Prólogo
Caminaba con mi listón azul en la mano a las orillas del pequeño rio. Observando como el viento lo movía colosalmente. Entonces entendí, que jamás podría casarme.
Mis padres organizaron otro baile para ver que caballero pudiera enamorarse de su agraciada hija, pero años que llevo viviendo en este pueblo y sigo siendo invisible ante los ojos de los demás, porque soy más invisible que la sombra de mi hermana.
Otro baile, otra humillación, otra perdida de tiempo. De nuevo mis padres van a molestarse conmigo por "No saber comportarme" Aunque sin importar cuanto muestre mis modales, terminan siendo nada para los habitantes de westle.
Siento como el viento sopla con más fuerza, causando que el río también sucumba sus aguas y de repente, el listón se escapa de mi agarre débil. Lo veo cruzar el otro lado del pequeño río
-¡Bendita suerte! -Digo furiosa mientras camino a la orilla del río. Necesito ese listón, me da buena suerte. Aunque parece una ironía justo ahora. Me armo de valor y decido cruzar el río. Afortunadamente no es tan profunda esta parte del río. Poco a poco me meto mientras se me escapa un suspiro por la frialdad del Agua y noto que el agua me llega justo debajo de mi ombligo.
Camino con pesadez por el agua y cuando logro cruzar el río rocoso, tomo mi listón rápidamente para cruzar de nuevo el río antes de ser vista por alguien. Camino con pesadez y cuando estoy por dar otro paso, algo me lo impide. Al parecer mi vestido se atascó con algo. Tomo la falda de mi vestido y la jalo con fuerza pero no se desatora. Trato de luchar pero es imposible.
Poco a poco siento como la angustia se apodera de mi. Pues si doy un mal paso podría resbalar y golpearme en la cabeza, podría ahogarme. De repente escucho el relinchido de un caballo. Lo que provoca que mi corazón dé palpitaciones más apresuradas. Pues dejaré en ridículo a mi familia si alguien me ve así. Trató de zafarme pero es otro débil intento fallido.
Escucho el cabalgar de un caballo acercándose y cuando se queda todo en silencio, volteo a varias partes para serciorarme de no ser vista por nadie -Vamos, déjame ir río necio -Digo jalando de mi falda pero no lo logro
-¡Lady Katherine! ¿Se encuentra usted bien? -Escucho la voz de un caballero, levanto la mirada y ahí esta, metiéndose al agua con su espada en manos. Se coloca justo donde mi vestido está atascado y con su espada logra cortar la tela para librarme de aquella cosa que me tenía aprisionada en el río. Noto que corta un pedazo de esa tela para luego guardarla con discreción en su bolsillo.
-Venga, déjeme ayudarle -Dice mientras se acerca a mi, yo lo miro con asombro y confusión
-¿Me da permiso de tomarla para poder sacarla de aquí? -Pregunta mientras sus ojos azules se clavan en los míos y sin más asiento con la cabeza. Me carga en sus fuertes brazos y con facilidad me saca del río mientras su mano en mi cintura me distrae completamente de los problemas en los que me acabo de meter.
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