Capitulo 29: Enojada
Acaricié su espalda desnuda, habia despertado hace una hora y no podía dejar de verla, de apreciarla y de seguir deseándola, era hermosa, en todo su esplendor.
Ella abrazaba una almohada, estaba boca abajo y su cabello rosado estaba esparcido a los lados, vi algunos lunares esparcidos en su espalda, quería besarlos otra vez.
—Otra vez—pensé y sonreí como tonto recordándolo.
Ni siquiera tenía forma de describir como me sentí, recordar sus gemidos, él como se estremecía, el sabor de su piel... relamí mis labios y suspiré antes de mentalizarme que debía levantarme o la despertaría solo para volver a empezar.
La tapé un poco más antes de levantarme, me puse ropa y salí de mi cuarto, caminé en silencio hasta la cocina, seguía sonriendo como bobo, lo sabía. Empece a preparar el desayuno para ella. No podía quedarme para verla despertar con sus ojitos brillosos y pequeños y poder apreciar su desnudes unos segundos más pero por lo menos podía saber que al despertar sonreirá como yo lo hacía.
—Buenos dias —Minho saluda y yo me sobresalto, contengo la respiración y sigo batiendo el cafe, no quería girar a mirarlo, él tenía poderes psíquicos, yo lo sabía.
—Buen dia —murmuro, me sentía pequeño cuando se trataba de el, estoy seguro de que puede leer mi mente.
—¿Quieres un consejo? —giré a mirarlo, sus ojos parecían atravesarme, tenía esa típica mirada de que algo tramaba, con lo ojos entrecerrados y la sonrisa lobuna.
—¿Para batir cafe? —sonrío y el empieza a sonreír de forma aun mas burlona.
—La proxima, desvistanse en la pieza —su sonrisa siguió creciendo y yo sentí cada músculo de mi cuerpo tensarse, mi respiración se detuvo, mierda. Había olvidado por completo que empezamos a desvestirnos en la sala.
—Minho... yo ...
—No te preocupes, ya junté la ropa, ve a llevarle el desayuno, seguro muere hambre —sonrió con burla y yo seguí en lo que estaba haciendo antes, fingiendo que no paso nada —oh y también...
—dime.
—No olvides el contrato de confidencialidad —yo dejé de batir para volver a mirarlo.
—No es necesario con ella —dije serio y el presionó los labios. Sentí mi mandíbula tensarse.
—Solo piensas eso porque te gusta, no pierdes nada con darle el contrato, es obligatorio Chan, todos pensamos lo mismo al día siguiente pero por algo es necesario —yo asentí lentamente y el se retiró.
Terminé y volví a la habitacion, ella seguía igual, en la misma posición.
Dejé la bandeja con el desayuno en la mesa de luz y fui a mi armario por una remera. Saqué el contrato de uno de los cajones, realmente había sido una copia que me sobró de las que repartí a los chicos, yo había usado el dichoso papel quizás una sola vez en mi vida.
La miré un rato más, era innecesario dárselo pero sabía que los chicos quizás podían sentir lo mismo con otra chica y debían hacerlo por seguridad.
Lo dejé junto al desayuno, escribí una rápida nota y me vestí por completo para salir a la empresa a ver unas grabaciones y luego ensayar junto a los chicos.
—te traje el desayuno —susurré en su oído y ella jadeo —come antes de que se enfríe preciosa.
—No. Quédate más —gimió y estiró su mano en busca de algo para agarrar.
—Debo ir —me hinqué nuevamente para acercar nuestros rostros y ella hizo un puchero aún con los ojos cerrados.
—Christopher —pidió y sus brazos rodearon mi cuello para acercarme más a ella, yo reí y dejé un beso en su nariz.
Abrió sus ojos con algo de pesadez y pareció tratar de enfocarme, sus ojos oscuros eran mi completa perdición. Quería verlos toda mi vida.
—Déjame ir —Reí y ella volvió a gemir en protesta.
—¿Puedo extorsionarte con sexo? —Sentí el cuerpo entero caliente y me tentó pero no haríamos nada con los 5 chicos restantes en la casa.
No solo porque la vergüenza me comería vivo, sino porque me negaba a que alguien que no fuera yo la escuchara gemir. Ese dulce sonido solo debía ser oído por mi.
—Luego preciosa —Susurré y ella sonrió.
—Me conformo con el luego —dejó un beso en mis labios y yo sonreí, me hinqué para meter mi rostro en su cuello, aspire su olor y bese su cuello antes de separarme y salir del cuarto.
Hoy nada arruinaria mi día.
Salimos con los chicos al ensayo, al finalizar de bailar sentí mi cuerpo agotado pero seguia igual de feliz.
—Estas muy feliz —rie In entre mis brazos, lo dejé ir después de tenerlo así unos minutos.
—Siempre soy feliz —sonrío con ganas de volver a la casa para besar a Kei, tras algunas bromas con los chicos volvimos a casa, queria disimular las ganas de ver a Kei, de abrazarla y quizás robarle más de un beso. La idea ya empezaba a emocionarme aún cuando moría de vergüenza por ello.
—vomitare si sigues manejando asi ¿Que le paso al Chan anciano? —se queja Seungmin sosteniéndose de la manija del auto.
Llegamos a la casa y traté de no correr a mi cuarto. Dejé mi termo en la mesada y caminé "disimuladamente" a mi cuarto.
—¿Cocinamos? —me grita Minho.
—Si si, ya vuelvo —entro apresurado a mi dormitorio, la cama estaba tendida, Kei no estaba, el contrato estaba en el mismo lugar, las cosas del desayuno ya no estaban. ¿Donde estaba ella? Una parte de mi pensó que iba a seguir acostada ahí o que quizás iba a estar parada esperando por mi.
Apenas di la vuelta para buscarla en su cuarto ella salió del baño deteniendome, me miró de reojo, abrí la boca para hablarle pero antes de emitir sonido se encerró en su cuarto ¿Que fue eso?
Volví a la cocina y ayudé a Minho a cocinar porque ya lo escuchaba gritar por segunda vez. IN nos ayudó con el jugo, Seungmin se puso a leer en el sofa y Han y Changbin empezaron a jugar algo .
—¿Kei vendra a comer? —Preguntó IN.
—La llamaré —enjuagué mis manos y caminé hasta su cuarto, con mis nudillos toqué la puerta. Ella no tardó en abrir la puerta, no se veía feliz.
—¿Estas molesta? —pregunté frunciendo el ceño y ella se adentró a su cuarto, la seguí y cerré tras de mi, la marca en su cuello desvió mi atención relajándome, si antes no tenia control ahora ni sabia el significado de la palabra. De no ser por su ceño fruncido ya la hubiera besado.
—Claro que estoy molesta —fruncí el ceño nuevamente, al igual que ella, sin entender, levante la vista a sus ojos.
—¿Porque?
—¿Un contrato de confidencialidad? ¿en serio Bang Chan? —ella se cruzó de brazos y sus pechos se realzaron, mierda, ya no puedo pensar con claridad.
—Yo... esque, es por seguridad —me excuse volviendo a ver su rostro.
—Ni siquiera queria que mi hermano hable sobre mi existencia y ¿crees que divulgaria que tuvimos sexo? —la palabra sonó cruda, no fue solo sexo.
—No es que crea que ... —empecé a decir y ella me interrumpió.
—Claro que lo crees, de lo contrario no me harías firmar ese estupido papel —bufó.
—Lo siento .
—Bien.
—¿Y ya? —ella entrecerró los ojos, quería ahorcarme, lo sentía.
—Sigo molesta, no soy una de tus chicas de por ahi —abrí la boca.
—No pensé en nada parecido a eso —ella llevó las manos a su rostro.
—Solo, dejame sola un rato —yo asentí y salí.
Esa noche volvieron Hyunjin y Felix, Kei solo salió de su cuarto para saludarlos y luego pasarse a la pieza de Changbin ¿Hice mal con el contrato?
Me acosté en mi cama y cerré los ojos, ¿Como le digo a Hyunjin que me gusta su hermana? Y ¿como demonios hago que ella deje su enojo?
Tras unos minutos preocupándome empecé a pensar en ella, en la noche anterior, sus gemidos, sus movimientos, todo en ella.
No podía dormir, me senté en mi escritorio y empecé a escribir hasta que en algun punto me dormí.
El barullo de los chicos me despertó, caminé algo somnoliento a la cocina, Kei y In jugaban algo de forma brusca y Hyunjin y Félix cocinaban. No entendía como despertaron temprano luego de su viaje.
—buen dia —saludé y In y kei se detuvieron.
—hola lider —saludó él, ella solo me miró de reojo.
—¿Panqueques? —preguntó Félix y yo asentí. Amaba los panqueques.
Kei metió su dedo en la masa y lo llevó a sus labios llamando completamente mi atención, no perdí la vista de sus labios, mucho menos de su lengua cuando una pequeña gota se deslizo a lo largo de su dedo y ella la limpio. Ay shit..
—¡Kei! —la regañó felix, yo solo podía verla en cámara lenta.
—Bang Chan —gritó Hyujin y yo me sobresalté —llevo hablandote hace un rato —rió y yo giré a mirarlo.
—Lo siento ¿Si?
—Hoy tenemos que ponernos al dia con los ensayos y musicas nuevas ¿No? —yo asenti y el miró a Kei —¿quieres acompañarnos?
—Yo me quedaré —sonrió de boca cerrada, ni siquiera giró mirarme.
—¿Segura? —Hablé y ella asintió aun sin mirarme.
Pasé parte del día persiguiendo a Kei sin resultado, yo le ofrecía algo y ella lo rechazaba pero si otro le ofrecía aceptaba, si me sentaba a su lado se paraba y si me parabas, ella se sentaba. Al final me encerré en mi cuarto y sostuve mi celular. ¿Y ahora que hago? No se como esperar a que su enojo pase.
Agarre mi celular y lo miré ¿Que hacía ahora? Miré estados de WhatsApp y me apareció una foto de Su-ji, ¿Sería raro si le consultaba a él?
Sin darle mas vueltas llamé a Su-ji.
—Sabia que querías mi numero para cuando me extrañases pero Chan no han pasado ni 48 horas, amigo —bromeó.
—Kei esta molesta conmigo —hablé y el guardó silencio.
—¿Que hiciste?
—Le di un contrato de confidencialidad —murmuré avergonzado.
—vaya forma de pedir formalización —se burló y yo presioné los labios.
—fue despues de hacer el amor.
—¿Hacer el amor? ¿Quien usa ese termino en pleno siglo veinte? Y buenos... realmente no se que decirte.
—¿Como lo resuelvo?
—Bueno, como mejor amigo no suelo fastidiarla tanto, pero puedes probar con comida, eso suele calmar a la fiera, no le gusta lo dulce asique dale cosas saladas, si no funciona hazle un masaje, y si no cede... bueno nunca llegó a tanto conmigo.
—Bien, gracias —sonreí y corté.
Salí de mi cuarto y caminé rumbo al auto.
—¿A donde vas? —preguntó Han, el y Seungmin estaban en el sofa, casi sonrió al verlos solos, ellos no solían ser una buena combinación.
Mientras Seungmin amaba el silencio, Han era fan de hablar hasta por los codos en su volumen máximo.
—Ire al super.
—¿Puedo ir? —pidió Han y Seungmin me miró.
—Yo también —alzó la mano.
Yo asentí y ambos me siguieron al auto, presentía que fue mala idea traerlos, Minho era quien salía al super con Han siempre y lo consentía y a Seungmin simplemente no podia decirle que no, no sé si por miedo o por amor.
—¿Me compras estos chetos? —pidió Han y antes de tener mi respuesta ya lo metió al carrito.
Seungmin ni siquiera me preguntaba, solo mantenia la mirada fija en mi mientras metía las cosas, y no, su mirada no era la del gato con botas, era mas como si me desafiara a quitar lo que el metía.
—¿Porque vinimos? No falta nada en casa —pregunta Han mientras yo miraba unas papas fritas ¿Sera que esto le gusta? Nunca la había visto comer realmente algo de esto.
—Tengo que comprar chatarra —murmuré.
—¿Para Kei? —preguntó nuevamente y yo hice un sonido afirmativo.
—¿Esta con.... ? Ya sabes... Andres —giré a mirarlo.
—¿Andres? ¿quien demonios es ese? —enarqué una ceja y me crucé de brazos.
—Creo que estos le va a gustar —dice Seungmin poniendo dos bolsas de mogul acido en el carrito, distrayendome de Han.
—Ew no —dice Han quintándolas.
—Bueno si no le gustan seran mías, nadie pierde —le estironea el paquete.
—Me da un tic nervioso en el ojo con solo pensar en su sabor —dice Han con cara de asco y yo meto las papitas que miraba antes. Quizás si le gusten.
Tras tener el carrito lleno de chatarra fuimos a la caja.
—¿De quien es esto? A ninguno le gusta estas barras —digo sosteniendo un par, no vi quien las metió.
—A Minho le gustan —murmura Han y yo las paso por la caja, al terminar de pagar volvimos a la casa.
—no comas eso en el auto, mancharas los asientos —digo mirando a Seugmin por el retrovisor, la sonrisa ilusionada que tenía se borró y dejó la bolsita de chetos a un lado, me miró enojado y se cruzó de brazos. Era un niño mas.
—¿Quieres gusanitos? —Pregunta Han, se estiró para darle algunos a Seugmin y yo abrí mi boca esperando que me de a mi también.
Llegamos a casa y bajamos las bolsas, kei y Changbin jugaban en la sala, Minho los miraba expectante y Félix, Hyunjin y IN estaban en la mesada merendando.
—¿Donde fuiste Honey? —pregunta Minho mirando a Han, Seugmin se sentó a lado de Kei y se puso a rebuscar algo en la bolsa que tenía.
—Te traje tus barritas —sonrió Han rebuscando tambien en su bolsa hasta hallarlas y extenderlas hacia el. Vi la mano de Minho colocarse en la cintura de Han y sonreírle, esos dos me darían diabetes.
Yo me hago lugar entre Seungmin y Kei, traté de acercarme a ella sin parecer tan pegado.
—Te traje algunas cosas —le susurro, ella me mira un segundo de reojo y vuelve a jugar como si nada. Tenía sus mejillas sonrojadas y el cabello alzado en una cola alta.
—Bien, segunda ronda y final —dice Changbin recostandose en el sofá.
Kei se inclinó hasta mirar dentro de la bolsa que estaba en mi regazo, sus ojos se desviaron a las manos de Seungmin. Eran las gomitas acidas.
—Esos —dice y Seugmin la mira, entrecierra los ojos y me los da sin que yo diga nada. Kei vuelve a la partida.
—No se si estoy feliz o enojado por acertar en su gusto, sabía que debi de traer mas de dos paquetes
—bufa y vuelve a rebuscar en su bolsa.
—Dame —pide Kei con los ojos puestos en la tele, casi tiro la bolsita para apresurarme a abrirlo. Sentía las manos temblar de la ansiedad.
—Kei no seas tramposa, me pateaste por la espalda —se queja Changbin.
—No es trampa es tecnica —ella inclina un poco su rostro y abre su boca... Dios, si funciona.
Le di una gomita y sus labios rozaron mis dedos, esperé a que trague la gomita y le extendí otra, sus labios volvieron a tocar mis dedos.
—Changbin deja de ser pesado —dice Kei, volvió a acercar su rostro, miré a Han y a Minho, hablaban animadamente, Seungmin estaba rebuscandose en su bolsa y Changbin estaba distraído con el videojuego, por lo que me di el lujo de mirar con detenimiento sus labios, eran preciosos.
Llevé una gomita a ellos y con mi pulgar limpié el resto de azucar que quedó, acariciando asi su labio inferior.
Queria besarla.
Ella me miró de reojo y remojó sus labios y yo volví a perderme en ellos, iba a saltar por sus labios en cualquier momento de no ser por Minho que aclaró su garganta, levanté la vista encontrandome con el y Han mirandome con los ojos entrecerrados y la sonrisa burlona.
—¿Están ricas las gomitas? —pregunta Minho, yo llevo otra gomita a la boca de Kei.
—Yo no estoy comiendo —digo y ellos ensanchan su sonrisa, parecían estar sincronizados.
—¿Seguro? —bromea Han —porque pareces querer un poco.
Kei sonrie de costado sin mirarme, como si entendiera el juego de ese par.
—Come si quieres —dice y remoja sus labios ¿Hablabamos de las gomitas? Han y Minho hicieron un sonido burlon para molestar.
—Gracias, comeré luego —no pretendía darle el doble sentido que ellos habían adoptado, hasta que me di cuenta que los tortolos se codeaban para molestarme y que Kei sonreía aun mas.
—Garrr —dijo ella para molestar y Minho y Han estallaron en risas.
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