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V. Errante


Wei WuXian se había mantenido tranquilo y con un perfil bajo. Los últimos años transcurrieron en relativa paz. Y su venganza no fue cobrada en su totalidad.

Por supuesto, aún deseaba hacer pagar a aquellos dentro del mundo del cultivo quienes arruinaron la estabilidad de su mente, y tenía grandes planes bajo la manga.

Maldiciones que preparó con esmero en periodos de ocio y diversión. Muchos de sus experimentos continuaron en etapa de desarrollo y supo que esta vez no sería tan fácilmente capturado.

No era ese ingenuo inmortal de aquella vez. Ya no creía en la falsa justicia que pregonó la cultivación.

De esta manera decidió darse prioridad, para vivir una vida en libertad, con el resto de sectas cayendo a sus pies para reverenciarles por la benevolencia de su indulgencia.

No quería gobernar la realeza del cultivo. Eso era trabajo de Wen RuoHan, todo lo que alguna vez deseó fue el feliz exilio y la vida en ostracismo. Enfocado en sus pasatiempos, vagando por el mundo bajo un cielo estrellado y bebiendo hasta que su corazón se viese saciado.

Lan WangJi se contempló dentro de su venganza, pero él fue un elemento a parte dentro de todos sus planes. Aún se debatía entre asesinarlo u obligarlo a favorecer su postura. De esta manera el mundo del cultivo se vería debilitado ante la pérdida de su opulento jade.

Wei WuXian notó ciertas fallas de aprendiz en Lan WangJi, pero asumió que se trató de su joven edad. Sin embargo, reconoció la letalidad de su poder, y elogió la potencia de sus estocadas.

'Si me hubiese atacado así aquella vez sobre el techo de Gusu, me hubiese partido en dos en apenas un golpe', pensó con horror.

Definitivamente, Lan WangJi tenía el potencial de la ascensión, pero aún necesitaba pulir sus habilidades ya de por sí refinadas.

Después de encerrarse en su estudio durante un par de meses para concluir con algunos talismanes de trampa, encontró propicio salir y buscar un núcleo de resentimiento que pudiese alimentar las protecciones de su barrera, ya que los núcleos con minerales cultivados en sus fosas de alquitrán tendían a estallar en cientos de diminutos granos debido a la fuerza opresiva del resentimiento.

Buscó en su manuales por algunos antiguos mapas, y trazó el camino hacía YunCheng, cerca del territorio de los Wen. En su realidad anterior se había dado caza a un dios corrupto, a un falso XuanWu de cuatrocientos años. El poder de dicha bestia debió ser tal, que Wei WuXian podría tomar su caparazón para crear la fuente de poder para alimentar sus protecciones. Con ello en mente cargo todo dentro de sus mangas y se desplazó activando la matriz de desplazamiento dibujada en el medio del laboratorio.

Wei WuXian aterrizó en las afueras de la ciudad, y se camufló con una falsa piel antes de adentrarse a trotes dentro de la ciudadela. Mientras menos se viese su apariencia real, menos llamaría la atención. Además, tenía hambre y no había comido nada decente en un tercio de ciclo lunar.

Mientras devoraba el jiaozi extremadamente picante y aguardaba por el sichuan mala, escuchó a comensales y cultivadores deshonestos hablar de los movimientos despiadados de Wen RuoHan y el incremento en la desaparición de cultivadores con alto potencial. A Wei WuXian le importó poco el asunto, y agitó el liang feng con sus palillos hasta que se obligó a tragar.

"¿Qué hay de los temblores y el rugido que viene del subsuelo? ¿Alguien ya ha investigado al respecto?", inquirió el propietario.

Un cultivador con túnicas de un verde oscuro, y un acento que recordó al norte de las montañas de QingHe dijo: "Apenas se puede investigar nada. Este es territorio de los Wen. Nadie se interpone en su camino si desea vivir".

"Los Wen no han aceptado nuestras solicitudes, creen que son poco relevantes, y tememos que se trate de una criatura siniestra que amenace con la paz de este humilde pueblo".

Los cultivadores se vieron entre si, algunos se animaron frente a la idea de cazar una gran presa, pero su determinación se eliminó por completo, cuando se alzó un lamento fantasmal. Animal y visceral desde las profundidades. Las mesas se sacudieron y los objetos cayeron de los estantes altos.

Un cultivador de Jin frunció el ceño y se enfureció apuntando a la esposa del posadero. Sus palabras fueron: "¡Tú, mala mujer! ¡Has invocado la desgracia!, Has mencionado a la criatura y ahora has llamado su atención".

"¡Yo no!", lloró la mujer. Wei WuXian se aferró a su tazón para evitar derramar la sopa caliente, y se divirtió por el espectáculo. Terminó el jiaozi, y se dirigió al mesero para pagar por lo consumido. Mientras esperaba a ser atendido, tomó algunas botellas de baiju y las guardó en la bolsa qiankun.

Las conversaciones corrieron en todas direcciones hasta que escuchó a un anciano de Moling hablar de su opulento segundo jade.

Wei WuXian: "¿Qué pasa con el segundo maestro Lan?"

"Acabo de encontrarle en Zhengzhou. Estaba atendiendo una cacería, y se encontraba descansando en la torre de vigilancia. Si se le envía un mensaje en este momento, es más que probable que se le encuentre ahí, y ayude a investigar el caso".

Los labios de Wei WuXian se curvaron en una sonrisa astuta, y se animó con voz trina: "Si es el caso, yo puedo ir e informar del asunto".

Los pobladores lloraron y se maravillaron por la oferta. El nombre del segundo jade había ganado terreno en las cinco grandes sectas. Si bien era joven y pasaba gran parte de su tiempo dentro de su clan, hizo un espacio entre sus obligaciones para vagar por las tierras poco pobladas y ofrecer una mano amiga.

Esto provocará que en un futuro la gente le llame por el título de Hanguang-Jun, y corra la leyenda de que va a donde el caos este.

'Muy conveniente', pensó.

El posadero se negó a aceptar el pago por la comida, y advirtió de dar un pago generoso si accedía a contactar a Lan WangJi.

Haciendo una promesa por más comida gratis, Wei WuXian quemó un talismán de transporte y prometió volver en poco menos de dos días.

Zhengzhou se caracterizó por ser un poblado bullicioso, con enormes distritos comerciales. A la izquierda, el barrio de burdeles de gran lujo; y a la derecha, posadas y restaurantes de alta categoría. Era como pasear por una de las zonas lujosas de Jin, y Wei WuXian apenas se detuvo a pensar a qué se debió la riqueza de la economía local.

Se desplazó por las calles intransitadas, hasta que llegó a una tienda de licor y preguntó por la torre de vigilancia de los Lan.

Apenas le costó trabajo encontrar el sitio señalado, y se deslizó por el amplio complejo entre las sombras como un ente sin forma física.

En la oficina de vigilancia solo había cultivadores locales, algunos Jin, juniors del clan He y un par de cultivadores de Jining. Paseó por los jardines, y disfrutó de las fuentes artificiales y la belleza de los peces koi. Habiendo tenido suficiente, saltó hasta el techo de una casa para huéspedes en la sección noroeste y llamó a la ventana.

Wei WuXian esperó un tiempo, pero escuchó pasos en el interior antes de que las piezas de madera fueran despejadas.

"... ¡Tú!", reconoció Lan WangJi con evidente sorpresa.

Wei WuXian sonrió, y se apoyó al marco del ventanal con diversión. "Ha pasado el tiempo, segundo jade".

Lan WangJi apenas había crecido nada desde la última vez que se vieron, en esta ocasión utilizó túnicas de viaje y Wei WuXian contuvo la broma al poder apreciar delgadas muñecas cubiertas con muñequeras de tela.

"¿Qué haces aquí?", le preguntó.

Lo que Lan WangJi en realidad deseo decir fue '¿Cómo supiste que estaba aquí?'

Wei WuXian se encogió de hombros y fingió ignorancia.

"¿Estás de humor para ir a una cacería?"

Lan WangJi mantuvo la cautela. Rápidamente se apartó de la ventana y abrió la puerta principal, instando a Wei WuXian a entrar. Pero Wei WuXian le ignoró y saltó por la ventana, para disgusto del segundo jade.

"¿Qué clase de cacería?"

"La gente de YunCheng está lidiando con algo extraño que emite gruñidos por debajo de la tierra".

"...YunCheng...", sospesó. Wei WuXian apreció la indecisión del joven y su ceño se frunció a la par que mordió su labio inferior. "Ese es territorio de QiShanWen".

"Los Wen no quieren ayudar a esas pobres personas indefensas".

Habiendo jugado la carta de la lastima, Lan WangJi suspiró y asintió en silencio.

Recuperó su chaqueta exterior, se ató el guqin y se cargó con una bolsa qiankun abandonada sobre la mesa del té.

De esta manera Wei WuXian desapareció de la habitación y aguardó en los límites de Zhengzhou a que Lan WangJi terminase de entregar sus informes y cartas en la oficina de monitoreo.

Cuando ambos hombres se encontraron, emprendieron el camino hacía YunCheng.

Al cabo de una vara de incienso, Wei WuXian pinchó: "¿No estás ni un poco curioso por aquello a investigar?"

"¿Qué estamos buscando?", preguntó con cortesía.

"Un monstruo que vive por debajo de la tierra y emite alaridos desagradables hasta el exterior".

"No hay muchos yaos que vivan debajo del suelo".

"¿Y que si no vive en el suelo?, Algo como una cueva o gruta".

Lan WangJi asintió, dándole la razón. Desplegó un enorme rollo que reveló un mapa de la zona y se detuvieron. Lan WangJi apuntó sobre los relieves dibujados de una zona montañosa en YunCheng, y dijo: "Aquí hay cuevas y grutas. Hay una vena de río y un estanque que se extienden por el subsuelo y se desvía hacía Xi'an".

Wei WuXian aplaudió con dramatismo y sonrió. "Este perspicaz segundo jade es realmente magnánimo".

"Ridículo", bufó.

"Lo que tú digas. Entonces, sigamos esa pista".

El viaje fue más corto de lo esperado. Wei WuXian no pudo ignorar los pequeños detalles en el segundo jade, y si bien, no había demasiado para juzgar su poder o habilidades con una simple caminata si dió crédito a los rumores que se extendieron por el mundo del cultivo, describiéndolo como uno de los dos hombres más hermosos de la generación. Wei WuXian había visto toda clase de bellezas en sus múltiples años de vida, pero Hanguang-Jun pareció bendecido por los dioses. Sentido de la justicia, un apellido, riqueza, estatus, elegancia y un poder que haría temblar a cualquiera. Wei WuXian sintió que Lan WangJi no era consciente de su fortuna, y apenas le dio importancia.

El bosque siniestro se alzó frente a ellos. Las altas copas de los árboles bloquearon el paso de la luz. El hedor a descomposición de madera y hojas fue destacable y el suelo suave y húmedo.

Wei WuXian sintió el llamado del resentimiento, enroscándose desde la distancia como un canto hipnótico. Pronto se encontró caminando frente a Lan WangJi y este apenas hizo preguntas por la dirección a tomar.

"¿Puedes sentirlo, Lan WangJi?"

"¿...?"

"El resentimiento".

Tras comprender sus palabras, Lan WangJi murmuró: "Mmhm".

"Estamos cerca, ¿no te parece emocionante?", sus comisuras tiraron hacía arriba en una media sonrisa, y apreció el pasmo en la expresión alexitímica de Lan WangJi, quién pronto tomó una postura arisca y desairada. Pero Wei WuXian apenas se ensañó en ello porque había conocido a Lan WangJi con esa misma actitud una vez en el pasado.

"Peligroso".

"Claro que sí, así que no te alejes mucho". Lan WangJi se enfurruñó y tomó por ofensa el hecho de que se le estuviese subestimando. Wei WuXian no era tan idiota para meterse con el orgullo de nadie, fue solo su naturaleza, después de todo, incluso alguien como Wei WuXian sabía las complicaciones de entrar a la guarida de un falso XuanWu de cuatrocientos años.

La oscuridad se extendió siniestra en la cuenca, así que Wei WuXian buscó por algunas antorchas. Lan WangJi agradeció el garrote de madera y les encendió con un talismán de fuego.

La cueva se extendió por muchos li, hubo un centenar de giros y cámaras internas que hacían del pasaje algo complicado de memorizar. Sin embargo, Wei WuXian apenas encontró desafío y zumbó para sus adentros cuanto más crecía la concentración de resentimiento.

La bestia rugió y las paredes de la caverna se sacudieron, provocando grandes agitaciones y terremotos. La bestia salió del agua y su forma siniestra se alzó por encima de sus cabezas. El XuanWu tenía un tamaño gigantesco. Con la apariencia hostil de una tortuga maldita y una serpiente. Sus fauces se llenaron de hileras de colmillos con la capacidad de desgarrar casi cualquier material. Amarillentos y cubiertos en sangre seca. Fue más que evidente que aquel monstruo que hedía a sangre se había alimentado de carne humana. Pero eso ya lo sabía Wei WuXian. La piel áspera se asemejaba a la de un reptil y hubo un enorme agujero en el frente como si el monstruo careciese de cráneo o cerebro con el cual llenar el espacio entre los ojos. Desde la distancia podría ser confundido con un islote o una montaña baja sumergida en el lago subterráneo. La piel negruzca e irregular destacó como las escamas de una serpiente, contrastando con el musgo rancio que se adhirió en el caparazón.

La criatura reconoció a Wei WuXian y sus ojos brillaron en un rojo sangriento. Consciente de ello, apagó las antorchas y tomó a Lan WangJi por la muñeca para instarle a correr hacía las cámaras al interior del espacio.

Lan WangJi salió del pasmo inicial y se posicionó al mismo nivel de Wei WuXian. El monstruo hizo estremecer el suelo debajo de ellos y les envió a volar ante las capas de tierra que se quebraban y alzaban en terreno desigual.

Los muros de piedra fueron derribados uno a uno hasta elevar una nube de polvo y escombro, y fue hasta que el XuanWu golpeó contra un muro de piedra de enorme grosor que el mismo se detuvo y lanzó un alarido desgarrador. Lan WangJi siguió corriendo por delante. Hastiado de la persecución, Wei WuXian lanzó una rafaga de resentimiento entre las placas de tierra y golpeó al demonio haciendole ceder.

El brillo cinabrio en su mirada de ojos grises llamó al resentimiento y el monstruo se debilitó. Wei WuXian sintió gran dolor por la energía yin sin condensar. Le sintió entrar por sus caminos espirituales y quemar en su paso. Lanzó una bocanada de sangre y corrió en dirección contraria para no perder rastro de Lan WangJi. En la oscuridad del complejo se encontró conteniendo una sonrisa nerviosa y maníaca porque había encontrado la pieza faltante para sus experimentos.

Finalmente giró en una de las cámaras de piedra y corrigió su expresión.

"¡Vaya, eso fue peligroso!", rió. "Dime Lan WangJi, ¿estás bien?"

"Mmhm".

"¡Perfecto!, yo creo que deberíamos descansar un rato. Hacer una fogata y hablar de nuestro día".

Lan WangJi frunció el ceño cuando Wei WuXian comenzó a apilar ramitas en un montículo y le arrojó un talismán de fuego.

"¿Por qué hay sangre en tú rostro?"

Wei WuXian levantó la mano y limpió el hilo de sangre que se escurrió por su nariz. Aún tenía energía demoníaca por condensar y filtrar, así que un descanso no le iría mal. Intentó aligerar el ambiente y se excusó: "Probablemente el polvo de los escombros".

"¿Mo XuanYu está bien?"

"¡Claro que sí, segundo maestro Lan!, No moriré incluso si me apuñalan en el estómago".

"..."

Lan WangJi contuvo una expresión complicada y acortó la distancia con determinación, intentó tomar la muñeca de Wei WuXian y este se apartó enseguida. Lan WangJi pareció desanimado, a lo que el patriarca Yiling consoló. "Agradezco las intenciones, pero no deberías gastar tú energía espiritual conmigo. Conservala para derrotar a ese monstruo".

"Debemos trazar una estrategia. La criatura no nos permitirá escapar", dijo.

Wei WuXian se animó por la perspicacia del segundo jade y recobró su energía. "Nos enfrentamos ante un Dios del Cielo del Norte deforme, ¿que más sabemos sobre ello, además de que se ha comido poblados enteros por la acumulación de resentimiento que parece tener?"

"Una vez leí que en QiShan desapareció un aproximado de quinientos habitantes de los alrededores. Se dijo que dichas desapariciones vinieron acompañadas de deslizamientos de ríos, terremotos y derrumbes".

"Eso significa que el XuanWu estuvo hibernando hasta ahora", Wei WuXian se apoyó contra una de las paredes y ladeó la cabeza de un lado a otro. "Fue oportuno bajar a investigar antes de que ese monstruo subiera a comerse a las personas".

"Mmhm".

Wei WuXian arrojó algunas ramitas a la fogata y se hizo en una roca cercana. Después de media vara de incienso, habló: "¿En que tanto piensas?, estás más serio de lo normal".

Lan WangJi alzó una ceja, confundido ante la familiaridad de sus palabras pero Wei WuXian no tuvo ánimos de aclararse. Buscó dentro de sus mangas por un pañuelo y lo empapó con agua limpia. Lo tendió a Lan WangJi. El adolescente lo tomó entre sus manos pero no hizo ningún movimiento, hasta que Wei WuXian apuntó a su frente y Lan WangJi dejó apreciar el descontento ante su apariencia desprolija.

El pañuelo se ensució con restos de polvo y escombro, y Lan WangJi hizo una promesa para devolverlo.

"No necesitas hacerlo".

Wei WuXian se recostó sobre la tierra resquebrajada y dormitó una vara de incienso. Cuando se recuperó y el envenenamiento por resentimiento se convirtió en un ligero malestar en las articulaciones, hurgó en sus provisiones, bebió y comió del baozi que había comprado más temprano.

Lan WangJi jugueteó de manera discreta con su ficha de jade y apenas dio una mirada a Wei WuXian.

No pudo evitar pensar con diversión: 'Es solo un niño, ¿cómo piensa matarme por segunda vez con esa apariencia tan aquietada?'

Tendió un bollo relleno de carne y en esta ocasión, cedió sin tanta reserva. Aún así fue evidente su confusión y mal humor injustificado. Pero Wei WuXian lo ignoró porque no le interesaba si le agradaba a Hanguang-Jun o no.

Al Hai-Shi, Lan WangJi cerró los ojos y se quedó dormido. Wei WuXian se hubiese reído por las ridículas reglas de Gusu Lan que establecieron un horario de sueño. Al mismo tiempo sintió envidia, y la bilis le subió por la garganta porque Wei WuXian ya no podía abrazarse a eso que otros llamaban un sueño tranquilo.

Se puso en pie y observó. Lan WangJi parecía tranquilo. Inconsciente de los riesgos a su alrededor. ¿Cómo podía ser este joven el temido Hanguang-Jun a quien se le nombraría como el héroe del mundo del cultivo?

¡Era inverosímil!

Podría acercarse y estirar su mano. Posarla sobre la piel tierna, justo en la línea del cuello, y sus dedos tentar en la línea del pulso. En piel cálida y tersa, porque Hanguang-Jun daba esa impresión. De ser todo suave como el jade pulido. Frío pero no demasiado y duro pero no como el acero con el que se forjaban las espadas espirituales.

Apartó el pensamiento con gran absurdo y abandonó su sitio para caminar entre las ruinas y la devastación.

Llegó al borde del estanque fétido con restos sanguinolentos y alzó su brazo para comenzar a absorber el resentimiento hacía su cuerpo. Cuanto más tomaba para sí mismo, más agotado se sentía.

Las extremidades tiraron de los músculos hasta el punto del desgarre. La energía resentida le mantuvo unido en una sola pieza como si se tratase de hilaza. Los cables de una marioneta de cuerdas. Las voces de los muertos arañaron y Wei WuXian sintió que le sangraban los qiqiaos. Teniendo más que suficiente regresó en sus pasos, descansó en una cámara aledaña, lejos de la fogata. Donde se dejó caer en la fría piedra, y se envolvió en la oscuridad bajo las voces de los muertos que susurraron en sus oídos.

Por la mañana, o lo que él asumió era la mañana, limpió los restos de sangre seca de la nariz y la boca, y se sacudió el polvo.

Lan WangJi reaccionó a sus pasos. Alzó la mirada y sus ojos de intenso ámbar se llenaron de sorpresa y alivio.

'Hanguang-Jun, ¿acaso pensaste que me escape y te deje aquí?', se burló para sus adentros.

Wei WuXian se mostró radiante y se sentó a su lado. "Estuve pensando en una manera de derrotarle. Su piel es impenetrable por fuera pero no por dentro".

Lan WangJi entendió la implicación y se ensombreció.

"¿Qué planeas?"

"Crear una distracción. Cortarle la cabeza o destruirle de dentro hacía afuera, ¿tienes alguna idea?"

Lan WangJi se asqueó por la implicación visceral a lo que Wei WuXian supo que le correspondería hacer el trabajo sucio. Fue entonces que se corrigió. Señaló a Lan WangJi y luego a sí mismo: "Tú atacaras y yo le distraere".

"No lo entiendo".

Wei WuXian comenzó a trazar su idea con una rama. Y explicó los pormenores. Lan WangJi escuchó atentamente y dio su opinión. Consideró oportuno el uso de WangJi para ataques a larga distancia, y se hizo con el extra de cuerdas que tenía en su bolsa qiankun para montar una telaraña sobre las estalactitas.

"¿Acordes asesinos?", Repitió Lan WangJi, "¿Has escuchado de eso?"

Wei WuXian dio una sonrisa vaga y le golpeó con el hombro. "Claro que si, tú ancestro Lan Yi es bastante popular".

Con los detalles claros, ambos tomaron sus posiciones y Wei WuXian se hundió en el agua.

Durante la noche había sido aconsejado por las voces de los muertos. Estas le señalaron que el XuanWu de la mortandad era una bestia con una coraza y escamas impenetrables, pero el interior era suave y tierno como cualquier entraña caliente. Así mismo, se le mención de un artefacto antiguo y poderoso que se enterró entre la piel y el caparazón. Wei WuXian sintió curiosidad por dicha pieza y proporcionó tal plan.

Wei WuXian tenía la habilidad para hacer frente a la bestia, pero era consciente de que el resentimiento crearía una reacción volátil y no obedecería a su voluntad con tanta facilidad. Incluso era consciente de la posibilidad de terminar medio despellejado al final de la pelea. En su lugar, usó las habilidades de Lan WangJi a beneficio. Si el resentimiento crudo trataba de envenenarle, le pediría al chico que tocase Limpieza para él.

Nadó en el estanque y reconoció el sabor de la podredumbre en la boca. No tuvo arcadas ni hizo gesto nauseoso. Se había cultivado en un estanque de alquitrán y sangre, y comido cosas desagradables en sus primeros años de vida consciente.

Entró en la abertura del caparazón de la criatura y comenzó a explorar. Bajo sus pies una pesada masa densa de cuerpos en descomposición y carne humana rancia. El movimiento fue lento y cauteloso y la suciedad le llegaba hasta los muslos. La criatura se mantuvo dormida y reconoció la presencia de Wei WuXian como resentimiento más.

Después de tropezar, hundirse y nadar en la masa de carne encontró lo que tanto buscaba. Las voces de los muertos llamaron con alaridos y una espada de hierro negro se alzó en el medio de todo esperando por ser reclamada.

Wei WuXian avanzó como hipnotizado, posó sus manos sobre la empuñadura de metal pulido y sintió el recubrimiento aceitoso de los cuerpos, lo que hizo inestable el agarre. Limpió la suciedad de sus manos contra su túnica arruinada y se aferró por segunda vez. Jaló la espada para desatascarle y la criatura reaccionó a los miles de alaridos que sacudieron su interior.

Wei WuXian se dobló contra su estómago frente a la cantidad insana de energía que le inyectó. Vomitó hasta vaciar el estómago y sintió que el cuerpo se desintegraba al toque.

Lidiando con el ardor y la quemadura que le causaba el agarre a la espada, consideró dejarla ir, pero en su lugar consiguió meterla en su bolsa qiankun y el interior de su manga, en un bolsillo secreto, donde nadie podría encontrarla. Solo entonces, reaccionó a una voz mortal llamando un nombre falso en el exterior.

Sacó su propia espada Suibian, y se dejó tragar.

El interior del tracto faríngeo fue estrecho y asqueroso. Consiguió hacerse levantar el peso de Suibian y enterró la espada con tanta fuerza que la hoja salió por el otro lado en una lluvia de sangre y fluido. Aplicó presión, más y más mientras decencia por el largo cuello. Hasta que el XuanWu se paralizó. Rígida, la carne punzó. A escasos cun de su cabeza, un corte limpio cerceno la cabeza de la criatura. Los acordes de Lan WangJi brillaron en un resplandor frío; Wei WuXian cayó al agua junto al peso inmensurable del monstruo.

Se arrastró fuera de las entrañas y nadó manteniendo el agarre en Suibian. Al salir a la superficie sintió el tirón violento de Lan WangJi tratando de ayudarle a abandonar el lago. Wei WuXian escupió una cantidad enfermiza de agua estancada y empujo a Lan WangJi con un solo pensamiento en mente: "¿Por qué rayos hiciste eso?, ¡Tus ropas están sucias!"

Lan WangJi apenas reacción. La sorpresa y preocupación pasaron a convertirse en irritación. En un ceño fruncido. Intentó jalar de él una segunda vez, y Wei WuXian le apartó en el agua.

Lan WangJi: "Estás confundido".

"No estoy confundido. Ahora sal, antes de que lo estropees todo".

Lan WangJi no obedeció. Mostrandose terco, añadiendo fuerza a su agarre hasta que ambos se encontraron en la orilla. Wei WuXian hizo desaparecer a Suibian dentro de su bolsa qiankun y estampó un talismán de sellado en la espalda de Lan WangJi.

"¿Por qué-...?", Lan WangJi fue interrumpido.

Wei WuXian tomó el talismán de vuelta y este se incendió sobre el cuerpo de Wei WuXian, provocando que la tela se aligerara sin el peso extra que provocó el baño de sangre.

Lan WangJi agradeció, y Wei WuXian restó importancia al asunto.

"¡Felicidades segundo maestro Lan, has vencido a una bestia mítica!, puedes volver a tú secta y presumir que diste caza al XuanWu de la Mortandad".

"Ayudaste. Tú también, ayudaste", dijo.

Wei WuXian negó con la cabeza, y el humor burbujeante desapareció a la par limpiaba los restos sangrientos que se escapaban de su nariz. "No. No lo hice".

Lan WangJi se mostró tentado a discutir. Wei WuXian le escuchó rechinar los dientes y respirar dificultosamente.

Antes de añadir nada más, se puso en pie e indicó que su trabajo ahí había terminado.

"Es hora de irnos", extendió su mano. En lugar de tomarla para ponerse erguido, Lan WangJi se aferró a su muñeca y llevó la palma abierta de Wei WuXian a la luz.

El adolescente se horrorizó, y pronto capturó la otra mano de Wei WuXian.

Lo que se vio ahí, fue poco menos que agradable. Pero Wei WuXian, cuya vara del dolor había sido rota hacía tiempo apenas reaccionó a la apariencia húmeda y supurante de las quemaduras que provoco el hierro negro de la espada maldita. La carne mantuvo una coloración rosácea y formó llagas, incluso hubo algunas ampollas llenas de líquido de las que Wei WuXian se encargaría más tarde. Dejó fluir parte del resentimiento por todo su cuerpo y la hinchazón cedió al igual que el enrojecimiento.

"No es nada", declaró.

Lan WangJi se mostró abatido, probablemente pensando en que era su culpa. El ámbar de sus ojos brillaba como las linternas que nadan en el estanque durante un festival, e incluso las estrellas. Pero Wei WuXian cerró sus dedos en forma de puño e intentó apartarse.

Por supuesto, Lan WangJi no se lo permitió.

Wei WuXian sintió una oleada de energía fría circular en su interior. Y se estremeció frente al toque. La misma circuló, se enredó en el espacio de un núcleo vacío. Era un demonio, o quizá un inmortal fantasma, Guixian, como decía la gente común. Pero Wei WuXian se crió lejos del mundo del cultivo para adquirir tales títulos o inclinarse por reglas que estaban fuera de su entendimiento.

Retuvo la energía de Lan WangJi para liberarla más tarde, e impidió que notara el vacío en su interior.

El resentimiento creó una falsa ilusión para su carne chamuscada, y Lan WangJi aligeró su expresión complicada. Dejó ir el brazo de Wei WuXian y buscó vendajes dentro de sus reservas.

"No necesitas hacer eso", le advirtió.

"Necesito".

Wei WuXian apenas tuvo fuerzas para resistirse, por lo que cedió al agarre férreo en el joven y le permitió colocar vendajes que no tendrían demasiada utilidad en un rato. Cuando WangJi se mostró satisfecho, Wei WuXian apartó los brazos y los colocó por detrás de su espalda.

Corrigiendo su expresión por algo más jovial y abierto, cantó: "Aiya, ¿Quién hubiese esperado que el segundo jade de Gusu fuese tan amable? Realmente envidiable. Has hecho todo esto por mí, cuando lo único que hice fue entorpecer tú cacería".

"Tú no-..."

"No digas más. Sé como es". Se burló. "Sin embargo, esta cacería ya ha tomado demasiado de nuestro tiempo, ¿no lo crees?"

Lan WangJi le observó con un rostro largo y una mirada de pez muerto. Wei WuXian contuvo la carcajada, y continuó sin esperar aporte. "Deberías pasar por YunCheng para dar aviso a los pobladores que el falso XuanWu ha sido detenido".

"Mmhm, ¿qué harás ahora?"

Wei WuXian hizo un gesto vago con la mano para restar importancia, y añadió con desenfado: "Hay camino que debo cubrir".

"Entiendo".

"Nos volveremos a ver, así que no parezcas tan desanimado", pinchó.

"No estoy desanimado".

"Por supuesto que no".

Con esto dicho, Lan WangJi le dejó marchar. Wei WuXian desvió el rumbo hacía Weinan, y vislumbró a Lan WangJi montar su espada a pocos li. Sólo entonces, dejó ir su disfraz y se fundió en la oscuridad.

Wei WuXian resplandeció con una sonrisa maníaca. Una vez en su estudio dentro del Luanzang se hizo con la espada maldita, obtenida en las fauces del XuanWu de la mortandad.

Una carcajada agria se escapó de su garganta. Y si bien causó gran agonía en sus intentos por fundirla y moldearle a su voluntad, finalmente consiguió domar su poder para utilizarle a su beneficio.

"¿Qué es eso?", preguntó Xiao-Hua, una de sus doncellas fantasmas. Mientras le veía trepar hasta el punto más alto de la cueva de la matanza del demonio.

Colocó restricciones elaboradas y matrices de alta complejidad; y les colgó sobre el amuleto forjado a mano para que alimentase sus protecciones. Era esa espada lo que había estado buscando como núcleo para su hogar. De esta manera, en el corazón del Luanzang se alzó una barrera impenetrable, con la capacidad de asesinar a aquel que intentase asediarle de nueva cuenta.


☸ ☸ ☸


Lan WangJi se desplazó desde Gusu Lan a LaoLing en las cercanías del territorio Jin para atender el llamado de los pobladores de la villa Gongsun. Tras dar exorcismo a un grupo de fantasmas viciosos que se apiñaron en una vieja casa de té, se desplazó hacía Lianyungyang en un paso breve para ayudar a una familia atormentada por un fantasma que llamaba a su puerta cada noche.

Una vez ahí, conoció a los residentes de la villa Mo, y sus pobladores. Conoció a la actual maestra y a la joven dama cuyo niño tenía el nombre de Mo XuanYu. Lo cual le hizo recordar a aquel cultivador vagabundo con el cual cruzó caminos en un par de ocasiones, y cuya presencia fue tan destacable que aún tras el cambio de temporada seguía pensando en él.

Fue interesante encontrar tal coincidencia.

En su camino rumbo a la torre de vigilancia Lan más próxima, barajeó sus pensamientos, entre la curiosidad y la fascinación. En el joven que no actuaba como un joven. Que pese a aparentar la edad de WangJi no hablaba como tal. Era molesto, bromista y desenfadado, pero parecía centrado en sus propios asuntos. La temporada anterior se habían dado las lecturas de verano, y WangJi estuvo a cargo de la disciplina. Confiscó alcohol y pornografia. También impartió severos castigos y supervisó las copias a Virtud en la biblioteca.

Se preguntó en más de una ocasión cómo hubiera sido la convivencia de ambos si Mo XuanYu hubiese estudiado con él en el Yunshen Buzhichu. Todos en su clan se encontraron fascinados e interesados por su amigo, ¿podría llamársele amigo? Su hermano lo describió de esa manera, después de su participación en la caza del falso XuanWu. Se arrepintió de no extender una invitación para que nutriera sus estudios conviviendo con más jóvenes como él. Y aguardó por un próximo encuentro.

Después de volar durante dos shichen completos, decidió bajar a tierra firme. Hizo un fuego y comió sus provisiones sin prisa. Mientras descansaba, pulió a Bichen, meditó hasta que el sol se posicionó a más de la mitad del cielo de la tarde, y finalmente se encontró abrumado por el pensamiento recurrente.

Con una varita, que sobrevivió al fuego, comenzó a trazar caracteres.

El nombre de Mo XuanYu fue de interés. Pensó en que podría tratarse de una broma, o un nombre adoptado por él mismo. No parecía demasiado apegado a dicho nombre y el joven cultivador no reaccionaba al ser llamado, como si fuese ajeno a ello. Luego pensó en que no muchas personas conocían su nombre, por lo que había perdido la costumbre a escucharlo en labios de otros.

Evaluó los caracteres dibujados e hizo un descarte a las opciones lógicas. Encontró 'Desconsertante' y 'misterioso', en las primeras opciones; y tambien la posibilidad de que se tratase de un juego de palabras con 'negro' y 'mal presagio'. Fuera como fuese el nombre le resultó sombrío y oscuro. Más una fachada que un nombre real. Lo cual también se sintió incómodo. Aunque, supuso que, si un cultivador deshonesto no quería dar su nombre real alguna buena razón habría para ello.

[羽], Yu tiene el caracter de pluma; y [玄] Xuan de negro, reflexionó.

Lan WangJi decidió hacer las especulaciones de lado y borró los garabatos con su bota.

Sintiéndose lo suficientemente descansado, desenfundó a Bichen y emprendió el vuelo de regreso a su secta.

Un día más tarde, después de hospedarse en una posada de NanJing, se desplazó a pie hasta Caiyi como última parada en sus viajes cortos.

Caiyi se mostró lleno de vida y bullicioso como ya era usual. Los barcos encallaron en los muelles, y en los puertos se vendieron productos. Los vendedores ofrecían vegetales y alcohol. Las damas invitaban a dar un vistazo al burdel, y los restauranteros preparaban sus platillos en pequeños carros en una de las tantas calles comerciales.

Mientras se desplazaba incómodo entre la segunda gran casa de té, sintió algo caer en su cabeza y rebotar hacía adelante.

Una flor, específicamente una peonia arborea, o eso supuso, debido al gran tamaño en los pétalos dobles abiertos. La fragancia fue rica e hipnotizante. Incómodo ante la posibilidad de un abordamiento descarado, alzó la vista hacía la casa del té por encima de su cabeza.

Lo que ahí vio lo dejó sin palabras. Contuvo una expresión de asombro por la presencia que mantuvo un lugar en sus pensamientos las últimas semanas y días. Incluso en sus sueños y las noches de insomnio.

El joven se apoyó en la barandilla del balcón, y bebió directamente de la jarra de alcohol. Este dio una sonrisa bromista e hizo un gesto con la mano para que se animara a subir.

Lan WangJi dudó.

Tuvo sus reservas e intentó alejarse dando desaires ante la complejidad de emociones que no podía comprender. Sin embargo, sus pasos le guiaron hacía el interior del complejo y sus rodillas se flexionaron de escalón en escalón, hasta llegar a un reservado en la segunda planta.

"Pensé que me ignorarías".

Lan WangJi tendió la flor al joven cultivador, como si dicho acontecimiento se hubiese tratado de un accidente o equivocación.

El joven negó. "Es tuya. Lo que desees hacer con ella después me tiene sin cuidado".

Lan WangJi reconoció el matiz desdeñoso en sus palabras, pero intentó ignorando asumiendo que el joven no era bueno en el trato con las personas y tendía a ser demasiado directo y sin malicia.

Acarició los pétalos con cuidado por debajo de sus mangas y lo guardó para prensarlo más tarde.

El chico se vistió con túnicas nuevas, muy diferentes a las ropas deshilachadas y viejas que acostumbró. Se preguntó si había tenido una cacería productiva, más no tuvo la voz para hacer dicha pregunta.

Se percató de que, aún sin solicitarlo, le sirvió el té con rica etiqueta. Y no ofreció de su alcohol directamente.

Lan WangJi apreció el detalle atento y aguardó en silencio con una postura digna.

"Gracias".

"Ni lo digas".

El silencio invadió el espacio, y la sonrisa sagaz se destacó entre sus facciones mientras bebía el líquido que se escapaba por sus comisuras.

Ansío preguntar sobre sus viajes, si sus heridas habían sanado, pero no dijo nada.

Permaneció en silencio dudando por las palabras que no podía expresar con facilidad. Era sencillo hablar de yaos y criaturas, pormenores de una cacería. No de él mismo o los acontecimientos de su cotidianidad.

El joven tampoco le dio importancia al asunto y su atención se desvió durante un tiempo a la bella artista que tocaba el guzheng, y la pipa, interpretando canciones populares. Era hermosa con una piel pálida que recordaba al durazno. Su cabello se peinó con tres moños y adornos mixtos que dejaron en evidencia que era una joven soltera, sus ojos oscuros y redondos le recordaron a un ciervo.

WangJi sintió un pinchazo de decepción, y bajó la vista a sus palmas sobre el regazo, escondidas bajo la mesa.

Al término de su segunda jarra, justo al final de una canción popular sobre enamorados, Mo XuanYu le dio una miradita de soslayo y sonrió.

"¿Te gusta?"

Lan WangJi negó. No es que no supiese apreciar la belleza en otras personas, pero en realidad no le gusto esa dama, o su compañera en el Erhu. No le gusto nadie, no esas chicas.

El joven hombre soltó una carcajada discreta, no demasiado alta. Y WangJi notó la protuberancia en su garganta agitarse por la evidente división que provocó. Cuando la razón regresó, el ambiente se atenuó. Pero WangJi se mostró indispuesto e incómodo frente al pensamiento de Mo XuanYu hablando de bellas damas de su interés y romances poco formales en sus múltiples viajes.

Fue incapaz de beber el resto del té y se mordió la mejilla, sin expresar nada en su rostro.

"No te culpo. Ustedes los Lan son unos maestros de la música. Esas chicas son habilidosas, especialmente la dama del guzheng pero no la mejor".

Lan WangJi se pasmó. Pronto llegó a él un pensamiento esperanzado: '¿Está hablando de su interpretación?'

Más no tuvo manera de comprobarlo.

"Una vez conocí un artista de cuerdas tan bueno que te hacía sangrar de lo maravillosa que era su interpretación".

Lan WangJi pensó que era una comparación poco acertada, incluso oscura. Así que asintió.

Después de un tiempo, cuando la música llegó a su fin, el joven bebió de su copa y mantuvo la mirada fija en Lan WangJi. Este tembló en su interior, y luchó por mantener el rostro estoico.

"Tú podrías hacerlo mejor".

"..."

Ante la inhabilidad de WangJi para verbalizar palabras, el joven se puso en pie y WangJi temió haberle aburrido. Pensó que era demasiado pronto para decir adiós.

"¿Estás libre?"

Lan WangJi balbuceó la primera sílaba, carraspeó la garganta y se corrigió. "Mmhm".

"Perfecto. Demos un paseo".

Imitó, y se puso en pie. Dejó una pieza de plata sobre la mesa. Caminó por detrás del cultivador, manteniéndose en silencio hasta que toparon en la calle concurrida.

"El tiempo es fresco. Deberíamos aprovecharlo".

Lan WangJi estuvo de acuerdo en ello. El viento soplaba sobre las linternas y decoraciones de papel, y el calor del verano se disipó. Sin embargo, no era tan frío como lo sería el aviso del invierno. El sol de la tarde era propicio, siendo poco probable recibir un golpe de calor.

Lan WangJi nunca había paseado con otra persona, a excepción de su hermano mayor. No sabía qué decir o qué hacer. Normalmente hablaban de cultivo y criaturas a cazar. La cháchara trivial no se le daba bien y no sabría que aportar para mantener vigente la conversación.

Mo XuanYu caminaba entre los tenderetes como si estuviese familiarizado con la distribución. Observó algunas peinetas con poca fascinación e hizo girar cuentas de jade para un yaopei, entre sus manos y finalmente pagó por un colgante de hilo de plata.

Sus pasos les alejaron del bullicio hasta encontrarse en los límites del poblado, sobre un camino que daba hacía los estanques. Después de un tiempo, el malabareo con el colgante aburrió al chico, y este dio un vistazo plano a la pieza de jade tallada.

"¿Lo quieres?", preguntó sin diversión.

"¿No es de tú gusto?"

"No es mí estilo".

Lan WangJi no pudo evitar preguntarse: 'Si no es tú estilo, ¿por qué lo compraste?'

No dijo nada y cedió al estoicismo.

Lan WangJi: "¿Qué... qué vas a hacer con él?"

"No lo sé. Arrojarlo al estanque porque no lo quiero, o conservarlo para dárselo a alguna dama por ahí".

Lan WangJi sintió un impulso creciente en su interior, y se abalanzó sobre el colgante para recuperarlo. "Si. Lo quiero", se corrigió.

"Entonces, tenlo".

El chico no dio un segundo vistazo a la decoración y continuó en su andar mesurado a orillas del lago. WangJi se apresuró a guardar el adorno dentro de su túnica y apresuró el paso, sin correr, para estar a ritmo con Mo XuanYu.

El joven no dijo nada, y mantuvo la atención fija en los lagos con cierta renuencia. La tarde se convirtió en crepúsculo, Caiyi quedó bastante atrás. Ahora se encontraron en el medio de la nada, a varios li de distancia, advirtiendo la llegada del anochecer, entre estanques de lotos y la naturaleza silvestre.

En uno de sus descansos se apoyaron sobre un tronco carbonizado. WangJi supuso que había caído por el impacto de un rayo y se sentó junto al joven. Sintió la inquietud en la boca del estómago. Tendría que regresar a Yunshen Buzhichu antes del toque de queda, o en su defecto instalarse en una posada hasta el amanecer, para asistir a sus lecciones matutinas.

Aún así, hubo algo hipnotizante en la presencia del chico que le impidió ignorar los deseos arraigados de pasar tiempo con él y escuchar sobre sus hazañas en el mundo secular. Cuando el joven volvió cargaba bajo el brazo un puñado de ramas secas para iniciar un fuego. La espada estuvo ausente a la vista y parecía más un joven maestro que un cultivador deshonesto con las prendas que vestía. En su mano derecha se amontonó un conjunto de pétalos apretados. Con mayor detenimiento aprecio el hibisco rojo y el crisantemo.

Mo XuanYu tendió las flores a su persona y WangJi no supo reaccionar. "¿Por que me las estas dando?"

"Las encontré por allá".

Eso no respondía nada.

"Ya que parecías tan encantado con la peonía que te arroje, supuse que querrías estas también".

Lan WangJi sintió el calor subirle por el cuello y su piel ardió como una fiebre infecciosa. Contuvo el temblor en sus manos y aceptó el obsequio. Tal vez fue la sorpresa, pero el joven lanzó una carcajada ácida frente al toque de vulnerabilidad en su reacción. Y fue atrapado pasando la yema de sus dedos sobre los pétalos aplastados. Aunque se sintió tranquilo al reconocer que solo una de las flores sufrió un percance.

La fogata se avivó hasta formar una llamarada y al mirar por encima de su cabeza se percató de lo tarde que era debido a la posición de la luna.

'Shufu se molestara porque falte a la cena', pensó. Pero era demasiado tarde para llegar a tiempo al clan.

Lan WangJi dio un último vistazo al hibisco rojo antes de guardarlo en sus mangas y tuvo una sensación incierta en el pecho. Probablemente estaba dando una doble lectura. Tal vez, el chico a su lado tomó el hibisco porque eran las únicas flores a la mano.

'Es un color hermoso', reconoció.

El rojo se atribuía a la suerte, la felicidad y la abundancia. Sin embargo, fue una pena que el hibisco rojo se destacara por un nombre tan desesperanzador como 'la flor de los muertos'. Su tío le había señalado que el hibisco rojo era una fuente de energía siniestra, la cual afectaba negativamente a la salud de las personas. No solo dañaba la salud del propietario de la misma. Sino que anunció la presencia de la muerte. Los textos más antiguos incluso habían ilustrado a la flor de la muerte como materia primordial para rituales demoníacos. Es por ello que a WangJi le resultó tan inusual la oferta.

Aún así, trato de no leer el significado de la flor, y se aferró a la sensación que provocó en su pecho.

El joven cultivador se dejó caer perezosamente. Ignorando el hecho de que su túnica limpia se estropearía con la suciedad de la tierra húmeda y la vegetación. Utilizó el tocón de madera como apoyo, dejando descansar sus brazos detrás de la cabeza.

"Segundo maestro Lan, entretenme", ordenó.

Lan WangJi frunció el ceño por las palabras tan descuidadas. En una mirada de soslayo divisó una sonrisa discreta que curvó sus labios, y asumió que era una broma. Algo que harían los amigos. De nueva cuenta, WangJi no tuvo manera de saberlo.

"No soy muy habilidoso". No tenía idea de que podría despertar el interés del joven. No era gran orador, y tampoco sabía contar grandes epopeyas. Sus experiencias de vida eran poco trascendentes y no consideró relatar los preceptos del clan Lan una habilidad bien apreciada.

"Estás mintiendo".

"No miento".

"Claro que no, porque los Lan no pueden mentir", Lan WangJi notó los atisbos de una broma privada. Pero no se ensañó demasiado en ello. El joven pareció hacer las pases a sus palabras toscas ofreciendo una tortilla frita, y WangJi sació su estómago con el bocadillo. "Toca. Eres bueno tocando. Lo que sea, lo soportare. Incluso si es cultivo musical, lo soportare".

Lan WangJi invocó a WangJi y se ajustó en su posición. Pasó las yemas por las cuerdas firmes y dio un ligero rasgueo para comprobar la afinación. Él mantenía un cuidado integro a su guqin, y en su mayoría fue una acción repetitiva a la que estaba acostumbrado.

Se debatió por la canción a tocar. El cultivo musical no le resultó interesante. Al menos no para una presentación tranquila. WangJi no conocía las canciones populares, o lo que se acostumbraba solicitar en las casas de té o burdeles.

Conocía piezas clásicas, como todo intérprete joven. Pero en su mayoría, el total de su repertorio se inclinó a aquello que el clan Lan pudo proporcionar. Finalmente, cedió por una melodía en la que aún estaba trabajando. Experimental que no estaba concluida. Por alguna razón encontró propicio compartirla. Quizá, en el fondo quería la opinión de dicha persona.

Cuando la melodía finalizó, cambio por acordes más simples, y tocó Consulta sin energía espiritual porque disfrutaba del rasgueo de esas notas en particular.

Mo XuanYu abandonó su lugar y giró en dirección de WangJi. Las flamas de la fogata brillaron por detrás de él, provocando que sus expresiones se ensombrecieran de sobremanera. "Es apropiada y digna. Suntuoso, solemne y noble; como las cumbres del Yunshen Buzhichu".

Lan WangJi se dio cuenta de lo que el chico estaba haciendo, y su labio inferior tembló: "¡...Tu!"

"¿Acaso estás familiarizado con Alta montaña y agua que fluye?", bromeó.

Alta montaña y agua que fluye, era una pieza antigua de más de mil años de historia.

La leyenda de Yu Boya, relataba el camino de un músico de guqin durante el periodo de los reinos combatientes. Un día, Boya navegaba junto a la orilla del río hasta que se encontró frente a una gran caída.

Ante esto, el músico sintió la necesidad de tocar su guqin. La música melodiosa se volvió más y más hermosa cuanto más tocaba. De pronto se rompió una de sus cuerdas. Esto alarmó al hombre, ya que indicó la llegada de un invitado no deseado.

Al pisar la orilla descubrió que un leñador lo había estado escuchando tocar. Boya salió del bote y observó al hombre de pie, aguardando en la orilla. Se dio cuenta de que el hombre había apreciado profundamente su talento, ya que señaló haber entendido su música. Esa fue la razón por la que invitó al leñador, Zhong Ziqi, a su bote.

Lleno de entusiasmo, el músico tocó el instrumento para él. Cuando Boya tocó una pieza musical que elogiaba las altas montañas, el leñador dijo: "¡La melodía es tan magnífica y digna como el monte Tai que llega hasta el cielo!"

Cuando tocó una pieza musical que representaba las olas turbulentas, el leñador elogió: "¡La melodía es tan vasta y poderosa como los grandes ríos!".

Boya estaba feliz de haber conocido a tal alma gemela.

Acordaron que Boya visitaría a Zhong Ziqi nuevamente cuando regresase de su gira.

Un año más tarde, el músico cumplió su promesa, pero Zhong Ziqi no estaba en el lugar designado.

Preocupado, fue a la casa del leñador y le confesaron que el hombre había muerto 100 días antes.

Boya estaba tan triste que tocó una melodía ante la tumba de Zhong Ziqi y luego rompió su guqin en pedazos. Decidiendo no volver a tocar el instrumento nunca más.

Tras reflexionar sobre la broma de Mo XuanYu, se avergonzó.

"Ridículo", se quejó, irritado por la carcajada del otro adolescente.

La vergüenza fue tal, que WangJi se hizo con su espada y apuntó al joven. Las risas fueron sofocadas, pero el joven no se alejó. Por el contrario, desenfundo su espada, cuyo grabado resplandeció al calor del fuego como Suibian y desvió el golpe de Bichen con facilidad.

"Que poco sentido del humor tienes, segundo maestro Lan", se mofó. Lan WangJi se horrorizó por la falta en su control de impulsos. Pero era demasiado tarde, pues se encontraba cargando su espada, para apuntar al frente. El golpe fue bloqueado una, dos y tres veces. Los movimientos fueron fluidos y naturales, como el viento que bate las hojas de los árboles.

El enfrentamiento fue tal como alguna vez lo imaginó al leer sobre epopeyas de grandes inmortales. Lan WangJi contuvo una sonrisa ante el la ventisca que le sacudió el cabello y el calor de vida que provocó.

Bichen se blandió y golpeó un árbol, el cual se hizo añicos y derribó tres más.

El joven saltó lejos de su presencia, a varios de él. Dio una sonrisa arrogante y dio fin al duelo permitiéndole ganar cuando fue más que evidente que había sido un empate.

"Tú realmente querías hacerme daño", dijo el chico.

"No es verdad", replicó con timidez. Desafortunadamente no pudo defenderse con demasía, ya que el suelo a sus pies se sacudió con violencia ante la caída de un par de árboles.

"Deberíamos irnos".

WangJi estuvo de acuerdo.

Ambos jóvenes caminaron por la senda del río en dirección a Caiyi. Ninguno de los dos habló por un tiempo. El humor burbujeante de más temprano se enfrió. Y WangJi se sintió culpable al dejarse llevar.

Le horrorizó pensar que el joven ya no quisiese salir de cacerías con él después de haber implicado que eran almas gemelas.

Dos li más tarde encontró alivio en sus inquietudes, pues sintió el roce cálido contra su mano, y un tirón suave guiando en el camino desigual. Al bajar la mirada, se percató de que se estaban tomando de la mano, y tembló. El calor le subió por el cuello y hasta la punta de las orejas. Lo que propició un andar rígido poco digno, pero el joven apenas pareció dar importancia al asunto.

"Ten cuidado de no resbalar. Está fangoso por aquí". Lan WangJi se despabiló, y acortó la distancia habida.

Lan WangJi sintió el agarre intensificarse y siseó ante el exceso de fuerza. Cuando el chico reaccionó a lo que había hecho le liberó enseguida. Lan WangJi extrañó el toque, pero no hubo manera en que pudiese decirlo.

Las estrellas se reflejaron en los lagos tranquilos, y el viento frío sacudió las vainas. WangJi se tomó un instante para apreciar dicha belleza, en el horizonte, la luna y las formas en el agua, reconociendo que era una buena noche, y había sido mucho tiempo desde que se sintió así.

Mo XuanYu se detuvo. Probablemente esperando por él. Un segundo más tarde, listo para regresar al pueblo, escuchó el chapoteo del agua, seguido del movimiento que agitó los estanques. Al volver hacía el joven cultivador, le encontró con medio cuerpo sumergido en los estanques; con evidente frustración en el rostro, comenzó a tirar de las vainas y las flores hasta que las mismas se acumularon en un gran puñado.

"¿Qué es lo que Mo XuanYu hace?", se alertó.

El cultivador salió del agua, totalmente empapado, y apuntó a WangJi. "Esto es lo que querías, ¿cierto?"

No era así, pero WangJi solo pudo corregir: "Estos estanques tienen dueños".

"Si, pero están todos dormidos. Ya las he arrancado, Lan WangJi. Son tuyas".

Titubeó y su determinación flaqueó en tomarlas. Eso era robar. Robar estaba contra las reglas del Clan Lan, al mismo tiempo un regalo. Un obsequio equivocado porque WangJi solo apreciaba la vista no tenía deseos de ninguna por lotos. Pero encontró maleducado no tomarlo cuando se recolectó para él.

"Gracias".

Sopeso la opción de volver al día siguiente para pagar a los dueños por el hurto de semillas de loto.

"Tienes que comerlas pronto, antes de que dejen de saber bien. Las mejores son las que tienen vainas".

Lan WangJi se sintió relajar. Retomaron el viaje, en sus andanzas se hablaron sobre demonios cazados en las cercanías. En necrofagos de río y un abismo acuático que bajaba desde Zhumadian.

Hicieron una parada breve en el río cercano a la entrada de Caiyi y se lavaron el fango que se pegó a sus botas.

El chico apuntó hacía la posada y dijo: "Hay lugares ahí. Si te apresuras puedes tener una buena habitación".

"¿Qué hay de Mo XuanYu?"

"Tengo cosas que hacer".

"¿Una cacería?", no pudo evitar preguntar.

"No es así. Hay un lugar al cual debo llegar antes del amanecer".

Lan WangJi no pidió más información y supo que ya se había impuesto demasiado en lo que resto de la noche.

De esta manera realizó una reverencia corta, juntando sus manos por delante y se despidió.

Se encaminó hacía la posada señalada, y se giró para dar un último vistazo del joven.

Sin embargo, al buscarle en la oscuridad no encontró nada.

Aferrandose a las flores de loto en sus brazos, se adentro al establecimiento. 

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