La mirada de Calvin se coloco en el gran comedor del castillo, su sonrisa se amplio al ver a toda su familia reunida y la mirada de su madre se coloco en el y estiro su brazo.

-Te estamos esperando- hablo la mujer- Ya he repartido las invitaciones para baile anual de invierno, han aceptado venir los reinados cercanos al igual que la familia real Luxemburgo.

Dean miro a su madre y alzó una ceja.

-¿Y por qué tantas invitaciones para un baile? Creí que sería solo para beneficencia del pueblo.

-Oh, el pueblo puede esperar...- exclamó la reina quitandole la importancia a ello- El pueblo ha estado pobre de años, una fiesta más no los hará más pobre.

Calvin río ante el comentario de su madre y la reina Fleur río junto a su hijo, Dean observo a su madre y hermano luego negó con la cabeza de forma sigilosa, no podía creer que su madre y hermano solo pensaran en bailes y fiestas cuando el pueblo tenia necesidades.

-Sera de antifaces- siguió hablando Fleur- Nosotros utilizaremos unos de color dorado y vestiremos de negro, los más allegados a nosotros usarán antifaces blancos y los de otros reinos serán de color azul.

-¿Y para el pueblo?- pregunto Dean, su madre y su hermano lo miraron- ¿Será una fiesta con el objetivo esta vez madre?

-El pueblo no puede ser invitado Dean- regaño su hermano Calvin- No nos mezclamos con ellos, los mantenemos bien.

Dean alzó una ceja ante la palabra "bien". ¿En donde estaba bien el pueblo? No había recursos económicos que se desviaron hacia ellos, la comida era escasa y no tenían un lugar en donde un médico pudiera atenderlos. Enojado se levantó de la mesa haciendo que la silla rechinara en el piso, dejó la servilleta blanca sobre la mesa y se alejo.

-¿Que tiene tu hermano?- pregunto Fleur sin entender.

Calvin observo a su hermano alejarse y negó con la cabeza.

-Se estresa por nada madre- se giro a verla- Entonces, ¿Tienes la lista de invitados?

La reina extendió una gran hoja que rodó hasta el piso.

***

Dean observo el estudio de su padre y fruncio el ceño. Frédéric, el mayordomo y mano derecha de su padre alzó la vista al verlo.

-Oh, Dean- saludo el hombre y le sonrio- ¿Como has estado muchacho?

Dean le sonrio y recorrió con su ojos el lugar, luego volvió a ver al hombre.

-¿Donde esta mi padre?

-Salió desde anoche, supongo que a un bar a beber- negó el hombre- Aun no regresa.

Dean se aproximó a la ventana y miro hacia el exterior, con el mentón en alto observo la nieve que caía a su alrededor, dentro de poco toda la ciudad iba a estar congelada.

-Hace mucho que no patinas- hablo Frédéric y Dean sonrio un poco sin verlo- Deberías ir al pueblo Dean, la gente necesita apoyo.

Dean se giro hacia el hombre.

-No puedo hacer mucho, el poder lo tiene mi padre, no soy el rey.

-Pero lo serás algún dia- le sonrió Frédéric, Dean negó con la cabeza.

-No, el rey será Calvin, el es el mayor.

Frédéric se aproximó al joven príncipe y se coloco a un lado, ambos miraron por la ventana empañada de frío.

-Amabas patinar cuando nevaba- hablo el hombre a su lado- Esperabas con ansias estas fechas para practicar en el lago del reino, veo que lo has dejado.

-Las responsabilidades me han consumido, ya no tengo tiempo para hacer lo que yo quiero.

Frédéric lo miro.

-Hoy no tienes nada que hacer, ¿Por qué no vas al pueblo y patinas un poco? También, así vez como se encuentra y que necesidades tiene.

El joven príncipe miró por la ventana y tomó una decisión.

***

Ir al pueblo estaba prohibido por su madre, le decía a Dean que era un lugar vil y ruin, que las personas que vivían ahí no aprovechaban lo que ellos daban como reyes, desde el caballo miro el lugar, varios niños pasaron corriendo a su lado sin dejar de reír de algo, descendió del caballo y lo jalo mientras caminaba por las calles, desde lo alto de un establecimiento tres jóvenes miraron al recién llegado.

-¿Quien es el?- pregunto uno de ellos hacia su jefe.

Adelaide observa al extraño con capucha, se recarga más en el barandal de madera intentando ver más.

-Trae un caballo fino-habla la joven y la miran- Tal vez sea alguien noble.

-¿Alguien noble?- pregunto alzando una ceja Michael- ¿Que haría de la nobleza aqui?

La joven se encoge de hombros sin dejar de ver al extraño que camina por las calles.

-¿Tendrá dinero?- pregunto otro.

Michael sonrio.

-Lo descubriremos.