Observo el reflejo de Duncan frente al espejo, se acaba de bañar y lleva el cabello húmedo, aún algunas gotas deslizan por su espalda y lleva una toalla amarrada en la cintura, lo veo afeitarse y el olor a limpio más su loción me atraen como abeja a la miel y me acerco para abrazarlo por detrás mientras comienzo a besar su espalda.

—¿Qué haces? —escucho en su voz que está sonriendo.
—beso al amor de mi vida —llevo mi mano hacia la toalla para dejarla caer y veo que trae ropa interior hago mi boca en puchero mientras se gira hacia mí y me guiña un ojo, mientras mis dedos juegan con el tatuaje que lleva en su pecho —Estaba pensando en que... —no me deja terminar cuando me carga como novia hasta el vestidor y me acomoda en un sillón blanco que decora el lugar.
—¿Adrien?
—muy dormido —le sonrío; él solo me observa y puedo ver sus ojos oscurecerse, se acerca un poco más hacía mí mientras que sus dedos índice y medio comienzan a marcar su camino desde mis pies, hasta ir subiendo a mis piernas, el solo simple toque me hacer estremecer, llega a la prenda inferior de mi pijama de seda mientras que su vista se queda perdida en mis pechos, que aunque aún llevo puesto ropa él parece desnudarme con la mirada
—Hoy quiero hacerte gemir mucho —me deja sin palabras, seguramente abro los ojos.
—¿Con qué Duncan se va a seguir superando cada día? —sus labios van hasta mi cuello y luego se acerca a mi oído.
—Me vuelves loco, cada día un poco más, pero hoy quiero demostrarte quien soy en todos los ámbitos de tu vida, demostrar quién es tu hombre, quien te hace suplicar más.
—Suenas a celos —digo a modo de broma.
—No solo sueno Lany, huelo y lo estoy. —su mano magrea mi pecho y ataca mi boca, acepto y reconozco que me prende verlo en plan posesivo porque él no es así, pero me hace sentir que tiene miedo de perderme y lo entiendo porque a mí me aterra quedarme sin él.
—Te amo Duncan —mi voz sale entrecortada porque sus labios se alejan de mí, y comienza a despojarme del bralette.
—Dímelo mucho, no dejes de hacerlo.
—Te Amo mucho. —su boca va a la cima de mis pechos mientras que sus manos buscan alejar todo lo que le estorba para ir hacia ese punto en el que nos volvemos uno solo; y le ayudo un poco para facilitarnos la tarea, la humedad de su lengua pasea por mi cuello mientras deja pequeños mordiscos, me pierdo un poco ante tal sensación y aunque estoy en las nubes quiero más de esto así que mis manos buscan deshacerse de su bóxer que en estos momentos es mi peor enemigo.
—Yo también te amo Lany, te idolatro, eres prácticamente una religión para mí, y quizá peco por querer hacerle el amor a quien es mi diosa, pero no me importa, no me interesa ser un pecador si te tengo a ti entre mis brazos. —mis manos tiemblan ante tales palabras mientras que él busca colarse en mi cuerpo, en ese camino que ha recorrido ya tantas veces pero que aún me pone a temblar al saber que soy suya, que me tiene.
—Demuéstramelo entonces. —tardo más en terminar de decir la frase en que él invada mi cuerpo, su simple toque, su simple cercanía me vuelve loca, pero hacer el amor con él es otro nivel, desde la primera vez que estuvimos juntos supe que lo quería para mí el resto de mi vida, lo que me quede de existencia.

su ritmo es contundente, firme y sabe que es lo que me vuelve loca, porque de inmediato mi cuerpo comienza a estar más que a su merced dispuesto a explotar, su boca va desde detrás de mis orejas, hasta mi pecho, de vez en cuando se posan en mis labios para dejar pequeños mordiscos, y cada cosa que hace me pone más sensible y más dispuesta a todo, sus manos delinean mi silueta se dedica a mis pechos después juegan con mi cintura y se aferran a mis caderas para demostrarme que soy suya.

De pronto siento como toma mi cuerpo para cargarlo, me aferro con mis piernas a su cadera sin perder contacto con él; le presto atención a su rostro sonrojado, su cabello va pegado en su frente mientras me carga como una muñeca yo solo me tomo el tiempo para despegar su cabello rubio de su frente; su sonrisa parece convertirse un poco maquiavélica.

—Acepto que cuando vi este gran espejo el día que te traje a conocer la casa pensé en hacer muchas cosas frente a él —dice en una voz grave que siento que eriza toda mi piel. —y hoy podemos comenzar a utilizarlo; de hecho creo que nos tardamos en hacerlo.
—Duncan —digo en voz baja.
—Quiero que veas como eres mía, la cara que haces cuando me vuelvo parte de ti —comienza nuevamente a tomar el ritmo mientras yo veo nuestro reflejo, disfruto de ello, de ver su cuerpo tonificado cargarme y ser parte de él, como nuestros cuerpos se unen y más que morboso me parece delicioso y es que Duncan ha llevado esto siempre a otros niveles, y mientras sea con él no me incomoda experimentar, probar cosas nuevas, a final de cuentas yo no tengo tanta práctica como él, él me ha hecho conocer muchas cosas de mí, muchas formas que nunca pensé ni siquiera en probar y que a la vez me han fascinado, ahora entiendo las veces que me dice que no las quería experimentar cuando yo era prácticamente una niña.

Arriba, abajo, sentados, me demuestra de muchas maneras como lo prendo, como nos prendemos juntos, un orgasmo, otro más, y él sabe cómo dejarme agotada, vuelta loca hasta que él explota dejando esa magnífica sensación, su calor dentro de mí, mis contracciones envolviéndonos en un divino éxtasis, y solo quiero esto el resto de mi vida, me he vuelto adicta a él y a todo lo que me hace sentir en todos los ámbitos de nuestra vida como pareja.

Mis ojos están puestos en esa imagen, él en el sillón acostado con los ojos cerrados, yo sobre su pecho, acepto que es una muy bonita imagen, que guardo para mí.

—Lany...
—¿Si Duncan?
—Dile la verdad a Chad. —lo dice en voz baja y me acomodo en su regazo para verlo mejor sus pestañas se encuentran rizadas, sus labios están entreabiertos y juego con su cabello.
—Ya lo había pensado —confieso —pero me aterra que nos quite a nuestro hijo.
—Creo que si recuerda o se entera por otros lados, lo conocemos, sabemos cómo se comporta, él se pondrá peor y entonces si tenemos más que perder pequeña pelirroja.
—¿Estás de acuerdo con ello?
—Me parece que es lo mejor para los cuatro.
—¿Pero Adrien? Sabes no quiero confundirlo con tío, papá, siempre si es papá y ahora tienes dos, si yo a veces me confundo con tanta enredadera para él será peor aún.
—Supongo que eso se irá dando poco a poco, más tarde, por lo pronto... podrías comenzar a decirle las cosas a Chad y explicarle como pasó todo después. —suspiro
—¿Estarás conmigo Duncan?
—Siempre, aunque no sea como tu pareja.
—¡Eeey! no digas eso, ¡me asustas! —abre sus ojos haciendo que me pierda en sus esmeraldas.
—la vida tiene a veces algunas sorpresas un poco extrañas, ya deberías de saberlo. —suelto un soplido y asiento.
—Lo sé, pero no me gusta que me lo digas.
—Te amo Lany, y tú eres mi diaria elección, aún cuando no estamos casados, y solo eres mi prometida, todos los días al amanecer, te veo recostada con tu cabello rojizo que parece flotar alrededor de ti, y agradezco a Dios, al universo tenerte junto a mí, y luego veo unos ojos azules grisáceos también abrirse y una sonrisa de pequeños dientes que me hacen sentirme el hombre más fuerte, e indestructible del mundo, y ahí los elijo a los dos, elijo a la mujer que me hace ser feliz, y querer sacar uñas y dientes para protegerla del mundo, y elijo al pequeño que es mi vida entera, tiene en sus pequeñas manos toda mi existencia. Ustedes dos son mi todo... —se queda callado unos cuantos minutos —pero a veces te confieso siento que tengo la vida de mi hermano, él y tú se amaban de una manera tan impresionante que no les importó lo que dijera la gente cuando creían que ustedes compartían sangre, y yo estuve tan en medio de ustedes porque así como tú me decías de tu amor imposible, él me contaba de la chica que no se atrevía a luchar por él porque "estaba con alguien más" —dice haciendo los paréntesis con sus dedos — y acepté que se amaran, me alejé, le hice muchas promesas que al final creo que no he sido el mejor de los amigos porque no las cumplí; le guardé secretos, te guardé secretos, solo quería verlos felices, a mis dos personas favoritas aunque eso significara herirme en el proceso.
—Esta vez no Duncan, yo te elijo a ti, elijo a Adrien contigo y conmigo, elijo a todos nuestros próximos hijos. —besa mi frente y asiente mientras suspira.
—Y yo siempre elegiré su felicidad por encima de la mía. —y no sé porque con tan bonitas palabras yo debería de sentirme feliz y enamorada, pero me da otra sensación, de sentirme angustiada y con mi corazón a punto de romperse, no pienses en tonterías Leilany me digo mientras mi mirada va de nuevo a nuestro reflejo, soy su prometida, él es el amor de mi vida, me aferro más a él.
—no olvides que te amo Duncan... que te amo mucho —que eres mi vidaentera y que no te quiero jamás lejos de mí, pero me quedo esto último para mí.

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¡Ya merecían demostrarse lo mucho que se amaban! 

¿Creen que está bien lo que le dijo Duncan de decirle todo a Chad? 

¿Cómo creen que él lo tome? 

¿Debería de tener miedo Leilany? 

Capítulo dedicado a Rosalía ¡Gracias por tan bonitas palabras! 

¿Cuál fue su frase favorita del capítulo?

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