Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II. Maestro del mal


Wei WuXian sintió la calidez de su propia sangre desplazarse a lo largo del brazo. El olor de óxido y sal llenó la habitación, y el repiqueteo de la llovizna exterior se entremezcló con su propia esencia cayendo sobre un suelo de madera inmaculada.

Su cabeza se enderezó y le dolió el cuello. Sintió un tirón desagradable que le recorrió la nuca y golpeó en algún punto medio entre las vértebras a raíz del entumecimiento por una posición difícil.

La habitación estaba en penumbras, aunque fue capaz de discernir el brillo de plata, en la luna que se filtraba entre las rejillas altas en la cabaña.

Su garganta gorgoteó y quemó de manera poco agradable. Sintió una esfera áspera subirle por la garganta hasta que llegó al punto más alto y la vómito entre sus rodillas.

Ajustó su posición, dando una imagen de absoluta miseria y derrota, y entonces los guardias entraron a inspeccionar el alboroto en el interior.

Apenas dieron un paso al interior del lugar e ignoraron. "Que desagradable", dijo uno de los cultivadores al notar el desastre agrio de su propia bilis, e ignoró la píldora regurgitada.

Cuando la puerta fue sellada una segunda vez, Wei WuXian consiguió deslizar sus muñecas de las protecciones, como untadas en aceite.

Desgarró la parte delantera de su túnica y anudó tiras en sus muñecas, a manera de torniquetes para reducir el sangrado. Dio un vistazo de hastío a las prendas con las cuales se le vistió.

Trazó un sigilo con su propia sangre para anular los encantamientos. Al hacerlo, una oleada cálida le recorrió el cuerpo, y suspiró en alivio.

Las prendas emitieron un olor a ceniza y azufre, desgarró el frente y se limpió el rostro para sentirse un poco más decente. No es que en realidad importase. A Wei WuXian ya no le importaban esas cosas, pero le habían tratado peor que a una bestia, por lo que se vio en la necesidad de imitar acciones simples como abluciones sencillas para mantener su cordura en una sola línea.

Le había tomado trece años conseguir un método efectivo para salir de toda restricción. Los primeros años fueron difíciles. Su mente osciló entre la consciencia e inconsciencia y apenas logró mantener todas sus piezas unidas en un mismo cuerpo; las torturas no dieron lugar a la razón y quebrantaron su espíritu.

Sin embargo, tal como se decía en los mitos, el Yunshen Buzhichu era el lugar propicio para aclarar la mente. El aire puro fue libre de resentimiento, y el silencio en sus rincones traía paz al corazón más agitado. En el caso de Wei WuXian, el espacio idóneo para recuperarse; donde sanar las heridas, con armas espirituales, que se le infligieron; a su vez, asentar sus rencores en frío resentimiento.

Caminó por la diminuta cabaña notando la ausencia de calzado. Sentir la fría madera bajo sus pies fue agradable, por decir poco. Habrían sido casi tres años desde la última vez que sus piernas mantuvieron su peso. Pero no importaba, porque ese cuerpo maltrecho y miserable se movía por el deseo de venganza y escozor por debajo de la piel. En voces siniestras que clamaron la sangre de sus victimarios.

Tras un shichen de reposo, consideró propicio abandonar.

Deslizó el panel de la puerta con absoluta naturalidad, y los guardias reaccionaron al instante. La sorpresa y el horror en sus ojos fue más que evidente. La incredulidad les bañó por completo e intentaron gritar.

Wei WuXian no lo permitió.

La punta de sus dedos, cuyas uñas habían sido arrancadas en algún momento, tocaron la piel fría y atrajó un sin fin de maldiciones, hasta que la mente de ambos hombres se quebró en un sin fin de pesadillas.

Las formas sin consciencia se apilaron en un pequeño cúmulo a sus pies. Les habría deseado buenos sueños, pero sabía que eso no sería posible. Después de todo, quién conseguía superar un shichen de sus pesadillas podría ser considerado afortunado.

Apenas mantuvo un pensamiento en ello. Limpió los restos sangrientos en sus manos y hurtó los talismanes de los hombres.

Las espadas no funcionarían, pero el dinero fue bienvenido, así como todo suministro que una bolsa qiankun pudiese ofrecer a alguien como él.

Wei WuXian bajó del pórtico con paso digno, y la lluvia le bañó. Se estremeció y la electricidad le recorrió por toda la piel como un mal recuerdo. Tuvo náuseas desagradables y su corazón se agitó, pero se aferró a la cordura. Apoyado en una esquina del pórtico, divisó un paraguas de papel que, probablemente, le pertenecía a uno de los guardias. Así que lo tomó para mantener seca la poca dignidad de la que fue arrebatado.

Wei WuXian escuchó el chapoteo del agua bajo sus pies, y se desplazó por mera intuición en el enorme recinto.

'Me pregunto si esa persona está aquí', no dijo.

Sus ojos se llenaron de sangre y resentimiento, la fría plata en su mirada fue desplazada por algo más crudo.

Fue entonces que alguien irrumpió a su paseo, y trató de alertar.

Las sombras se alzaron desde el subsuelo y se elevaron cubriendo al hombre como la tela de una araña gigante. Wei WuXian paso por su lado, manteniendo los extremos de su túnica por lo alto para evitar cubrir el orillo con lodo y suciedad.

El rostro del hombre evidenció a un adolescente. Un joven, demasiado inmaduro para dimensionar lo que un encuentro con él podría suponer para cualquiera.

Se sintió indulgente y pasó de él mientras la energía yin cubría al niño como un vendaje mortuorio.

La oscuridad de la noche no fue un problema, sin embargo, ansío alejarse del clan Lan lo antes posible.

El muro de reglas se erigió a sus espaldas y la pared más cercana se extendió a muchos li. Con paso determinado aprovechó el toque de queda y la lluvia intensa, la cual era perfecta para borrar la evidencia de su paso.

Wei WuXian trepó el muro del segundo jardín interior y consiguió una imagen clara de la distribución entre los muros altos. Cuando encontró la salida más práctica se dirigió ahí. Había un bosque alto y espeso en el cual camuflarse, y protecciones más frágiles que en el resto de domo.

Tal vez se debió al estado debilitado de Wei WuXian, o al envenenamiento; quizá, sus poderes se encontraron contenidos ante los múltiples exorcismos que se le aplicaron, porque al tratar de atravesar la barrera, fue lanzado hacía atrás con una fuerza demoledora. Su espalda golpeó en el jardín de rocas y escupió una bocanada de sangre.

Su intento fue lo suficientemente estupido para alertar a la patrulla nocturna, así que tuvo que apresurarse.

'¿Qué mierda?', apenas razonó. Su mano dominante sangró profusamente y hedió a carne chamuscada. Trozos de piel se desprendieron sin cuidado y encontró la barrera del Yunshen Buzhichu como algo digno de respeto.

"No hay manera de que este Laozu escape", llamó un hombre con la apariencia de un maestro. Su rostro era simple, aburrido y ordinario. No parecía demasiado fuerte, y Wei WuXian lo supo enseguida. Desafortunadamente, no tenía a ChengQing cerca y careció de una espada que le fuese fiel. Así que Wei WuXian se encontró frente a un contrincante, por lo menos, complicado.

Wei WuXian le dio una mirada de muerte, y el hombre titubeó en su determinación.

Wei WuXian caminó. Acortó la distancia habida entre ambos y sonrió con ojos muertos. Cuanto más se aproximaba, más se apartaba el hombre. Un paso, luego otro y otro más. El hombre se horrorizó, consciente de que su acto valeroso le había llevado al estupido camino de la muerte.

Wei WuXian se detuvo y el hombre apuntó listo para dar una estocada. Antes de que ninguno de los dos pudiese hacer nada, el resentimiento se elevó desde el suelo y trepó como enredaderas venenosas alrededor del hombre. No solo le sometió para imposibilitar todo movimiento, sino que trepó como oscuridad siniestra y sin condensar y se penetró todos su qiqiaos para devorarle por dentro.

El hombre cayó como peso muerto, y el resentimiento se enroscó alegre por el festín que se le entregó. Wei WuXian no había hecho nada. En realidad fue el resentimiento obrando por sí mismo, influenciado por las emociones de Wei WuXian, así que lo dejó ser.

Se acuclilló sobre el cuerpo que había perdido toda vitalidad hasta convertirse en huesos apretados en carne seca y desató el colgante de jade que colgó de su cadera.

"Esto tiene un sello antiguo", dijo para nadie en particular. Encontró la sincronía y correlación entre la barrera y las tallas en el jade y supo que estaba frente a su pase de salida.

Retomó el camino. El resentimiento adoptó su sombra y la energía demoníaca se enroscó como los apéndices de un monstruo en las puntas del largo cabello que se arrastró como el velo de la muerte.

Subió al muro exterior y no encontró problema para traspasar la protección. Entonces sonrió para sí mismo.

Un puñado de cultivadores Lan armados con sus espadas y armas espirituales llegaron al acto. Wei WuXian lo encontró patético. Pero sintió un pinchazo en el estómago que lo instó a crear un poco de caos en represalia al abuso al cual había sido sometido.

Se le había sometido y torturado hasta la locura. Confinado a una diminuta celda. Exorcizado con métodos agresivos de cultivo musical y golpeado con el látigo de disciplina que le arrancó la piel de la espalda a manera de penitencia.

Si, Wei WuXian tenía mucho por lo cual ansiar una venganza.

Wei WuXian trazó un sigilo sangriento y el suelo se sacudió frente al resentimiento crudo y sin condensar. Incluso en un lugar tan etéreo como lo era el Yunshen Buzhichu existía el mal, y este se pegaba a todo rincón de la montaña. Wei WuXian, cuya energía era limitada, aprovechó la pequeña cantidad para hacer frente a un centenar de hombres.

Pronto, los campos de hierba cubierta en rocío se perlaron en la sangre de los ingenuos. Y sus cuerpos alimentaron a un resentimiento volátil y exigente.

Los alaridos de dolor y el clamor por piedad se alzaron por todas las tierras de Gusu. El resentimiento nadó entre las casas; como emisario de muerte, buscó entre aquellos volubles a la oscuridad y sus corazones corruptos sirvieron de alimento.

Wei WuXian lanzó una risa maníaca antes de decidir apartarse.

La lluvia cesó, y las nubes se despejaron, el brillo de la luna aclaró la escena. Los cadáveres inertes, con partes del cuerpo diseminadas en los alrededores, colorearon el mundo en rojo.

La plata más pura brilló a escasos li de Wei WuXian y sus cejas se alzaron.

"Ah... Hanguang-Jun. Después de todo si estabas aquí".

Hanguang-Jun no habló, y hubo odio en su mirada pétrea.

Wei WuXian sintió el disgusto subir por su estómago y la amargura se asentó en su boca hasta formar una mueca de disgusto.

"Tanto tiempo. He estado aquí, y tú también, pero, ¿ni siquiera diste una visita?, puedo ver que el título de jade honesto no es otra cosa que una mentira".

"¿Por qué el Yiling Laozu habla como si me conociera?"

Wei WuXian le dio la razón, no lo conocía en absoluto.

Dio un paso seguro lejos del techo, y bajo el brillo de una fresca noche de luna llena, Lan WangJi, segundo jade de Gusu, lo apuñaló en el estómago.

Wei WuXian hubiese muerto, si no hubiese estado acostumbrado. Después de todo, el iracundo líder de la secta Jiang ya había arremetido contra él múltiples veces. Al punto en que le destripó y Wei WuXian tuvo que aferrarse a sus intestinos, teniendo que sostener sus cálidas vísceras en sus manos.

Lo que Lan WangJi hizo fue una advertencia.

Conocía su poder, su potencial.

La única persona que podría detenerle en esa vida, era el segundo jade de Gusu.

Lan WangJi no titubeó, y su mirada fría, carente de reconocimiento se mantuvo con dureza.

'¿Ahora te haces el desentendido?', se preguntó en medio de una carcajada maniaca.

Lan WangJi recuperó a Bichen y Wei WuXian decidió jugar su juego un poco más.

"Tengamos un duelo en mejores condiciones. Asumo que Hanguang-Jun hará uso de su intachable sentido de la responsabilidad y no intentará nada extraño hasta entonces".

Lan WangJi se mostró confundido, pero lleno de odio.

Tentado a lanzar una segunda estocada, Wei WuXian se desvaneció entre la oscuridad, dejando atrás un velo de muerte y una advertencia tácita.


☸ ☸ ☸


Wei WuXian ignoró los cortes en sus pies, y el ardor que provocaron las heridas abiertas.

Sus pasos marcaron un ritmo mesurado, y sus huellas se impregnaron con el hedor de la muerte.

Sostuvo su estómago y aplicó presión. Apenas la suficiente para proporcionar un poco de alivio.

Se había convertido en los restos descarnados de lo que alguna vez fue un hombre y sintió lástima de sí mismo.

Sus extremidades se ennegrecieron frente al envenenamiento por resentimiento y le dolieron las costillas ante cada exhalación dada. El resentimiento, que se había convertido en su segunda naturaleza, fue difícil de absorber. Se había acostumbrado al aire puro de Gusu Lan por lo que fue imposible adaptarse a su propio hogar sin sentir el ardor corrosivo en los senos nasales.

Lanzó una bocanada de sangre mala y se sacudió. Le dolían los hombros, la escápula y las clavículas se inclinaban en una posición extraña por la postura a la cual fue encadenado al muro.

Sus dedos se mantuvieron rígidos y resintió la posibilidad de no tocar su flauta de nueva cuenta.

La cumbre del Luanzang se elevó frente a él. En su camino a la cima, se alzaron los fantasmas y espíritus de los muertos que le reconocieron como su maestro. El fuego fantasma se encendió iluminando el camino y las voces susurraron con malicia y diversión. Las Youling jiemei se percataron de su lamentable estado, y tras lanzar un chillido de asombro, le arrastraron al interior del palacio en ruinas.

No ignoró el hecho de que la ausencia a su presencia trajo un crecimiento anormal de hierbajos y su residencia perdió el brillo con el que alguna vez se destacó. Olía a descomposición, hojas secas, humedad y polvo cadavérico.

Wei WuXian se entristeció. Porque incluso a la lejanía notó yacer en pedazos calcinados el asentamiento en el que alguna vez refugió a los Wen.

Las damas fantasmas corrieron de un lado a otro en búsqueda de agua limpia y compresas. En los túmulos funerarios no había algo como agua fresca después de que sus pozos y ríos fueron contaminados con los cadáveres de los remanentes Wen. Se dejó caer en un trono de hueso y roca, que había tallado hacía años por mera diversión. Ahora parecía todo menos cómico, y fue lamentable.

Su cabeza cayó y cerró los ojos, a la par se sentía desangrar.

Wei WuXian se hundió en un sueño inquieto. Las pesadillas se hicieron en él reavivando los recuerdos de trece años de dolor y agonía. Los Jiang eran buenos para inflingir tortura con ahogamiento y electricidad; los Jin fueron menos considerados, y optaron por tecnicas de cortes.

En un momento de cordura se preguntó: '¿No era el hijo bastardo de Jin GuangShan, sirviente de Wen RuoHan?'. Su ceño se frunció, y en su mente se imitó la sonrisa maníaca de Xue Yang que le observó como un animal listo para una disección.

El rencor frío se asentó en sus huesos. El resentimiento se inyectó en sus venas como un suero de vida y cedió a la energía alternativa que lo mantenía con vida.

'¿Por qué las personas están tan empeñadas en asesinarme? ¡Termine con Wen RuoHan tal como pidieron! Nunca hice mal a nadie hasta hace poco. ¡Aún así, no se me permite vivir porque atentó contra toda ortodoxia!'

Wei WuXian arrebató el cuenco con agua de las garras de una de sus damas fantasmas. A.Hua contuvo su sorpresa, y el gesto se reemplazó con una sonrisa bobalicona. Despachó a las jóvenes fantasmas y estas revolotearon como un grupo de niñas traviesas.

Tras un suspiro pesado dio un trago profundo. El agua sabía a hierro y podredumbre; pero era nítida y ligera. Dio un segundo trago y los restos se escurrieron por las comisuras hasta empaparle el pecho. Habiendo saciado su sed, deslizó peso. Su cabeza golpeó contra el trono y emitió un ruido sordo y gran dolor.

Dio un vistazo a los muros de piedra; en formas desascaradas y los escombros regados. Tendría que hacer algunas reparaciones, tal vez derribar algunas paredes.

En realidad no quería pensar en nada de eso. Incluso la idea de desaparecer a tierras lejanas le resultó agotadora y abrumante. Cerró los ojos para meditar. Sintiendo a la energía yin pulular en su interior, en un doloroso procedimiento que apenas podía compararse a entrañas siendo licuadas en el molino de piedra. Cuando su energía se asentó y el resentimiento dejó de luchar por su control, se relajó por completo.

'Lan WangJi te traicionó', escucho al Luanzang.

Wei WuXian hizo una mueca y abrió los ojos por el intento infructuoso de encontrar un poco de paz en todo el desastre.

"Eso lo sé", dijo a nadie en particular.

'Confiaste en él y te dio la espalda'.

'Te entrego a las sectas', susurró una voz en su nuca.

'Los Wen que tanto defendiste ahora están muertos'.

Wei WuXian saboreó la descomposición entre sus dientes y vació el estómago debido al agua no potable. Limpió los restos con la manga de su túnica, ahora sucia, y ocultó el rostro entre sus manos.

Todo lo que podía hacer ahora era abrazarse a la cordura que le quedaba.


☸ ☸ ☸


Wei WuXian se encontró cultivando en la piscina de sangre que tomó lugar en el medio de la cueva en el corazón del Luanzang. Habían pasado trece días desde que había escapado del Yunshen Buzhichu y aguardo por el remate.

La herida de Hanguang-Jun había sanado en su mayoría. Sus costillas rotas se reajustaron con mucha dificultad, y sus extremidades se mantuvieron unidas como los hilos de un titiritero con la energía demoníaca.

Abandonó su lugar de meditación y se bajó de la cama de piedra. Tomó una túnica negra y se hizo con un burdo intento de ChengQing para un último enfrentamiento.

Pensó haber conocido a Lan WangJi alguna vez.

Pero estuvo en lo incorrecto.

Ahora, era probable que estuviese en camino de liderar un segundo asedio.

Pero, cuando las filas de cultivadores destruyeron sus protecciones no distinguió la forma impecable del jade de hielo, ni el ámbar de una mirada cargada de odio hacía la injusticia y la no ortodoxia.

Esto le desanimó ligeramente.

'Di Hanguang-Jun, ¿te crees demasiado bueno para enfrentarme?, no me hagas reír', dijo para sí mismo.

Los cultivadores marcharon y cubrieron de fuego su montaña. Con ello se erradicaron los espíritus con los que Wei WuXian alguna vez simpatizó, y se perdieron cientos de años de investigación al calor de las llamas.

Las maldiciones se alzaban con cada paso en falso dado.

Desde cadáveres feroces, hasta pesadillas. Energía resentida que se enroscaba como enredadera e incluso yaos que el propio Wei WuXian capturó con el tiempo.

Pronto, aquella cumbre demoníaca se tiñó de rojo con la sangre de sus opositores. Y sus almas yacieron doblándose a su voluntad.

Aún cuando Wei WuXian provocó la devastación, Lan WangJi no hizo acto de presencia. Y se resignó a ver a sus torturadores sudar ante la impotencia de enfrentar a un hombre cuyo espíritu había sido quebrantado, que carecía de afectos a los cuales aferrarse.

Sintiendo que su último deseo no podría ser saciado, decidió poner fin a todo de manera dramática, y el resentimiento se apoderó de él.

Cerró los ojos, cediendo todo poder al resentimiento.

El horror se sembró en el mundo y se diseminó.

Los ahí presentes ardieron hasta calcinarse y con ello Wei WuXian fue liberado, y su alma apaciguada...

Aunque solo por unos instantes, porque al abrir los ojos enfrentó un mundo luminoso, con cielos despejados y brisa que llevaba consigo el olor de las hierba fresca y el perfume de la magnolia en flor. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro