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Capítulo 34

Alex y Devlin habían decidido irse a la cama, mientras que Lena y Arisha quedaron sentadas en los sofás del salón. Tenían ganas de estar un rato juntas sin ellos de por medio y hablar de lo que había sido su vida los últimos años que no se habían visto. Habían pasado unos cuantos años y eran muchas cosas las que debían contarse ambas. Se sonrieron suavemente y, antes de empezar la charla, Ari se levantó y se dirigió a la cocina para servir un nuevo vaso de Vodka para ambas. Arisha y Lena tenían exactamente la misma edad, veintiún años, aunque para Ari, Lena siempre había sido como su hermana pequeña, ya que cuando se conocieron, Lena tenía actitud mucho más juvenil que la de Arisha, debido a que se habían conocido en uno de los peores momentos de la vida de la joven rubia. Entonces aún tenían dieciséis años. Ahora, con veintiuno, las cosas eran muy diferentes en ambas. Las dos eran mucho mayores de lo que debían ser con la edad que tenían, pero la vida les había enseñado a ser así a base de palos.

Arisha llevó los dos vasos llenos de Vodka y una amplia sonrisa, de esas que lucía tan pocas veces, tendiéndole uno a Lena. La miró con una clara chispa de cariño en sus ojos, lo que era suficiente para la pelimorada, puesto que sabía cómo era Arisha y sabía que esa pequeña chispa en sus ojos era mucho más viniendo de ella. Durante un rato, se miraron sin decir nada, en un cómodo silencio que ninguna de las dos quiso romper. La primera en hablar fue Lena.

—En la misma ciudad y sin vernos durante tanto tiempo...

Una mueca de disgusto se instaló en la tranquila cara de Arisha, encogiendo sus hombros, ella sabía que era culpa suya en buena parte, puesto que se había alejado de todo el mundo, sobretodo de lo que tenía que ver con Dev y Lena había sido solamente un daño colateral.

—Sí... Tampoco sabía que estabas en la ciudad hasta que llegó Dev... Aunque cierto es que tampoco te busqué nunca. Muchas veces tuve ganas, realmente las tuve, pero no quería meter a nadie en mi vida, bastante jodida estaba ya como para jodérsela a alguien más.

—Y míranos ahora, al final, después de habernos intentado alejar de todo esto... Estamos en todo el maldito medio. —Calló durante unos segundos y después miró a Arisha con temor en sus ojos—. Ari... ¿Tú tienes miedo?

Un sonoro suspiro salió de los labios de la rubia, que se tomó su tiempo en contestar. Se levantó y sacó de uno de sus cajones un paquete de tabaco que guardaba para emergencias, marca Marlboro y volvió a su sitio con deliberada lentitud. Se sentó, encendió un cigarrillo y habló de nuevo tras haberle dado un largo trago a su Vodka. Durante todo este proceso, Lena sólo la siguió con la mirada.

—¿Sinceramente? Sí. Pero no por mí. Ha muerto demasiada gente por mi culpa, aunque realmente no tengo ni la menor idea de qué es lo que he hecho para que se monte todo este escándalo. Tengo mucho miedo por Alex y por Dev. Y también por ti. No podría resistir que os pasase algo. Pensaba que había cerrado todas las puertas a mis sentimientos y... Mírame ahora. Parezco una adolescente tonta.-Una suave risa irónica salió de entre sus labios, sin haber mirado a Lena ni una sola vez durante su discurso.

—Ay, querida, al menos hay algo normal en nuestras vidas. Hablando de ellos —Lena subió y bajó las cejas varias veces, intentando rebajar un poco la tensión de la conversación—, cuéntame, ¿qué está pasando por esa cabeza dura tuya?

—Esa es la mejor pregunta que podrías hacerme, porque ni yo misma tengo la menor idea de cómo contestar. Juro que jamás pensé que iba a estar dudando de si me gustaba la persona que casi me mata o la que me rompió el corazón, ¡soy masoquista, seguro! —Rio suavemente, encantada de hablar por una vez de algo que no fuese lo que les esperaba y con una mujer—.  ¿Y tú y Alex...? —Dejó la frase sin acabar riendo por lo bajo, aunque por dentro esperaba oír que no había nada.

—¡Oh! Ya sabes, los dos seguíamos tu pista, los dos queríamos mantenerte protegida, los dos nos encontramos varias veces y... Bueno, una no es de piedra, es tan guapo... Pero nada más que eso —aseguró sonriendo para tranquilizar a la rubia—.   Sé perfectamente que no es a mí a quien Alex quiere.

Los ojos de Arisha se abrieron como platos, entendiendo la indirecta-directa que la joven estaba soltando y rió por lo bajo sin querer contestar a aquella provocación, aunque por dentro no pudo negar que le había gustado oír eso. No quería realmente pensar en ello, ya que, con todo lo que se les venía encima, no era el mejor momento para dar rienda suelta a los sentimientos que pensaba que albergaba por aquellos dos hombres. Sabía que tendría que elegir, pero, ¿cómo podría? Suspiró cansinamente y se tiró sobre el sofá, tocándose el pelo con las manos y negando con la cabeza.

—No creo que sea el momento de pensar en eso.

—Ay, nena, date cuenta de una cosa, puede que no haya otro momento. Y ellos están aquí. Están aquí sólo por ti, ellos no tienen nada que ver, podrían irse y dejarte aquí pero jamás te van a dejar sola. Si pasase algo... ¿No querrías que supiesen lo que realmente sientes? Deja de ser así ya, sé que lo has pasado mal y toda esa mierda, pero no eres de hielo, tú lo sabes y yo lo sé, sólo hace falta que lo sepan quienes realmente deberían saberlo.

Arisha miró a Lena asombrada, no se esperaba que dijese algo así, vio de repente la mujer en la que se había convertido y sonrió orgullosa. Sabía que tenía razón, pero no sabía cómo expresar todo lo que tenía que decir... Nunca lo había hecho.

—¿Cuándo narices te has convertido en una mujer tan sabia?

—No sé, quizá ha sido en los últimos cinco años.

Lena puso los ojos en blanco riendo. Por primera vez en los últimos días no estaban pensando en la "guerra" que los esperaba, aunque sabía que por la mañana todo iba a ser diferente, tendrían que empezar a moverse si no querían que Ilya se les adelantase, pero aquello resultaba reconfortante, hablar de otra cosa.

*

Cuando Alex y Dev se levantaron por la mañana, encontraron a las dos jóvenes dormidas una en cada sofá y sonrieron con ternura mirándolas. Se miraron entre ellos momentáneamente y Alex dijo:

—¿No crees que merece la pena protegerlas? ¿Verlas así cada día? No merecen nada de lo que las está pasando.

—Sí. Es cierto. Por cierto, antes de seguir con esto, ¿sabes lo que quiere Ilya de Arisha?

—Claro que sí. ¿Tú no?

—Sí. Pero ella no debe saberlo. No aún. No creo ser capaz de decírselo yo.

—Yo tampoco puedo. Lo he intentado, pero no puedo, es tan cruel y retorcido...

Dev asintió con cansancio y volvió a mirar a Alex. Al parecer sí podían llevarse bien, ambos tenían los mismos intereses, sacar a aquellas dos mujeres con vida de toda aquella locura. La voz en un susurro de Alex le sacó de sus pensamientos.

—Estoy dispuesto a morir por ellas, ¿sabes? Por ambas. Pero jamás dejaré que ninguna de ellas muera por nosotros.

—Lo sé, lo sé, también yo. Ahora, pongámonos manos a la obra, hay que avisar a todo el mundo en el que podamos confiar y comenzar a trazar un plan, sino moriremos los tres y él conseguirá a Arisha.

Con un suspiro cansado, los dos hombres se sentaron en la isla de la cocina con un café entre las manos y cogieron sus teléfonos seguros, comenzando a realizar llamadas y a crear códigos de seguridad y planes. Les esperaba un largo día de citas y teléfono, pero aún así ninguno de los dos despertó a las chicas. Arisha iba a tener que ir con ellos para que la gente la viese con vida y sana si querían que alguien se uniese a ellos y necesitaban que descansase antes de que todo empezase.

¡HEY, HEY! Aquí vuelvo con otro capítulo, uno de los últimos capítulos tranquilos de lo que queda de la historia, ¿qué os ha parecido? ¿Por qué quiere Ilya a Arisha? ¿Alguna idea? ¡Perdonad mi tardanza, he tenido una época horrible! ¡Muchos besos y muchas gracias por seguir mi historia! Cada vez que veo un voto o comentario o nueva lectura me alegra el día.


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