Capítulo 27
Mis ojos se cierran lentamente, mi pecho arde, y aún me duele mi cuerpo, es como agridulce, porque cuando me veo reflejada en sus ojos siento que todo el cansancio, el dolor, y todo desaparece, pero al final termina doliendo...
Duele el saber que a mi pequeño le hará falta su padre, ¿Quién estará ahí para decirle como conquistar a una chica?... trago saliva y solo veo como duerme tranquilamente, ajeno a que alguien nos hace falta, alguien que añoraba con todas sus fuerzas su llegada, a veces imagino como hubiese reaccionado al saber que sería papá...
Me gustaba hacerlo, por soñar no se pagaba, así que muchas veces me hice ilusión acerca de ello, yo mostrándole la prueba de embarazo y él diciéndome lo feliz y completo que se sentía, siendo una familia conmigo, lo imaginé junto a mí en el proceso de embarazo, diciéndole a nuestro papá que sería abuelo, mientras él mostraba la ecografía, el como cumpliría todos mis antojos, muchas veces mientras estaba recostada disfrutando de la redondez de mi vientre, quería verlo recargado en él mientras le decía cosas lindas, como... te amo, te esperamos, y lo feliz que hubiese sido cuando me dijeron que sería un niño; Lo sueño despierta tomando mi mano en el parto, o la primera vez que vi bañadito a mi precioso muñeco.
Justo aquí y ahora que mi bebé está acostado en la cama, lo imagino del otro lado de la cama, enamorado de su bebé, viéndolo, disfrutándolo, acariciando su dulce rostro, su cabellito, mi bebé sonríe dormido y entonces siento que su papá está aquí acompañándonos, que él lo cuida, y daría todo por yo también poder verlo, sentirlo, ¿Qué no daría por verlo una última vez?.
Decirle lo mucho que lo amo, lo importante que es para mi, pero dejamos tantos planes a la mitad, giro un poco y comienzo a ver el techo, suspiro y quiero dormir, añoro solo dormir para encontrarme en sueños con él, pero no es tan fácil, no sucede y me desmorono...
¿Por qué yo? ¿Por qué a mi? ¿Por qué él? ¿Por qué quitarnos la oportunidad de ser una familia? ¿Por qué la vida siempre le negó todo?
Lloro y lloro con fuerza porque duele, porque me hiere, porque deseaba más con él, tenerlo más tiempo en mi vida, si, yo sé que muchas veces no fui valiente... y a veces me siento tan culpable.
Noto una videollamada en mi celular y antes de que Chad despierte con el sonido respondo es Duncan.
—¡Hola Lany! —dice de manera efusiva pero en cuanto nota mis lágrimas su rostro cambia y parece asustado —¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? —Me levanto de la cama y voy hacia la sala, no quiero despertar a mi pequeño, ahora estamos solos en la casa, mis papás salieron a hacer compras, y me dejaron descansando. —¡Me estás asustando!
—Duncan... lo quiero aquí, conmigo, justo ahora... quiero a Chad —lloro —¿Era tan malo que nos hubiésemos enamorado que dios me castigó quitándomelo?
—Lany —parece buscar las palabras.
—Lo intenté, intenté alejarme, adoraba amarlo pero en el fondo no quería hacerlo, porque sabía que estaba mal, porque mucha gente se iba a interponer, porque todos se iban a desilusionar, pero era más grande lo que sentíamos, lo conocía bien, me conocía bien, nunca tuve ningún secreto con él, él sabía todo de mi y yo todo de él, y es que aunque quisiéramos mentirnos siempre todo salía a la luz, y lo quiero aquí conmigo, lo quiero de vuelta, no quiero vivir sin él, duele la vida, duele el alma cuando él no está.
—Lany... compraré un vuelo y ahí estaré mañana.
—No Duncan... nooooo... —le suplico.
—Leilany —lloro más porque me dijo igual que Chad cuando no podía contra mí —déjate ayudar, necesitas que estemos contigo, puedo imaginar lo que sientes, quizá no del todo, eso seguro... pero sé lo que es tener a quien amas lejos. —me hace sentir peor —déjame estar para ti, quiero acompañarte.
—Duncan, te quiero, te prometo que te quiero, y que me encantaría que estés aquí, pero... tengo que enfrentar el duelo sola, mis papás están aquí, yo...
—Sabes que en cuanto tú me digas que vaya, yo iré, yo estoy respetando tu decisión, pero quizá un día no lo haga... y el día que eso suceda Leilany es porque no dejaré que te vuelvas a ir de mi vida.
Duro y contundente, y no es esto lo que yo necesito en estos momentos, solo quiero alejarme de todo esto, de volver a ser Leilany... de reencontrarme, no de ser prácticamente una viuda o una mamá soltera, quizá estoy siendo mala y egoísta pero siento que me estoy ahogando.
—Lo siento... voy a colgar.
Me recargo en la barra de la cocina y siento que me hace falta el aire, lloro desgarradoramente, necesito estar lejos de esto, necesito escapar, no quiero esta vida si no es con él, encuentro un vaso de vidrio y lo rompo, tomo uno de los vidrios y solo quiero alcanzar a Chad, pero un llanto me despierta, dejo todo y corro hacia la recamara, tomo a mi bebé en brazos y lo abrazo con todas mis fuerzas.
—perdón Chad, perdón.
—¿Leilany estás bien? —es la voz de Anthony —escuché el ruido de un vidrio rompiéndose y luego a Chad ¿Están bien? —niego.
—Anthony... amo a mi bebé, te juro que si, pero esto me está sobrepasando... porque extraño a su padre, quiero a su padre aquí conmigo y todo se me nubló y solo un deseo fugaz de ir a alcanzarlo me tomó por sorpresa, gracias al cielo que Chad lloró si no...
Anthony se acerca a mi y levanta mi quijada para que lo vea a los ojos, me da un beso en mi frente y me abraza.
—No estás sola Leilany, no lo estás, aquí estoy yo, aquí están tus papás, y te aseguro que los Dunne están para ti... lo siento, tengo que decirles a tus papás, necesitas alejarte de esto, despejarte... si ellos están de acuerdo te sacaré del país un par de semanas.
—pero Chad no tiene papeles.
—No, solo tú y yo... necesitas reencontrarte mi vida, necesitas volver a ser Leilany, por tu bien, por el bien de tu bebé. —niego.
—No quiero ser egoísta.
—Eres más, si te quedas aquí y te haces daño a ti o a tu bebé. no estás bien. tienes que entenderlo. —y me desplomo en los brazos de Anthony, tiene razón... estoy viva y es lo único que tiene mi bebé, no puedo ser tan cruel... no, debo proteger a mi pequeño, incluso de mi misma en todo caso.
—Está bien —susurro.
—Te quiero Leilany, daría todo por hacer menos fuerte tu dolor, pero déjate ayudar, tienes que dejarlo ir, déjalo descansar.
Duelen sus palabras, pero el fondo sé que tiene razón, pero no quiero, quiero aferrarme a su recuerdo, no quiero que llegue el día en que no pueda verlo nítidamente cuando cierre los ojos, no quiero que su olor deje de llegar, no quiero olvidarle... no me atrevo a superarlo.
PRESENTE
Tomo a Chad en brazos mientras que Duncan comienza a recolectar nuestras maletas no avisamos a nadie que llegaríamos quisimos dar una sorpresa, del golpe de mi pequeño rubio ya no hay más que una pequeña cicatriz a la que le estamos ya únicamente poniendo una crema que le recetaron después de quitarle los puntos que le hicieron.
—Ya tengo todas —dice Duncan mientras nos pide que lo sigamos; paga el estacionamiento que utilizó por varios días y nos dirigimos al automóvil.
Chad solo observa todo, es la primera vez que está en Londres y seguramente tiene sueño puesto que en N.Y ahora sería de noche así que está un poco desorientado por ello.
—Aquí está nuestro automóvil. —Chad voltea hacia Duncan y abre la boca en una "o" cuando nota el carro, sigo sin explicarme el gusto de este pequeño por los coches.
—¿ío?
—si, pero... hasta cuando crezcas, por lo pronto es nuestro. —me río al oír la respuesta de Duncan, mientras sube las cosas. —Aunque creo que... tendré que conseguirme uno familiar.
Acomoda la silla de bebé que trajimos, y pone a Chad dentro de ella, comenzamos nuestro camino a casa y no tarda en quedarse dormido. Duncan toma mi mano y la lleva hasta su boca besándola.
—Mi familia —sonríe sin dejar de ver el camino y sin soltar mi mano que aún mantiene pegada a sus labios. —¿A casa de los Dunne o de los Berry?
—Con mis papás. —respondo.
—¿Si sabes que ya no los soltaré verdad?
—¿Cómo?
—que a donde ustedes vayan yo iré... si te quedas con tus papás, lo siento, ahí me quedaré, o si prefieres que vayamos con tus suegros —ríe y guiña el ojo.
—Busquemos algo para nosotros —respondo y gira de inmediato a verme.
—¿De verdad?
—¡Me amenazaste en N.Y ¿No lo recuerdas? y me acabas de decir que no nos soltarás! y te soy sincera... tampoco quiero soltarte —sonrío.
—¿Es enserio Leilany? ¿Quieres que seamos una familia? —alzo los hombros.
—supongo... me caes bien. —me río y le guiño el ojo. —sé que quizá estamos yendo muy rápido, demasiado de hecho, pero... no quiero alejarme de ti, —suspiro —creo que nos conocemos bien, nos queremos.
—Corrección... yo te amo.
—Quiero hacerlo.
—Mira... hagamos un trato, busquemos una casa para nosotros tres, y vamos poco a poco, no por que no estemos seguros de estar juntos, si no por Chad. mientras se acostumbra a Londres y tú de nuevo a la universidad y al trabajo, entre semana podemos quedarnos con tus papás, y los fines de semana nos vamos a nuestra casa; y poco a poco nos vamos a acoplando a una dinámica familiar. ¿Te parece?
—si está bien —sonríe.
No tardamos en llegar a la casa de mis papás, Mamá sale con Louis en brazos sorprendida porque no nos esperaban, y detrás de ella sale mi abuela, voy corriendo a abrazarla porque no había tenido oportunidad de ir a Rye.
—Mi niña, cada vez más linda.
—Gracias abuela, lo dices porque soy tu nieta.
—¡Y porque lo estás!
—¡Oh por Dios! qué hombrecito tan más guapo.
—¡Gracias abuela! —dice Duncan mientras se ríe.
—me refiero al que tienes en brazos. —todos nos reímos y Paul comienza a ayudar a bajar las maletas.
—A mi cuarto por favor Paul. —Mamá me observa, asiente y sonríe.
—¿Quieres que le arreglemos el cuarto de su papá a Chad? —niego.
—Aún no, tengo otros planes mamá.
—Muy bien.
*******************************************************************
Chloe juega con Chad mientras yo me termino de arreglar, habrá una cena en casa de Los Dunne como celebración antes de la boda que es en pocos días, muero de nervios ya que iremos todos, ¡Todos! tengo miedo de sentir que me estoy equivocando, pero también sé que es el padre de mi novio y que no quiero más secretos en mi vida.
—Uncaaaa —corre Chad al encuentro de Duncan en cuanto ve que cruza la puerta, lleva una camisa negra y resaltan sus ojos verdes.
—Chad ¿Me extrañaste? —el pequeño asiente y le pide que lo cargue después se dirige hacia mi y me deja un beso en la frente. —¿Y tú?
—No mucho —le guiño el ojo.
—Qué falsa eres —dice Chloe —fuiste su tema de conversación favorito por cierto los amo Duncany! —Duncan se ríe, y me abraza mientras que mi hermana toma su celular y nos pide que posemos para una foto.
—¿Nos vamos? —pregunta papá asomándose por la puerta.
—¡Si!
Después de unos cuantos minutos de camino, hemos llegado a la casa de Los Dunne, doy un largo suspiro y Duncan toma mi mano.
—Estaremos bien, estamos juntos. —asiento y me deja un pequeño beso sobre los labios, veo que da la vuelta al automóvil, me ayuda a bajar y después lo hace con Chad, es un sueño hecho realidad ver a Duncan de esa manera con mi bebé, lo mejor es que el cariño que le tiene al pequeño es recíproco, toda la tarde preguntó por él.
Toma mi mano y comenzamos a subir las escaleras para llegar a la entrada, Gabrielle nos nota y deja todo para ir a nuestro encuentro.
—¿Qué? los hacía en N.Y —me abraza y después le da un beso a Chad mientras él sonríe.
—No podíamos perdernos la boda de mi hermano favorito —responde Duncan
—¡Es porque soy el único que tienes! —responde Albert quien viene trayendo unas copas de champagne le entrega una a Duncan y una a mi.
—con mayor razón, no puedo dejar pasar la oportunidad de confirmar de que no regreses a casa.
—Leilany, Duncan, mi nieto... —llega Abby abrazando al par de rubios, Chad se remueve inquieto porque no está muy acostumbrado a la gente de la que está rodeado pero tampoco hace berrinche. —¿Por qué no me avisaron?
—Queríamos que fuera una sorpresa.
Alguien carraspea la garganta desde el segundo piso, mi corazón se acelera, mis manos tiemblan, y veo al señor rubio de ojos esmeraldas comenzar a bajar las escaleras, lleva su mirada fija en un punto en específico, no soy yo, ni es Duncan; muerdo mis labios y siento que desfallezco, Albert solo me observa atento y hace una mueca, pero después suspira y todos esperamos a que llegue hasta nosotros George Dunne.
—Leilany, bienvenida a casa.
—¡Gracias!
—¿Puedo? —le pregunta a Duncan si puede tomar en brazos a Chad, pero no le da tiempo ni de decir nada porque mi hijo se va de inmediato a los brazos del mayor de los Dunne. —¡Hola! —y de pronto veo otro hombre frente a mí, con sus ojos cristalizándose y disfrutando del pequeño que lleva en brazos. —¿Cómo se llama?
—Chad —responde mi bebé y le sonríe. —¿tú?
—Abuelo —le deja un beso en la frente y le peina el cabello.
—¿Belo? —pregunta confundido y señala a papá que acaba de llegar junto a mis hermanos y mamá.
—Abuelo materno —responde George señalando a papá, abuelo paterno se señala.
—¡Oh! —volteamos a ver a Abby que se limpia las lágrimas
—Es hijo de mi primogénito. —Duncan sonríe, mientras yo busco su mano para tomarla. —siempre supe que te quería de nuera —guiña el ojo.
—entren, ya la familia de Gabrielle nos espera —dice Albert haciendo que todos nos dirijamos hacia la sala.
George habla con papá mientras carga a Chad y juega con él, trato de recordar algún momento en que él hiciera algo similar con sus hijos pero no lo encuentro, Duncan no le quita la mirada de encima, y Abby, y mamá hablan con la familia de Gabrielle, yo abrazo a mi nana a quien no veía desde hace mucho, y se siente bien estar de nuevo en casa, Albert y Gabrielle llevan rato desaparecidos pero creo que a nadie se les hace fuera de lo normal, veo a mi bebé correr hacia mi.
—mami...
—¿Si?
—¿avas? —me muestra sus manitas que están rayadas de tinta de pluma, levanto la ceja y mi mirada cae en una camisa blanca de George Dunne con arte en ella y él muerto de la risa
—Chad ¿Qué hiciste?
—bujé —sonríe.
—Dios mío George, lo siento, puedo mandar tu camisa a la tintorería.
—no cariño, será mi camisa favorita de hoy en adelante.
—Chad, eso no se hace, pide disculpas.
—shento —hace un puchero y George solo se ríe y le besa su frente.
Tomo de la mano a Chad y voy directo hacia el baño de las visitas, Duncan viene detrás de mí, abro sin tocar la puerta y mis manos inmediatamente van a tapar los ojos del pequeño.
Albert y Gabrielle están en el baño, pero solo escucho sus risas.
—¡No estamos haciendo nada malo Leilany! —responde Albert —más bien estamos viendo el resultado de todas las desapariciones que nos dábamos.
Chad quita mi mano de su cara y Gabrielle me extiende una prueba de embarazo positiva, Albert lleva su dedo índice a su boca pidiéndome silencio y Duncan abre su boca y lo abraza.
—Felicidades —susurramos, mientras los abrazamos.
—¡Gracias!, estoy muy nervioso, seré papá.
—lo harás bien —respondo
—Serás el mejor —sonríe su hermano y lo abrazo.
—Tengo un gran ejemplo, tú Duncan. —Chad los abraza a los dos sin saber el motivo del porque el abrazo pero se une a ellos y se ríe contagiando su risa a ambos.
Albert baja hasta estar a la altura de Chad.
—Tienes un gran papá —y yo me muevo inquieta, no por el comentario, si no porque Chad gira su rostro hacia Duncan y parece iluminársele el mundo, como si un genio le hubiese concedido el mejor de los deseos.
—¿Papá? —pregunta Chad.
-----------------------------------------------------------------------------------
¿Quién habrá asesinado a la mamá de Chad y de Leilany?
¿Se imaginaban que Albert y Gabrielle si iban a terminar embarazados?
¿Por qué George está siendo tan dulce con Chad?
¿Será que se hayan asustado por nada?
Dejen sus teorías.
¡No olvides darle estrellita al capítulo si te ha gustado!
¡Gracias por tu apoyo!
También puedes seguir las cuentas oficiales de cada uno de los personajes
Fb: Labios Sellados
Instagram:
@leilanyberry @chadberry3 @duncandunne @brandondunne4 @albertdunne2
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro