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I

La envidia es una cosa tan terrible, ahoga a la persona que envidia a otra, la encierra en una caja oscura y la obliga a ser mala, a ser una perra total. Si quieres encontrar un ejemplo perfecto de perra envidiosa sólo tienes que echar un vistazo a Choi Jisso mejor conocida como Lia, muchos pensarían que ella sólo es una niña rica grosera y altanera pero no, debajo de esa máscara se esconde una pequeña niña insegura que envidia las cosas que para otras personas son simples. Han Jisung es exactamente un conjunto de cosas simples que se enfrascan en 1.70 de altura y abundantes rizos suaves como seda. Él es su objetivo todos los días desde que en el segundo grado Jisung canto frente a toda la escuela y recibió aplausos, aplausos que deberían ser para Lia, eso según ella.

Desde entonces su vida gira entorno al chico de rizos y su mayor objetivo para molestarlo es su homosexualidad. Como si a Jisung siquiera le importara lo que dice la chica rubia de ojos miel que no sabe diferenciar la palabra bizarro de pizarron.

Es por cosas como esas que Jisung esta bien con ella molestándolo, él sabe que en algún momento ella se cansara, ella simplemente se esfumará de su vida y listo, Jisung podrá seguir, ojalá Jisung supiera que no será así de fácil.

— Sung — el rizado volteo y le sonrió al chico rubio que se acercaba a él.

— Lixie, ¿Has visto a Lia?

— No y esperó no verla ¿por que? Ahora ya te gusta ser molestado.

— Uhg no pero ya sabes ayer fue su cumpleaños y como la chica madura que es no me invitó — el rizado fingió una cara de tristeza — y como el chico maduro que soy le compre un regalo.

— ¿Qué es? ¿Una bomba? ¿Un zorrillo?

— En realidad es maquillaje.

— A veces pienso que eres demasiado amable.

— Ella debe entender que esta perdiendo su tiempo si cree que me lástima con tantos "insultos".

— Bueno por ahora puedes demostrarle que tú caíste del cielo para agradarle a los mortales — el ojiazul sonrió — ahí viene tu chica soñada.

— ¿Que tal marica? ¿Hoy si te puedes sentar o no?

— Hola Lia.

— No digas mi nombre con tu asquerosa boca chupa penes.

— Te aseguro que tú haz chupado más penes en un mes que yo en toda mi vida — el rizado sonrió.

— Idiota.

— Si como digas, sólo quería darte esto — Jisung le tendió una bolsa rosada la cual la rubia tomó con desconfianza.

— ¿Que es esto?

— Ayer fue tu cumpleaños y bueno, ahí esta tu regalo, es maquillaje.

— ¿Frances? — Lia miró sorprendida el contenido de la bolsa — seguro es lo que a ti ya no te sirve maldito travestí asqueroso.

— Oh claro, ya sabes los gay somos unas mariposas locas. Chicas oculten a sus novios, somos peor que el hombre del costal, la leyenda urbana, monstruos de la noche que se resguardan entre labial y brillantes tacones — el rizado rodó los ojos y sonrió — bueno de cualquier forma es tuyo, puedes tirarlo o lamerlo o regalarlo a ese club nocturno donde seguro vas a esconderte todas las noches.

— ¿Crees que soy tú?

— Gracias al cielo no o vomitaría cada dos segundos — Jisung observó como cierto castaño se acercaba a un costado de la rubia mientras sonreía.

Lee Minho, incluso su nombre era un orgasmo para las chicas y algunos chicos como Jisung, era mejor que el sueño americano y un libro erótico, todo en un chico de cabello castaño y ojos azules que te hacían removerte en tu asiento, un pedazo de descaro y lujuria eso era Lee Minho.

— Hola preciosa — oh si, también era el novio de Lia.

— Amor, Jisung me molesta otra vez — la rubia formó un puchero mientras miraba a su novio.

— Hola Minho ¿quieres que te la chupe? — el rizado habló mientras sonreía — Lia dice que soy una puta así que ¿por que no darle la razón? Puede ser en tu casa o en la mia — el castaño sonrió mientras negaba.

— Vamonos Lia, deja al pobre chico en paz y vamos a comer algo — Minho le guiño un ojo a Jisung mientras tomaba a su novia de la mano y se alejaba.

— ¿Que fue eso? — Félix habló mientras miraba a Jisung.

— Una parte de mi esperaba que dijera que si y me pidiera matrimonio — el rizado habló.

— ¿Y la otra parte?

— Qué me dijera que él me la chuparia a mi.

— Eres un caso perdido Han Jisung.

— ¡No! ¡Soy un lindo travestí! ¡Una linda mariposa! — el rizado habló mientras saltaba y giraba en pasos bastante afeminados

— ¿Por que me junto contigo?

— Por que eres grandioso.

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