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Capitulo 17: Cumpleaños ¿Feliz?

Kei
El día no parecía darme descanso, quería que termine el martirio ya, me acosté en la cama y cerré los ojos tratando de conciliar el sueño, sin embargo nada pasaba, ya había dormido demasiado, mantuve mis ojos cerrados. Sabía que estaba mal el cómo traté hoy a Chan, incluso a Hyunjin, nuestra relación iba mejorando sin embargo el no puede dejar pasar este día y ya.

"Al primer paso en falso que des te llevare a ya sabes dónde y no volverás a salir de ahí"

Recordé las palabras del señor perfecto, de Hwang alias mi supuesto padre biológico, sabía a lo que se refería y haría todo con tal de no volver ahí.

Suspiré nuevamente, cerré los ojos y los recuerdos inundaron mi mente.

—Feliz 8 añitos linda —sonrió papá, sabía que fingía porque Hyunjin estaba en frente, yo traté de sonreír, siempre era lo mismo.

—Gracias... ¿Yo tendré algún regalo? —pregunté algo esperanzada y el sonrió abrazándome. Odiaba su sonrisa, odiaba su olor, lo odiaba a él.

—Deberías agradecer que vives aquí y ya —susurró en mi oído con los dientes presionados y yo asentí —Si no fuera por Hyunjin yo ya te hubiera tirado en algún orfanato asique agradece qué tienes un año más de vida aquí.

—Mis compañeras... —empecé a decir, tal vez si entendía que mis compañeras recibían también regalos me daría algo y no sería nada especial así que no estaría mal, el me interrumpió antes de seguir.

—No me importan tus compañeras, tu no mereces regalo —susurró.

•••

—Feliz 15 años pequeña —Felicitó papá frente a Hyunjin, fingió darme un abrazo hasta que sus labios alcanzaron mis oídos —15 años de haber arruinado esta familia, tu ni siquiera mereces ser feliz hoy.

Hacia lo mismo cada año, era normal sus comentarios sin embargo en mi cumpleaños hacia énfasis en como yo sobraba en esa casa.

Yo fingía una sonrisa al ver la sonrisa genuina de Hyunjin viendo a su papá abrazarme. El siempre había amado con locura a su papá y sabia que también me amaba, cada vez que me mostraba indiferente ante los eventos él se entristecía y sabia que hacia hasta lo último para hacerme sentir parte sin embargo yo solo quería huir.

Abrí los ojos cuando alguien tocó la puerta, suspiré, esto empezaba a cansarme. La hipocresía total de los padres de Hyunjin al venir gastó la paciencia que debía administrar en lo que iba del día, agradecía mentalmente que solo Christopher presenció el drama, y no Hyunjin o los chicos, de lo contrario tendría que fingir nuevamente. Al final la verdad era que solo porque Christopher estaba ahí lo enfrenté, me dio un pequeño impulso.

Me levanté con pereza a abrir la puerta encontrándome con Christopher, nuevamente... sabía que él no estaba al tanto de que no me gustaba festejar mi cumpleaños, ni siquiera compartirlo con alguien porque de hacerlo debía de fingir que era un día festivo.

—Bang Chan... si alguien más vino dile que —empecé a decir pero me callé cuando su cuerpo impactó con el mio, sus brazos me envolvieron haciéndome sentir pequeña.

Sabía que yo solía sonrojarlo y podía saber cuándo contenía su respiración y amaba causar eso en él, sin embargo ahora era yo la que no estaba respirando, mi corazón... demonios, rompería mi pecho en cualquier momento.

—Christopher —lo llamé, aspire su olor masculino y dulce, separó un poco nuestros cuerpos y llevó sus manos a mis mejillas obligándome a mirarlo

—Feliz cumpleaños Kei —me tensé.

—Su-ji es un chismoso —reí sin gracia, una parte de mi quería llorar. El sonrió mostrando sus hoyuelos, sus ojos se veían mas chiquitos cuando lo hacia.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó y yo suspiré, seguía teniendo sus manos en mi rostro. Sus pulgares habían empezado a acariciar mi piel de manera inconsciente.

—No tenía sentido, los cumpleaños están sobrevalorados —murmuré encogiéndome de hombros y el inclinó su cabeza mirándome con ternura.

—Ya vuelvo —sonrió y salió de mi pieza, me quede parada como tonta frente a la puerta sin entender lo que pasaba, aun sentía su olor impregnado en mi cuerpo.

No sabía cuantos minutos pasaron, me sente en mi cama aun confundida mirando la puerta ¿El volvería?

Reprimí la sonrisa que asomó en salir de mis labios al verlo entrar con un plato que echaba vapor.

— ¿Qué haces? —reí viéndolo soplar de forma chistosa.

—Te hice ramen instantáneo, no quería tardar tanto pero quería que comas algo, pero prometo darte un verdadero almuerzo/cena de cumpleaños —habló rápido mientras bajaba el plato en la mesita de luz.

—No es necesario —el negó.

—Es un día especial —declaró y yo me tensé nuevamente —Ni Hyunjin me lo dijo, ese niño...debió decírmelo.

—No quería que nadie sepa —murmuré y el dejó el plato en su regazo —No me darás de comer.

—Claro que lo haré —dijo tomando el fideo, lo sopló un poco y lo acercó a mi boca —come.

Yo negué sonriendo antes de acercarme y comerlo, sabía bien como todo lo que el cocinaba. Sonreí como tonta viendo la escena de él alimentándome, el se comportaba de una manera tan tierna que me costaba entender cómo actuar, no estaba acostumbrada a este trato, con el todo parecía nuevo.

Pasamos la siguiente hora comiendo, ambos, el bromeaba cada rato haciéndome reír.

—Si se me sale el fideo por la nariz será tu culpa —reí con el.

—Llevaré el plato —Asentí y el volvió a salir, nuevamente no sabía si volvería pero no paso mucho para verlo entrar nuevamente con la cajita que Su-ji me había traído y yo lo rechacé.

—Su-ji me dijo que te gusta todo lo que tenga banana —sonrió de una forma tierna mirando la cajita, no pude evitar reír y él me miró sorprendido.

—No malpienses —me regañó divertido y me picó mi frente con su dedo índice.

—No dije nada —sonreí viéndolo abrir la caja.

—Come uno —extendió hacia mí la cajita y yo negué.

—Dámelo tu —abrí mi boca y casi vuelvo a reír al ver el sonrojo en su rostro, ¿Como podía ser tan tierno y atractivo a la vez?

Aclaró su garganta y tomó un pastelito en sus manos, lo partió en un pedazo más pequeño y lo llevó a mi boca, sentí mis labios rozar sus dedos, se que el también, sus ojos se quedaron en mi labios y yo los remojé.

Partí otro pedazo y ahora yo se lo extendí, el dudó hasta que se decidió y comió, su diente rozó mi pulgar, ¿Porque de repente parecía haber tanta tensión?

—¿Te mordí? —preguntó preocupado y yo negué, llevé la mano con la que le había dado el pedazo de tortita a mis labios, lamiendo un resto de dulce que se quedo. Sus ojos se perdieron en mis labios otra vez, imité su acción y miré los de él, los tenía tan carnosos, sus hoyuelos no se veían.

—Mierda —susurró remojando sus labios, volví a sus ojos, me gustaban su color.

—Deja de mirar mi boca o voy a besarte —advertí, su rostro y su cuello se volvieron completamente rojos.

—Dios... ¿Como puedes decir cosas así tan fácil? —llevó ambas manos a su rostro y yo solté una carcajada.

—No soy una cobarde.

—Te dejare la cajita aquí, y yo... iré un rato por ahí —murmuró nervioso, se levantó de mi cama y yo lo seguí hasta tomar su mano.

—Espera —pedí y antes de que el responda lo abracé. Envolví mis brazos en su cintura y recosté mi mejilla en su pecho, mi corazón se aceleró y suspiré, se sentía tan bien...

—¿Qué...?

—Se siente bien —confesé y el no tardó en envolverme también con sus brazos, podía imaginar cómo se sentirían sus brazos si aquí adentro hiciera frio, podía ser aún mejor... sus latidos eran tan apresurados como los míos, quería volver a sus labios, volver a experimentar la extraña tensión que me exigía probar sus labios con el sabor de las tortitas de banana, quería conocer su textura, su sabor, quería mas que un solo abrazo.

—Te daré un regalo —su voz vibró en su pecho.

—Considerare este abrazo como mi regalo si me dejas así otro minuto —pedí y el rió, me gustaba su risa, quería levantar el rostro para ver sus hoyuelos pero no quería moverme, me gustaba también oír sus latidos.

—Te daré otro.

—¿Un beso? —bromeé y sentí como su cuerpo se puso tenso.

—Algo material —aclaró su garganta, sentí una de sus manos subir hasta mi cabeza y acariciar mi cabello, otra cosa que me gustaba que solo el hiciera.

—Puedo considerar un beso como tú "regalo material" —volví a bromear —estoy segura que estas rojo.

Traté de levantar el rostro para mirarlo pero él me sostuvo ahí, solté una carcajada.

—Ya se cumplió tu minuto —sentí sus brazos soltarme y tuve que luchar para hacer lo mismo, retrocedí un paso mirándolo, aun tenia las mejillas rosadas.

—¿Nos vemos luego? —el asintió antes de salir del cuarto.

Pasé la siguiente hora mirando mis redes, tragué un poco de mi orgullo y le agradecí a Su-ji por los pastelitos, estiré mi cuerpo algo cansado de estar en cama todo el día y decidí salir en busca de leche. Quería más de esos pastelitos, o que Christopher me los de, que vuelva a acariciar mis labios con sus dedos y que se quede con la vista perdida ahí.

Caminé hasta la cocina y me detuve al ver a los chicos, todos se detuvieron mirándome. Félix tenía su gorrito de cocinero, sostenía un bol y parecía que estaba batiendo antes, porque al igual que el resto estaba quieto mirándome, Changbin y Han estaban a su lado, ambos tenían delantales y harina en su nariz y mejilla. Hyunjin y Minho estaban en la mesada observando a los chicos, IN y Christopher parecían estar jugando algo con las manos, y Seungmin por alguna razón estaba parado con un cuchillo en la mano.

—¿Okey? ¿Todo está en orden? —pregunté confundida.

—¡Kei! —Chilló IN y corrió hacia mí, como la primera vez, no pude reaccionar, antes de procesarlo ya lo tenía pegado a mí abrazándome. Changbin lo siguió y corrió hacia nosotros abrazándonos también.

—Yo también quiero —gritó Han corriendo hacia nosotros y abrazándome.

Luego Minho, el solo sonrió y caminó, yo seguía sin entender porque tenía a 4 chicos abrazándome, Hyunjin no tardó en acercarse con Félix y unirse y Christopher le arrebató el cuchillo a Seungmin y lo arrastró hacia nosotros para abrazarnos.

—Okey es la primera vez que 8 chicos me abrazan a la vez y no sé muy bien como me siento al respecto. —me burlé, el cabello de alguien me picaba en la oreja y empezaba a sentir algo de calor.

—Mas te vale que sea la única vez —oí a Hyunjin amenazar sin separarse.

—Feliz cumple Kei —chilló IN y yo me tensé, así que era por eso...

—¿Quien fue el chismoso? —pregunté sintiendo el cabello de alguien acariciar mi cuello.

—Feliz cumple Kei —Gritó ahora Changbin agitando mi cabello.

—¿Que hacían? —Pregunté cuando por fin se separaron de mi —¿Y porque Seungmin tenía un cuchillo?

—Yo quería cortar la banana —se excusa y yo frunzo el ceño.

—¿Qué?

—Íbamos a hacerte una torta de banana —me explica Félix —yo lo estoy haciendo —sonríe orgulloso.

—Estamos —añadió Changbin mirándolo y Félix entrecierra los ojos.

—No, Han y Changbin solo se tiran harina y ni se ven tan tiernos como tú y Chan —sonreí recordándolo.

—Hyunjin y Minho andaban de Chef mandones sin ensuciarse y Chan y yo discutíamos sobre quien decoraba el pastel —Sonrió IN, quería decir que no era necesario pero se veía tan tierno sonriendo y los chicos parecían esforzarse.

—¿Me puedo quedar a mirarlos o entro a mi cuarto y luego finjo sorpresa?

—Quédate y finge sorpresa igual —declara Minho y yo asentí riendo.

Era realmente divertido verlos pelear y cocinar, Minho y Hyunjin discutían todo el tiempo acerca de la preparación y Félix los ignoraba y al final hacia lo que a él le parecía.

Christopher y yo intercambiábamos miradas cada rato, se veía lindo al reír, realmente lindo. Cuando por fin la torta estuvo cocinada y decorada, pusieron una velita y la encendieron. Una parte de mi quería llorar y huir de ahí, la otra estaba disfrutando el momento.

Los chicos empezaron a cantarme de forma desentonada y descoordinada haciéndome reír. Soplé la vela deseando que el momento fuera real más tiempo.

—Gracias —les sonreí, era de lo más tierno verlos, eran hombres adultos que al final parecían unos niños tiernos. Pasamos la siguiente hora en la sala, jugando y bromeando.

—¿Pasaste bien hoy? —me preguntó Christopher mientras lavaba los platitos que habíamos usado, los chicos estaban aún en la sala.

—Sí, gracias —el sonrió orgulloso, sus hoyuelos se marcaron.

—Lamento no haberlo sabido antes, te hubiera comprado algo o hubiera hablándote mejor —el empezó a hablar rápido mientras pasaba la esponja por decima vez en el mismo platito, me acerqué a él y antes de que reaccione dejé un beso en su mejilla.

—Hoy estuvo bien —el se quedó quieto, contuve la risa antes de salir de ahí y volver con los demás.

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