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Capítulo Extra - Crossover Serendipia

Nota del autor: Hola!! vengo rápidamente a dejarles este pequeño Crossover que hicimos Lara Gutiérrez  y yo, ella es la autora del libro Serendipia así que los invito a que lo lean, está en mi lista de lectura, desde que lo leí sentí que Lan y Bessie tenían muchas cosas en común y logramos que se conocieran <3... espero que disfruten este capítulo, si ya leyeron las dos historias ¡Agradecemos de antemano por dejarnos entrar a sus vidas! si aún no lees Serendipia... ¿Qué esperas? ¡Un abrazo a ustedes!

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Llevo algunos días visitando algunos clientes del bufete donde he hecho mis prácticas para comentarles en qué van sus casos y explicarles que algún otro compañero tomará la rienda de todo lo que yo llevaba. Así como hay clientes que son buenos, los hay también quienes no lo son tanto, pero por lo menos en estos momentos como estudiante y pasante no puedo negarme a algunos casos.

Salgo de la dirección del centro psiquiátrico, siento empatía por los chicos que están aquí, sé lo difícil que a veces la vida es. Siempre me he sentido muy bendecida por la vida que me ha tocado, pero eso no significa que sea fácil, el vivir entre tantos secretos, y haber perdido a la persona que más he querido dolió hasta el alma. Hubo muchas ocasiones en que sí me pasó por la cabeza tomarme un frasco de pastillas e ir a alcanzarlo, pero nunca tuve el valor, nunca fui tan cobarde... O nunca fui tan valiente... No he decidido cuál sería la palabra correcta para tomar esa decisión.

Me dirijo hacia el jardín esperando a que Duncan pase por mí, observo un árbol y una silueta femenina aferrada a él, como si quisiera sostenerse a algo en la tierra, ese sentimiento lo conozco bien; Me acerco lentamente a ella, no es mucho menor que yo, quizá unos cinco o seis años menos. Escucho sus sollozos y es inevitable que de mi boca no salga una pregunta.

—¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo? —Veo su rostro levantarse mientras su largo cabello castaño cae alrededor de él. Lleva sus ojos hinchados, supongo que de tanto llorar.—Yo —comienza a decir y niega con la cabeza—. Estaré bien Es solo que a veces que siento que no puedo más.—Te entiendo... —susurro. Ella suelta el árbol y tomo el valor para sentarme a su lado. Sé que muchos de estos chicos no son las personas más saludables mentalmente, pero hay algo en ella que me hace sentir que me veo en un espejo—. ¿Puedo saber qué te pasa? Puedes confiar en mí.—Eres inglesa, ¿cierto? Tu acento... —Sonrío y asiento.—Si...—Y ¿qué haces aquí, entonces?—Yo... Vine a ver un cliente...—No, no aquí en el psiquiátrico. —Sorbe su nariz—. En el país.—Huía de mi realidad.Ella parece inspeccionarme un poco y termina por sentarse a unos centímetros de mí. Si quiero que ella hable, creo que yo debo de hablar primero.—Perdí a la persona que más amaba, él murió. Perdí a mi primer amor, a la persona con la que más he sentido conexión en mi vida, quizá porque crecí con él. —Sonrío—. Soy hija adoptiva —digo de manera resumida—, y terminé enamorándome de mi hermano adoptivo. —Ella abre sus ojos con sorpresa y se seca las mejillas con la manga del enorme jersey rojo que lleva puesto.—Guau eso debió de ser difícil...—Sí... Pero él también me quería... Como mujer, no como hermana. Escondimos frente a toda nuestra familia y amigos lo que sentíamos, lo que éramos, lo que pasaba entre nosotros y, cuando por fin nos animamos a decirlo, la vida me lo arrebató. Me sentí flotar, no de la mejor manera...

» Siempre sentí que él era quien me tenía atada a la tierra, entre nuestros planes estaba el venir a vivir a N.Y, y decidí seguir con esa idea... Quería alejarme de Londres, de todo lo que me recordaba a él, de nuestros padres, de nuestros amigos, de todas las personas en común. Seguramente fue muy cobarde que no tuve el valor de enfrentar la realidad donde estaba, pero no tenía el valor suficiente, aquí me hacía a la idea que él seguía allá, y yo solo me había alejado de él.

» Pero entonces la vida da muchas vueltas y me dejó un gran regalo antes de irse y eso fue lo que me hizo darme cuenta que el chico de ojos azules grisáceos no volvería, pero yo seguía aquí, estaba viva, y tenía una vida por delante. No fue fácil, había días buenos, había días malos, pero aquí sigo...

—Qué suerte la tuya —dice y suspira profundo—. También perdí a alguien, ¿sabes? Y yo no puedo irme a ningún sitio, la realidad me golpea día tras día y en cada momento Su nombre era Jimmy —Su voz flaquea y sus ojos se llenan de lágrimas nuevamente—. Él también fue mi primer amor, y me lo arrebataron Pero eso no es lo peor, sino que me hicieron creer y le hicieron creer a todos que fue él quien tomó esa decisión Y yo lo culpé y lo odié por dejarme no fue su culpa

Tomo su mano, pues la entiendo, más de lo que quisiera. Me reflejo en sus ojos y le doy una sonrisa de boca cerrada. Es como verme reflejada en alguien más, sé cuánto debe de doler en el alma, porque lo sentí, porque ya lo viví.

—Sabes —le digo—, es este tipo de cosas las que te hacen demostrarte de que estás hecha realmente, puedo ver que eres una chica fuerte y ya enmendaste tu error. ¿Conoces la leyenda del hilo rojo? —Niega con la cabeza—. Dicen que las almas gemelas llevan unidos un hilo rojo en su meñique izquierdo... Y que en la vida siempre tendrás esa conexión con esa persona, incluso aunque no termines con ella.

» O puedes tener más de un hilo rojo, alguien a quien añorarás el resto de tu vida, y alguien con quien todo se da tan naturalmente... Quizá Jimmy sea tu hilo rojo y lo llevarás por el resto de tu vida, pero allá afuera hay alguien más para ti, y valdrá la pena, y aceptará la chica del pasado, y amará la del futuro, respetará tus recuerdos.—Tú ¿ya encontraste a esa persona? —pregunta con curiosidad y yo asiento.—Sí, él ha estado en mi vida siempre, esperando pacientemente el momento correcto, así llegará el tuyo... Jimmy y Chad nunca se irán, solo el amor se queda en una parte del corazón donde se guardan los amores imposibles. —Cierro mis ojos—. Sé que ha estado cerca de nosotros, haciéndose presente de alguna manera, y que también te perdonó por culparlo de lo ocurrido.

» Ellos dan señales para demostrarnos que siguen rondando por ahí, y yo siempre llevaré su imagen. Lo puedo ver tan nítido con su cabello rubio, sus ojos, sus pecas e incluso en sonido de su risa y el de su voz.

—Jimmy también tenía el cabello rubio, y sus ojos eran los más azules y profundos que he visto en mi vida Yo tampoco puedo sacarlo si un segundo de mi mente—Lo sé, pero la vida sigue. Sé como un ave fénix, renace de las cenizas y disfruta de tu vida. Su camino terminó pero el nuestro no, tendrás una larga y dichosa vida. Te lo aseguro. —Veo dos figuras conocidas acercarse a mí, un rubio de ojos verdes esmeraldas cargando a un pequeño ojiazul.—Ya llegaron por mí —digo y ambas nos levantamos. —¿Nos vamos, mi amor? —pregunta Duncan.—Sí —me volteo hacia ella—. Te presento a mi novio y al regalo que me dejó Chad antes de irse, este pequeño fue mi salvavidas. —Hola —dice ella con timidez.—Mucho gusto, Duncan Dunne, saluda Chad a la amiga de tu mami. —Hoa —dice acercándose a ella para darle un beso en la mejilla. Ella se deja felizmente.—Espero que te encuentres mejor... —digo y la observo intrigada porque creo que en ningún momento nos presentamos—. Soy Leilany Berry, por cierto.—Bessie Bueno, es Elizabeth, pero todos me dicen así —sonríe ligeramente.—Mucho gusto, Bessie. —La abrazo tan fuerte como puedo, porque sé lo mucho que uno necesita un abrazo en esos momentos—. Dolerá, Bessie, pero eso solo significa que todo fue real, y poco a poco todo mejorará y ahí, al final, todo valdrá la pena. Nadie dijo que convertirse en mariposa sería un proceso fácil, lleva tiempo y dolor, pero vale la pena.

Ella asiente y yo sonrío y le deseo toda la suerte del mundo. Sé que jamás nos volveremos a ver, pero quiero creer que de alguna manera mi experiencia pueda ayudarle a superar lo que está viviendo.

—¿Todo bien, Lany? —dice Duncan mientras toma mi mano para salir del psiquiátrico.
—Sí.
—¿Qué hacías con ella?
—Diciéndole las palabras que a mí me dijeron cuando yo estuve en su lugar... 

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