Me miro frente al espejo, ¿Desde cuándo no tengo una cita? Llevaba un año viviendo en Nueva York y definitivamente aunque Anthony era una excelente compañía no había ningún interés romántico entre nosotros, y me he reusado a seguir con mi vida por lo menos en buscar a alguien pero Rosa ha insistido tanto en que conozca a su hermano que terminé accediendo a tener una cita a ciegas con él. 

—¿Quién eres y qué has hecho con Leilany? —dice Anthony mientras me observa desde la cama. 
—¡Qué bobo eres! 
—¿A dónde irán? 
—La familia de Rosa tiene una cadena de restaurantes de comida mexicana. 
—Un mexicano con una inglesa... no suena mal. 
—Sabes que no... 
—Leilany... odio decirte esto, pero sabes que soy directo, Chad ya no está y tú tienes que seguir con tu vida, conozco al hermano de Rosa ha venido un par de veces por ella cuando trae a los niños y... —suspira —¡Es del tipo de chico que seguramente quisieras en tu vida!, no te estamos pidiendo que te cases con él, solo, date la oportunidad, sabes que reconozco cuando alguien es atractivo, ¡lo es! pero aparte la forma en que trata a su hermana y a sus sobrinos... sólo conócelo, no vayas con la mente cerrada. —hago un ligero puchero; Anthony se levanta y va hacia mi, toma mi mano izquierda y la observa —Chad es tu hilo rojo y eso será eternamente, pero quizá alguien pueda quitar ese anillo de compromiso de tu dedo para poner uno que si te llevará al altar. —suspiro. 
—¿Crees que deba quitármelo? 
—Hazlo cuando estés lista. 

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Rosa me invita a pasar al restaurante de su familia, y me siento intimidada, todo es de colores muy vibrantes, escucho música muy alegre a lo que ella me explica es Mariachi y cuando veo su sonrisa supongo que ha llegado el individuo con el que me han citado, así que tomo el valor de ver hacia el frente y me encuentro con un chico alto, de ojos grandes color avellana, cabello rizado y cejas negras y gruesas, pero su piel, ¡oh dios mío! su piel es como de caramelo, estoy segura que me he sonrojado, le echaré la culpa al vestido rojo que llevo puesto. 

—Los presento —dice Rosa rápidamente —Gustavo ella es la señorita Leilany y él es mi hermano Gustavo.
—Mucho gusto Leilany —sonríe, y su sonrisa es tan cálida, y tan genuina que ni siquiera me deja asimilarlo en si —todo lo que decían de ti se queda corto a lo que realmente eres. 
—Gracias, supongo —me abraza efusivamente y me deja un beso en la mejilla. 
—Bueno, creo que estorbo —dice Rosa de forma divertida, y la veo ir hacia la barra donde se encuentra su marido dándole un beso de pico en los labios y ambos solo nos observan. 
—¿Quieres comer aquí o prefieres que vayamos a algún otro lugar? lo pregunto porque mi hermana suele ser una piedrita en el zapato y no sé que prefieras. 
—Aquí está bien, Rosa suele hacerme de comer en casa algunas cosas, pero... será divertido conocer un poco más de comida mexicana. —le guiño el ojo. 
—Perfecto. —Me lleva a una terraza que tiene iluminación cálida, veo un tipo de papel cortado que adorna el techo, y se balancea con el aire, él lleva su mano en mi cintura guiándome hasta el lugar. 

Me pregunta acerca de mi y de mi familia, me dice que ha conocido a mis padres en alguna ocasión cuando llegaron a visitarme, y saca a la platica mi tema favorito, me gusta como habla acerca de él y se le iluminan los ojos, ahora entiendo porque Anthony insistía en que debía de salir con él, sabía lo importante que era para mi esa situación y me hizo sentir mucho más tranquila con respecto a ello. 

—¡Te va a encantar la comida! no es porque el restaurante sea de la familia, pero... —sonrío. 
—¡Estoy segura de ello! 
—¡Esto es pozole! —me explica que le debo de poner para que sepa mucho mejor, habla de forma animada acerca de ello y hasta de la historia del platillo que me hace reír nerviosa un poco al enterarme que antes lo hacían con carne humana. 
—¡No es un buen dato a saber cuando uno está a punto de comerlo! —se ríe de forma traviesa y me hace sentir muy cómoda con su compañía, me incita a que diga el nombre del platillo y algunas palabras en español. 

Prácticamente me da todo un "tour gastronómico" con datos interesantes de cada platillo y se ríe cuando a veces no soporto lo picante que es la comida, en ningún momento se le borra la sonrisa del rostro y ok... comienzo a creer que tengo un pequeño delirio con esas perlas que se asoman por sus labios rosados. 

El restaurante cierra y me dice que podemos quedarnos hasta que quiera irme, Anthony me dice que no hay ningún problema con que llegue tarde y Rosa y su marido nos dejan solos en el lugar ya que tienen que ir a ver a sus hijos, me invita un poco de tequila que nos achispa. 

—Me gusta verte más relajada Leilany, llegaste muy tensa. 
—Debo de aceptar que venía más por compromiso que por ganas. 
—¿Por? —Lo observo y soy realista, quiero tener una segunda cita con él así que prefiero decir todo directamente. 
—He salido realmente con muy pocas personas en mi vida, y no sé si en algún momento te haya platicado pero mi exnovio falleció —observa mi anillo de compromiso y asiente. 
—Mi hermana no me había dicho nada, pero intuía que tu última relación no había terminado bien. 
—Me ha dolido mucho sanar, y te mentiría diciéndote que estoy lista para dar otro paso o conocer más gente, pero me gustó tu compañía. 
—Imagino que lo sigues queriendo. 
—Eso es obvio, dejó muchas cosas en mi. 
—Buenas cosas por cierto —sonríe y asiento. 
—Me divertí mucho, gracias por todo lo que me mostraste hoy y ¡gracias por la noche supongo! 
—No tienes nada que agradecer, He visto fotos tuyas y yo fui quien convenció a mi hermana que consiguiera la cita —se sonroja y achica sus ojos —me da gusto que hayas aceptado por compromiso. —toma mi mano y me observa de una manera dulce. 
—Sé lo que es perder a quien más amas, mi exnovia y yo perdimos un bebé, nació con un problema respiratorio y desde el principio los doctores fueron muy claros que no tendría ninguna esperanza que simplemente tendríamos que esperar lo peor, se quedó con nosotros un par de meses, y creo que eso terminó de mermar la relación con ella, ambos teníamos un duelo que superar y aunque quisimos hacerlo juntos, llegó un momento en que simplemente todo se rompió, no hay día en que yo no recuerde a ese pequeño, se llevó parte de mi alma, es como si una parte de mí se hubiese ido con él, entiendo el miedo de querer a alguien más, lo entiendo. —un par de lagrimas se asoman por sus ojos y hacen que se vean casi en un tono verde, y seguramente yo estaba igual porque sentí que mi mejilla se humedeció. —Nadie está aquí para hacer olvidar el pasado de la otra persona, pero me encantaría que fueras parte de este paseo a la medida de lo posible, conozcámonos y si en algún momento creemos que podemos tener un futuro, estoy seguro que ambos podremos ser el bastón de la otra persona con esas grietas que tenemos en nuestro corazón. —asiento. 

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Son casi las cuatro de la mañana y me acompaña hasta la puerta de mi departamento, fue una buena velada, hacía mucho que no me sentía tan ligera, no sé si fue la compañía o los tequilas, pero me sentía bien, me platicó más acerca de su vida, de sus sueños y se impresionó al platicarle de mi carrera y de que esté tan lejos de mi familia cuando según él mi padre es uno de los mejores abogados del mundo, pero me felicitó por que yo misma me esté abriendo camino en un país diferente. 

—¿Entonces? ¿Tendremos una segunda cita? —pregunta curioso llevando mi cabello hacia detrás de mi oreja. 
—Si ¡Está bien! 
—¿Entonces? creo que hasta pronto... 
—Hasta pronto —sonrío 

Me da un abrazo efusivo de la misma forma en que los da Rosa cada que llega y se va, me alejo para darle un beso en la mejilla pero nos reímos cuando ambos ponemos la mejilla hacia el mismo lugar, intentamos rectificar y sucede lo mismo, ambos nos vemos y nos reímos porque no logramos terminar de despedirnos cuando lleva su mano a mi quijada y decide juntar sus labios con los míos, me besa de una manera dulce comenzando a mover lentamente los labios esperando quizá a que yo me aleje pero no lo hago, me pongo de puntitas, y mis brazos comienzan a rodear su cuello, siento como ahora ambas manos van hacia mi espalda para unirme más hacia él, no es un beso salvaje, de hecho es muy dulce y romántico, juguetea un poco mordiendo mi labio inferior y se aleja dejándome un beso de pico. 

Tomo mis llaves y abro la puerta para entrar a la casa, lo veo despedirse de lejos y cierro la puerta recargándome en esta para suspirar un poco. 

No está mal querer continuar trato de repetirme mientras recuerdo la noche que pasé. 
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¿Quién habrá asesinado a la mamá de Chad y Leilany?

¿Quién de los tres Dunne habrá sido el padre del bebé de Bridgitte?

¿Qué le habrá confesado Bridgitte en la carta a Brandon?

¡Necesito que me digan sus teorías! ¿Qué piensan que sucederá?

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