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Capítulo 32

Duncan toma mi mano para llevarme al interior del lugar, son muy pocas las veces que entré a alguna discoteca, pero los novios no querían su despedida de solteros por separado y decidieron venir a bailar y tomar; bueno Albert ya que Gabrielle tiene prohibido beber, mientras Chad se quedó con George y Abby. 

¿Cómo me siento con George cerca de Chad? es extraño, porque siempre lo he visto como el culpable del suicidio de Bridgitte pero con Chad es irreconocible, lo mima, lo adora, lo apapacha y Chad... me sorprende que se deje, estoy dejándome guiar por la intuición de mi bebé; a veces ellos te enseñan más de lo que tú puedes enseñarles además  Abby nunca permitiría que le hiciera daño, así que me quedo más tranquila por ello; pero si me ha sorprendido frente a Chad es un George diferente. 

Veo a lo lejos a Brandon y Taylor que ya están en el lugar, corro a abrazarlo 

—Leilany ¿Cómo te ha ido estos días en Londres? ¡He querido ir con ustedes pero el trabajo no me lo ha permitido, pero estoy al tanto de todo por el grupo de whats app con mis hermanos! 
—Bien, gracias. 
—Me da gusto, Duncan y tú —nos señala y sonríe —era inevitable, desde siempre has sido tú. —me sonrojo. —me acabo de enterar que eres mamá. 
—si, está con George y Abby. 
—Me imagino mi tío ha de estar vuelto loco. quiere mucho a sus hijos, conmigo sabes que es como un segundo padre. 
—Como abuelo es otro —responde Duncan. 
—Para nadie es un secreto que George quería que su primogénito se quedara contigo, siempre lo decía... creo que igual por eso desistí —guiña el ojo y yo solo volteo a ver a Taylor. 
—No pasa nada... Lo que fue en el pasado ahí se queda. —ella me sonríe. 

No sé que tanto esté enterada, pero me imagino que por lo que acaba de responder algo debe saber, veo a Duncan pedir una botella mientras los novios llegan. 

—¿Bailamos Lany? —me pregunta al oído
—Claro. 

Vamos hacia la pista de baile y comenzamos a disfrutar de bailar juntos, es una noche diferente, creo que estoy volviendo a ser Leilany Berry, me gusta estar con Duncan, es como si pudiera ser todas las versiones de mi misma con él, novia, amante, mamá de Chad, y él en todas está, en todas toma mi mano para ir conmigo, no dejo de apreciar su rostro, sus preciosos ojos esmeraldas, su cabello rubio, me acerco a darle un beso y él me lo corresponde, me acerca a él y siento su mano estar entre mi cintura y mi cadera, muerdo sus labios, y disfruto de su sabor, de su cercanía, después de probarlo toda la noche y toda la mañana, y un rapidín en el baño de su recamara para arreglarnos antes de venir, la verdad es que no tendría ningún problema con escaparme con él muchos días y saciarme completamente de él... pero... somos papás ahora así que... tendremos que dejarlo de lado en algunas ocasiones. 

—¡Heeey! —dice Albert —los van a sacar si siguen fornicando con ropa —solo se ríe; mientras nosotros nos separamos
—¿Dónde estaban? —pregunta el rubio. 
—Calmando las hormonas de mi futura esposa. 
—Aún no llegan a eso —respondo y Albert se ríe. 
—¿Y cómo le hacías tú Leilany? —sube y levanta la ceja sugerentemente. 
—¡Eso no te interesa Albert! 
—A mi si —responde Duncan y yo solo ruedo los ojos. 
—¡Mi secreto! —respondo y saben que no habrá poder sobre humano que me haga decirlo; Duncan solo niega con la cabeza y Albert disfruta del espectáculo. —¿Y Gabrielle? 
—¡Está allá con un par de amigas suyas que invitó Meghan y Marie! 
—Pedí un par de botellas ahora los alcanzamos. 
—¿Están en su luna de miel cierto? todos melosos, y sexosos... —tomo de la mano a Duncan y me alejo de Albert para que deje de molestar. 
—¿Has tenido sexo en algún lugar público? —me susurra Duncan al oído y niego. 
—Sé que tú si —levanta la ceja. —en una fiesta, en un árbol —solo da una carcajada; asintiendo.
—¿Quieres intentarlo? —apenas y lo sugirió y yo ya estoy arruinando mi ropa interior. 
—Creo que necesitaría mucho alcohol para tener el valor. 
—Bien —me lleva hasta la mesa y me comienza a servir. 
—Supongo que ya a estas alturas no importa la promesa que teníamos con tu padre de no tomar en tu presencia. 
—¡Supongo que estás en lo correcto! apenas y me marcaron hace rato y para preguntar por Chad... ya no soy la más chica de la casa, ahora soy la mayor, ya no les intereso. 

A Gabrielle le ponen un velo sobre su cabello oscuro simulando ser una novia, mientras Albert lleva un moño en el cuello, las amigas de Gabrielle han estado platicando con un par de amigos del futuro novio, mientras que Brandon y Taylor solo platican, no parecen ser del tipo de pareja que les gusten este tipo de lugares así que solo platican, se ve que se llevan muy bien, me gusta ver a Brandon enamorado, además de que ya llevan bastante con su relación; la primera vez que los vi juntos fue en la boda de mis padres. 

Disfrutamos de la noche, muchos de ellos bailan, se ríen y yo... creo que ya llevo varias copas encima, me siento achispada, y creo que comienzo a tener el valor de buscar algún lugar "privado";  me acerco al rubio dejándole un beso sobre la comisura de sus labios. 

—Yo te sigo —le susurro al oído; solo veo que una enorme sonrisa aparece en su rostro y toma mi mano. 

Nos alejamos de la mesa donde están todos y solo lo sigo como una abeja va directo a la flor que más le gusta, encuentra una puerta que noto son baños y veo que se asoma y me jala hacia adentro, me sorprende que un baño de chicas este prácticamente vacío y busca el cubículo más grande; me hace entrar con él y me recarga sobre la pared. 

—Sentí que no lo ibas a pedir. 
—quiero probar cosas nuevas contigo. 
—¿No me estoy aprovechando de ti? 
—No... solo necesitaba el valor y aquí estoy. —sonríe y levanta la parte baja de mi vestido, siento sus manos bajar mi ropa interior, se la lleva a su nariz y mis ojos se abren completamente; definitivamente Duncan sabe de esto, muerdo mis labios y siento ya hasta mis piernas húmedas de solo verlo hacer eso; mi mano busca el botón de su pantalón y baja su cremallera. 
—Tómate de mi cuello —susurra y yo enredo mis manos en su nuca, mis piernas rodean su abdomen y él me toma de las caderas recargándome en la pared. —me encantas Lany y quiero conocerte de todas las maneras posibles, habidas y por haber, quiero probarte, saborearte, tenerte y llenarte de mí —tiemblo solo con todo lo que dice en voz baja y ronca, observo sus ojos y están dilatados que incluso parecen de un verde diferente, siento su miembro buscar mi entrada y yo solo y apenas puedo respirar con esta sensación. 

Entra poco a poco, me sonríe y comienza a besarme de manera desenfrenada, no puedo ni pensar porque de pronto sus movimientos cambian de manera rápida, siento que entra, que sale, escucho murmullos fuera de la puerta, pero no me interesa estoy disfrutando del sexo con mi novio, en un lugar público y quisiera sonrojarme porque nunca pensé que me atrevería a hacer algo así, pero creo que Duncan sabe sacar mi ser perverso, siento toda su extensión dentro de mi cuerpo y me gusta la sensación de invasión, que me haga suya, que me vuelva loca, que me haga estallar eso me ha gustado. 

—Mi novia —susurra — mi mujer, la madre de mi hijo, y dime que te casarás conmigo. 

Duncan siendo posesivo, es como... mmm creo que me gusta verlo de esa manera, al final sé que se está llevando por el momento de estarme haciendo suya. 

—Me casaré contigo. 
—Toda mi vida me he visto contigo Lany, debo de confesarte que envidié a mi mejor amigo, sobre todo cuando me enteré del pequeño que venía en camino, ¿Soy un mal amigo? ¿Soy un idiota cavernícola? solo sé que desde que te di ese beso de pico de niños te entregué mi alma y solo buscaba el día que estuviéramos listos. 
—No pienses en el pasado, estoy contigo. quiero estar contigo el resto de mi vida, quiero ser tu esposa —susurro

Me sorprende la fuerza de Duncan ya que él ha llevado el ritmo y me ha mantenido de la misma manera un buen tiempo, comienzo a sentir esa preciosa sensación de que no tardo en llegar y muerdo mis labios, mis gemidos comienzan a inundar el lugar y sus labios aprisionan los míos para que no salgan, siento como suda mi cuerpo, siento lo húmeda que está mi entrepierna, siento que mis piernas comienzan a sentir ese cosquilleo que va recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi vientre y explotar, ¡Exploto! siento que vuelo, que me vuelvo miles de partículas y me vuelvo a unir, siento que Duncan toma más fuerza y entonces siento ese volcán hacer erupción dentro de mí. me encanta verlo cuando llega a su orgasmo porque me hace sentir la mujer más hermosa del mundo. 

su rostro se recarga en mi hombro y solo respira poco a poco ambos estamos esperando que nuestra respiración y nuestros latidos regresen a la normalidad, me bajo de él y comienzo a limpiarme. he aprendido con mi hijo que las toallitas húmedas siempre te sacan de cualquier apuro así que lo mando por mi bolsa; me deja un beso casto sobre los labios y sale del baño; pasan un par de minutos. 

—Leilany —es la voz de Gabrielle. 
—Si... aquí estoy —suelta una risa y me pasa la bolsa. 
—Me mandó Duncan ya no quiso regresar porque dice que el guardia se le quedó viendo feo —me río. 
—Está bien solo necesitaba un par de cosas de la bolsa. 
—¡Me encanta verlos así! 
—¿Cómo puedes llevarle el ritmo a Albert? —pregunto sin querer. 
—Te vuelves adicto a sentir placer; saben lo que hacen ¿Cierto? 
—Cierto; si quieres adelántate, igual aprovecharé para hablar y saber como está Chad. 
—¡Está bien!. 

Encuentro las toallas húmedas y me comienzo a limpiar, noto que no me regresó mi ropa interior y quisiera enojarme pero, la verdad es que esto fue bastante divertido. me está volviendo una adicta al sexo; siempre lo disfruté pero siempre fue mucho más dulce y tierno, pero lo que estoy conociendo ahora me tiene vuelta loca, quiero cada vez más; me termino de arreglar frente al espejo retocando mi maquillaje y aprovecho el área de espera para comunicarme con Abby y George quienes me dicen que no me preocupe que cenó, vieron una película y se quedó dormido a la mitad de ella, les agradezco que lo cuiden y George me sorprende con un "si hubiera sabido como se quiere a los nietos me hubiese saltado a los hijos". y Abby se ríe a un lado, nunca escuché reír a Abby junto a él. así que... siento que Chad está de alguna manera moviendo cosas en ellos. 

Cuelgo el celular guardándolo en mi bolsa, camino un par de pasos entretenida con el cierre de mi cartera y siento que topo con alguien. 

—¡Oh! lo siento —levanto mi mirada. 

Y siento que desfallezco, que todo el mundo acaba de implotar,  el individuo frente a mi me observa detenidamente, ambos lo hacemos, no es cierto, esto no puede ser real, creo que estoy demasiado borracha, ese cabello rubio, esos ojos azules grisáceos, esas pecas, sus labios, está más alto y más fornido... no... Chad está muerto... él... no... no puede ser él, me estoy volviendo loca, me giro hacia el baño nuevamente para echarme un poco de agua fría y vomitar... si, creo que necesito vomitar... pero siento que su mano toma mi muñeca. 

—Espera... ¿Te conozco? —giro hacia él esperando que mi visión ya se haya ido, pero no... es él... —sé que te conozco de algún lado. 

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