DUNCAN 

La pequeña pelirroja está sobre mi pecho, acaricio su cabello, no me lo creo, no me creo que sea mía... después de tanto tiempo, mi novia, mi mujer, no me cansaré hasta convertirla en mi esposa, hasta que la vea venir hacia el altar, siempre la quise para ello, para que fuera la futura Señora Dunne, por ello siempre estuve ahí cerca de ella, esperándola, procurándola... a pesar de que en algún momento de la vida sentí que la había perdido para siempre. 

Se reacomoda y noto que ha despertado; dejo un beso sobre su cabello y siento que su mano busca ir hacia... levanta su carita y sonríe. 

—Buenos días guapo. 
—Hola preciosa. 

Se gira para quedar encima de mí, me deja ver su cuerpo desnudo, mis manos van hacia su cintura, noto su pecho que ha crecido, supongo que eso debo agradecérselo a mi hijo, su tatuaje lo acaricio con las yemas de mis dedos, bajo hasta su ombligo, y noto algunas líneas más claras en su piel, y me acerco a besarlas; ella se sonroja y lleva sus manos a ellas. 

—No —respondo. 
—No me gustan. 
—Ey, son marcas normales, recuerdos que nuestro bebé dejó en ti. 
—Me gusta como te expresas de Chad. 
—Lo amo con todas mis fuerzas. 
—Nunca creí que alguien me aceptaría con él... no cuando estuve embarazada, después noté que Mary fue mi madre adoptiva y que ella siempre me amó con todas sus fuerzas aún sabiendo mi procedencia... solo el embarazo fue duro; en proceso de duelo y con los hormonas vueltas locas, después fue muy difícil. pero... todo ha mejorado. 
—Quería estar ahí contigo, quería acompañarte en todo ese proceso, pero entiendo que necesitabas estar sola, pero de verdad, ansiaba ir corriendo, sentir tu barriguita. —llevo mi mano hacia su vientre. 
—Estarás con los tuyos
—Los míos —digo en susurro y disfruto de esa imagen, ella encima de mi, llevo su cabello hacia su espalda para disfrutar de su esplendor. —Eres hermosa. 
—por lo pronto, quiero mucha práctica, a mi me dijeron que yo iba a quedar muy satisfecha... 
—¿Y no? 
—quizá me volviste un poquito insaciable —se ríe —¿Puedo? —dice moviéndose en mi miembro y yo muerdo mis labios asintiendo. 
—Soy todo tuyo, úsame 

Se levanta ligeramente buscando acomodarse, la siento húmeda, caliente, estrecha, y disfruto de sus movimientos, llevo mis manos hacia sus caderas, para poder disfrutar de su cuerpo, da movimientos circulares y disfruto del espectáculo, sus ojos se cierran con fuerza, mientras sus manos van hacia su pecho, con la simple imagen siento que voy a explotar, esto es mucho mejor que mi imaginación, la realidad ha superado todos mis sueños húmedos que tuve con ella, y fueron muchos... ¡infinidad! la escucho gemir y me concentro para no terminar porque esto me está volviendo loco, busca mis manos para llevarlas hacia sus pechos, juego con sus cimas, y me acomodo para ir hacia ellos y besarlos, lamerlos, disfrutarlos, entiendo a Lany, no quiero que estos momentos acaben, realmente no hemos dormido casi nada, subo a sus clavículas, llego a su cuello y siento que sus manos se enredan en mi cabello, y las contracciones que siento sobre mi miembro y su gemido me demuestran que encontró su punto, que culminó, sonríe en paz, tranquila y ahora soy yo quien lleva el ritmo para poder terminar, suave, para que ella termine de sentir todo el placer que el orgasmo le ha dejado, poco a poco subo la intensidad y lo siento venir, ahí estoy yo explotando dentro de ella, siempre me había cuidado, nunca había permitido con nadie no utilizar protección así que estas nuevas sensaciones de piel a piel es nuevo... ambos estamos descubriendo cosas... siento sus labios llegar a los míos en cuanto exploto... y los dos nos dejamos caer, no se quita de mi, y eso me gusta. 

—¿Satisfecha? —juego con ella. 
—Por el momento... —busca mi mirada y sonríe, me deja otro beso en los labios y la veo buscar su celular en el buro, aún encima de mi. —hablaré a ver como está Chad. —asiento. 

Pone el celular en altavoz y escucho a Albert responder. 

—Hola Albert... ¿Cómo está mi bebé? 
—Bien Leilany, ya está bañado, desayunado, cambiado, y ahora juega con papá. 
—¿Con George? 
—Si... —hago un gesto de desagrado, no quiero ser cruel con papá pero... ni siquiera con nosotros fue así. 
—¿Y qué hace Chad? 
—Él está muy contento, creo que le gusta la compañía de los abuelos —suspira— incluso. 
—¿Incluso? 
—Creo que tiene nuevos juguetes... 
—¿Cómo? 
—Cuando vengan se enteran, pero no te preocupes nosotros lo estamos cuidando bien, estamos en casa de mis papás. ¿A qué hora regresan de su fugaz viaje romántico? 
—Solo nos bañamos y vamos para allá. 
—Bien... ¿Cuántos sobrinos espero? ¡Oyeee! serán casi de la edad... —Lany se ríe. 
—Lamento informarte que llevo control de natalidad así que con Chad y bebé en camino y me refiero al tuyo estamos bien. 
—¿Y eso mi hermano lo sabe? 
—Lo sé Albert —respondo. 
—¿No quieres otro hijo Duncan? 
—Si... quiero muchos, pero con el que tengo ahora basta... no es fastidioso como tú y por lo pronto no quiero lidiar con alguno que se parezca a su tío. —Albert se ríe. 
—Tendrás muchos Alberts... solo porque el karma existe. 
—Ok... ok... chicos... no sé si recuerden que también serán mis hijos... y no tienen porque maldecirlos desde ahora. 
—Leilany —dice de forma exagerada Albert. 
—No es cierto, sabes lo mucho que te quiero... 
—Pero ya no soy tu Dunne favorito. 
—Ya no lo eres, tienes razón, mi favorito está justo debajo de mí en estos momentos... y te dejamos porque estamos ocupados. —se ríe y cuelga sin darle tiempo a Albert de responder. 

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Lany y yo llegamos a casa de mis papás y todos están en el jardín, veo a Chad que está encima de un auto eléctrico, el mismo que había visto en N.Y quería comprárselo para navidad, pero veo que alguien se me adelantó, George está mostrándole como se hace, viste de manera casual, una polo, unos jeans y tenis. Chad solo sonríe y levantan la mirada hacia mi, tienen el mismo gesto en estos momentos, ese mismo gesto que tiene Albert y que mamá dice tengo yo. Leilany se aleja para saludar a los demás mientras Albert se acerca a mí. 

—¿Estás bien? —niego. —¿Te dejaron muy seco? — se ríe. 
—¿Por qué crees que papá está siendo tan dulce con Chad? —pregunto. 
—¡Es tu hijo!
—Y si... 
—¿Qué? 
—Quizá estoy loco pero... acabo de notar un cierto parecido entre mi padre y Chad. 
—¿Tuviste algo que ver con Lany antes de que ella se fuera a N.Y? 
—¡No! 
—¿Entonces? 
—y si... —Lany se acerca a mi nuevamente y me abraza. 
—¿De qué hablaban? 
—De nada... solo que nunca creímos ver a papá así con un niño. —responde Albert. 
—Lo sé a mi también me causa conflicto, pero Chad es pequeño y no conoce de malicia ni de nada de eso, a él le gusta jugar, y para él es nuevo ser el centro de atención de tanta gente en poco tiempo, lo bueno es que sabe acoplarse; me ha llamado la atención que se ha dejado, es decir suele ser uraño con quienes no conoce pero con ustedes es como si supiera que son parte de su familia. 
—Es porque lo somos —guiña el ojo Albert —soy el hermano consentido de su papá. 
—Es porque eres el único —dice Lany... 
—Hasta lo que sabemos —Albert entiende lo que quiero decir. 
—¡Mamá! —grita Chad — veñ —le pide con su manita derecha que vaya y la pelirroja corre al encuentro del pequeño rubio. 
—¿Qué estás queriendo decir? 
—Sabemos que Chad era adoptado, y si... 
—Siempre creyeron que Chad y tú eran hermanos... papá siempre fue muy protector de Chad a pesar de ser frío siempre veía la manera de apoyarlo, y... 
—El día de su muerte. 
—Papá se encargó de todo, y lloró desconsoladamente, nunca había visto a mi papá tan destruido como esa noche —me observa atento. 

Después de que nos avisaron que Chad había fallecido; Leilany fue ingresada después de su desmayo, querían mantenerla en observación por si necesitaban darle algún tranquilizante, así que papá se ofreció a ver todo el proceso de velorio, hizo todo el papeleo, fuimos a casa de Los Berry y buscó en la recamara de Louis algunos papeles, se veía deshecho, me pidió que fuera a buscar la ropa de Chad, así que me dirigí al cuarto de mi mejor amigo, creo que era la primera persona que entraba a su cuarto desde que nos dieron la noticia, veo la cama mal tendida porque Louis nunca permitió que nana recogiera la recamara de ellos, incluso veo unas calcetas rosas... Lany... muerdo mis labios, sabía que uno o el otro siempre se escapaban al cuarto del otro, pero yo seguía queriéndola tanto, pero en estos momentos estaba ahí por mi mejor amigo, me dirijo hacia su vestidor y encuentro su traje, nana entra a la recamara y me ve, lleva los ojos llorosos y nos abrazamos. 

—Mi niño... mi niño se ha ido. 
—Nana... 
—¿Cómo está mi niña? 
—La tienen en observación, se desmayó cuando se enteró —sigue llorando aferrada a mi, y después me quita el traje. 
—sé que viene de la tintorería, pero quiero que se vaya perfecto, le quitaré algunas arrugas. —sigue llorando pero se lleva el traje con ella. 

Aprecio el lugar y me doy la media vuelta, esta recamara no volverá a ser la misma, no volveremos a tener una noche de pijamada, no volveré a ver a mi mejor amigo esperándome, Albert, Brandon, Chad y yo nunca más volveremos a tener una tarde juntos en este lugar, una lágrima comienza a rodar por mi mejilla. 

—¡Eres un estúpido Chad!... me dejaste solo... sin mi mejor amigo, sin mi hermano, sin mi otra mitad, nunca nadie más será como tú... 

muerdo mis labios y giro sobre mi eje, me quedo intentando controlarme antes de entrar a la habitación. 

—Hola Lena, soy George Dunne, Chad ha fallecido... nos veremos pronto, ¿Cómo está Charlie?, ¡Es obvio! es mi hijo no te preocupes... yo veré todo... es un Dunne... 

Lena... Charlie... recuerdo la tarde que fuimos con la mamá de Chad... 

—perdón es solo que... sus ojos... me recuerdan a los de Chad. —dice la pelirroja
—¡No te preocupes!; Siento mucho tu perdida Leilany.
—Chad siempre la quiso conocer... siempre le pidió a mis padres una pista sobre usted, y no alcanzó a conocerla...
—Yo... vaya... si me hubieses buscado hace un par de años, no hubiese aceptado verlo, fue producto de una violación y sé que él no tenía la culpa, pero yo mucho tiempo me negué a recordar que había tenido un hijo, pasé por muchas terapias, cuando me hablaste sentí que era momento de cerrar todo lo que me ataba con ese sentimiento de culpabilidad y de rencor hacia la persona, cuando me platicaste la bella persona que era, de verdad quería verlo.
—Yo... traigo unas fotos... —le entrego unas cuantas fotos que tenía guardadas, desde que era un niño hasta las últimas que se tomó.
—Se parece mucho a Charlie... —observo al chico y siento que estoy viendo a Albert solo que con ojos azules y algunos ligeros rasgos diferentes... pero también siento que se parece tanto a Chad. 
—¡Sólo el cabello!...
—Charlie lo tiene oscuro. ¿Fue feliz? —pregunta
—Quiero creer que si —respondo
—¡Lo fue! Y se fue en el momento más feliz de su vida —dice Duncan.
—Perdón, no lo presenté... él es Duncan Dunne... su mejor amigo...
—¿Dunne? —muerde sus labios —pensé que era tu novio...

Por eso reaccionó así ante mi apellido... Lena... Charlie... Chad... 

—Hola Lena, soy George Dunne, Chad ha fallecido... nos veremos pronto, ¿Cómo está Charlie?, ¡Es obvio! es mi hijo no te preocupes... yo veré todo... es un Dunne... 

En ese momento supuse que al todo un Dunne se refería a Charlie, pensé que hablaba con su amante en turno y le avisaba de lo que acababa de suceder ¿Pero y si no? 

Albert sigue con su mirada fija en mi... 

—¿Y si Chad hubiese sido nuestro hermano? 
 

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