Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33.

Tal vez la petición de Christian no sea tan descabellada después de todo. Me asegura una estabilidad económica y la seguridad que necesito a un precio demasiado alto.

Mi corazón.

Terminaría enamorada de Christian, tal vez viéndolo rehacer su vida con otras mujeres si lo que tenemos no funciona. O peor, tendría qué vivir sabiendo que no puedo amar a nadie por mi bien.

En ambos casos, estoy jodida.

Pero al menos tendría a mi bebé para ser feliz. Christian y yo reconstruiríamos la familia que perdimos y nos aseguraríamos que nada le falta a nuestro bebé.

Un mundo de posibilidades al alcance de mi útero.

Lo veo salir de la ducha y dirigirse al clóset para vestirse con su usual traje oscuro, tomando pequeños vistazos de su cuerpo desnudo. Hacer a este bebé será la cosa más placentera que puedo imaginar.

—Sabes... —me envuelvo en la sábana y me levanto de la cama—. Si vamos a hacer esto, necesito consultar con un ginecólogo que me dé vitaminas o lo que sea que necesite.

Se desliza la camisa por los hombros y comienza a abotonarla.

—Haré que alguien te lleve.

¿Quién? ¿El tipo asqueroso Grant?

—¿Prescott está ocupado?

Gira para mirarme y lo escucho resoplar, sus cejas gruesas fruncidas con molestia.

—Tiene cosas qué hacer. —gruñe y se gira de nuevo para ponerse el saco—. Aunque pensándolo bien, prefiero que sea él quien te lleve, vístete y baja a desayunar.

Me besa en la frente, luego sale de la habitación con pasos rápidos. Yo decido tomarme mi tiempo yendo primero a la ducha, luego eligiendo ropa cómoda para salir y peinar mi cabello.

Entonces bajo, encontrando solo a la señora Jones en el comedor sirviendo mi plato.

—¿Christian se fue? —pregunto solo para confirmar.

—Si, señorita Steele. Prescott la está esperando.

Ella asiente y me deja sola para tomar el desayuno de fruta, jugo y omelette, todo parece demasiado saludable para mi gusto. Antes de que termine mi bebida, Prescott aparece por el pasillo.

—¿Lista? —sonrie como siempre lo hace.

—Si. —me bebo todo el jugo—. ¿A dónde vamos?

Prescott lo confirma con otra de sus grandes sonrisas.

—El señor Grey me dijo que necesitas ir con el ginecólogo, así que estamos saliendo justo ahora, su asistente ya avisó a la clínica.

Oh.

Qué eficiente.

—Estoy lista. —me levanto de la silla con las manos vacías porque no tengo bolso, móvil, llaves o dinero.

Ambos subimos al auto, me pongo el cinturón de seguridad y nos dirigimos al centro de Seattle. Me siento un poco rara teniendo a Samuel conmigo, y admito que lo extrañé.

—¿Haces esto muy seguido? ¿Llevar a las chicas del señor Grey al doctor?

Sam se ríe.

—No. Normalmente solo se quedan una noche y Gail las corre por la mañana, así que no lidio mucho con ellas. Lo que me hace suponer que el señor Grey te está conservando y asegurándose que tienes un método.

—¿Conservándome? —chillo—. ¡No soy un perro! Y estamos teniendo un bebé.

Prescott deja de acelerar el auto y gira para mirarme con las cejas arqueadas sobre sus lentes oscuros.

—¿Estás embarazada?

—¡No! Pero lo estaré pronto, es lo que Christian quiere.

Él tiene esa mirada de incredulidad grabada en su rostro, lo que tal vez no sea una buena señal.

—¿Christian Grey quiere tener un hijo contigo?

—Si. —confirmo—. Aparentemente, de todas las mujeres que ha conocido, soy la que eligió para tener a su heredero. ¿Es eso extraño?

Sam se recompone y vuelve a acelerar, llevándonos en el tráfico de la mañana hasta una clínica de especialidades. Estaciona en un espacio libro y toma mi mano antes de que baje del auto.

—Escucha, Ana. Si lo que dices es cierto, tengo algo muy importante qué decirte. —se quita los lentes para mirarme a los ojos con mucha seriedad—. No le digas a nadie más sobre esto, de ser posible, mantenlo en secreto.

—¿Por qué? —ahora siento curiosidad.

—Porque Christian tiene enemigos, muchos. Incluso dentro de su misma gente hay personas que esperan obtener algo de él, algo que un hijo de Grey podría quitarles.

Oh, mierda.

—Yo no pensaba decir nada hasta que fuera un hecho, pero... —balbuceo—. Creo que tienes razón.

Prescott me mira una última vez antes de bajar del auto, mira con atención a si alrededor y entonces viene a abrir mi puerta, su actitud poniéndome un poco ansiosa. Y paranoica.

Entramos a la clínica y nos dirigimos al segundo piso donde la ginecóloga se encuentra, Prescott hablando con la recepcionista cuando nos detenemos frente a ella.

—Tenemos cita con la doctora Greene, ella nos está esperando.

La chica revisa en la agenda por algún espacio libre y nos sonríe.

—¿Eres Ana? Tengo una cita de último minuto hecha para Ana.

—Soy yo. —asiento. La enfermera nos echa otro vistazo.

—Ana Prescott. —dice Samuel—. Lamento que mi asistente no le diera los datos completos.

La chica nos mira una última vez, luego garabatea el nombre que dio Samuel en una tarjeta y señala la puerta.

—Su tarjeta de citas, señora Prescott, pasen por favor.

Miro a Sam, preguntándome si va a entrar conmigo y me sorprende ver que toma asiento en una silla de la sala de espera. Abro la puerta del consultorio y entro, observando a la mujer detrás del escritorio.

—Buen día, soy Ana. Estoy aquí porque estoy planeando embarazarme pronto.

La doctora sonríe y anota algo en un expediente, toma la tarjeta que me dio la recepcionista y anota el nombre Prescott en las hojas. También me hace muchas preguntas sobre mi recién iniciada vida sexual.

—Parece estar en buena forma, señora Prescott. Le ordenaré vitaminas y haré un examen general para conocer su estado de salud antes de que se vaya, eso debería ser suficiente para garantizar las mejores condiciones para un bebé.

Oh, Dios. De verdad estoy haciendo esto por Christian. Pero si solo es por él, ¿Por qué carajos estoy yo tan emocionada?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro