Gustavo

No soy tonto sé lo que acabo de ver, Leilany Berry besaba al individuo que tiene enfrente, ella se gira y puedo ver cómo su cara se sonroja, mientras que el rubio que está detrás de ella se levanta con una mirada fría como si quisiera marcar como propiedad a mi novia, mi suegra se mueve incómoda por la situación y parece observarme como esperando alguna reacción de mi parte, no la tendrá, porque aunque muero de celos y obviamente pediré explicaciones, no le daré el gusto de una pelea a quien quiera que sea el que esté con ella.

—Gustavo... Yo... No te esperaba. —le sonrío.
—Bien dicen que a veces no es bueno dar sorpresas porque luego uno termina sorprendido —le respondo en español. —ella muerde sus labios.
—Puedo explicarlo. —habla el mismo idioma que yo, por lo general suele encantarme su forma de hablarlo porque suena tierna y graciosa pero en estos momentos no estoy muy contento con ella.
—No ahora —le guiño el ojo, me acerco a ella para besar su frente y extiendo la mano al hijo de... Que besaba a Leilany. —soy Gustavo Téllez su novio. —él me inspecciona de pies a cabeza, parece un jodido muñeco.
—Duncan Dunne. —nunca he escuchado hablar de él en específico pero si de Albert, puesto que en alguna ocasión hace casi un año me lo presentó Anthony cuando fue a Nueva York, aún no salía con Leilany, de hecho pensé que él era el novio de la pelirroja.
—Es hermano de Albert.
—¡Oh! Si conozco a tu hermano, ¿Cómo va con la boda? —escucho el suspiro de Emma; mientras me sonríe, lleva al pequeño pelirrojo en sus brazos y yo no puedo resistirme a cargarlo, amo a los niños.

—Bien...
—Duncan ya se iba —responde Leilany; me indica que está nerviosa pero no dejaré que se salga con la suya.
—¿De verdad? Le había prometido a tu mamá cocinarle algo, ¿Por qué no te quedas Duncan?

Escucho pasos llegar detrás de mi, el individuo que se pone a mi lado es Louis, el papá de Leilany, quién me ayudó a darle la sorpresa a mi novia, él no notó lo que sucedió cuando llegamos, veo que saluda efusivamente a Duncan, malo para mí.

Me pregunto porque mi novia nunca me había mencionado el nombre de Duncan, sé todo acerca de su relación con Chad, cuando decidimos intentarlo ella fue muy clara con todo lo que sucedió, prometió no tener ningún secreto para mí, y aquí está uno frente a mí, quizá no es tan importante... Solo se dejó llevar; trato de justificarla pero... No sé porque no me fío.

Louis me observa nota que llevo a su hijo en brazos y sonríe.

—Añoro verlos como una familia —palmea mi espalda y pellizca la mejilla de su hija.
—Prácticamente somos una —sonrío. —Y sé que Leilany ve a Albert como un hermano, así que me imagino que de la misma manera a ti.
—Chad y Duncan eran los mejores amigos —responde mi suegro.
—Yo, Lany; no puedo desairar la invitación de tu novio para cenar, será interesante probar lo que cocinará ¿Puedo ayudarte?
—Claro —este individuo no me la pondrá fácil pero... Me divertiré en el proceso.
—Si.

Le doy en brazos a Leilany al pequeño Louis y ella parece no saber dónde meter su cabeza, no la dejaré huir como suele hacerlo, es por ello que estoy tratando de actuar tranquilamente porque sé que a ella le aterran estas situaciones y suele alejarse.

—¿Qué cocinarás? —pregunta en una voz dulce. ¡Si no fuera porque estoy molesto con ella, la besaría porque amo cuando se pone en actitud infantil!
—Cochinita pibil, aunque para hacerla realmente tendría que hacer un hueco en su jardín —mis suegros hacen sus ojos grandes —lo haré de forma casera, es una comida típica del sureste mexicano, de hecho proviene del maya pib significa enterrado; y aunque yo soy originario de Jalisco, he tenido la fortuna de ir a cursos de gastronomía yucateca, que es una de las más famosas de México, por ende de los platillos que más se buscan en los restaurantes mexicanos.
—¿Eres chef? —pregunta el rubio.
—Tanto como chef no creo —respondo alzando los hombros —mis padres tienen una cadena de restaurantes que sus hijos comenzamos a manejar hace un par de años, mis padres vienen desde abajo, llegaron a Estados Unidos buscando el sueño americano, ambos aman la cocina y decidieron abrir una pequeña cocina y poco a poco fueron haciéndose de fama hasta tener actualmente más de diez restaurantes, algunos los manejan tíos y otros los manejamos mi hermana y yo.
—¿Y si tienen tantos restaurantes por qué Rosa trabaja como? —Louis parece detenerse en seco; Leilany se pone pálida y lo noto... Él no sabe...
—Ella quiere mucho a Leilany y eso le da tiempo de cuidar a sus hijos, ellos también quieren mucho a su hija; además mi hermana prefiere que mi cuñado esté dentro del negocio. —Leilany parece recobrar el color. 

¿Qué tramas y qué tanto escondes?

—Mi sueño frustrado es ser chef —ella lo observa.
—¿De verdad?
—Si, solo que estoy seguro que a George Dunne no le hubiese gustado tener un hijo que se dedicara la cocina.
—pobre niño rico —digo en mi idioma. —pues hoy te enseñaré a cocinar una de las comidas más ricas de mi país.

Le muestro y le explico la receta, es bueno acatando órdenes, si no fuera por lo que vi cuando llegué el tipo me agradaría, además me muestra que es un hombre valiente, puesto que en vez de huir como pretendía Leilany que lo hiciera se quedó a hacer frente la situación.

Cenamos todos en familia tranquilamente, incluso la hermana de Leilany está en la mesa junto a nosotros con un par de amigas que no dejan de observarme y sonreírme.

Leilany me hace un par de preguntas sobre algunas cosas que me dejó al pendiente en N.Y y noto que sobre un tema en particular no dice absolutamente nada, eso me llama la atención.

Noto que Duncan se lleva bien con los Berry, de pronto siento que el único que sale sobrando aquí soy yo, sé por lo que me ha dicho que creció prácticamente con Albert, así que seguramente Duncan es muy allegado a ellos, puedo darme cuenta que es parte de la familia y que si me pongo en alguna actitud reacia hacia él, terminaré haciendo que el malo sea yo y no él, así que por el momento prefiero llevar la fiesta en paz. 

—Duncan, podrías invertir en un restaurante mexicano aquí en Londres, son muy pocos los que hay, esto está exquisito, sería todo un éxito. —sugiere Louis. 
—Yo... a mi me encantaría, pero no sé si él quiera ser mi socio. 
—sería cuestión de platicarlo y dejar en claro algunas cosas, lo bueno es que Leilany es una excelente abogada así que en caso de aceptar supongo que podremos tener un excelente contrato. 
—¿Te gustaría tener un restaurante en Londres? —pregunta ella. 
—Si eso a ti te hace feliz y en algún momento quisieras regresar a casa por mi no hay ningún problema; sabes que me gusta hacerte feliz. 

Leilany solo asiente y observa a sus padres, mientras muerde sus labios, Chloe y sus amigas se han retirado ya que dijeron que tendrían una pijamada y que su hermana le había dado la idea, hace unos días. 

—No lo sé; aún es difícil para mi que Chad no esté —muerde su labio —odio sentir que lo estoy olvidando y que la vida sigue, ¿Puedo retirarme? —todos asentimos porque sabemos perfecto que por más que ella quiera contenerse está un momento en que está a punto de reventar. 

Leilany desaparece hacia su recamara, sé donde queda ya que sus papás me instalaron ahí, aunque después de todo, siento que es mala idea quedarme con ella, aún necesita pensar algunas cosas y por lo que veo aclarar otras, mis suegros se levantan y voy a seguirlos cuando una voz me detiene. 

—Yo la quiero —susurra.
—Ya somos dos —le digo —no soy ciego, sé lo que vi.
—esperaba que me reclamaras en ese momento, que me golpearas o algo así.
—Ganas no me faltaron, pero no soy estúpido, esto lo arreglaré con ella, no contigo, es triste pero nadie entra a dónde no se lo permiten.
—Sé que eres su novio, pero yo la he querido desde que tengo uso de razón, con Chad no hice ningún movimiento porque él era como mi hermano, era mi mejor amigo, y si me pedían que yo le diera un riñón lo hubiese hecho, siempre fue una persona importante para mi; pero tengo que ser claro contigo, yo no te conozco, no te debo lealtad, y a ella la quiero. 
—¿Cuál es el objetivo de advertirme? 
—Que no porque estés aquí yo dejaré de ser amable, o caballeroso con ella. 
—¿Pretendes que entonces yo siendo su novio acepte que otra persona le coquetee a mi novia? 
—no, pero tampoco pretendo no hacerlo. 
—Duncan, nunca había escuchado hablar de ti, y no sé si eso sea bueno o malo. 
—Leilany oculta muchos secretos en su vida. —dice airoso 
—Puedo compartir el cariño con Chad, porque sé lo que es perder a alguien que amas, lo he vivido en carne propia, y por ello siempre he respetado su duelo y ella el mío, pero no soy estúpido, y no voy a dejar que un niño bonito venga a amenazarme; además supongo que a ambos también nos ha ocultado información. —él sonríe y asiente. 
—Entonces supongo que ambos lucharemos por ella
—Dalo por hecho. 

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¿Quién habrá asesinado a la mamá de Chad y Leilany?

¿Quién de los tres Dunne habrá sido el padre del bebé de Bridgitte?

¿Qué le habrá confesado Bridgitte en la carta a Brandon?

¿Cuál será esa promesa que Duncan romperá con Chad?

¿Qué les parece cómo comienzan a suceder las cosas con Duncan?

¿Se rendirá tan facilmente Gustavo? 

¡Necesito que me digan sus teorías! ¿Qué piensan que sucederá?

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