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Capitulo 23: La pelea

Bang Chan

Estaba tan pero tan molesto, había pasado la semana entera martirizándome, huyendo de Kei, ni siquiera podía verla ahora que sabía lo que ella sentía por mí, mi corazón simplemente disparaba al verla, y sabía que ahora mismo estaba enojada. Sabía que ella seguía quedándose en la sala a ver películas, como si me esperara y eso me martirizaba, aun  recordaba e sabor agrio cuando fingí sed y me levanté para solo ver si ella estaba bien en el sofá y para mi desgracia no la vi, fui a su cuarto justo cuando un Han somnoliento se despertaba.

Me preguntó por Minho, al parecer habían discutido y para cuando Han despertó, lo buscó y  ya no estaba, use la excusa de que quizás estaba con Kei y sorpresa, ninguno estaba en el cuarto.

Kei y Minho por fin se habían callado, les di una rápida mirada, ambos dormían, Minho sobre el hombro de Kei.

—¿Minho suele hacer esto muy seguido? —pregunté y Han negó, él sabía en qué bar se encontraban.

—No siempre, vuelve temprano cuando lo hace, y sobrio, y ayer tuvimos una estúpida pelea, ni siquiera sé cómo llegamos a esto —suspira y yo presiono los labios. Lo mismo me preguntaba.

—No puedo creer que se hayan emborrachado —gruñí, Han llevó su mano en mi hombro —Encima ni siquiera querían dejarme traerla.

— ¿Quien no quería? —frunce el ceño y yo resoplo solo con recordar al estúpido chico.

—El estúpido mesero —Han rió por lo bajo, yo giré a mirarlo molesto, no había chiste en esto.

—¿Qué?

—¿Te molesta la borrachera o el mesero que le hacía ojitos a Kei? —me tensé, detuve el auto frente a nuestra casa.

—Todo me molesta —giré a ver a los chicos —arriba ahora, ¡despierten!

Kei dio un pequeño salto golpeando a la vez su cabeza con la de Minho, ambos llevaron su mano al lugar del golpe.

—Shit —susurra Kei.

—Fuera del auto, ahora —miré a Han —¿Puedes encargarte de Minho?

Han asintió y ayudó a Minho a salir del auto, quien murmuró entre dientes uno que otro halago hacia Han, yo llevé a Kei del brazo hasta su cuarto.

—No soy una niña —dijo su típica frase y yo puse los ojos en blanco.

—Deja de ser... —alcé las manos hasta mi rostro y suspiré tratando de calmarme —tu me quitas de quicio, no podías... respira Chan.

—Vamos, hazlo, deja de ser un hipócrita y dime lo que pasa por tu cabeza —me retó  alzando el mentón y yo di un paso cerca de ella.

—Eres una inmadura, ¿Sabes lo que pudo haberte pasado? ¿El tipo de gente que va al bar y...?

—Dijiste que eras mi novio —me interrumpió, dio un paso cerca de mí, sonrió aún con el rostro levantado hacia mi, casi podía rozar su nariz.

—Si, lo hice para llevarte... yo... —guardé silencio y ella levantó un poco mas su rostro buscando el mío, nuestras narices se rozaban, su respiración descansaba en mis labios.

—Entonces bésame —miré sus ojos, estaban algo rojos, podía ver el brillo en ellos, su cabello rosa estaba suelto y sus mejillas hacían juego con él, lleve las manos a los lados de su rostro y aparté su cabello, dejé mis manos en sus mejillas y la acaricié con mis pulgares, ella cerró los ojos y yo la observé un poco mas.

—Báñate, cámbiate y a dormir —la solté y me giré para salir de ahí. Me acosté en la cama y suspiré molesto, llevé las manos a mi rostro y volví a cargar mis pulmones de aire. Traté de dormir pero no podía.

Creo que me gustas

Mierda, ¿Por qué era tan directa? Su confesión... ¿Qué se supone que haga con eso?  No había podido dormir desde entonces, apenas podía mirarla a la cara. No podía corresponderle, no me dejarían. Y esa frase solo se repetía en mi mente.

Escuché la puerta de mi cuarto abrirse, vi a Kei con el cabello algo húmedo y en pijama acercase.

—Kei —advertí y ella me ignoró y se metió en mi cama, se acostó de costado y suspiró como si estuviera cansada, casi río.

—Ya estoy más sobria —susurró, su lengua parecía pesarle, aun arrastraba las palabras sin embargo ya parecía un poco mas despierta.

—Eso no significa que puedes dormir conmigo —murmuré mirándola.

—Estas con remera —hizo un puchero tierno que casi me distrae.

—Y así seguiré hasta que salgas de mi cama —el olor de su shampoo llegó a mi nariz.

—Te gusto o por lo menos sientes algo por mi —yo presioné mis labios, sentí como se acercó más a mí, su mano busco la mia, dejé que guiara mis manos y las dejó en su cadera.

—Estas borracha.

—Casi nada, a menos que quieras confesarte entonces sí, fingiré que no lo recuerdo mañana si te es más fácil —ella sonrió y se acercó un poco mas —eres lindo.

—Kei —advertí —¿Como haces para ser tan directa? —pregunté, no esperaba una respuesta sin embargo ella empezó a hablar.

—Toda mi vida fingí algo, y nunca decía lo que sentía —arrastró las palabras —si me rebelaba o decía algo de mas o incluso hablaba me mandaban abajo, hasta que escapé.

Yo fruncí el ceño ¿De qué hablaba? ¿Donde era abajo?

—Kei ¿de qué...?

—Escapé — sonrió con sus ojos cerrados —desde entonces dije que nunca más me quedaría callada, ya era libre, lo soy. Por eso, me gustas —abrió los ojos para mirarme en la última parte de su extraña confesión.

—Esto no tiene que estar pasando —su nariz acarició la mía.

—Da el primer paso —pidió ahora a centímetros de mis labios, sentí la garganta seca, moría por besarla, atraerla más a mí y devorarla, pero me cohibía, el miedo que sentía era mayor, Hyunjin me odiaría, el hecho de estar acostado a su lado ya era completamente erróneo, besarla sería la cereza del pastel a mis faltas. La empresa no me permitiría estar con ella libremente, si mis fans se enteraban irán tras ella, así funcionaba la fama, por donde mirase no había forma que esto tenga un final feliz. Remojé mis labios y ella suspiró observándome.

—No se puede —susurré, su cabello estaba detrás, sus mejillas rosadas, sus labios húmedos, no podía con tanto, ni siquiera merecía estar con alguien como ella.

—Vamos —susurró, yo miré sus labios y luego volví a sus ojos, ¿Porque era tan hermosa?

—¿Porque debo ser yo? —susurro como si alguien pudiera oírnos y ella sonríe.

—Porque anhelo que des solo un paso, siempre soy yo —no había reproche en su voz, lo decía de manera tranquila casi como si suplicará que dé un paso.

—Si siempre das el primer paso es por algo —murmuro y me doy cuenta de que soné frio y peor de lo que pensé, ella borró su sonrisa un  segundo, pareció pensarlo y suspiró, me miró y sonrió de boca cerrada.

—Quizás tienes razón —su tono triste no paso desapercibido, abrí la boca para retractarme, sabía que me había expresado como la mierda.

—Kei —empecé pero ella negó.

—Tranquilo, quizás empiezo a ser empalagosa, es mi culpa —pareció bromear, presioné mi mandíbula, sentí sus manos colocarse en las mías, me sacó de su cadera y se enderezó en la cama.

—Que tengas un buen descanso Bang Chan —sonrió sin dientes, se acercó a mi rostro, por un segundo pensé que me iba a besar sin embargo sus labios impactaron en mi mejilla, dejó cierta humedad ahí y su cabello a la par acarició mi rostro.

Se levantó de la cama tambaleando un poco.

—¿A dónde vas? —pregunté y ella giró a mirarme.

—A mi cuarto —siguió caminando hasta la puerta.

—Pero ¿Por qué? —pregunté enderezándome, quería que se quedara, lo sabía pero mi boca no quería colaborar.

—Es otra frase la que deberías decir —volvió a bromear y sonrió antes de irse.

Quédate —pensé pero no me animé, ni siquiera a seguirla. Me acosté nuevamente, y traté toda la noche tratando de dormir sin embargo era imposible, la quería conmigo......

Al día siguiente ni Kei ni Minho dieron señales de vida, preparé un vaso de agua con una pastilla.

—¿A dónde vas? ¿Te duele algo? —preguntó Changbin apareciendo en la cocina.

—Es para Kei —murmuré entre dientes con algo de vergüenza, como si el supiera lo qué pasó anoche.

—Ah, no te preocupes, yo ya se lo llevé—me quedé quieto —fui a verla temprano porque iríamos a desayunar a un lugar pero tenía resaca.

—Entiendo, y... Tu y Kei son muy unidos al parecer —dije dejando el vaso en la repisa, y la pastilla en el pequeño botiquín.

—Podría ser, igual y no llego a tanto como Su-ji —ríe y yo asiento.

—Vaya que está rodeada de hombres —resoplé con ironía y él se encogió de hombros, fue hasta la heladera y la abrió. Ni siquiera tenía derecho a estar celoso cuando era yo quien la apartaba.

—Se lleva mejor con los hombres, aunque me dijo que se llevó genial con Hannah —Yo hice un sonido afirmativo.

—Prepara a los chicos, iremos a la empresa —ordené y el asintió. Lo dejé en la cocina comer y caminé a mi cuarto para cambiarme, Kei salía del baño luciendo como un zombi que recién revivía.

—Buen día —saludé y ella pasó por mi lado ignorándome, yo fruncí el ceño y la seguí.

—Buen día —repetí entrando en su cuarto, ella empezó a doblar su colcha —¿Se supone que eres tú la que está enojada?

—Si así que largo, te ignoraré hasta que dejes de gustarme —Me tensé y cerré la puerta para que no nos escuchen.

—Claro, te funcionará fácil ¿no? —ella se giró a mirarme, estaba molesta, y claro que yo  también lo estaba ¿Por qué lo estaba? Simple, ella no dejaba de apresurar mi corazón ¿Estaba siendo un idiota? 100% seguro.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Seguro así lo hacías con tu papá ¿No? ¿Por eso estas tan enojada con él? Finges que no te importa hasta que la otra persona te adula.

—¿De qué demonios hablas? —soltó la colcha y se acercó a mi.

—De que tu eres unas inmadura que cree que así se consiguen las cosas, si te funciona con tu papá y con Hyunjin felicidades, pero conmigo no.

—¿Crees que soy una manipuladora que te ignorara para enamórate? Woah muy rebuscado ¿No crees?—ríe y se cruza de brazos mirándome.

—Sigo tan molesto contigo por emborracharte, porque pudo pasarte cualquier cosa y ¿Sabes qué? No soy tu papá o Hyunjin, a quien puedes hablarle mal y escaparte, mientras estés aquí vas a seguir mis órdenes —ella rió nuevamente.

—Primero ¿Qué demonios tienes con mencionarlo tanto? Y segundo ¿Amaneciste agresivo hoy? Porque no te estoy viendo tan atractivo como anoche —gruñó molesta.

—Los menciono porque en definitiva nadie le habla como tú lo hiciste y está bien —ella se tensa.

—No sabes nada —resopla.

—Se lo malcriada que eres —ella suelta una carcajada.

—Uy sí, soy súper malcriada ¿No?  ¿De dónde sacas eso?

—Tu sola lo demuestras, no puedes cuidarte sola porque toda tu vida lo hicieron por ti, seguro fue él quien te quitó de cada lio que metías pero no soy como él, asique deja de meterte en líos porque mis chicos son los que tendrán los mayores problemas —gruñí y ella se quedó callada.

—Vete.

—Bien —gruñí y salí de su cuarto.

Le indique a los chicos que suban al auto en cuanto estuvieron listos.

—¿Y Minho y Han? —pregunté viendo que no estaban.

—Minho tiene mucha resaca, Han se quedará a acompañarlo  —me explicó IN y yo asentí, arranqué y fuimos a la empresa. Los chicos fueron a la sala común, según ellos tratarían de escribir algo, mi forma de escribir era distinta, no podía hacerlo con ruido, yo necesitaba paz y silencio.

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