CAPÍTULO 3
LA CLASE DE ECONOMÍA, como siempre, era divertida. Bobby lograba que los estudiantes prestaran atención. Además, verlo humillar a Greenberg era fenomenal. No sé por qué; pero el chico simplemente es estresante. Ni siquiera Derek es así de odioso.
En medio de su cháchara, Bobby notó que Stiles estaba más concentrado en su cuaderno que en él. Ahora bien, para cualquier profesor eso significa que su estudiante está anotando todo lo que él dice. Pero, si se trata de Stiles y de Bobby, sabemos que ese no es el caso.
—Stilinski, ¿estás prestando atención? —le preguntó Bobby; pero no obtuvo respuesta alguna, lo cual probaba que mi teoría era la correcta.
Stiles estaba escribiendo en su cuaderno; pero obviamente no era nada sobre economía. Scott, que estaba detrás de él trató de moverlo; pero no reaccionó. La impaciencia de Bobby pudo más e hizo sonar el silbato a todo pulmón. Me tapé los oídos por el dolor, nadie más pareció molestarse por el ruido.
Nadie excepto Stiles, quien se movió sobre su asiento mientras parpadeaba innumerables veces.
—¡Stilinski! —gritó Bobby—. Te hice una pregunta.
—Lo siento, entrenador —respondió Stiles—. ¿Cuál fue?
Me encogí en mi asiento. Esa respuesta era suficiente.
—Oh, bueno, fue: «Stilinski, ¿estás prestando atención?»
Las orejas de Stiles se pusieron rojas, mientras se reacomodaba en su asiento.
—Ahora sí.
—Stilinski, deja de recordarme por qué bebo —luego susurró—: Todas las noches.
Se dio media vuelta hacia el pizarrón, donde la pregunta «¿Cuál es la diferencia entre el PBI y PNB?» Estaba escrita con letras grandes y debajo decía «¿Alguien?». Haciendo alusión a que nadie sabía la respuesta, claro que cuando yo quise responder me dijo que les diera la oportunidad a las mentes «menos brillantes» del salón y... por eso le preguntó a Stiles si estaba prestando atención.
—¿Alguien más quiere contestar la pregunta del pizarrón? —pidió Bobby por cuarta vez.
Reprimí las ganas de alzar la mano y actuar como la Hermione de este salón, porque no quería ser ignorada otra vez, y porque había algo más importante en estos momentos.
—Stiles —lo llamé.
Giró hacia mí, al notar mi mirada preocupaba frunció el ceño.
—Estoy bien, solo me quedé dormido un segundo.
¿Dormido?
—No estabas dormido —habló Scott a sus espaldas y señaló el cuaderno de Stiles.
Más tarde, me enteré de que había estado escribiendo la palabra «Despierta» un millón de veces en su cuaderno, en diferentes tamaños y formas. Lo que les estaba sucediendo a los tres, era algo muy delicado. Por ejemplo, Isaac me contó que, el día anterior, cuando siguió a Allison y Lydia, la primera casi perfora el cráneo de la segunda con una flecha. Isaac mencionó que Allison parecía estar en una especie de trance, como si su cuerpo actuara sin que ella se diera cuenta de su alrededor.
En la noche, luego de mi conversación con el alguacil, llamé a Allison para saber qué había pasado con ella. Parece ser que mi amiga había tenido un sueño despierta, donde veía a su tía—la loca que incendió la casa de los Hale—y ella quería defenderse atacándola, por ello, casi mata a Lydia con una flecha, las confundió.
Debido a todo esto, decidimos juntarnos todos a la hora del almuerzo en una de las mesas que estaba fuera del colegio. No podíamos aplazar esta conversación más, teníamos que hallar una solución a esta maldita encrucijada.
—Entonces, ¿qué le pasa a una persona que tiene una experiencia cercana a la muerte y sale viendo cosas? —preguntó Scott.
A lo que Stiles continuó—: ¿Y es incapaz de decir qué es real y qué no?
—¿Y ve visiones demoníacas de parientes muertos? —concluyó Allison.
Isaac, Allison y Lydia estaban sentados al otro lado de Scott, Stiles y de mí en la mesa de picnic que se encontraba fuera del colegio. Teníamos hojas y apuntes sobre las teorías de lo que podría estarles pasando a los chicos que murieron y volvieron a la vida.
Hasta ahora no teníamos ninguna teoría.
—Los encierran porque están locos —respondió Isaac a las preguntas de Scott, Allison y Stiles.
Rodé los ojos ante su falta de tacto.
—¿Puedes al menos intentar ser de ayuda, por favor? —la irritación de Stiles era palpable.
Isaac inclinó la cabeza, formando una sonrisa ladeada cuyo propósito era molestar a Stiles.
—Pasé casi toda la infancia en un congelador. Así que, ayudar es algo nuevo para mí.
Le mandé una mirada desaprobatoria a Isaac y él se enderezó en su asiento. Mientras, Scott se había resignado a la conversación de sus dos amigos y golpeó la cabeza en sus brazos. El pobre estaba verdaderamente cansado, es decir, ni siquiera les había regañado por el comportamiento tan poco maduro que estaban demostrando.
—¿Todavía recurres a eso? —le reprochó Stiles.
—Sí, quizá aún recurro a eso —respondió Isaac.
Las demás personas en la mesa queríamos matarnos. No puede ser que se estén peleando otra vez. Estamos acá, hablando de un tema serio y ambos no pueden controlar sus riñas, es desesperante. Lydia me miraba con una expresión de «¿podemos dejarlos fuera de esto y trabajar solo las tres?». Estuve a punto de asentir, cuando alguien se acercó a nosotros.
—Hola —la voz de una chica hizo que ambos se detuvieran. Al lado de la mesa, entre Lydia y yo, estaba de pie una chica de rasgos asiáticos, muy bonita—. Perdón. No pude evitar oír lo que estaban diciendo.
Así que es bonita y un poco metiche. Algo así como Stiles.
—Creo saber qué es de lo que están hablando —eso llamó nuestra atención. Crucé miradas con Lydia y, luego regresamos a la chica nueva—. Hay una palabra tibetana para eso. Lo llaman «Bardo». Literalmente significa «estado intermedio». El estado entre la vida y la muerte.
—Y, ¿cómo te llaman a ti? —la pose de Lydia asustaría a cualquiera. Pero esta chica no se inmutó, probablemente porque no notó el tono retador de mi mejor amiga. Además, que fue Scott quien respondió y no ella.
—Kira —dijo el nuevo Alfa con una sonrisa en el rostro. Que supiera esa información llamó la atención de todos—. Está en nuestra clase de historia —se explicó.
—¿Estás hablando del Bardo en el budismo tibetano o el de la India? —le preguntó Lydia, ella seguía retándola, quería saber si esta intromisión era por alguno de los tres chicos sentados en nuestra mesa—o sea Scott—o por otro tipo de interés.
Sentí la mano de Stiles en mi cintura tratando de jalarme a su lado. Me di cuenta de que Scott se había arrimado para que pudiéramos darle lugar a Kira. Cuando ella vio el nuevo y pequeño espacio a mi lado, lo tomó.
—Cualquiera de las dos, supongo —respondió a la pregunta de Lydia con una sonrisa resplandeciente. Hablar de este tema parecía alegrarle. Es eso o está feliz de compartir una mesa con Scott—. Pero todo lo que decían, eso sucede en el Bardo. Hay varios estados progresivos donde tienen alucinaciones. Algunos ven, algunos solo oyen. Y puedes ser visitado por deidades pacíficas o furiosas.
—Porque estás en un estado espiritual, ¿verdad? —le pregunté.
Ella asintió muy eufóricamente.
—Es donde los espíritus se cruzan, nosotros y las deidades.
—Cuando dijiste deidades furiosas, ¿a qué te referías? —preguntó Isaac, quien parecía verdaderamente interesado en la conversación. Al menos lo estaba tomando en serio.
—Demonios —respondí por ella—. Ya sabes, como en «Incidious», la película.
Kira volvió a asentir.
—Sí, son como demonios, espíritus malos.
—Así que demonios —repitió Stiles—, espíritus malos. ¿Por qué no?
Ese pedazo de información no le había caído nada bien, aun así, hacía sus comentarios sarcásticos para aligerar el ambiente.
—Espera, si hay diferentes estados progresivos —intervino Allison—, ¿cuál es el último?
Todos giramos hacia Kira, esperando su respuesta.
—La muerte, mueres —lo dijo como si fuera la respuesta más obvia del mundo; pero todos los demás entramos en un estado depresivo.
Ah... eso es genial...
Revivieron para volver a morir, perfecto, eso simplemente es perfecto.
Voy a matar a Deaton por esto.
Sentí la mano de Stiles tensarse en mi cintura. De hecho, todos se veían tensos ante la respuesta de Kira, cuando ella notó eso, se despidió de nosotros y desapareció dentro del colegio. La chica trajo la bomba y se fue antes de que explosione.
Esa noche, fui con Lobo a la veterinaria de Deaton, quería conversar con él sobre el tema del Bardo y, aprovecharía en que revisara a Lobo, siempre lo llevo por un chequeo médico.
Cuando llegué, sorpresivamente me crucé con el Jeep de Stiles y la moto de Scott. Los tres habíamos llegado al mismo tiempo a la veterinaria y algo me decía que teníamos el mismo objetivo. Así que solo nos encogimos de hombros e ingresamos para conversar con Deaton. Nos dejó pasar y luego colocó el letrero de «cerrado» frente a la puerta, así no seríamos interrumpidos por sus clientes.
Scott le contó a su jefe todo por lo que habían pasado Stiles, Allison y él mismo desde que habían regresado a la vida. Además, Stiles nos comentó sobre el sueño que había tenido durante la clase de Bobby, o bueno, lo que se supone que era un sueño despierto. Al parecer, los estudiantes y Bobby le habían estado hablando en lenguaje de señas, algo que él no entendía.
—Parece que tu subconsciente está tratando de comunicarse contigo —explicó Deaton luego oír a Stiles.
—¿Cómo le digo a mi subconsciente que use un lenguaje que yo entienda?
Los cuatro + Lobo, caminamos hacia el interior de la veterinaria, mi bebé estaba nervioso, sé que detesta venir; pero lo tiene que hacer, es por su bien.
—¿Recuerdas cómo era el lenguaje de señas? ¿La colocación y el movimiento de las manos? —le preguntó Deaton.
—¿Sabes el lenguaje de señas? —Scott parecía sorprendido por ese nuevo descubrimiento. La verdad es que yo no me sorprendería si Deaton viene mañana y me dice que puede viajar en el tiempo. Él sabe todo, en serio. Bueno, casi todo, porque no sabe cómo enmendar el problema actual de mis amigos.
—Un poco —respondió Deaton—. Déjame intentar descifrarlo.
Stiles demostró cada una de las señas y Deaton indicó qué significaba cada una. Por mi parte, solo pude adivinar el signo que significaba «puerta». Hace muchos años llevé cursos de lenguaje de señas; pero cuando mi mamá fue asesinada, los dejé. Así que no recuerdo mucho. Tal vez debería de retomar esos cursos.
—«¿Cuándo una puerta no es una puerta?»
Me había desconectado por unos segundos; pero por las expresiones de los chicos, sé que esa era la frase que el subconsciente de Stiles estaba tratando de darle.
—«¿Cuándo una puerta no es una puerta?» —repitió Stiles algo frustrado.
—Cuando está entreabierta —respondimos Scott y yo al mismo tiempo.
Ante nuestra respuesta, Stiles resopló.
—¿Bromean? ¿Un acertijo? ¿Mi subconsciente quiere decirme un acertijo?
—No necesariamente —respondió Deaton—. Cuando los tres se sumergieron, cuando cruzaron de la inconsciencia a un tipo de superconciencia, esencialmente abrieron una puerta en sus mentes.
—¿Y eso qué significa? —preguntó Scott dando un paso hacia delante—. ¿La puerta está todavía abierta?
—Entreabierta —le dije, tomando como referencia la respuesta al acertijo—. No cerraron la puerta, se olvidaron de hacerlo. —Para ser sincera, no tengo idea de cómo hubieran podido cerrarla de todos modos.
—¿Una puerta dentro de nuestras mentes? —se cuestionó Stiles.
—Les dije que era arriesgado —la respuesta de Deaton no me dejó tranquila.
—Bien, sí, era arriesgado, ¿qué hacemos al respecto? —sonaba irritada. Necesitábamos una solución, si alguien podía ayudarnos, ese era él.
—Bueno, eso es difícil de responder.
—Espera un segundo, conozco esa mirada —intervino Stiles—. Es la mirada de «sé qué te pasa; pero no sé cómo arreglarlo».
Deaton desvió la mirada hacia Scott y luego se dirigió a Stiles.
—Una cosa que sí sé es que tener una puerta, así como la que tienes en tu mente, no es bueno. Cada uno de ustedes tiene que cerrar esa puerta y tienen que hacerlo lo antes posible.
Más respuestas que esa no obtuvimos, los chicos se fueron de la veterinaria y yo me quedé con Deaton para que pudiera revisar a Lobo.
—¿Es posible que algo pueda ingresar a sus mentes? —pregunté en voz alta, había querido hacerlo desde hace mucho rato; pero no me animaba a escuchar la respuesta.
Deaton asintió.
—Una mente con la puerta abierta es una mente frágil, deben de cerrarla pronto.
—¿Cómo podemos lograrlo?
—No lo sé, pero voy a hacer todo lo posible por averiguarlo.
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