Capítulo 29
—mamá —gesticulo frente a mi bebé que está entretenido viéndome desde su periquera y solo sonríe —mamá —toma un poco de su papilla con las manos y se lo lleva a la boca —¡Vamos Chad! tienes que aprender a decir mamá. —niega con la cabeza.
—Tranquila Leilany, lo hará cuando esté listo —dice Rosa que se encuentra frente a mi. —después no lo podrás callar.
—Pero quiero ser su primera palabra. —se ríe
Me levanto para ir por mis cosas a la habitación, hoy será un día largo presentaré algunos trabajos finales y después de ello tengo algunas audiencias a las cuales uno de los profesores me pidió que fuera, así que me visto rápidamente para estar lista e irme.
Escucho a lo lejos que Rosa sigue intentando hacer que Chad hable pero está decidido a que no sea hoy, sé que debo de tener paciencia, pero cuando tienes un bebé quieres estar en todos esos momentos en los que él aprende cosas nuevas, quieres ser su para siempre, cuidarlo y protegerlo. tomo mi bolso junto con mi computadora y me dirijo hacia la sala.
—¿Necesita que traigas algo del super mercado? puedo pasar terminando el trabajo.
—Si Leilany —me entrega una lista con todos los faltantes —me dijo Gustavo que vendrá a cenar.
—¡Si! puede venir tu esposo y los niños. ¡me encanta estar en familia!
—Claro, nos vemos más tarde —voy hacia el pequeño ojiazul, sonríe mostrándome sus pequeños dientes, le beso las mejillas, la nariz toda la cara divirtiéndome con ello porque parece estresarle.
—Adiós Chad, ¡No olvides que te amo! —giro buscando mis llaves
—papá —mis ojos se abren y Rosa y yo volteamos hacia el niño. —papá —señala con su dedo hacia un punto fijo de la habitación. —mientras sonríe, da pequeños saltitos en su lugar y lleva las dos manos como si quisiera que alguien lo cargue; Rosa parece notar que estoy a punto del desmayo porque corre hacia mí cuando me desbalanceo.
—¿Estás bien?
—no lo sé —tiemblo
—papá —mi bebé vuelve a decir y sigue haciendo lo mismo.
Y comienzo a llorar, por muchas cosas, acabo de escuchar su primera palabra, se balancea queriendo pedir que lo carguen en un punto fijo en el que no hay nadie, ¿Estoy loca queriendo creer que Chad está aquí? que en caso de ser así yo envidio a mi propio hijo porque puede ver a su padre.
—Chad ¿Lo escuchaste? su primera palabra fue papá... —susurro y Rosa me abraza con todas sus fuerzas.
PRESENTE
Acomodo la ropa que le pondré a Chad cuando termine de desayunar, mis papás lo han acaparado, ahora parecen tener dos bebés entre Chad y Louis están soñados, así que en cuanto escucharon que despertó papá vino para que bajara a desayunar, Duncan está bañándose y puedo notar que en la mesita de cama su celular comienza a sonar, me acerco a tomarlo y veo que es su hermano.
—Duncan... te marcan es Albert...
—¿Puedes contestar?
—¡Si! ¡Hola Albert!
—¿Leilany?
—¡Si!
—¿Dónde están?
—En mi casa, bueno en la casa de mis papás
—¡Oh! ¿Y dónde está él?
—Bañándose...
—¿Duncan se está quedando con ustedes?
—Ahm... si...
—¡Oh! ¡Ve a tallarle la espalda Leilany! ¡Es una órden! —ríe
—¡Eres un bobo! No cambias.
Duncan aparece frente a mí, trae su toalla alrededor de su cintura, he visto su cuerpo infinidad de veces pero en esta ocasión prometo que si me saca de mi zona de confort y no le puedo quitar la mirada de encima, y descubro que me paso la lengua por los labios antes de morderlos como un reflejo.
—¡Es Albert! —le entrego el celular de manera nerviosa como si me sintiera culpable de hacer algo indebido.
—¿Qué pasó Albert? ¡Si! Claro... si ¿A qué hora? ¡Va! Ahí estaremos! Jajajaja... Allá nos vemos. —cuelga su celular.
—Te estaba buscando Gabrielle por que cambiaron la hora de la prueba de vestido!
—¿Y por qué no me lo dijo a mi? —digo sintiéndome regañada.
—¡Ni tiempo le diste al pobre; por cierto pude notar tu cara niña traviesa... —dice mientras pone sus manos sobre mi cara y me da un beso suave... —llevándome hasta la cama, siento que mis piernas se doblan cayendo sobre el colchón y que alguien va acomodándose encima de mí.
—¿Qué haces? —susurro entre sus labios.
—Alguien me dijo que quería un bebé y estaba pensando en que quizá debería de ir poniéndolo en su lugar.
—Duncan...
—Lany...
—Estamos en casa de mis papás —digo en pequeños susurros; queriéndome convencer a mí no a él...
¿Quiero estar con él? muero por estar con él, sobre todo ahora que solo una toalla nos separa y que puedo sentir que hay alguien entre nosotros esperando actuar, mis piernas rodean su cintura y su mano va hacia mi pecho, me comienza a dar ligeros besos entre mi cuello y mi oreja, eso me hace derretirme entre sus brazos, sus labios bajan hasta mis hombros y comienza a bajar las tiras de mi pijama para tener más acceso a mi piel...
Tres toques en la puerta nos despabilan y una voz de un niño diciendo mamá detrás de la puerta nos hace separarnos de inmediato.
—Vuelve a tocar —escucho decir a mi papá en voz baja.
—mamá, uncaaa. —Duncan corre a ponerse su ropa interior y su pantalón y yo voy corriendo a abrir
—mamiiii —se abraza a mi pierna y levanta su cabeza sonriéndome yo despeino su cabello.
—¡Ya está el desayuno! los más pequeños ya se adelantaron —dice mi papá.
—ok, ahora bajamos, solo lo visto y me baño. —Duncan sale del vestidor
—Buenos días Louis. —mi papá le entrecierra los ojos.
—Buenos días jovencito. —Duncan solo pone cara de confundido y papá se ríe.
—Solo quería hacer como que me molesta que estés en el cuarto de mi hija mayor.
—¡Ay papá!
—¡Los esperamos entonces! —se da la media vuelta y lo veo bajar mientras se va riendo.
—Me iré a bañar. —digo.
—Yo vestiré a Chad entonces; hijo ven. —el pequeño corre a subirse a la cama mientras yo me pierdo en el baño.
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—Desde que te cuidaba no había entrado a esta recamara —observa que hay varias cosas en cajas. —¿Esto es? —pregunta
—Me pidió mamá que eligiera las cosas que les podíamos regalar a sus amigos, se esperó todo el tiempo para que yo regresara, no querían elegirlo ellos, y me imagino que de algún modo también lo dejaron así para sentir que él estaba, y cuando yo viniera no entrara en shock, ¿Quieres elegir algo? Por acá hay ropa —Me sigue hasta el vestidor de Chad; junto al pequeño que observa todo detenidamente —¡Aún puedo verlo con cada una de sus playeras! —digo; Duncan me abraza por detrás.
—La que tú quieras darme está bien.
—prefiero que elijas tú Duncan... si fuera por mí, me quedo con todo. —Observa toda la ropa, y toma una sudadera en color vino.
—¡Esta! Me recuerda cuando fuimos a Bournemouth
Se la pone, Chad y los Dunne eran de la misma talla, de hecho les hacía mucha burla porque siempre les decía que tenían más de dos closets que era el sueño de toda mujer... ellos solo se reían, pero en esta ocasión la sudadera le queda ajustada
—¡Has crecido Duncan! —digo nostálgicamente, me pregunto cómo se vería Chad ahora, recuerdo que el último mes por alguna extraña razón había decidido dejarse salir muy levemente la barba y me encantaba porque hacía verlo mayor; una lágrima rueda por mi mejilla.
Duncan me abraza inmediatamente en cuanto ve que estoy nuevamente en ese punto en el que mi corazón se desmorona
—¡Ahora Chad y yo te abrazamos! —dice y hace que suelte más lágrimas.
—Perdón Duncan...
—¿Por qué?
—por llorar por Chad...
—Lany —levanta mi rostro con sus manos —no pretendo ocupar el lugar de Chad en tu corazón, es lo que menos querría, al contrario, quiero que siempre lo tengas en tu memoria, en tu corazón, porque significa que dejó una huella en nosotros... —señala al niño, que parece entretenido en la cama mientras balbucea algunas cosas, como si estuviera hablando con alguien —¡Así que llora siempre que quieras hacerlo! Por qué yo también lo haré cuando necesite hacerlo...
—¡Está bien! —me suelto de su agarre y lo observo.
Duncan comienza a modelar la sudadera y me causa gracia las caras que hace, Chad llega corriendo hacia mí.
—Mamá —dice
—¿Qué?—pregunto.
— ¿Quesh? —me muestra una pequeña memoria.
—¿De dónde la sacaste?
—papá —señala hacia la cama de Chad; Duncan gira y veo como se le eriza toda la piel y de la misma manera a mí; le muestro lo que me ha entregado el pequeño.
—¿Qué tendrá? —pregunto
—¡no sé! ¿Quieres ver?
—¡si!
Toma su celular; le cambia la memoria, podemos ver un poco de fotos y algunos videos.
—Creo que puedo ponerla en la televisión, ¿Quieres que se los enseñemos a tus papás y a Chad? —señala a mi bebé.
—¡Si! Voy por ellos, de cualquier forma busca si no tiene nada comprometedor.
—¿De ustedes?
—¡No Duncan! De todas las cosas que ustedes le mandaban. —tuerzo los ojos.
Se rasca la cabeza y se ríe.
—Buen punto Lany —dice guiñándome el ojo.
Duncan está frente al televisor, Mis papás se sientan en la cama, mientras que Chad se pone entre mis piernas en la alfombra, justo en el mismo lugar en el que su padre me besó por primera vez; Duncan comienza a reproducir algunos videos; hasta llegar a uno en especial de cuando fuimos a Bournemouth, Albert es el que está grabando todo, detrás de él se ven Brandon, Chad y Duncan.
—¿Estás nervioso? —pregunta Albert
—Si —responde Chad
—papá —señala Chad —sonriendo y yo asiento.
—¡No tendrías porque! —responde Duncan... —¡Te va a decir que sí!
—¿Quieres contarle a nuestro auditorio por qué estás nervioso?
—¡Por qué nunca había hecho algo así por alguien!... ¡Y porque tengo miedo que se caiga el avión! —guiña el ojo a la cámara y solo se ríe, no eso no
—May Day perdemos altura —dice Albert simulando hablar por radio; entendí ahora porque traía esa idea en el viaje —¿En caso de que el avión se caiga Chad? ¿Quién de los tres se tendrá que hacer cargo de Leilany?
Chad solo hace una mueca de desagrado pero le sigue el juego a Albert se queda callado y voltea a ver a Duncan
—¡Duncan! —mi mamá se lleva una mano a la boca
—¿Estás consciente de que si el avión se cae moriremos todos? —responde Duncan; esto último se vuelve como parte del ambiente porque de pronto solo siento la mirada de mis padres y de Duncan sobre mí.
—Despídete de la cámara —dice Albert y volvemos a caer absortos en el video; le hace un close up al rostro de mi primer amor.
—¡Te Amo Lan; lo haré siempre! algún día veremos este video con nuestros hijos y sabremos que todo habrá valido la pena; sé muy feliz porque yo lo soy ¡Adiós! — lo hace con la más bella sonrisa, sus bellos ojos azules brillaban más que nunca, sus pecas en la nariz y manda un beso a la cámara... como si se despidiera de mi para siempre...
Sus últimas palabras resonaron en mi cabeza una y otra vez, "sé muy feliz, porque yo lo soy, adiós" ¡Duncan me abraza inmediatamente y yo caigo inmediatamente en llanto, sobre la sudadera de Chad, con su último video, con lo que decía, dejarme con Duncan, y despedirse de mí. puedo sentir los brazos de mi bebé rodear mis piernas.
Escucho que no soy la única que llora en esa habitación...
¿Creen en la casualidad? Porque para mí esto fue... la despedida de él para mí. Como si de alguna forma en donde quiera que estuviera dijera... ¡Hey! Eres libre... ahora es tu turno de ser feliz, no sigas atada a mí. Aunque eso era imposible; Duncan limpia las lágrimas de mi rostro y alcanzo a ver en su muñeca la flecha con la frase "La vida sigue".
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