Capítulo 3
Escucho que alguien abre la puerta de mi habitación, estoy en el vestidor planchándome el cabello; observo a mi papá que ve a Chad en la cama.
— ¡Hola papá! ¿Dónde dormiste? — pregunto entre susurros
— Con los Dunne, ¿Aquí están los muchachos verdad?
— Si, en el cuarto de Chad
— ¿Tomaron?
— Si... ¿No lo ves? Está privado
— ¡Chad despierta! — grita mi papá a propósito haciendo que Chad brinque en la cama asustado
Mi papá a diferencia de mamá es un poco más conservador, no está peleado con la juventud precisamente pero si nos enseñó a que debemos de ser responsables de nuestros actos, él era uno de los mejores abogados del país, así que creo que esa formalidad de alguna manera era parte de nuestra vida justamente por su carrera.
— ¿Qué pasa? — dice entre susurros y quejidos mientras agarra su cabeza.
— Arréglate iremos al club, dile a los Dunne que van con nosotros, allá nos verán sus papás.
Chad me observa, tiene las marcas de la almohada en la cara, parece que tiene resaca; y en el fondo lo disfruto se la tiene muy bien merecida.
— ¿Puedes ir a despertarlos y por mi ropa para que me bañe? — pregunta entre balbuceos
— Está bien
Salgo de la habitación y me dirijo a la recamara de Chad, todos están desparramados entre la cama y el sillón, observo a Brandon, no trae su camisa puesta, puedo admirar sus abdominales y sus brazos bien formados, es delgado, pero bastante bien definido, abre sus ojos y me ve.
— Dice mi papá que se bañen y se vistan vamos a ir al club — digo
Albert y Duncan se quejan, seguramente también les duele la cabeza, son parte de la familia, nuestros padres y los suyos han sido amigos desde que tengo uso de razón, papá le lleva muchos casos al padre de ellos, y esta rutina de que ellos se queden con nosotros o viceversa es algo demasiado habitual.
— ¡Abran esa ventana! Apesta a borracho. — digo en voz fuerte para que se quejen
Los hermanos llevan sus manos a sus oídos, y yo tomo la ropa del cajón de mi hermano para dirigirme hacia mi habitación. No sin antes darle otra vista a Brandon despistadamente.
Entro a mi recamara, pongo seguro, escucho que el agua está cayendo, voy directo al baño, y observo a Chad en la regadera detrás del cancel del vidrio; él ni siquiera me ha notado
— No quiero que vuelvas a tomar. — le digo
— ¿Por qué? — pregunta con desgano.
— No sé qué tanto puedas llegar a hacer estando borracho
— Estoy consciente de todo lo que hice y dije ayer Leilany
— ¿Estás seguro?
— Muy seguro
Veo que voltea hacía mí; dirijo rápidamente mis ojos hacia otro lado para que mi mirada no baje más allá de lo que debe; sale de la regadera, puedo ver por el rabillo que se pone la toalla en la cintura, se acerca a mí dejándome recargada entre él y la pared, mientras aún caen gotas de su cabello hasta los hombros y se deslizan por su pecho...
— Vi que Brandon y tú estaban abrazados, y no soy tonto, sé que te gusta y eso hace que me hierva la sangre, pedí dormir contigo, porque no iba a soportar a los borrachos de mis amigos aunque en realidad es porque no quería que otro se colara en tu cama, y después dije que eres mía, y que odio tener que guardar este secreto. ¿Cuánto tiempo más?
— No es prudente, nunca creo que vaya a ser el momento, y pensé que era asunto olvidado
— ¿Y entonces qué? ¿Fingiremos toda la vida? Odio tener que estar con alguien a quien no quiero, y llegar aquí y fingir ser el perfecto hermano, no sabes cuantas ganas tengo de volver a besarte cada que estoy contigo, y odio ver que tú sientes algo por Brandon también. ¡Sé porque lo haces! Por qué los dos queremos luchar contra esto, pero a veces es inevitable, tenerte tan cerca y tan lejos a la vez, si me he quedado callado es por ti, no por mí, porque yo tengo el valor de salir a gritar ¡Amo a Lan! Y me importaría un pepino lo que digan todos los demás, pero tú te mueves de otra manera, tú eres como mi papá...
— Chad — digo nerviosa
— ¡No te preocupes por mí! — Se acerca a mis labios, puedo sentir su respiración sobre mi piel y muero por un beso suyo pero nos habíamos prometido que esto jamás iba a volver a suceder. Volteo mi rostro, escucho su risa y puedo sentir la brisa de su respiración en mi cuello. — ¡Vamos hermanita! Apúrate.
Chad y yo compartíamos muchos secretos, y el que más debíamos de proteger era justo este, sin querer esto sucedió, ¡solamente pasó!, y sabemos que no estamos haciendo absolutamente nada malo... ¡No tenemos lazo sanguíneo! Pero allá afuera todo mundo cree que si, que somos los perfectos hermanos Berry, sabemos que muchos hablan acerca de nuestra complicidad, de lo bien que nos vemos juntos y lo mucho que nos apoyamos, pero... no es por hermandad; pudo haber sido en nuestra infancia, pero de un par de años para acá es por amor... quizá porque compartimos demasiado tiempo juntos, porque nos conocemos perfectamente, porque sabemos que no pertenecemos a este mundo, y entendemos perfectamente lo que le pasa al otro, siempre tratamos de hacer como que no sucedía hasta que una tarde simplemente me besó, y yo dejé que lo hiciera, porque añoraba sentir sus labios, porque era mi persona favorita, porque es lo que más he querido en esta vida y lo único que he sentido que realmente me pertenece, nos hemos ocultado por mucho tiempo, incluso llegamos a negarlo también, hasta que decidí que lo mejor era alejarnos, me fui a estudiar mi último año de preparatoria a Estados Unidos para poder poner distancia entre nosotros, él consiguió una novia y yo... pretendía hacer lo mismo con Brandon, me gustaba ¿Por qué no hacerlo? Quizá poniendo un poco de distancia entre nosotros y teniendo parejas podríamos alejarnos de ese sentimiento... pero al parecer no está sucediendo.
Salgo de la habitación, necesito aire, voy directo hasta el jardín, puedo ver a papá que está desayunando algo en la terraza, voy hacia él y me siento.
— ¿Ya se levantaron? — pregunta levantado una ceja mientras hojea una revista de sociales, definitivamente no es algo que él suela hacer; Quizá solo está tratando de pensar en otras cosas.
— Si, ya están arreglándose - digo mientras comienzo a acomodar un plato frente a mí para servir mi desayuno.
— ¿Tú tomaste?
— No, tú sabes que no me gusta eso, de hecho ni siquiera cené con ellos, me encerré prácticamente toda la tarde en mi recamara.
Chad viene junto con sus amigos, yo comienzo a servirme un poco de jugo de naranja y un pan francés, todos se sientan alrededor nuestro, puedo ver que Brandon me observa mientras viene hacia mí, pero Chad es muy listo.
— ¡Qué linda mi hermanita! — me besa en la mejilla — gracias por cuidarme — mientras deja sus brazos sobre mis hombros y le echa una mirada al castaño
— ¿No deberías tu cuidarla en vez de que ella te cuide a ti? — dice mi papá
— Solo, no me sentía bien, papá.
— Muchachos, sé que son jóvenes que se quieren divertir que les gusta salir y tomar, pero cuando esté Leilany cerca, por favor evítenlo ¿Qué pasaría si le sucede algo a ella?
— Yo, yo no tomé — dice Brandon
— ¡Ahí tenemos al súper héroe de Leilany! — dice Albert sonriendo, si algo tenía el ojiverde es que siempre tenía los peores comentarios en los momentos menos adecuados.
— ¡Tiene razón Sr Berry, prometemos no volver a tomar cuando Leilany esté con nosotros! – dice Duncan
— Agradezco a Brandon que sea el único consciente entre todos ustedes, desayunen y vamos al club.
Puedo notar que a Chad no le agradó en lo absoluto que Brandon haya quedado como el caballero con armadura plateada, cuando se enoja una de las venas de su cuello pareciera que tiene ganas de explotar, tomo su mano; trato de tranquilizarlo, para nadie esas demostraciones de amor indican nada, porque toda la vida nos hemos tratado de esa manera.
— Chad, ¿Por qué no invitas a Lara a ir al club? — pregunto
— Si viejo, te hará bien ver a tu novia — dice Albert
Chad me ve, me sonríe irónicamente pero ¡nadie se da cuenta! Nos conocemos bien, podría decirles incluso que está pensando, pero no olviden, somos buenos fingiendo, lo hemos sido toda la vida, hemos guardado muchos secretos...
— Estaría bien, me vendría bien desestresarme un poco.
Y si... justo a eso se refería... lo dijo a propósito, porque sabe que odio que tenga intimidad con alguien más, entre nosotros nunca ha pasado más allá de un beso, pero es obvio y lógico que él haya tenido previas experiencias con Lara mientras yo estuve en Estados Unidos, y eso me mortificaba demasiado, yo, yo no tenía el valor de dar ese paso, porque lo poco o mucho que teníamos quería que fuera de esa manera, sabía que si me involucraba de forma íntima con él, jamás podría detenerme y se volvería como una adicción para mí mucho más de lo que ya lo es, y ahí me quedé con la mirada perdida en el desayuno, mientras él apretaba los dedos contra los míos, indicándome que acababa de ejecutar un "touche".
En cuanto llegamos al club me fui a los vestidores, A lo largo del camino había escuchado que todos ellos irían a la piscina así que pensé en irme lo más lejos posible, para no tener que soportar a ninguno de los cuatro; me dirijo a la cancha de tenis.
— ¡Eeey! — dice Albert detrás de mí. — ¿No nadarás?
— No, iré a jugar tenis.
— ¿Quieres que te acompañe?
— No es necesario
— ¡Te debo un helado desde ayer! ¿Te parece si jugamos y vamos por él después?
— ¡Cómo quieras!
— ¡No tardo! Voy a cambiarme
— Te veo en las canchas — digo al ver que todos los demás salen de los vestidores enfundados en sus trajes de baño.
Puedo observar que todas las chicas alrededor los miran como si fueran actores de cine, Duncan sobresale de entre los tres, es el más alto y bien formado, mientras toma de la cintura a Cassandra y la besa, es su novia desde hace unos tres años, una chica guapísima de ojos verdes y cabello rubio, bien podría parecer una de esas muñecas que se venden con los accesorios por separado. Es como si estuvieran hechos tal para cual, Brandon trae su cabello largo acomodado ya en una cola de caballo, y solo puedo sentir la mirada de Chad, antes de que llegue Lara y le plante un beso en los labios, mi estómago se revuelve, y noto que Chad lo hace mucho más apasionado para que yo me revuelque del coraje pero finjo no estar interesado en ello, pero por dentro odio su cabello oscuro, sus ojos cafés, y ese cuerpo voluptuoso, que parece tener las medidas perfectas. Todos se dirigen hacia la piscina, yo me quedo esperando a Albert. Después de unos cuantos minutos sale con su dulce sonrisa habitual.
— ¿Lista para perder?
— No — digo, él pone su brazo sobre mi hombro, entre todos ellos Albert y yo somos los que mejor jugamos tenis, y era como nuestra competencia personal. — Sabes que nunca pierdo
Elegimos la cancha y comenzamos a tirar, trato de poner atención al juego pero estoy muriendo de los celos mientras trato de convencerme a mí misma, que es lo mejor, que esto es lo correcto y que no debería de ponerme así, ¡Es mi hermano!, olvida todo lo que ha sucedido entre nosotros. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, aviento la pelota demasiado lejos y Albert va detrás de ella hasta quedarse escondido en los arbustos como si estuviera observando algo, me acerco a él, me dice con su dedo índice en los labios que no haga ruido, me agacho junto a él y observamos que su papá está con Bridgitte ¡Mi mejor amiga! Parecen tener una discusión acalorada, pero él pareciera tratar de convencerla de algo, la llena de besos, la abraza, me tapo la boca de la impresión.
Albert se sienta en la cancha como queriendo entender que es lo que está sucediendo
— Yo, yo no tenía ni idea de esto Albert — digo
— Tranquila, tú no tienes la culpa.
— Hace tiempo que mis papás no están bien, fingen que sí, pero es obvio que no, pero sabes que es lo que más coraje me da... ¡Es qué podría ser su hija! ¿Es de nuestra edad cierto?
— Si.
— Carajo... — dice molesto mientras avienta la pelota de tenis lo suficientemente lejos como para que noten que hay alguien ahí.
Salen de su escondite, aún no nos han visto, nosotros los seguimos con la mirada, puedo ver como Albert cierra su puño enojado. Me levanto y le doy la mano para que se levante también. Tratamos de ir detrás de ellos sin que no nos noten, se despiden con un beso bastante apasionado; Albert y yo solo nos observamos asustados y sobre todo preocupados. Toman distintos caminos...
— Voy con ella — digo
— ¿Qué harás?
— Tratar de investigar...
— Ok, ¿Qué hago yo?
— No sé... ¿Ir con él?
— Está bien.
La sigo, se dirige a los vestidores, voy detrás de ella, veo que se mete hasta el último, trato de esconderme en otro para que no note que la estoy espiando, mientras busco el escondite perfecto escucho risas detrás de mí, y reconozco esa risa... trato de no inmutarme, de no pensar que es lo que está sucediendo detrás de esa puerta; pero la curiosidad es mucho más fuerte y me armo de valor para ver qué sucede ahí, no podían ser más imbéciles de no poner el seguro, veo a Chad y a Lara casi en plena acción, mi boca se abre, olvidé de pronto que era lo que iba a hacer... me doy la media vuelta y salgo corriendo de ahí.
— ¿Chad a dónde vas? — escucho decir a Lara
— ¡Lan! — grita mi hermano
Escucho que viene detrás de mí, pero yo no quiero voltear, salgo del vestidor y puedo observar a Brandon venir hacia acá, noto que acaba de salir de la piscina aún tiene gotas de agua sobre sus hombros y cayendo de sus rizos que se han despeinado de su coleta, corro hacia él, él me ve extrañado, no lo pienso más, mis manos rodean su cuello y mis labios van directo a sus labios, no lo duda y me corresponde inmediatamente... ¡Yo también sé jugar Chad Berry! me respondo en la mente. Puedo sentir los labios de Brandon uniéndose a los míos, los puedo saborear, su lengua trata de inmiscuirse dentro de los míos para encontrarse con la mía, lo disfruto, besa muy bien, pero lo que mejor se siente es que no me tengo que esconder de absolutamente nadie. Porque nadie me prohíbe que me pueda besar con él, nos separamos, observo sus ojos cafés entreabrirse, se asoma su sonrisa coqueta que tanto me gusta, haciendo que sus hoyuelos aparezcan repentinamente.
— Chad está detrás de nosotros — dice
— ¡No importa! No quiero esconder más lo que siento por ti.
Vuelve a unir sus labios a los míos.
— ¡Oh! — escucho decir a Duncan — ¿Qué es esto?
— Me parece que tu primo es mi cuñado — dice Chad.
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¿Quién habrá asesinado a la madre de Chad y Leilany?
¡Ahora entendemos por que Chad le dijo eso en la habitación a Leilany, ellos tienen su secreto!
¿Qué sucederá con el papá de los Dunne y Bridgitte que es la mejor amiga de Leilany?
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