Abro los ojos y veo a mi madre y a Marian alrededor de mi cama.
—¡Katherine! ¿Estas bien? —Pregunta mi madre con angustia. Poco a poco me siento en la cama y siento un dolor punzante en la cabeza —Tranquila, sufriste un golpe muy fuerte en la cabeza —Dice Marian. Entonces poco a poco los recuerdos vienen a mi y recuerdo al comandante Palmer asesinando a esos ladrones. Siento de nuevo ese inmenso miedo, ese miedo que sentí al ver la sangre y comienzo a llorar —¡Los mató mamá! —Digo aterrada, Marian me abraza para calmarme mientras mi madre me mira con preocupación —Estas a salvo. El comandante Palmer los puso a salvo —Dice Marian tratando de calmar mi miedo —Voy a hacerte un té hija, para calmar los nervios —Dice mi mamá y se apresura a salir de la habitación. Cuando abre la puerta veo que en el pasillo está el comandante Palmer. Me mira con preocupación, pero ver su rostro solo me lleva de vuelta a ese recuerdo. Lo veo claramente enterrando las espadas en esos ladrones. Mis ojos lo miran con terror mientras la puerta se cierra.

No se cuantos días pasaron exactamente, porque estuve encerrada y en cama todo este tiempo. Sintiendo temor por salir y ver al comandante Palmer. Incluso las autoridades vinieron a pedir mi testimonio para justificar la decisión de los soldados y del comandante.

Marian entró a mi habitación y me mira con ojos de enfado. Esta molesta por mi actitud con el comandante

—Si vieras lo que vi.

—No me imagino estar en tu lugar, pero Palmer los salvó, están a salvo ahora.

—No entiendes. Ahora le tengo miedo a el. Les arrebató la vida sin dudarlo —Digo mientras limpio mis lágrimas. Noto como Marian me mira con enfado mientras enciende mi lámpara de noche
—Me imagino que fue aterrador, pero eran ellos o ustedes.

—¡Es que no entiendes!.

—¡Lo entiendo! Ver morir a alguien no es fácil, no importa si es malo o bueno. Pero ¿Que hubieses preferido? ¿Preferirías a ver visto morir a Albert? Un señor respetable con dos hijos menores de cinco años ¿Hubieses preferido eso? —Me dice molesta y me quedo pensando. Ella tiene razón, lo que viví no es fácil de superar pero el comandante Palmer solo quería protegernos. Asiento con la cabeza rápidamente —Tienes razón... Fui muy injusta con el.

—Así es —Dice mientras se sienta a mi lado —¿En que habitación está? ¿Será prudente ir a verlo?.

—Esta en la habitación de huéspedes. Esta herido, yo creo que es prudente que vayas a verlo. Al menos para darle las gracias —Asiento con la cabeza y salgo con cuidado de la cama . Me pongo mis zapatos cómodos y una bata blanca —Le diré a mi madre que te quedaste dormida, así no vendrá a verte.

—Gracias —Le digo mientras salgo cautelosamente de la habitación.
Camino con precaución por el pasillo y cuando llego a la habitación de huéspedes, golpeó antes de entrar
—Adelante —Escucho la voz de Palmer y entro rápidamente mientras cierro la puerta silenciosamente. Lo veo sentado sobre la cama con la camisa desabrochada. Me mira con el ceño fruncido y camino hacia el
—Debo confesar que me atemorizó verlo pelear así. Pero ahora entiendo que usted me salvó la vida. Vengo a agradecerle.

—¿Todavía me teme?.

—No —Digo mientras camino hacia el. Noto en su mirada que algo le disgusta
—¿Esta molesto conmigo?.

—Si. Estoy molesto con usted —Dice sin preámbulos —Por eso vine a disculparme.

—No estoy molesto por el miedo que sintió hacia mi. Es normal. Usted nunca había visto una cosa así. Estoy molesto porque intervino en un combate donde pudieron haberla lastimado.

—Lo estaba ayudando, pudo morir —Digo confundida —Usted no entiende ¿Verdad? Soy un comandante, a esto me dedico...

—Pero casi lo lastiman —Digo molesta, el comandante Palmer se pone de pie y se quita la camisa. Me cubro los ojos con las manos y con el corazon acelerado
—Mireme señorita Katherine —Me descubro los ojos y noto las cicatrices que adornan su cuerpo musculoso.
—Ahora lo ve. Estoy entrenado para esto.

—¿Así que su enojo es porque ofendí su honor como comandante? —Digo molesta mientras camino para acercarme a él —¡Esto no tiene nada que ver con mi orgullo! He perdido batallas he ganado guerras ¿De verdad cree que tiene que ver con mi orgullo de hombre?.

—Le ofende mi intervención.

—No me ofendió, me molestó. Porque casi la matan ¿Lo entiende? Casi la pierdo. Y todo ese sacrificio suyo hubiese sido en vano.

—Pues comparti el mismo sentimiento. Sentí que lo perdía —Digo con angustia al recordar como lo lastimaron
—Pero no es lo mismo.

—Si. Lo es —Digo molesta mientras Palmer rompe con la poca distancia que nos separa —No es lo mismo... Porque yo la amo —Dice mientras me mira a los ojos. Su mirada muestra algo que no logro entender. No sé si es ternura o sufrimiento, no sé si es alegría o amargura. Siento mi corazón exaltarse ante tal revelación y más aún al tenerlo a unos centímetros de mi y su cuerpo desnudo, no me ayuda en nada para apaciguar este sentimiento —Se que no le interesa. Se que no me amaría. Así como se que la noche es fría y el sol cálido y aun así, apesar de todo. Quiero darle lo más sagrado que tengo, aun así la amo —Dice con una pasión que nunca había visto antes. Apesar de decirlo casi como un susurro. Su voz logró encender algo en mi corazón, una pequeña llama que ya estaba lista para ser encendida. Veo como da un paso hacia atrás y niega con la cabeza —Lo siento. La he ofendido. Ustedes me hospedaron en su hogar y yo estoy faltando al respeto a esa confianza.

—Palmer... yo tengo sentimientos por usted. Son más intensos que el deseo de una sana amistad. No se si es amor porque nunca lo he sentido, pero si se que si mis ojos no lo ven se siente como una eterna agonía. Mis ojos se volvieron necesitados de los suyos —Digo mientras camino de nuevo hacia el y coloco mi mano derecha en su mejilla izquierda para acariciar su hermoso y varonil rostro —¿Es verdad lo que dice? —Pregunta con confusión y asiento con la cabeza mientras lo miro con ternura
—Si, por eso su rechazo me lastimó. Verlo bailar con alguien que no fuera yo me dolió —Siento su mano cálida acariciar mi mejilla —¿Le duele? —Pregunta mientras coloca su pulgar en mi frente —Harde un poco. Pero su tacto alivia cualquier dolor —Digo mientras siento como coloca su otra mano en mi cintura para acercar mi cuerpo al suyo. Jamás había sentido tanto deseo por alguien. Jamás había conocido el deseo. Que si esto es un pecado con esto aseguro mi entrada al infierno. Palmer se agacha lo suficiente para acercar sus labios a los míos —Estoy loco por usted —Dice para luego atrapar mis labios con los suyos. Siento como se me agita la respiración y un hormigueo placentero recorre mi cuerpo. Coloco mis manos en su pecho y logro separar mis labios de los suyos aún que necesité de mucha fuerza de voluntad —Quiero que sea mi esposa.

—Muero por serlo —-Digo con una sonrisa tímida. Me vuelve a dar un beso pequeño y cuando me suelta le digo
—Buenas noches.

—Buenas noches —Me pongo de puntas y le doy un beso pequeño para luego salir corriendo con timidez de la habitación.

Me meto con cautela a mi habitación y me meto a las cobijas que visten mi cama. Coloco mi mano en mi pecho para sentir su palpitar y trato de recuperar el aliento.
No puedo creer que haya sentido miedo de el. Siento tanta alegría en mi alma que en cualquier momento podría gritar de felicidad.