Capitulo 32: miedoso
Kei
Me removí incómoda en mi cama, cuando salí del cuarto del Christopher tras el ardiente encuentro que tuvimos donde... Dios.... Apretaba las piernas solo con recordarlo, no podía dormir. Las últimas noches antes de que vuelva Hyunjin habíamos dormido juntos, y ahora no podía encontrar una posición cómoda. Al final de la tarde no vimos nuestras películas porque ambos decidimos dormir por cansancio. Cosa que claramente yo no lograba conseguir.
Abrace la almohada con fuerza y trate de fingir que se trataba de él pero no tenía ni su olor ni su calor corporal.
Oí dos golpes en la puerta del cuarto, estiré mi cuerpo para tomar mi celular y ver la hora.
23:10 pm
Me levanté de manera perezosa y abrí la puerta encontrándome con Christopher. Sus manos fueron a mi cintura y me empujaron hacia atrás.
—¿hola? —reí y él besó mi frente.
—Hola, yo umm... no podía dormir —sonreí ñ.
—Yo tampoco, vamos a la cama —tranque la puerta tras de él y tomé su mano para arrastrarlo a la cama.
Agradecí su falta total de remera y lo abracé en cuanto estuvimos en la cama, esto si era un lujo, acaricié con mi mano sus abdominales marcados y los repasé antes de suspirar y dormir.
...
Volví a perder en mi juego, gastando mi ulima vida, debia esperar 8 minutos para volver a jugar. Gemí en protesta y estiré mis brazos hacia arriba estirándome por completo, giré para mirar a Cristopher, el seguía rodeando mi cintura con su brazo, sus ojos se conectaron a los míos.
Habian pasado cuatro meses, cuatro meses desde que no paso una sola noche sin el, en su cuarto o en el mio, pero juntos. Hyunjin aun no sabía de lo nuestro, no sabría ni como definirlo, ni si quiera necesitaba un título. Habiamos tenido nuestros encuentros fugases y dormíamos juntos, pero Christopher era 0 contacto fuera del cuarto.
—¿Ya no vas a jugar? —preguntó y yo coloqué mi mano sobre su brazo, lo acaricié con mis uñas.
—perdí, debo esperar a que recarguen las vidas —refunfuñe y el besó mi nariz.
—¿Ya me harás caso? —preguntó y yo sonreí.
—¿Jugamos a las preguntas? —el asintió, sus oyuelos se marcaron —empieza.
—¿Cual es tu color favorito? —preguntó y quise reir, tenía en mente otras preguntas ¿Cómo me enamoré de un chico tan tierno e inocente?
—Rojo, ¿cual es el tuyo?
—Verde, ¿Pelicula favorita? —preguntó y quise reir otra vez.
—Realmente no tengo, ¿cuándo besaste por primera vez? —pregunte algo leve para cambiar el rumbo, el frunció los labios, pareció pensarlo.
—Yo... a los 19 —murmuró avergonzado.
—¿Porque? —pregunté y el negó.
—Me toca, ¿A que edad besaste tu? —preguntó con timidez y yo mordí mi labio pensándolo.
—Creo que los 15, Hyunjin casi asesina al chico —me burlé y el asintió —¿tu primera vez?
—Kei —siseó y sacó su mano de mi cadera para tapar su rostro, yo reí.
—Es curiosidad.
—Tu juego te espera, volteate —me miró a traves de sus dedos.
—No quiero jugar mas —murmuré , tome su mano y la quité de su rostro para llevarla a mi cadera nuevamente —responde.
—Mm fue a los 20 —murmuró.
—¿Poco despues de debutar? —el asintió.
—¿tienes miedo a algo mas? —preguntó cambiando de tema, yo sonreí.
—solo cucarachas, los truenos cada vez menos ¿Tienes algun fetiche? —pregunté , el pareció procesar mi pregunta y se sonrojó.
—Kei —empezó a decir.
—Si no, solo di no —me reí y se sonrojó aun mas, yo enarqué una ceja —¿Cristopher?
—Yo... siguiente pregunta —abrí la boca sorprendida y me enderecé.
—¿Tienes un fetiche? ¿uno sexual o algo?
—Yo... no lo llamaría fetiche, no no es fetiche —se corrigió.
—Tienes una fantasia —aseguré, el tema ya me emocionaba —dime dime.
—No Kei, no hablaré de eso contigo.
—¿Porque no?
—porque no, eres muy pequeña
—Tsh, no me ves pequeña cuando estamos... —me miró con reproche y yo me burlé —dime y dejó de molestarte con las preguntas.
—Es que no puedo decirte.
—¿Es muy raro? —mi mente empezó a maquinar cosas extrañas, reí ante la idea de imaginarlo con una obsesión hacia los ombligos o una atracción hacia el dedo pulgar del pie.
—No, creo que no, pasa que tu... —empezó a decir y mi mente se detuvo, su rostro se había vuelto completamente rojo, queria morderlo por ser tan tierno, aun no entiendo como me enamoro.
—¿Yo que?
—Fue tu culpa —dijo sin mas y yo abri la boca sorprendida nuevamente.
—¿Te cree una fantasía?
—Ya te respondí, vuelve a jugar —murmuró, iba a girarse pero lo detuve cuando estaba boca arriba, me subí sobre el.
—Kei —empezó y yo puse mis brazos a los costados de su cabeza, me acerqué a su rostro y puse mi peso en su cadera.
—Dime —sus manos fueron a mi cadera —si yo cree algo seré responsable en cumplirla —susurré provocándolo.
—Eres manipuladora, esta distrayéndome.
—Dime Cristopher, ¿Que es lo que quieres de mi? —el me miró unos segundos remojó sus labios e inesperadamente llevó una mano a mi cuello, lo presionó un poco y me cerco mas, gemí por el asombro. Amaba cuando hacía esto.
—Despues de verte bailar red ligts la primera vez, no dejo de pensar en lo sexy que te veias —murmuró con voz ronca, sentí su aliento, ¿En que momento se convirtió en esto?
—¿Quieres atarme? —pregunté.
—Si. Quiero hacer demasiadas cosas contigo —Sentí el cuerpo caliente al imaginarlo.
—Por eso estabas tan salvaje luego de aquella practica —bromeé recordando ese dia —¿Que te detiene? Soy tuya —susurré y sentí su cuerpo tensarse debajo de mi.
—Repitelo —ordenó, me estremecí solo por su voz, me fascinaba todas sus facetas, de tierno a caliente en segundos.
Sentí como su miembro se despertaba bajo de mi y no dudé en moverme sobre el, la fricción era deliciosa.
—Soy tuya Cristopher —el gruñó antes de acercarme a su boca y besarme con desenfreno, volteó nuestros cuerpos y me presionó a la cama, gemí al sentirlo contra mi nuevamente, su cuerpo desnudo estaba caliente, mis pechos se aplastaban bajo suyo, mis dedos se enterraron en su cabello y la mano que no lo sostenia empezó a bajar de mi cuello.
—¿Solo mía? —gemí al sentirlo presionándose por mi, mis caderas buscaban las suyas con desesperación.
La puerta sonó rompiendo nuestra burbuja, Cristopher se tensó, envolví mis piernas en el evitando que se aleje.
—Chan —era Hyunjin.
—Sueltame —susurró apurado y yo bufé.
—no, termina lo que empezaste —susurré.
—Tu hermano esta del otro lado —gruñó cuando lo presioné a mi rozando nuestras partes, lo miré molesta. No mentiría, me había vuelto adicta a su cuerpo y no dejaría que se escape cuando ya esperaba por su toque.
—Chan —volvió a llamar.
—finge que estas dormido —pedí y el negó —Bien, entonces saldré yo.
—No, no se enterara asi —me dio un beso corto —¿Necesitas algo?
—No encuentro a Kei —puse los ojos en blanco al oírlo.
—Seguro salió a tomar aire o estará con Changbin, tranquilo —Cristopher luchó por separarse, envolví mis brazos a su torso evitándolo, su piel seguía caliente.
—O quizas esta teniendo sexo —susurré para molestarlo y el tapó mi boca con su mano.
—Voy a ver —responde y escuchamos sus pasos alejarse.
—¿Seguimos? —pregunto sonriendo de dientes y el rie.
—No, ve a tu cuarto —hice un puchero y el salió de encima.
—Tus niños se estan acostumbrando a interrumpirnos —digo y el vuelve a reír.
—Vete.
—Claro como ya llego el marido, nunca fui yo la que me escondía bajo la cama y esas cosas —hice drama mientras me arreglaba mi ropa. Me levanté y rebusqué en su ropero un pantalón mío.
Este último mes habíamos mezclado nuestras ropas, él tenía ropa mía en su ropero y yo suyas en el mío, al comienzos solo era porque encontré cierto hobbi robándole remeras para dormir, pero al final había veces que nuestra ropa se mojaba o ensuciaba o simplemente por más comodidad y ya la teníamos a mano en el cuarto del otro.
—Ire mas tarde a tu cuarto, aún es muy temprano para dormir, preciosa—dijo aun con su sonrisa puesta.
Acarició mi rostro al pararse frente a mi y suspiré, amaba ese apodo, lo usaba solo aveces cuando estábamos solos y me fascinaba, nunca fui amante de los apodos y cosas tiernas pero con Christopher todo era nuevo.
—No lleves remera —bromeé y el rio negando, me dio un beso y salí de su cuarto.
...
—Hey —saludé a Hannah, ella se acercó hasta abrazarme, no la veía desde el parque.
—¿Como estas?
—Bien —sonrei, los chicos estaban jugando en la sala —debo retirarme.
Todos giraron a mirarme.
—¿A donde vas? —preguntó Hyunjin, miré a Cristopher, estaba confundido también, había olvidado comentarle, es decir ¿Eso se hacía en una relación?
—Tengo una junta con Su-ji y Jake Lacrost.
—Wow, Jake ¿Enserio? Ese chico es hermoso —asiente Hannah.
—¿Quien es? —pegunta Changbin.
—Es el dueño de la empresa Dreams Sing, el de los Shows —explica Hannah y yo asiento, ellos hacen un sonido reconociéndolo.
—¿quieres que te lleve? —pregunta Cristopher y yo niego.
—Su-ji esta en camino —Minho molesta un poco a Cristopher, casi rio al verlo rodar los ojos.
En estos meses Chan había estado controlando sus celos, aparentemente nunca los había experimentado, entonces no sabía como controlarlo, lo habíamos hablado, el solo suspiraba enojado cuando me lo contaba (ya que le pedi que eso hiciera cuando se sintiera mal) y mi reacción era llenarlo de besos, era jodidamente tierno para mi verlo a si, no es que me guste verlo celoso, sin embargo era simpatico verlo aun mas molesto cuando yo lo besaba estando así, parecía un niño.
—¿Quien es? A el no lo ubico —pregunta Hannah.
—El novio de Kei —Bromea Changbin, Cristopher no disimula su mueca y Minho y Han rien al verlo. Hannah me mira y yo niego repetidas veces.
Quería que Cristopher se deshaga de sus celos de otras formas mas interesantes, mordí mi labio cuando mi mente maquino cosas.
—Es un amigo —oi la bocina de la moto de su-ji, termine de despedirme entre las bromas de los chicos y salí.
El camino se hizo corto gracias a la moto, el trafico nunca había sido un problema gracias al cielo porque mi paciencia no daba tanto.
Bendita moto.
—Bien, ya sabes que hacer, solo se tu —dice Su-ji mientras caminabamos por el largo pasillo. Traté de acomodar mi cabello que fue desacomodado por el viento en el camino.
Fuimos guidos por una mujer hasta la oficina de Jake. El estaba sentado en un gran escritorio, su cabello marron estaba sujeto en un rodete y tenía la camisa desprendida hasta casi la mitad del pecho, y su colonia ya llegaba a mi nariz y apenas habíamos entrado.
—Preciosa Kei, por fin me concedes el honor de verte en persona —sonríe.
—Un placer conocerlo Jake —saludo, codeó a Su-ji al oirlo resoplar.
—Créeme que el placer es todo mio, sientense por favor —ambos obedecemos acercándonos.
—Querías hablar con kei acerca de su presentacion ¿Verdad? —habla Su-ji después de unos segundos ya que Jake quedo en silencio observándome.
—Si, Dios, es que estabas preciosa, antes y ahora — sonreí de boca cerrada —tu voz dejó deslumbrados a todos, te ofrezco unirte a la firma y ser una invitada recorrurrente en los shows.
La pierna de Su-ji empezó a templar debajo de la mesa.
—¿Eso que implica? ¿Que debo hacer? ¿las condiciones? ¿Y cuanto dinero? —pregunté y Jake sonrio, tenia un piercin extraño bajo el labio.
—tranquila preciosa, Su-ji, en el pasillo a dos puertas esta mi abogado, ¿Quieres llamarlo? —giré a mirarlo, frunció el ceño, giró a mirarme esperando mi dirección y yo asentí.
—Claro —respondió con la mandíbula presionada.
Apenas Su-ji salio, Jake se levantó y rodeó la mesa hasta sentarse sobre a ella, justo frente a mi.
—Las condiciones son las normales de cualquier otra firma, cuidar la imagen publica, tendras limites en las salidas y bebidas en público, de dinero hablamos de mucho, mas si triunfas, seras una Idol —su mano fue a mi cabello, tomó un mechon, casi me da escalofríos, odiaba que lo hicieran, todos menos Cristopher. Alejé mi cabeza causando que mi cabello salga de entre sus dedos.
—Y dime Kei, ¿Sales con alguien?
—No es relevante.
—Lo es si seras de la firma, cuando Su-ji me habló de ti pense que exageraba hasta que te vi en escena y desde entonces no dejo de pensarte, eres ... eres una diosa —susurró , suspiré antes de retroceder mi silla y levantarme
—me encantaria formar parte de la firma sin embargo no estoy dispuesta a estar en un ámbito laboral donde mi jefe sienta atraccion, no es profesional, así que puedes mandar el contrato por Su-ji y yo me lo pensaré —Sonrío antes de voltearme.
—el dinero tiene muchas cifras y si llegas a conocerme se que puedo gustarte —dice y me giro a mirarlo.
Que descarado.
—No eres mi tipo —el sonríe como si eso fuera un chiste y yo salgo del cuarto.
—No hay ningun maldito abogado —bufa Su-ji alcanzándome.
—No importa, vámonos.
—¿firmaste el contrato? —yo rode los ojos.
—Claro que no, no me cae bien.
—los jefes normalmente no suelen caernos bien —dice casi deletreandolo, caminamos hasta su moto.
—Lo se tonto, vámonos.
Su-ji me llevó hasta casa sin objetar nada, me despedí de el al llegar y entré a la casa en silencio, Cristopher estaba en la sala con la tele prendida.
—¿Y Hannah? —pregunté, el levantó la vista.
—Atiende una llamada, ¿Que tal tu reunion?
—bien —murmuro acercándome a el para besarlo pero aparta su rostro. Abro la boca fingiendo estar ofendida.
—Aqui no, aqui no —mira a todos los lados y yo rio, me senté en un extremo del sofa y puse mis pies en su regazo .
—Tsh tu eres un miedoso —bromee, Cristopher aprieta mis pies y me mira.
—Claro que no —refuta.
—Lo eres Channie.
—No me digas channie —su pulgar acaricia mi pierna.
—Los chicos te dicen Channie, Channie —lo molesté y miro la tele por curiosidad, veía nuestro programa.
Una parte de mi estaba enojada por el estupido Jake, ya sabia que en la industria iba a encontrar imbeciles asi, pero no pensé que justo el seria uno.
—Tu no me dices Channie, en definitiva no soy Channie para ti —se queja Chan distrayendome de mis pensamientos, era tan fácil ser feliz a su lado.
—¿Y como quieres que te diga babe? —sentí su mirada mas intensa sobre mi, se había sonrojado, yo rei —¿Babe? ¿Honey? ¿Amor? —seguí molestandolo, su rostro se puso rojo, llevó sus manos a su rostro para cubrirse.
—basta —Me estiré hasta el para retirar sus manos.
—esa es nuestra diferencia, dijiste que yo doy todos los primeros pasos porque asi lo quiero, pero solo voy y digo lo que quiero, tu te limitas, miedoso —lo reté recordando sus palabras y el suspira.
—¿Que pretendes que haga? ¿Que rompa todas las reglas y las tire por la borda?
—Si eso es lo que quieres hacer, si Cristopher —lo llamé y el me miró.
—Ya no se si me gusta Cristopher —rió y saco aire por su nariz.
—¿Me quedo con Channie? —dije en broma, me volví a acostar en el sofa, el apartó mi pies de su regazo y yo hice un puchero —¿Que...?
Me detuve en el momento en el que se trepó a mi, me sentí pequeña en el sofa, sus brazos estaban a los costados de mi cabeza.
—oh mierda —murmuré y el me miró.
—No soy un miedoso —refutó mirándome —quédate con todos los apodos que quieras.
—¿El que yo quiera? —traté de bromear, mi corazón empezaba a golpear mi pecho y mis manos temblaban —incluso si te digo amor o...
El me interrumpió con sus labios sobre los mios, gemí ante su brusquedad y rodee su cuello, ya no podria acostumbrarme a estar sin sus labios, mordió mi labio y su lengua no tardó en acariciar calmando el dolor.
Abrí las piernas dejando una a cada lado de su caderas y el se apretó contra mi, estaba tan duro que el gemido que salió de mi boca no pudo callarlo, volvió a presionarse contra mi y jadeé. Lo necesitaba toda costa.
—Oh shit...
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