Me río ante la imagen de Lily que lleva una enorme diadema de color rojo sobre su cabeza, es mi muñeca y me divertiré vistiéndola a mi antojo mientras pueda, le doy un beso en la frente y otro a André para levantarme y seguir empujando la carreola doble para ir hacia el restaurante de Gustavo que el día de hoy inaugura, Adrien y Duncan van de la mano junto a nosotros, estos dos meses han sido agotadores, pero al mismo tiempo muy gratificantes.

—Pero que bien te ves Leilany —dice Anthony que tiene a su lado a Marie con quien lleva ya meses saliendo —ni pareciera que acabas de ser madre de dos. —me toma de la cintura y me abraza fuertemente.
—Digamos que mis bebés me han ayudado —le guiño el ojo.
—Y el papá —dice Albert uniéndose a nosotros, ruedo los ojos.
—¿Qué te pasa? — le respondo "enojada"
—¿Lo niegas hermano? —Duncan solo me ve y sonríe de manera traviesa.
—¿Entramos? —dice sin afirmar y negar nada.

El restaurante es espectacular está en una de las mejores zonas de Londres y por donde lo observes te muestra la cultura mexicana en todo su esplendor, las hostess están vestidas con trajes típicos de cada región, y sin duda Gustavo se esmeró para mostrarle a la gente de esta ciudad lo que es México.

—Ya llegaron los bebés más bonitos —escucho decir a Gabrielle quien llega con el pequeño Noah —verlos así tan pequeñitos me dan ganas de tener otro.
—Falta de confianza —dice Albert sonrojándose de inmediato, nuestras miradas van de Gabrielle a Albert y viceversa.
—¿Noah y Adrien quieren ir al área de juegos? —pregunta Anthony y los dos pequeños gritan emocionados, Duncan jala la carreola y después de haber dado unos cuantos pasos.
—Lany... ¿Me acompañas?
—Si, si... ehm... suerte —les guiño el ojo —que pegue a la primera. —la pareja se queda petrificada y parece que comienzan a hablar y decirse algunas cosas.
—Aventaron a tu hermano al ruedo entre Anthony y tú. —me tomo de su brazo.
—Se rumora que el sexo de reconciliación es muy bueno, y a mí me funcionó, no por algo llevo empujando una carreola.

Rosa y su familia viajó hasta acá para ver el logro de su hermano, en cuanto me ve se acerca para abrazarme.

—Leilany ya quería que llegaras, quería conocer a los nuevos bebés —se suelta de mi y abraza a Duncan.
—Rosa, ¿Cómo estás?
—Muy bien, me ha encantado conocer Londres, Disculpen pero quiero ver a los pequeños —sonríe y va hacia frente la carreola. —Son tan bellos, ¿Cómo te ha ido con ellos?
—Cansado, pero Duncan y Adrien han sido buenos compañeros, creí que a mi hijo en algún momento le fastidiaría ser el hermano mayor, pero la verdad es que es divino, los cuida y los procura, en cuanto los escucha quejarse es el primero en decirme que alguno de sus hermanos tiene hambre, es muy protector con ellos, y Duncan es un gran papá.
—Apenas estoy aprendiendo —se sonroja —Adrien fue más fácil ya decidía y hacía; incluso me orientaba a su manera, pero con André y Lily... es otra dinámica, pero me encanta.
—En la noche son sus hijos —digo victoriosa y es cierto Duncan se autoproclamó el cuidador de noche para que yo pudiera descansar, y ver cómo es con los tres es una cosa que me enamora cada vez más.
—Somos un gran equipo —confirma nuevamente.
—Pero si ya despertó este pequeñito ¿Puedo cargarlo? —pregunta.
—Si —desabrocha el cinturón para tomar en brazos a André, mientras comienza a cantarle algo en español.
—Ya llegaron tus papás y mi mamá —me susurra al oído Duncan y giro para ver hacia atrás de nosotros donde veo llegar a los tres junto a Chloe y Elliot; nos saludan a todos platican un poco con Rosa cargan entre todos a André porque Lily viene totalmente dormida.
—No he visto ni a tu hermano ni a Gabrielle ¿Dónde están? —pregunta Abby a mi esposo. —Vi a Noah.
—haciéndote otro nieto. —responde el rubio y Abby se lleva las manos a la boca sorprendida.
—¿Crees que por fin se reconcilien?
—Si los vemos muy felices cuando regresen seguro si y ve haciendo espacio para otro bebé.

Poco a poco comienzan a llegar todos los invitados, Brandon llega con su ex que al parecer ya no es tan su ex puesto que vienen de la mano nuevamente y... ese anillo en el dedo anular lo siento pero no es difícil de disimular, en alguna ocasión sé que había platicado con Duncan acerca de que la extrañaba pero tenía miedo de dar el siguiente paso, pero ese es un mensaje claro de que la quiere en su vida y que valió más el amor que le tiene que los miedos a los que se podía enfrentar, al final una pareja es para enfrentar todo eso juntos.

Como lo suponíamos Gabrielle y Albert llegan juntos y la falta de lápiz labial en la boca de ella cuando portaba un tono rojo intenso me hace suponer que hubo una buena reconciliación y me da gusto por ellos, ambos se extrañaban pero ninguno de los dos era capaz de decirlo en todas sus letras, los dos esperaban que el otro diera la iniciativa.

Terrence viene junto a una chica de cabello negro y hermosos ojos que no logro diferenciar si son verdes o azules, la chica es espectacular, y nos saluda efusivamente a todos, observa al rubio de una manera tan especial que me da una chispita de celos, no como pareja, para nada, Adrien se acerca a ellos para saludarlos.

—Hola tío
—Hola Adrien, te presento a una amiga.
—Hola —le dice la amiga
—¿Cuál es tu nombre? —pregunta mi bebé.
—Alelí ¿y el tuyo?
—Adrien.
—¡Eres un bebé muy lindo! Eres como una miniversión de tu tío.
—Si, bueno... dicen que lo que no has de querer en tu casa lo has de tener, así que pregúntale a mi hermano. —responde el ojiazul y Duncan solo se ríe.
—Si, bueno... sigo diciendo que Chad era mi hermano favorito, esta versión de él me hizo sufrir bastante. —Terrence le susurra algo al oído a Alelí y ella sonríe hacia nosotros.

El ruido cesa cuando aparece Gustavo junto a su esposa para darnos la bienvenida a su restaurante.

—Buenas noches —los meseros comienzan a darnos algunas copas a los invitados —antes que nada quiero agradecer a todos por su compañía en esta noche muy especial para mí, hace algunos años, cuando tuve la oportunidad de conocer Londres por primera vez me enamoré de la ciudad y de muchas cosas que hacían especial este lugar, fue Louis Berry quien plantó en mi esa semillita de, deberías de poner un restaurante de comida mexicana y se quedó permanentemente en mi esa idea hasta que mi esposa —la señala y ella le sonríe mientras carga a su bebé —me dijo que si era mi sueño, podríamos hacerlo realidad, con un bebé en camino, era arriesgado comenzar de cero, pero su ayuda, la ayuda de mis amigos, y haber encontrado un buen socio, hizo que esto se convirtiera en algo tangible, Duncan —carraspea la garganta —también deberías de venir acá, junto a Leilany, ustedes son una parte muy importante de esto.

Duncan toma mi mano y me jala hacia donde está Gustavo y su familia, veoa André hacer un puchero en cuanto ve que me alejo de él, pero Abby loentretiene haciéndole muecas.

—Gracias Gustavo, al igual que él también quiero agradecer a todos por serparte de este momento tan especial, pero yo no soy el socio —sonríe —tu sociaes mi esposa, es un regalo especial por darme una familia, por darme treshermosos hijos
—Y los que faltan —grita Albert.
—Mira quien habla —responde mi esposo. —el que de pronto desapareció con laesposa —todos se ríen y solo veo como Gabrielle y Albert se sonrojan al mismotiempo.
—Leilany es para mí... la mayor de mis fortalezas, la mujer que me ha hecho desdemuy niño querer ser la mejor versión para ella, para ser digno de esa mujer tanespecial que era y es para mí, no ha sido fácil, estar aquí y tener la familiaque tenemos el día de hoy, créanme no ha sido fácil, ha sido como una montañarusa entre tenernos, dejarnos ir, y muchas experiencias gratas y no, al finallo que tenemos lo hemos forjado con mucho amor, paciencia, lealtad y confiandoen el otro, me hizo convertirme en papá hace 4 años de un niño que es unaadoración, que aunque físicamente es mi hermano, tiene toda mi personalidad, yhace dos meses me sorprendió teniendo al hermoso bebé que carga mi mamá queacepto tiene mamitis, y hace un mes una semana, me dio a la princesa que duermeplácidamente, así somos de efectivos —guiña el ojo y besa mi frente. —tú me hasdado la dicha de ser el papá de estos tres encantadores niños, regalarte unaparte de un restaurante que también deseabas porque sé lo mucho que Gustavo temostró de la cultura mexicana y lo mucho que me hablabas de ella, y de lostacos que sé que serían una buena dupla, Sofía —dice refiriéndose a la esposadel moreno —y yo seremos muy felices al ver lo lejos que llegara este sueño,Felicidades Gustavo y Leilany.

Me siento impresionada, no sabía que tenía esto planeado para mí, que me queríasiendo parte de esto, y Duncan siempre encuentra la manera de convertir todo enun momento tan especial, en hacerme sentir a mí la mujer con más suerte en elmundo por tenerlo en mi vida.

—Así que cortemos el listón —dice el moreno acercándose a mí con unas tijeras.

Me toma de la mano y ambos sostenemos las tijeras para darle inicio a esterestaurante, a una amistad duradera como la de Gustavo y su hermana, así comoSofía y su bebé que son parte ya de la familia, la gente rompe en aplausos y unllanto nos hace a todos girar hacia una carreola, una pequeña llora con todassus fuerzas, sonrío frente a todos y corro hacia mi pequeña, quien hace unpuchero y llora con tanto sentimiento, la niña es delicada, han interrumpido susueño de belleza, la tomo entre mis brazos y beso su frente.

Y así viendo a todos nuestros seres queridos tan cerquita de mí siento que todoha valido la pena, cada una de las cosas que han sucedido me han traído hastaeste momento de mi vida, siendo feliz y totalmente plena, mi rostro se llena delágrimas de felicidad, porque al final, como dijo Duncan no fue fácil, en eltrayecto muchas personas se han ido de nuestras vidas para siempre, y handejado un vacío grande en nuestros corazones, partieron, pero dejaron una partede su esencia en nuestras vidas junto a las más grandes enseñanzas, mejorandola versión de nosotros mismos.

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¡Ya solo nos faltan los capítulos finales! 

Espero les haya gustado este maratón nos leemos hasta el pronto

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