Duncan me abraza por detrás mientras termino de acomodar la vela en el pastel de cumpleaños de Chad, ¡Hoy cumple dos añitos! dos años de tener a mi bebé en mi vida, mi gran regalo, el amor de mi vida; siento como deja besos en mi cuello y hace que mi piel se erice. 

—Basta Duncan —le pido aunque en realidad me encantaría que nunca se detuviera, solo se ríe. 
—Tengo buenos recuerdos contigo y los pasteles. 
—Solo recuerdo aquel en el que te dejé lleno de merengue. 
—de ese hablo... Quise robarte un beso ese día. ¿Lo sabes no? —sonrío, de hecho eso me pareció pero creí que alucinaba.  
—mi mamá entró a la habitación justo en el momento correcto supongo —me río 
—mala suerte para mí —dice mientras levanta los hombros —quería mucho a tu mamá pero ese día acepto que fue mi persona menos favorita. 
—quizá el próximo cumpleaños podríamos hacer cosas divertidas con pastel —le guiño el ojo y muerde sus labios. 
—¡Oh Lany!, nunca he deseado tanto cumplir años. 
—bueno, pero hoy es el cumpleaños de nuestro hijo, así que dejemos de hablar de perversidades divertidas, ¿Listo? 
—Listo. —toma el pastel entre sus manos mientras que yo lo dirijo a la habitación de Chad,

Los últimos días ha estado aprendiendo a dormir solito en su recamara y aunque hay ocasiones que a la mitad de la noche llora pidiendo dormir con nosotros, poco a poco lo hemos estado logrando, por ejemplo hoy en vez de llevarlo a nuestra recamara preferí quedarme con él en la suya cuando despertó hasta que volvió a quedarse dormido. 

—Feliz cumpleaños a ti —comienzo a cantar y escucho que Duncan sigue me gusta escucharlo cantar, Chad solo comienza a abrir los ojitos y siguen sus hermosos ojos hinchados se sienta en su camita mientras nos observa un poco confundido mientras nosotros hacemos muchos ademanes, bailamos y cantamos, ¡Si somos unos padres emocionados porque su bebé cumple años! 
—Ahora tienes que soplar la vela —dice Duncan y Chad aplaude. 
—¿Quién cumple años hoy? 
—Yo mamiiiii —dice emocionado. 

Duncan acerca el pastel frente a la carita de Chad y sopla su velita con sus ojos ilusionados, su papá quita la vela y pide que muerda el pastel, llenándolo de él pero Chad no se molesta, al contrario se ríe y toma un poco de pastel de su carita para llevarlo a su boca y disfrutarlo. 

—¡Chad! dale muchos besos a tu papi por haberte traído tu pastel. —Chad se abalanza a Duncan y este se deja llenar de betún, y después va hacia mí para también darme muchos besos, y es así como los tres quedamos llenos de merengue de pastel. 
—¿Qué vas a querer de cumpleaños Chad? 
—un hermanito —sonríe viéndome con ojitos de convencimiento, los mismos que hace Duncan. 
—¡Lo has entrenado bien! —se ríe Duncan. —no le puedo negar nada a mi hijo. —Duncan solo me observa y su sonrisa se vuelve más grande. 
—¿Escuché bien? —asiento. 
—Pediré cita esta semana para que me retire el DIU ¿Estás seguro Duncan? 
—Siempre Leilany, nunca desee tanto formar una familia hasta que supe que Chad venía en camino, ahora no planeo dejarlos ir, nunca más. 

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Termino de disfrazar a Chad quien ha elegido que su cumpleaños sea de corredores de autos, si de por si mi hijo ya era fanático de los automóviles, este hombre está contribuyendo que se obsesione con ellos, a tal grado que a veces van en la calle y reconoce mejor las marcas de automóviles que los colores. 

—Ya llegaron prácticamente todos —dice Duncan entrando a la habitación, mientras que el impaciente de mi hijo se baja de la cama para ir corriendo hacia él para que ya lo baje a la fiesta. —Albert trae a Michael. 
—Me da gusto, Bridgitte sabe que es mejor tener tranquilo a Albert. —Después de que Albert la amenazara con quitarle el niño, también decidimos llegar a un acuerdo de que siempre que él quisiera verlo el podría hacerlo, de esa manera él dejaría que viviera con ella, así que ella no es tonta y aceptó, esa tarde quiso pedirme disculpas, pero le dije que sinceramente no me interesaban, la quise, fue mi mejor amiga, pero todo lo que hizo me dolió; lo que si acepto es que el niño es super adorable y educado. —Mi amor, vino tu primo Michael —abre su boquita, le hemos platicado acerca de él. 
—Papiii lleva abajo. 

Duncan lo toma entre sus brazos y bajamos hacia la fiesta, están mis padres junto a Louis, Chloe viene acompañada de dos amigos suyos Bob y Elliot; George y Abby están aquí quienes parecen tener una luna de miel desde que él contó todo sobre lo que ha pasado, no ha querido decir nada sobre su enfermedad, yo como siempre, no he dicho absolutamente nada, ¡Al fin creo que los secretos siempre me buscarán!; Gabrielle posa sus manos en su vientre junto con las del pequeño que tiene enfrente mientras que Michael la mira atenta y sonríe, me imagino que le está mostrando como Noah da pataditas; Albert también disfruta de estar con la mujer de su vida y sus hijos, la vida ha cambiado tanto desde hace cuatro años que comencé la universidad. 

—¿Estás bien Lany? —asiento y sonrío. 
—Si, solo disfruto de lo mucho que ha cambiado nuestra vida, pero para bien. —toma mi mano y la aprieta con fuerza. 
—La vida sería tan diferente si mi hermano estuviera aquí. —suspira.
—Duncan. 
—¿Si Lany? 
—¿Recuerdas la tarde en que nos enteramos de todo y Chloe te hizo una videollamada con Chad? 
—Ajá 
—Yo estaba ahí y escuché lo que le dijiste a mi hermana. 
—¿Qué parte? 
—En que sentías que siempre competirías con Chad. —me observa atento. —Duncan... eres el hombre más increíble que conozco, en todos los aspectos de mi vida en todos y cada uno Duncan, has sido paciente, inteligente, maduro, respetuoso, valiente, leal, me has amado en momentos en los que seguramente yo no lo merecía ni un poquito, y tú ahí seguías, me amaste en momentos en que ni siquiera me pasabas por la cabeza porque estaba lejos y llena de miedos y frustrada, con un duelo que no creí que lograría superar y aún ahí... me amaste... me amaste cuando incluso sabías que yo estaba esperando el bebé de otra persona... y sé que querías correr hacia allá y decirme que ahí estabas que contaba contigo y yo te lo guardé por tanto tiempo y ahí me seguías amando... porque guardaste mis secretos incluso de mi misma, porque me respetabas, luchaste por esto, aun cuando yo me negaba y no lo quería ver, Tuviste el valor de esperar un tiempo para ir a buscarme, de darme mi espacio, cuando necesitaba digerir todo lo que pasó, nunca dudé lo mucho que te amo... solo... ¡Gracias Duncan! por haber estado ahí... aguantando todo, esperando... Te Amo... lo digo muy enserio... ahora soy yo la que te hace la pregunta... porque quiero que sepas lo mucho que quiero que pase, que suceda, que sea real... ¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? 
—Lany... —llevo mi dedo índice sobre sus labios. 
—Sé la respuesta —le sonrío 
—Te Amo preciosa, te amo con todas mis fuerzas 
—Y yo a ti Duncan, no hay competencia, si, él fue especial, me dejó un bonito recuerdo, y un gran regalo, que ahora es nuestro, y próximamente ampliaremos la familia. —asiente y toma mi mano. 

Nos acercamos hacia nuestros invitados, familiares de ambos, disfrutando del cumpleaños de ese ser que nos ha traído tanta felicidad y tanto amor, si tuviera que decirle algo a la Leilany que estaba aterrada de convertirse en mamá hace dos años y algunos meses después de haber perdido a quien consideraba el amor de su vida, seguramente sería lo siguiente. 

¡No tengas miedo! podrás hacerlo, y lo harás bien, ese pequeño te dejará muchas enseñanzas, te mostrará la paciencia y notarás que preferirás ver su bienestar antes que el tuyo, no dudes en ningún momento ante esas noches en las que sentías que irías sola en este camino, aunque también estoy segura que lo harías bien, se quedará con ustedes alguien tan especial que los cuidará y protegerá como si de ustedes dependiera la salida del sol en el mundo. 

Duncan siempre fue especial para mí, si, recuerdo aquel 8 de febrero en el que nos escondimos en el cuarto de invitados en el cumpleaños de mi hermano, jugábamos a las escondidas, acepto que tuve un amor infantil por él. 

—Ven Lany, conozco el escondite perfecto.

Me tomó de la mano para ir hacia el cuarto de invitados de la casa de mis padres, mientras que a lo lejos solo escuchaba a Chad y a Albert buscarnos, entre otras risas de algunos invitados más de nuestra edad.

—Duncan, creo que no nos van a encontrar nunca —digo

Recuerdo la forma en que ese chico que ya estaba entrando a la pubertad me miraba con sus ojos esmeraldas, su cabello caía sobre su frente por haber corrido, esa hermosa sonrisa dulce, llevó su mano sobre mi quijada y me planto un pequeño beso de pico sobre mis labios, mis ojos se abrieron de inmediato mientras que alguien abría la puerta. 

—¡Aquí están! —grita Albert. 

Observo a Chad mientras Duncan y yo estamos detrás de él y de su pastel, todos le cantan el feliz cumpleaños, él sonríe disfrutando de la familia en la que le ha tocado nacer. 

Chad donde quiera que estés, espero que veas que nos has dejado en buenas manos, estamos bien, somos felices, solo fuiste un capítulo más en mi vida, gracias por todo lo hermoso que dejaste, pero te he dejado ir... 
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¡¡Solo nos quedan dos capítulos y el epílogo!! Disfrútenlos

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