Y de toda la dicha que se reparte día a día en este nuestro mundo la daría yo entera sólo por mirar, cuando me miras, que es lo que tu mente imagina. Acaso como un niño travieso escondes ese precioso secreto del que yo quisiera hacerme cómplice. Mas no me queda otro remedio que aguantar, mirarte disimuladamente y nada más, porque sé que tras la tormenta llega la calma, mas el vendaval de tus ojos oscuros no refleja más que la oscuridad del interior de un pozo, un pozo en el que me estoy ahogando en busca de la verdad. De esa certeza indudable de que al pensar te viene mi imagen.
Te he observado mientras me mirabas a hurtadillas, como un ladrón en busca de su botín. Yo, tesoro y tesorera te pillé fisgoneando, ¿Y que hice? ¿Te dejé? ¿Te seguí el juego? ¿Me marché? No,te aguanté la mirada, tus ojos buscaron mis labios, tus pupilas dilatadas de la emoción ¿Correspondí a tu deseo? ¿Desaté mi pasión? No. Di media vuelta, guardé mi corazón, conservé mi dignidad y a mi amor lo mandé a pensar a un rincón. Pero sigo viva y sé que también lo estás tú ¿Que más puedo pedirle al mundo? Sé que tengo tu corazón, aún habiendo perdido el mío, ya no me quema la desazón, y aunque siga sola, en mi pecho sobra sitio para otra canción, así que susurra bajito, no despiertes a la razón, pues si nos pillara esta noche, llamaría a mi corazón, y no quiero más reproches. Dejémonos ser, tu mi musa y yo tu poeta, te llenaré de versos, sangraré cada estrofa y cuando terminemos nuestro dueto, prometo que no nos sobrarán notas.
Sólo un verso más, uno de recuerdo para esta noche de soledad en la que mi cama está fría y en mi pecho no late sino esa frialdad, calientame con un verso, a cambio te daré nombre, vida, alma y cuerpo, pero quédate a mi lado, que la noche es joven y tus besos callados, así nadie se entera, de que mientras tu miras y en nada piensas, yo que no hago mas que pensarte, sin saberlo, te estoy convirtiendo en una obra de arte.