Capítulo 18: Casi, pero la cagué 3
Puta que amo al negro. Ni se notaba el moretón de mi ojo que se deshinchó con el paso de los días. Yo iba en serio con lo de los completos. ¿Qué? ¡Soy pobre! Aparte, así veo como mi wacha abre la boca para... Okya. El punto es que soy pobre y las bebidas de Fruna son amor, son vida. Y la Pauli no pareció molestarse con la propuesta, lo vio como algo normal.
Bien.
De milagro, me dejó saludarla con un beso en la mejilla, eso me hizo estremecer de emoción.
Me puse todo poético y marica, pls.
No quería incomodarla con eso, ella era tímida, prefería contarle estupideces con el objetivo de hacerla reír y me resultó de puta madre, es tan tierna... Igual era medio flaite tener una cita en un local de comida rápida con sus wenos tocomples y bebidas de Fruna, parecíamos más amigos que cualquier wea... Eso sí, tengo una duda, ¿habrá cachao que la invité para lo que le dije que era una "broma"? Porque tan weona no es.
Debía buscar la instancia para atacar, ahhhh, ¡qué vergüenza, weon! c':
En un momento "x", casi me cago entero cuando se acercó demasiado a mí para lamerme la mejilla, soltó una risa tras eso.
— Tenías ketchup ahí, eso —explicó como si fuera la wea más normal del mundo, yo como que hice el intento de no sonrojarme pero fallé como gil que soy.
— Ah, la wea asquerosa —fingí enojarme.
— Lo dice el que trata de ligar conmigo cuando está con cagadera.
Será hija de...
— Ya, ¿tanto te gusta el ketchup que erís capaz de lengüetearme la cara a pesar de que odias el contacto físico?
— Sí —sonrió de forma burlesca.
Weena, ¡se me vino un plan!
Saqué un poco de ketchup y me lo puse sobre los labios, un poquito no más. Alcé las cejas de modo coqueto y ella se cagó de la risa.
— ¿Me estai conchatumadreando? —se alejó un poquito de mí, negué.
Ella miró para todas partes y se acercó a mí, sentí cómo mi estómago se revolvía por lo muy cerca de mí que se encontraba, ahhhh, ¡me muero! Lamió mis labios y se rió con delicadeza, pucha, ¿lo hago o no? Me da cosita, no quiero que me dé una cachetada ni nada.
Ahh, ¡pico con la wea! ¡Me tiro a la piscina no má, se vive una vez y qué tanto!
La agarré de la nuca y le chanté el beso, cara 'e palo, cara 'e raja. De inmediato, ella se quedó rígida como piedra sin saber qué hacer, yo, bien tímido, continué con ese gesto y me sorprendí en el instante en que me siguió el juego también.
Literal: era mi primer beso y con alguien que me gustaba, lo mejor es que no me rechazó.
AHHHH KEMOSION, WEONA
Estaba nervioso a tope, no sabía si lo hacía bien o no, aunque, como no me ha apartado de encima, supongo que iba bien, ¿no?
Creo que ni siquiera había dado un piquito antes—Kerry en borracheras no cuenta :'v—, menos un beso con lengua y todo, me siento como un hombrecito grande.
Ah, khe?
El amor me pone weon, disculpen </3
Al separarnos, al mismo tiempo, nos reímos de forma incómoda por el suceso. No se me ocurría nada más que decir, prepárense para frases weonas que sirven para romper la tensión:
— Yo tenía razón: igual nos comimos —guiñé y ella se puso coloradita, aww.
— No le digas a nadie... —desvió la mirada hacia otra parte, parpadeé, perplejo, sin cachar ni una.
— ¿Por...?
— No sé —dijo con ironía—, tienes medio complejo de... Am, "hocicón".
— Chaa, ¿y eso? —fruncí el ceño— ¿Por qué?
— Lombardo me contó de que le decías a medio mundo lo muy preocupado que estabas por lucir perfecto este día, me parece que te gustaría también contarle lo que hicimos, ¿no?
Mierda.
— Oh, eso... —forcé una risa— Me quedo piola, ¿ok? —sostuve su mano, no mostró signos de repulsión, le besé la mano que sostenía— Si tú me lo pides, lo cumpliré.
— Por favor...
Ahh, ¡INCÓMODOOO!
— ¿Te tincaría que fuéramos a mi casa un rato? —sugerí, tratando de no quedar como un pervertido o algo.
— ¿Para...? —se veía desconfiada, pucha, a improvisar.
— Más privacidad, ya sabi, lejos de estos flaitongos —hice señas al ambiente terrible penca.
— Um, bueno, un rato no más... que no le dije a mi mamá que saldría por tanto rato.
Ugh, otra más que pide permiso para salir, ¿qué le pasa a esta generación tan mamona? :'v
— Ok.
Luego de que saliéramos del local, mientras caminábamos por la calle, por un segundo cerré los ojos, nervioso y le tomé la mano, esperando no recibir una cachetada. Digo, si aceptó el beso hace un rato y aceptó ir a mi casa significa que le gusto también, ¿cierto? ¿CIERTO?
Mujeres: tan complicadas. Ella no me ha dicho nada sobre lo que siente, eso es lo que me carga de que sea tan callada, que me deja con la intriga.
No se tomó tan bien el hecho de que le tomara la mano, la apartó a la fuerza. Mierda.
— ¿No?—negó—¿Por qué no?—no me respondió, siguió caminando como si nada— ¿Te da vergüenza? —asintió— Oh... pero no hay nada de qué avergonzarse —me rasqué la nuca en incomodidad—. Ya po', ¿me darías la mano? —insistí, no queriendo verme como un desesperado.
— Bueno... —y me tomó la mano, ahhh, ¡siento que me derrito!
Mierda, mierda, mierda... ¡Estoy sudando! Ah, pero... ¿no le molesta? Digo, ella hace como si nada, ¿de verdad le gusta que vayamos así o lo hace por obligación? ¡AHHH, QUE CONFUSO!
Cuando entramos a mi casa, que no quedaba lejos de allí, en un ratito llegamos... apenas pusimos pie adentro, cerré la puerta de golpe y aproveché para aprisionarla contra la pared, sin dejarle opción de salir... la puerta estaba como a dos metros de distancia, la tenía agarrada de las dos manos con gentileza, eso hizo que empezara a temblar. No quería cagarla, tenía que decírselo de una vez por todas.
— Te amo —confesé antes de besarla como correspondía.
Solté sus manos para ver qué cosa me hacía: nada... nada malo. Se aferró más contra mí en un abrazo, yo la sostuve de las caderas, profundizando el apasionado beso que nos dábamos. De verdad que me sentía contento por lo lejos que logré llegar por mi cuenta hoy, sí, es cierto que Kirk hizo que se aflojara más, no obstante, hoy rompí la tensión de una vez.
¿Podremos ir más lejos o no...?
Si pude lanzarme antes, lo haré ahora, de nuevo.
Empecé a acariciarle los pechos de a poquito, y de manera brusca, me aparta las manos.
— Para... —musitó sobre mis labios, un tanto alterada.
— ¿Por qué? —consulté siendo delicado, volví a tocarla, se negó— Por fa, déjame tocar...
— Que no... —hizo el intento de correrse para el lado, pero yo la seguía, sin dejarla huir.
— Por favor—insistí y apreté con más fuerza, ella diría algo... la interrumpí con un beso.
Y ella me empujó a la chucha con una fuerza sobrenatural, sin darme cuenta, me dio la senda cachetada en todo el hocico y para rematar: rodillazo en las bolas.
Conchetumare...
Caí al suelo dolorido y ella escapó de mi casa, corriendo a toda velocidad.
Algo me dice que la cosa muy bonita después de ésto no va a estar...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro