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Capitulo 12 : ¿Te gusta?

Kei

— ¿Porque te persiguió tanto? —se queja Su-ji bajando de la moto, se quita el casco y peina con sus dedos su cabello, ruedo los ojos al oírlo y camino hacia la casa como si fuera mia.

—No te importa —bufe cansada, ¿Porque todos eran tan metiches?

—Claro que me importa, eres mi chica y si otro hombre... —puse lo ojos en blanco.

—Ya basta —pedí y él se calló —vámonos.

Su-ji y yo habíamos tenido una relación que duró 1 año, luego de darnos cuenta de que lo nuestro no funcionaba como pareja terminamos la relación, es decir, no había funcionado porque nuestra relación no había cambiado en lo mas mínimo, seguíamos actuando como los amigos de siempre, teníamos muy buena conexión a la hora de componer y claro que hacíamos "cosas" de pareja, es decir, sexo, pero no teníamos lo que aparentemente es una relación "normal" no había citas, detalles románticos, cenas ni aniversarios o los famosos "cumple mes" porque ninguno era fan de ello, y al pasar los meses lo único que hacíamos era entre componer, bromear, buscar lugares para tocar y juzgar juntos las películas de adaptaciones literarias que habían fracaso, además de eso, sin darnos cuenta volvimos a la misma relación del comienzo, una linda y bulliciosa relación de amigos, por lo que ambos llegamos al acuerdo de seguir como al comienzo.

¿La razón por la que seguíamos juntos? El era mi amigo a pesar de todo, y había estado conmigo cuando Hyunjin se fue, el me ayudó, éramos algo así como hermanos, sus celos no eran más que una actuación constante de su parte cada vez que otro chico se acercaba, nunca me había celado estando en relación o fuera de ella, pero si tenía cierto aire sobreprotector conociendo mi historia, se negaba a arriesgarme más de lo que según él, ya estaba. El era fiel creyente de que yo no sabía manejar o entender mis emociones o que simplemente las ignoraba por alguna razón, por lo que era vulnerable, según él, lo recalco, igual al final, yo era la hermana mayor en esta extraña relación.

— ¿Dónde está? —pregunté mientras entrabamos a la sala, no hizo falta que Su-ji me responda, podía oírla cantar.

Su-ji tenía una hermana con autismo, su mamá era alcohólica y de vez en cuando la dejaba en casa de Su-ji para que él se encargue mientras ella se emborrachaba por ahí. El no podía quedarse con ella porque él tampoco estaba mucho por la casa, y nuestro ingreso económico eran los billetes que dejaban cuando cantábamos en las plazas y las propinas de Su-ji cuando andaba de repartidor, juntos nos manteníamos bien, pero añadir una niña a la ecuación lo desequilibraría. Detestaba la situación, los padres realmente estaban sobrevalorados.

—Hey linda —la llamé desde la sala y ella apareció en el pasillo y corrió hacía mi para abrazarme.

—Lamento haberte sacado así de la casa, ella hizo una rabieta y yo no sabía qué hacer —se disculpó mientras yo peinaba con mis dedos el cabello de Erin.

Su-ji no tenia paciencia con los niños, menos con Erin, por lo que yo venía a ayudarlo cada vez que ella se quedaba ¿la verdad? No me gustan los niños, sin embargo Erin era la excepción. Según Su-ji ella estaba enamorada de mi, era como un patito pequeño siguiéndome a todos lados o simplemente obedeciéndome, por eso me caía bien, sus rabietas incluso eran fáciles de calmar, claro que de todas formas, ser madre, en definitiva no sería mi palo.

Erin era una niña preciosa de 8 años, con el cabello negro como Su-ji, era bajita para su edad y sus mejillas estaban cubiertas de pecas, era una preciosura de niña.

Pasé la noche entera jugando con ella hasta que por fin cayó dormida, me senté en el sofá a lado de Su-ji y contuve el aire en mis pulmones

—Eres mi heroína —suspiró y yo cerré los ojos, recosté mi cabeza en el espaldero

—Lo se

— ¿Quién es él? ¿Es el mismo que te trajo la primera vez para llevar tus cosas no? —hice un sonido afirmativo con los labios sabiendo que se refería a Chan.

—Es el líder del grupo de Hyunjin.

— ¿Te gusta el chico?

— ¿Bromeas? —reí mirándolo con un ojo abierto y el enarcó una ceja.

—¿Crees que bromeo? Creo que él me odia —se burló y yo reí, realmente lo hice.

—No lo conoces, es la persona más pacífica que conozco, me da un tic nervioso el solo escuchar sus respuestas tiernas cuando alguien le habla mal, incluyéndome —Bufo, detestaba a la gente que complacía a otros, era solo un sinónimo a la hipocresía, es decir, estoy completamente segura de que no lo detesto pero aun así, odiaba que no se defendiera, que no le pusiera un alto a su coreógrafo, a los imbéciles de la empresa que le hablan mal o cualquier persona que quería pasar sobre él y el solo diera señales verdes.

—El parece interesado en ti —vuelve a opinar tras un silencio y yo rio por lo bajo.

—Basta con los celos falsos, ni siquiera me celabas cuando éramos novios —me burlé —además está semana hizo una descripción de su chica ideal, y créeme, creo que tomo todas mis características y cito los antónimos, menos divertida, divertida si soy —le sonreí y el levantó una ceja.

—Eres aburridísima —murmuró y yo golpeé su brazo —lo único que tienes de simpática es que eres una chica que parece semi fresa pero al final te rompe los huesos con su brutalidad —bufó llevando su mano a donde lo golpee —aww mire que tierna nenita, ¡Ay no! ¡corran! ¡Es un demonio de Tasmania! ¡Chuki peli rosada! ¡es el pequeño caniche bravo! —dramatizó y yo reí.

—Calla.

—Prestasteatención a su tipo ideal —volvió a molestarme, me codeo como si quisiera jugarconmigo y puse los ojos en blanco.

—Que duermas bien en el sofá —murmuré caminando hacia su cuarto. Erin dormía en el que era mio.

A la mañana siguiente estiré mi cuerpo, sentí un peso encima mio, abro un ojo encontrándome a Erin. Toda la mañana jugué con ella hasta por fin contactar con una prima de Su-ji que podía cuidar a Erin. Lo hacía solo a veces, estudiaba como 20 horas al día, sin exagerar, por lo que solo a veces y muy a veces tenía tiempo libre. Me causaba algo de tristeza saber que Erin debía de volver con la mamá de Su-ji, lo único bueno era que sus vecinos solían cuidarla y encargarse de ella a veces, pero tampoco eran sus niñeros o tenían la obligación de hacerlo. Su-ji realmente se esmeraba en conseguir dinero para poder ahorrar lo suficiente para darle estabilidad real a Erin.

Su-ji se encargó de llevarme nuevamente a la casa de los chicos, apenas baje de la moto y él se marchó, me arrepentí recordándolo.

—Mierda —gruñí, no le avisé a Hyunjin, ni siquiera había tocado mi celular en toda la noche, miré la puerta de la entrada, ya sabía lo que me esperaba.

Tal como lo había esperado, había un Hyunjin en una cómica bata de dormir, sentado en el sofá mirando hacia la puerta, con las piernas cruzadas y el ceño demasiado fruncido, a este paso mi hermano envejecería rápido.

—No te soporto, lo volviste a hacer ¿Sabes cuantas veces te llame? —Me regañó Hyunjin apenas ingresé por completo y yo suspiré —No te imaginas lo preocupado que estaba.

—Lo olvide, lo siento —dije en un intento de calmar su fiera interior o exterior o lo que sea que poseyera que lo obligaba a actuar como una mama de telenovela latina.

—Me vale —Refunfuñó y Christopher apareció en la sala, sus ojos se encontraron un segundo con los míos para luego mirar a mi hermano.

—Hyunjin —lo llamó en advertencia y este caminó hacía mi.

——No, nada de Hyunjin —Iba a volver a quejarse por lo que lo interrumpí antes de que continuara.

—¿Sabes? Me duele la cabeza porque dormí poco, lo hablaremos luego —Ni bien terminé de hablar ambos se quedaron estáticos mirándome como si lo que hubiera dicho fuera una confesión de una abismal culpa ¿Y ahora qué? ¿Me regañaría por no dormir lo suficiente?

—¿Por qué dormiste poco? —interrogó con la mandíbula apretada.

—Yo iré a la empresa —Habló Christopher interrumpiéndonos, caminó hacia un lado sin mirarme, como si tuviera la necesidad de huir.

—Llévame —pedí empezando a seguirlo.

—No —ni siquiera pude rebatirle, salió de la casa sin más.

—¿Y bien? —preguntó y yo suspiré

—Bien, siéntate, te lo diré solo para que dejes de fastidiarme, y como tu vuelvas a gritarme o molestarme, me iré a donde nunca me encuentres ¿Okey?

A regañadientes le conté la situación de Su-ji, como era de esperarse el solo quedo en silencio para luego perder perdón. Fui a mi cuarto a dormir, para cuando desperté de noche, fui a la sala a ver a Christopher pero nunca llegó. Caminé a su cuarto para ver si estaba, toque un par de veces la puerta pero nada. No hubo respuesta.

***

Habían pasado 3 días sin ver a Christopher y hago énfasis en el tres, ni siquiera lo había escuchado, no sabía si se escabullía por la casa y yo no lo notaba o realmente habían pasado tres días sin que el este en la casa.

Los chicos recién se levantaban, todos desayunábamos en la mesa, yo seguía terminando mi yogurt con cereal. Mirando con enojo a esas hojitas azucaradas por ablandarse antes de tiempo.

—¿Y Christopher? —le pregunté a Seungmin en un susurro, el parecía luchar por no derramar la mermelada qué puso de más en su tostada

—¿Quien?

—Bang Chan

—Está en la empresa —responde con indiferencia, hace un puchero tras perder la pelea con su mermelada y yo frunzo el ceño.

—¿Pero está bien? —pregunté extrañada y el giró a mirarme mientras con su mano trataba de limpiar la mermelada del mantel

—Si, veces desaparece para escribir canciones, dice que nosotros lo distraemos, yo no, seguro ellos —dice Seungmin y yo asiento, mi celular vibró en mi mano

"Sal "

Aclaré mi garganta y miré a Hyunjin, no estaba rindiéndome ante la idea de pedir permiso pero si podía quitarme el peso de encima de las peleas con él, cedería a veces.

—Saldré a hablar con Su-ji —avisé levantándome de la mesa, los chicos alzaron la vista hacía mi, Hyunjin puso los ojos en blanco pero asintió, tampoco es como si tuviera otra opción, un poco más y se convertiría en su padre. Me estremecí ante esa idea.

Salí de la casa, viendo la moto estacionada de Su-ji, cuando estaba a tan solo unos pasos de la puerta veo a Bang Chan acercarse, ambos nos quedamos parados mirándonos, sus ojos fueron a Su-ji y luego a mí, yo solo podía verlo a él como si se tratara de un espejismo, ¿Ya empezaba a alucinar con él o en la mesa lo había invocado?

—Buen día —murmuró y empezó a caminar hacia la casa, me interpuse en su camino, levantó la vista para encontrar nuestras miradas, estábamos a tan solo un paso de distancia.

— ¿Por qué desapareciste? —pregunté, el me miraba inexpresivo, lo cual era completamente extraño, sus ojos siempre parecían brillar.

—No soy un niño Kei —me imitó y yo reí, trató de pasarme pero volvi a interponerme

— ¿Estas molesto? —cuestioné confundida al escuchar su tono y el suspiró

—Ve a hablar con tu novio, nos vemos luego —murmuro y siguió caminando, yo fruncí el ceño ¿Mi novio?

—Hey —salude acercándome a Su-ji

—¿Todo en orden?

—Si, no sé qué bicho le pico a él —me encogí de hombros

—Bien, ¿recuerdas a Jake? —preguntó y yo asentí

Jake era su ex profesor de música, antes de que su madre entre al mundo del alcohol, tenían una casa y una economía estable, Su-ji había estado en algunos conservatorios de música y uno de sus profesores había logrado entrar en una industria musical que hacia shows cada tanto en el teatro central, era jodidamente joven y un prodigio musical, además de claro, millonario.

Estos eventos eran algo exclusivo y genial. Solo los elegidos cantaban ahí y aún mas, solo lo mejores dirigían ese lugar, era enorme y las personas que cantaban o bailaban en ese lugar de alguna forma terminaban debutando o siendo contactadas por empresas.

—Okey, le mande tu demo de en el silencio y las otras que habíamos escrito quieres que hagas la abertura en su próximo show

—No me mientas —dije sin creerlo y el sonrió negando —Demonios...

Me abalance hacia el abrazándolo, era la mejor noticia que había escuchado en mucho tiempo.

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