un chillido de pánico que fue rápidamente resuelto por Charlie.

—¡No! No lo hagas, no es un intruso ¡es otro de nuestros aliados! —alerto, generando que automáticamente Alastor lo soltara, cayendo abruptamente contra el piso.

—Por dios santo ¿Quién diablos es él? ¿Por qué alguien tan maligno está aquí? —increpo para si el demonio mientras Charlie se acercaba al demonio pez.

—Baxter ¿estás bien? —pregunto, y este le vio indignado.

—Sí, estoy bien, aunque por poco me muero —contesto. Y soltándose de su agarre, salió despavorido del lugar.

—¿Qué carajo es lo que pasa a ese hijo de perra? —pregunto Husk con su botella favorita en mano, mientras una encantada Nifty veía como el pequeño demonio pez huía del perímetro, volviendo a la oscuridad de su guarida subterránea.

—Nunca lo había visto por aquí ¿Quién es él? —pregunto ahora Nifty casi con desespero, mirando a Charlie con su único ojo.

—S-Su nombre es Baxter, es otro inquilino del hotel —contesto—... el —sin embargo, Alastor coloco delicadamente un dedo sobre sus labios, impidiendo que siguiera hablando.

—Yo también quisiera un par de respuestas, querida, pero creo que lo recomendable seria que estés en mejores condiciones —indico.

Charlie no entendió en un principio a que se refería, pero noto extrañada como este no le dirigía correctamente la mirada. Bajando un poco hacia a sí misma, noto como había bajado con su bata de baño, sin tener nada más puesto sobre ella. Enrojeciendo hasta más no poder, salió huyendo del Lobby mientras el resto del hotel parecía iniciar su mañana como si una explosión en el sótano no los hubiera despertado sorpresivamente.

Una vez vestida correctamente, la princesa bajo a desayunar con el resto de los integrantes del hotel al comedor general, pronto abrirían las puertas al público por lo que debían apresurarse. Allí ya muchos habían comenzado con su desayuno, conversando animadamente y ella estaba dispuesta a acompañarlos, cuando fue detenida por una mano rojiza que se colocó a escasos metros de su cara.

—Alastor ¿Qué sucede? —pregunto, viéndole sin entender.

—Creo que tenemos una conversación pendiente cariño.

—E-Entiendo —asintió dejando su bandeja de desayuno a uno de los inquilinos que recién estaba ingresado al comedor.

Ambos demonios se encaminaron a la oficina de gerencia, ubicada a un par de pisos del lobby. Una vez ingresaron, Charlie decidió preguntar el porqué de su interrupción a su desayuno.

—¿Qué es lo que sucede? —Alastor se volteó, sonriendo de forma más escalofriante de lo que ella hubiera recordado. Algo ocultaba entre sus manos, llamando claramente la atención de la princesa ante lo que tuviera entre ellas.

—Creo que olvidaste algo que te pertenece querida —indico y le entrego en sus manos algo que la princesa reconoció muy bien.

Era su broche dorado, aquel con forma de manzana que su padre le había regalado.

—¿Qué esta...? ¿Por qué lo tienes? —no pudo evitar preguntar, ni siquiera recordaba haberlo extraviado.

—Pues lo dejaste tirado en medio del escenario anoche cariño —explico, y Charlie lo vio un momento—. Tienes una voz esplendorosa, pero creo que debes ser más cuidadosa con tus pertenencias, especialmente si son tan importantes como esta —refirió.

Charlie tardo un poco en contestar, aun conmocionada por la revelación hasta que finalmente reacciono, mirando a Alastor con una mezcla entre vergüenza y molestia.

—¿Me espiabas? —le pregunto. Pero Alastor se burló claramente, indignándola mucho más hasta que con un pequeño conjuro susurrado apenas por sus labios, la sombra de Charlie pegada a sus pies tomo vida y mostrando un rostro asustado y tan nervioso como su dueña, fue enfrentado por Alastor, quien la veía con diversión.

—Bueno querida, podríamos decir que era una acción mutua, no puedes engañar a las sombras por mucho tiempo —respondió, encogiéndose de hombros.

La sombra de Alastor surgió como un gato detrás de Charlie, quien pego un brinco de sorpresa mientras que su propia se escondía nuevamente a sus pies. Allí podía entender lo que había pasado, y como la vergüenza dentro de sí aumentaba, impidiéndole ver al wendigo a los ojos, pues ¿Qué podría decirle? Se suponía que tenían un trato que los obligaba a colaborar y lo que había hecho no era lo más correcto que se pudiera hacer en una alianza.

Ella busco que decir, algo que pudiera salvarla de la humillación y darles un sentido claro a sus acciones en contra de su socio comercial, pero no salió nada. Entonces, como era usual, Alastor tomo la palabra.

—Fue divertido e interesante —concedió, riendo entre dientes—, pero creo que hay algo necesitamos centrarnos en algunos aspectos importantes que debemos conversar que nuestro pequeño juego del gato y el ratón ¿o me equivoco? —incidió, cambiando el brillo de sus ojos a uno más oscuro, como la mira de un cazador sobre su presa.

—¿Qué quieres decir? —cuestiono, nuevamente se sintió pequeña, encogiendo su postura y mirando directamente al wendigo.

—Usted conoce mejor que yo que es lo que me refiero —expreso ladeando la cabeza.

Ambos se miraron en silencio y Charlie de verdad quería salir corriendo a esconderse al primer lugar que encontrara. Ya era lo suficientemente malo que Alastor hubiera descubierto que lo estaba observando, y el que ahora tuviera que lidiar con la persecución de su padre no hacía más que abrumarla. Pasaron unos minutos más en esa posición cuando unos toques en la puerta llamaron la atención de ambos.

—Muñequita —los interrumpió Ángel abriéndola puerta, encontrándolos viéndose fijamente, aunque con expresiones completamente contrarias—Ufff ¿llego en mal momento?

—No estimado ¿Qué es lo que sucede? —pregunto Alastor, a lo que el demonio araña recuerda el motivo del cual había venido.

—Bueno, están comenzando a llegar los huéspedes que hicieron reservación, Vaggie los está organizando en el Lobby, pero creo que sería bueno un poco de ayuda para eso —menciono.

—Por supuesto, enseguida iré contigo —respondió la princesa, y dándole una última mirada a Alastor, salió de la habitación tras Ángel.

Apenas unos pasos habían caminado cuando este se detuvo abruptamente, provocando que la rubia chocara contra su espalda.

—¿Sucedió algo entre tú y sonrisas? —cuestiono directamente, Charlie tembló al recordar lo que este le había preguntado—, parecía serio.

—N-No es nada serio, no tienes que preocuparte por nada —le dijo rápidamente, con el fin de desviar la conversación—. Debemos irnos rápido, Vaggie está esperando por nosotros.

Como era de esperarse, la cuota de pecadores que buscaron asistir al hotel fue bastante considerable y muchos parecían ansiosos de disfrutar los servicios que este ostentaba. Con fluidez, Charlie guio y ayudo a muchos de estos a llegar a sus habitaciones, organizo los itinerarios de los trabajadores y botones que ayudarían con los servicios de atención al cliente, superviso la cocina y los comedores, observando que todo estuviera en orden, así como dirigió una charla de bienvenida para las sesiones abiertas que tenían los inquilinos adscritos al plan de redención. En sí mismo, gran parte del día se le fue entre aquellas gestiones que la dejaron agotada y sin posibilidad de que su mente divagara en otras ideas, quedando completamente dormida una vez su cuerpo toco el colchón de su cama.

Y así estuvo por varios días en lo que todo pareció marchar con normalidad, todos cumplían sus tareas a cabalidad, en que las cosas marchaban con normalidad, pero era una calma tensa, donde Charlie veía como todos los nuevos inquilinos a su alrededor hablaban sobre ella sin saberlo. El nombre de Lady Hazbin estaba en boca de todos, todos hablaban de ella, desde los pecadores más pequeños hasta el mismísimo Vox en varias oportunidades a través de sus programas de televisión. Muchos carteles con su rostro enmascarado cubrían ciudad pentagrama, y no importaba el lugar que estuviera, el tema siempre estaría presente.

Charlie debía ser consciente de que eso pasaría, que en algún momento llegaría a ser perseguida por los hombres de su padre y que tendrían que ser más cuidadosos con sus acciones de ahora en adelante, pero al menos creyó que algún pecador, por pequeño que fuera, podría estar de su lado, esperanzado por las acciones que estaba llevando a cabo a pesar del riesgo que tomaba.

Sin embargo, solo escuchaba palabras de burla y cuestionamientos sobre su sanidad mental al respecto de sus acciones. Los casinos y centros de apuestas morían de ansiedad en las pujas sobre cuánto tiempo tomaría para que fuera ejecutada públicamente en la plaza del palacio imperial, algunos otros discutiendo el posible overlord que podría ser en secreto Lady HAZBIN, aunque nadie estaba seguro de quien podría ser.

Era descorazonador y sentía que su ánimo decaía con cada cosa que escuchaba incluso en su propio hotel de redención, de los mismos inquilinos que ella buscaba salvar.

¿Acaso había toma una decisión equivocada?

De repente escucho una algarabía venir del área de la 'piscina, algunos trabajadores veían lo que parecía ser una "pelea" sin saber cómo intervenir, y como parecía, Charlie era la primera del staff en llegar hacia allí.

Era un grupo de cinco demonios fornidos con rasgos de reptil, todos se burlaban de un pecador más pequeño que tenía una forma semejante a un perro del infierno, se encontraba bastante herido, su nariz sangraba mientras tenía uno de sus ojos morados. El más grande de todos lo tenía jaloneado del cuello de la ropa, burlándose claramente de algo que el demonio más pequeño protegía entre sus manos.

—Que bastardo más patético, mira que aferrarse a un papel como si fuera su vida ¡Pierdes tu tiempo! ¡Esa zorra debe estar ya en lo profundo de la nada desde que el supremo de este sitio decidió que había jugado suficiente! —se rio a carcajadas junto al resto de sus compañeros.

Sin embargo, el demonio caprino se removió como un gusano entre sus manos, buscando escapar al mismo tiempo que lo veía con una gran expresión de enojo.

—¡NO ES ASÍ! ¡Ella es una diosa! ¡Ella ha venido a salvarnos y estoy seguro que sigue con vida! —grito el escuálido pecador, recibiendo un tremendo golpe por parte del otro demonio que lo arrojo de lleno contra el suelo.

De las manos de este, salió volando una pequeña estampilla que llego al borde de los pies de Charlie, está bajo la mirada encontrándose con lo que parecía ser una impresión de su alter ego: Lady HAZBIN.

Charlie no sabía que había demonios que tenían imágenes de ella, como si de alguna diosa o figura protectora se tratara, ni siquiera podía creer que alguna persona podía pensar que ella estuviera haciendo algo bueno por ellos. Entonces, encontrarse alguien que se enfrentaba al escarnio público, solo por defender su proyecto, fue extraño.

Sin embargo, no podía permanecer así nada más, saliendo de su estupor, tenía que interceder en el conflicto.

—¡Deja de decir estupideces! —decía, tomándolo de nuevo del cuello dispuesto a golpéalo de nuevo. Pero un repentino toque en su hombro lo distrajo, obligando a virar su rostro hacia la persona que lo tocaba.

—Por favor, detenga —exigió la princesa—, este Hotel no permite este tipo de disturbios, así que le pido amablemente que lo libere y se retire del lugar.

—No nos vengas con esto, princesita, hemos venido aquí a divertirnos y hemos pagado mucho dinero para disfrutar de esto ¿acaso quieres arruinar nuestra diversión? —inquirió el demonio de grandes colmillos, su larga lengua siseaba en una especie de advertencia que Charlie ignoro olímpicamente.

—Como bien sabrán, el hotel tiene ciertas normas, no pueden venir aquí a hacer lo que les plazca —estableció virando su vista hacia el demonio

—Y-Yo... ¡Cuidado!

El corpulento demonio parecía bastante determinado en poner sus manos encima de la princesa, y Charlie lo había visto fácilmente por el rabillo del ojo, solo tenía voltear su cuerpo y sostener su mano para inmovilizarlo. De ese modo el otro pecador estaría a salvo, para ella seria sencillo terminar rápidamente con eso. Sin embargo, de la nada una serie de varios tentáculos contuvieron al grupo de alborotadores sin problema, inmovilizando sus brazos y piernas.

—Oh, cariño ¿Es un gusto tuyo encontrarnos cuando estas en problemas? —pregunto un divertido Alastor observando la expresión sorprendida de Charlie.

—¡Alastor! —exclamo cuando un gran portal se abrió a escasos metros de ellos, llevándose en ellos a los cinco demonios. Una vez todo estuvo en calma nuevamente, el wendigo se ajustó el traje acercándose a la joven princesa.

—¿Se encuentra bien? —dijo, sonriente. Charlie no pudo evitar bufar, un poco enojada.

—Podía encargarme sola de ello ¿Lo sabías? —dijo con una mano en la cadera, el demonio simplemente rio, pellizcando su mejilla para enojarla aún más.

—No lo niego, querida, pero—se acercó hasta quedar cerca de su oído—...Eso la hubiera dejado en evidencia ante otros, así que le ruego me disculpe por eso... —indico, Charlie contuvo el aliento, sintiendo como el color se juntaba en sus mejillas por aquel gesto, no obstante, así como llego, Alastor se alejó de ella, virando hacia el demonio cabra— ¡Mil disculpas por los inconvenientes causados, estimado huésped! ¡Como gesto de nuestra parte, le otorgaremos un servicio a la habitación exclusivo todo el tiempo que se quede en nuestro Hotel!

El demonio perro mostraba una expresión agradecida a pesar de todo el terror que surcaba su cuerpo al estar enfrente del demonio de la radio, pero en cuanto pareció colocar su atención en Charlie, se acercó hasta ella con gesto tímido, moviendo sus manos sobre la estampilla.

—Muchas gracias por defenderme —le agradeció el demonio, Charlie intento decirle algo, alguna palabra de aliento o algo, pero parecía que la presencia de Alastor lo asustaba bastante, de forma que este salió corriendo de su vista, seguramente para retirarse a su habitación.

Instintivamente, Charlie intento detenerlo, pero su mano solo permaneció alzaba en un gesto que no pudo concretarse. Al final de cuentas, ni siquiera pudo responderle correctamente, pero quizás eso también estuvo bien, puesto que no había hecho nada apropiado, ella no le había salvado, lo había hecho Alastor, no había motivos para que le agradeciera...

Pero lo había hecho.

Poco a poco sintió un suave revoloteo en su estómago, subiendo lentamente hasta tratar de convertir su expresión en una sonrisa, ese sentimiento cálido permaneció un tiempo más mientras trabajaba, adornando su expresión, acumulándose en sus pensamientos hasta el final de la jornada. El hotel seguía funcionando, claro que sí, pero ya era bastante tarde, los turnos de guardia habían empezado y Charlie era una de las que debía estar pendiente dentro de la oficina de gerencia. Luego de aquel incidente todo marcho con normalidad, el perro del infierno había sido salvado y los demonios alborotadores fueron echados del hotel, y Charlie tuvo un segundo de soledad, sentada en el borde del ventanal de la oficina de gerencia, tuvo luego de tantos días, un instante para pensar.

—¡Buenas noches querida! —saludo un repentino Alastor apareciendo en la oficina desde una sombra sin anunciarse.

O eso esperaba.

La princesa tenía ya casi seis meses recibiendo esas visitar y apariciones repentinas de parte del demonio escarlata en varios periodos del día, y aunque sus tareas solían unirse en algún punto, eso no impedía al wendigo a aparecer de la nada, asustando a quien quiera que estuviera con ella en la habitación.

—¿Alastor? ¿Qué haces aquí? Hoy me toca realizar la guardia—dijo.

Como los primeros días del trabajo eran agotadores y ellos eran los gerentes principales del hotel, se habían divido algunos horarios para poder descansar y ajustar cualquier detalle personal que pudieran tener, Alastor no había presentado problemas en tener que asistir todos los días, pues ese era el trabajo que le habían encargado, aunque Charlie sí le incomoda un poco esa efusividad que mostraba este. Claro, no podía negar que cuando este se encontraba presente, el trabajo administrativo fluía maravillosamente, Radiodemon era meticuloso y apegado a su trabajo, sin embargo, verlo tantas veces hacía sentir a la princesa incomoda.

Claro, esa percepción no tenía nada que ver personalmente con él, aunque para muchos el wendigo pudiera ser espeluznante, la princesa no lo veía así en lo absoluto, simplemente era su deseo de estar sola de vez en cuando, disfrutar de la vista de ciudad pentagrama en soledad y de ahogarse en su música mientras pasaba los informes del hotel. El problema es que este no parecía interesarle el hecho de darle un poco de espacio, ni siquiera le había visto descansar alguna vez, siempre estaba yendo o haciendo algo en alguna parte, con una energía insuperable. Y con eso en mente, Charlie se resignó que la soledad seria solo un privilegio de cuando estuviera sola, descansando en su habitación.

Así que, como todas las veces anteriores, está la miró con su típica sonrisa espeluznante, solo que esta vez, el demonio de la radio la sorprendió apareciendo con una bandeja de diversos dulces acompañados de un par de tazas de café humeante.

—Buen trabajo el día de hoy —le indico, dejando la bandeja sobre la mesa.

La rubia lo miró un instante antes de sonreír mientras tomaba una de las tasas de café, disfruto su aroma y la calidez, antes de virar su mirada hacia el demonio escarlata.

—Gracias.

El wendigo tarareo algo en respuesta, liberando un poco su corbatín y retirando su saco para colgarlo en el perchero de la esquina justo antes de sentarse en el sillón que estaba en frente de Charlie.

Era algo curioso. En todo el tiempo que llevaban trabajando, era la primera vez que Charlie veía a Alastor relajarse de ese modo. Tomando un semblante suave, con las mangas de su camisa remangadas a los codos, era una visión nueva y refrescante de este, y a ella le gusto verlo de ese modo, porque le parecía extraño. En su vida espero estar así relajado con el demonio de la radio, sentado a unos metros de él, tomando una taza de café como si nada.

—¿Quieres alguna? —ofreció, haciendo referencia a las galletas de la bandeja.

—Oh, gracias cariño, pero declinare tu ofrecimiento, no soy muy amigo de las cosas dulces —respondió, volviendo a su taza de café.

—Ya veo —Eso significaba que había traído las galletas únicamente para ella, pensó Charlie viéndolo de reojo mientras tomaba un sorbo de su café.

Como siempre, el wendigo tenía un toque esplendido para este, no era demasiado fuerte ni muy amargo, estaba en su punto exacto, y había sido considerado en prepararle el de ella con un poco de crema y leche, para conciliar el sabor. Era un gesto muy considerado.

—La tarde de hoy has mostrado una cara singular, dulzura —volvió a hablar este, dejando la taza de café vacía sobre la mesita de estar.

El recuerdo del incidente de esa tarde volvió rápidamente a la mente de Charlie como una estela, sin poder evitarlo, una mueca cernió su cara al igual que el cejo fruncido, un descontento trepando de nuevo en su garganta.

—No tenías por qué ayudarme —menciono, sus manos uniéndose mientras sostenían el peso de su mentón. Su mirada estaba enfocada en las expresiones de Alastor, quien seguía manteniendo aquel porte relajado.

—Claramente no —acepto alzando sus hombros—, pero eso rompería un poco la esencia de que eres una princesita débil que necesita aliarse con otros demonios poderosos para poder proteger este hotel.

—No soy una princesa que necesitar protegida o rescatada—contesto con dureza, un poco molesta de la apreciación. Más Alastor se adelantó a explicar el porqué de sus palabras.

—De eso no cabe duda, he visto de propia mano lo que puedes hacer contra hordas de ángeles enteros —expresa, y al mismo tiempo, un brillo maniaco refulgía sobre su mirada intensa—, pero eso rompería los esquemas que hemos trabajado tan arduamente en este medio año, y podría dejarla en evidencia ante quienes la están buscando desesperadamente desde hace unas cuantas semanas.

Entonces, contrario a como se había manifestado hacia solo unos instantes, Charlie bajo la mirada. Sus manos se apretaron sobre la tela de su pantalón, conteniendo una frustración y un miedo real que le hacía sentir triste y enojada con ella misma, en como durante todas esas semanas se había sentido acorralada, tirada al borde de un decaimiento que parecía repetirse eternamente con ella, y no podía evitarlo, con todo lo que estaba en juego, con los nuevos oponentes a los que se debería enfrentar, todo eso fue demasiado en un momento y le hicieron sentirse ahogada, golpeada, hasta esa tarde.

No había esperado encontrarse con un seguidor de Lady HAZBIN, ni tampoco espero ver como este la defendía y otorgaba su fe en ella, creyendo firmemente que podría salvarlos de los exterminios anuales. Eso la toco profundamente, más de lo que siquiera pudiera admitir o pensar.

Sin embargo, aún estaban sus amigos, ellos no tenían nada que ver, ella sola había tomado sus propias decisiones y los había involucrado suficiente, no quería que ellos perdieran la vida por su propio egoísmo.

—Oh cariño ¿es duda lo que veo en tus ojos? —pregunto acercándose hasta ella, rompiendo el hilo de sus pensamientos y pasando sus dedos por su mentón, levantando suavemente rostro para verle—. No me dirás que tienes miedo de luchar solo porque tu padre dio precio a tu captura.

Ella vacilo, su ceño fruncido y sus ojos mostrando duda, pero molestia.

—Se el valor de mi cabeza, pero no estoy preocupada por mí, sino por quienes se han unido a mi causa—se mordió el labio...no quiero ponerlos en peligro por culpa de mis ambiciones. No creo tener la fuerza suficiente para poder salvarlos a todos.

Por supuesto, ella siempre estaría pendiente del bienestar de su gente de sus amigos, y eso era lo más importante que tenía. Pero también era un alma frágil, que era ciega ante la fuerza impresionante que tenía.

Para el wendigo eso era algo que le resbalaba, pero que estaba interesado en observar, si ella se lo permitía. Le parecía tan interesante ver aquellas expresiones, aquella pasión desmedida por cumplir con su sueño descabellado, pero si mostraba dudas, quizás el juego se acabaría demasiado pronto y eso sería aburrido, porque el aun quería jugar un poco más en aquel torbellino tortuoso que era la búsqueda de la supervivencia de aquellos viles y sucios pecadores, liderados por una encantadora princesa que no había dudado en manchar sus manos de sangre para salvar a todos esos infames que ni siquiera parecían reconocer la realidad de su fuerza.

Así que tuvo una idea, una forma de levantarle el animó y obligarla a seguir en la lucha, un modo muy particular, adecuado para ambos demonios, si Alastor podía afirmar.

Entonces se levantó de su asiento y extendiendo su mano hacia una confundida princesa, le dijo:

—Sígueme un momento, cariño.

Ambos comenzaron a caminar por los largos pasillos del hotel, en todo ese largo recorrido, Alastor mantenía un un firme control sobre la mano de la Princesa del Infierno. Ella ni siquiera había dado alguna objeción, solamente le siguió ciegamente, gratificando plenamente al wendigo quien gozaba de tener el control sobre las cosas, no solo tenía que ser sobre las personas, fuera objetos, situaciones, eventos, todo lo que pudiera manejar a su juicio.

Ese era el tipo de persona que era, siempre que pudiera salirse con la suya, afirmando su fuerza y dominio, regodeándose de la superioridad que tenía sobre el resto de las personas.

Lo mismo sucedía con Charlie, la inocente princesa. Alastor gozaba de ver como sus acciones podían influir en ella, como podía controlar los escenarios y las circunstancias para experimentar que acción podía tomar, y ese momento no era diferente.

Por eso, cuando llegaron ambos al teatro, ella le veía confundida, aunque no se negó a acompañarlo al interior del mismo, siempre atenta a sus movimientos, sin soltarse de su mano y sin protestar nada. Solo viéndole con aquellos ojos grandes, oscuros y, sin embargo, muy brillantes. Solo cuando estuvieron en el centro del escenario fue que Alastor presto toda su atención a sus expresiones, ella le veía con interés y extrañeza, una curiosidad intrépida surgiendo por mirada cuando el soltó finalmente su mano.

—¿Por qué estamos aquí? —le pregunto. Charlie le miraba expectante, Alastor solo se rio, ajustando su monóculo.

—Pensé que, si decías que no tenías la fuerza suficiente para salvarlos a todos ¡Yo solo tenía que refutar lo que dices!

Con una de sus manos chasqueo sus dedos y el escenario oscuro se ilumino de repente, apuntando los reflectores sobre ellos.

Sería más rico una moneda a mí me dan

Cada que me intentan provocar

El comenzó a cantar, guiñándole un ojo con complicidad.

Más mi vida es tan celestial, de mi lado el fuego este

Míralo en mi mano parpadear

De inmediato una llama rojiza se posó en su mano y las ropas tanto de Alastor como de Charlie cambiaron. El vestía un frac muy similar al utilizado en la gala, solo que esta vez utilizaba un sobrero de copa alto bastante estrafalario, aunque muy adecuado el show que buscaba representar. Por su parte Charlie tenía un vestido rojo con detalles negros, su cabello se había reducido al tamaño que usualmente utilizaba cuando se enmascaraba como lady Hazbin y su cabeza era adornada por un adorable sombrero rojo.

Yo mando acá.

Llegar hacia la cima solo es cuestión de tiempo

Verán

En donde la traición solo da razones para rimar

Embarca un estrago y culpa al maestro mental

El delito ideal

Alastor tomo a la princesa entre sus brazos mientras Charlie estaba asustada y confundida, ella se aferró a su cuello mientras el flotaba hacia la base del escenario solitario.

¡Cual polvo en la radio es lo que seremos todos al final!

¡Mi alma está en estéreo, vivo con placer! PON PLAY

Se una emulsión con el pecar

De repente el escenario cambio, tomando un nuevo matiz lleno de color y emoción. Alastor dio un giro sobre sus talones y extendió una mano hacia Charlie, invitándola a bailar.

Dicen "no hay estrellas de radio, el video es lo actual"

El 33'como un ciervo en un destellar

A mr. Vox han de notificar

¡Que el demonio de la radio ya regresó a la ciudad!

Un gran cumulo de sombras espectrales comenzaron a tocar una agradable melodía que conjugaba tonos electrónicos con el usual jazz que emitía el demonio típicamente, y tomando a Charlie de su mano le dio una vuelta en su eje, explotando la música con agitación y alegría. Con la energía rebozando sobre ella, una emoción salto en su pecho y le animo a seguirlo.

No puedo negar que en el premio yo tengo mi mirar

Te lo juro no he de renunciar

Más no luchare con los que en las alturas viven ya

Cálmate mi amor, soy tu secuaz

Alastor reía y con gestos juguetones jalaba las enrojecidas mejillas de la princesa, quien sonreía cada vez más, inmersa en un juego divertido creado por el ciervo, quien, invocando cambios en el lugar, escalaban poco a poco por una escalera de caracol.

Yo mandó acá

En su tiempo los cretinos van a brillar

Podemos guiar a los ciegos cual luz astral

El cielo podrá quemar quien me sea leal

Es tan divinal

Ambos comenzaron a bailar una vez llegaron a la cima, danzando al compás de la música, la princesa no cabía de su euforia. Había pasado tanto tiempo del que no se sentía feliz al lado de alguien, sintiéndose en calma y siguiendo un ritmo movido, donde Alastor cantaba y ella le miraba, juntando sus manos. El wendigo volvió a cantar el coro, pero esta vez sin dejar la mano de Charlie.

¡Cual polvo en la radio es lo que seremos todos al final!

¡Mi alma está en estéreo, vivo con placer! PON PLAY

Se una emulsión con el pecar

Con el chasquido de sus dedos, las escaleras se convirtieron en una rampa en la que ambos demonios bajaron rápidamente sin dejar de mirarse.

Dicen "no hay estrellas de radio, el video es lo actual"

El 33'como un ciervo en un destellar

A mr. Vox han de notificar

¡Que el demonio de la radio ya regresó a la ciudad!

Con un giro, Alastor y Charlie llegaron al suelo donde siguieron bailando un poco más. El primero la acerco a él, pegando sus rostros mientras sonreían.

Para ese punto, la respiración de ambos era agitada y jadeante, pero un estallido de la audiencia personal de Alastor los devolvió a la realidad, ocasionando que rieran levemente de su espontáneo show. Admirando la sonrisa animada de la princesa, este se volteó hacia ella, con confidencia.

—Tienes un gran poder cariño, no creo que sea bueno para ti, my lady Hazbin, desestimarse a sí misma —le dijo, haciendo que esbozara una sonrisa apenada.

Charlie lo miró, sus ojos brillaban como estrellas en la noche, su mano se sujetaba a la de Alastor con firmeza y un singular sentimiento comenzaba a nacer en su pecho. Algo cálido y liberador, que la dejaba más tranquila y le alegraba de cierto modo su apabullado corazón. Él tenía razón, no podía dejarse vencer sin siquiera luchar, tenía que dar todo de ella para alcanzar lo que verdaderamente deseaba para su pueblo: su ansiada tranquilidad y libertad.

—Muchas gracias —le agradeció, y este solo elevo sus hombros, restando importancia.

—Solo soy alguien egoísta dulzura, no quisiera que el espectáculo terminara mucho antes de empezar —indico, comenzando a caminar fuera del recinto con una sonrisa de satisfacción.

Charlie le miro irse mientras tarareaba despreocupadamente. Como había dicho, él no estaba dispuesto a dejar que el espectáculo muriera antes de siquiera iniciarse, así que era cuestión de ella comenzar los preparativos para su próxima incursión armada. Era el momento de que Lady Hazbin volviera a las andadas. 

¡Feliz año! Este 2023 ha comenzado muy feliz para mi a nivel de la escritura, ya que como ven, estoy retomando viejos proyectos y sacando adelante los nuevos que estan en publicación y producción. Mi avance quizas sea lento, pero espero puedan tener paciencia :D con respecto al capitulo, Alastor de verdad no nos ha desilusionado con su acto, trayendo de nuevo consigo el animo y la valentia a nuestra dulce princesa, su alma guerra refulge en sus venas, al igual que su deseo de proteger a su gente, por lo que muchas cosas vendran en los siguientes capitulos ¿Como creen que vaya todo? Me encantaria leer sus comentarios. 

Para esta oportunidad he tomado el cover de David Delgado sobre la nueva canción de Alastor "Radio PLAY", he adorado su versión como no tienen idea y me ha encantado colocarla en esta parte del fic ¿que les parecio a ustedes? 

A nivel de wattpad, estoy muy cerca de llegar a los 500 seguidores, ha sido un arduo camino y adoro que muchos más se unan a leer lo que escribo, por lo que estoy planeando realizar un especial en cuanto llegue a esa meta, de modo que esperenlo con ansias. Cosas interesantes vienen para este 2023 y espero que me acompañen en ello, un saludo grande desde Venezuela y se me cuidan mucho. 

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