Carter

—¿Camisa negra o azul? —Dash irrumpe en mi habitación, sin tocar la puerta, como ya es costumbre, con ambas prendas en las manos—. ¿A dónde vas?

—Azul. Voy a salir con mis amigos.

—¿Y Jules?

Asiento mientras lo veo a él hacer una mueca. No quiero prestarle demasiada atención. He pensado que quizás si omito hablar de ella, no se altere tanto. Los últimos días se ha mostrado tranquilo, lo que me sorprende dada la fama que Jules ha comenzado a tener en la red, especialmente desde que la VoireApp la verificó e hizo su perfil de Instagram público; solo después de que Ginger la asesorara y subieran fotos nuevas que combinaran con la imagen que Jules quería dar.

Siempre sonriente y divertida.

Quiero creer que Dasher está adoptando una mejor actitud, que ha dejado de lado su envidia y ha recapitulado mis palabras, pero conociéndolo, no quiero confiarme de su buen actuar, prefiero estar atento a sus acciones.

—Escuché que Geordan Alba quiere hacerle una entrevista —comenta mientras se hace paso dentro de la habitación hasta dejar ambas camisas sobre la cama para cambiarse. Lo observo desde el espejo, mientras me arreglo el cuello de la mía—. Lo que hacen los reporteros por tener unas cuantas vistas.

—También te entrevistó a ti hace como un mes —le recuerdo y eso no parece gustarle.

—Si, pero porque yo soy un participante de One in a Million —alardea mientras con muy poca sutileza me hace a un lado para terminar de abrocharse la camisa frente al espejo.

—Me alegra que hayas decidido cantar en la recaudación para el albergue.

Cambio el tema, mientras tomo mi celular al escucharlo sonar. Es una notificación de un nuevo comentario hacía la última reseña que subí a Instagram. Llevaba varios días sin subir ninguna, tuve un pequeño bloqueo lector, pero "La pareja de al lado" de Shari Lapeña, consiguió sacarme de él.

—Me gustan los animales y es una oportunidad para lucirme y ayudar —Se gira hacía mí con los brazos extendidos para que apruebe que la camisa negra se le ve mejor—. ¿Van a venir? Porque si es así, que Jules no se acerque al escenario.

No me sorprende su advertencia. Dash detesta sentirse opacado, y ahora sé que ve a Jules con la capacidad de conseguirlo, aunque no quiera aceptarlo y trate de ocultarlo con esos tonos despectivos, después de todo, siempre ha estado acostumbrado a ser el centro de atención.

—No me voy a perder tu presentación.

—¿Así que has vuelto a quererme? —intenta ser bromista, pero su sentido del humor siempre va hacía extremos mucho más bordes—. Me presento a las ocho. La prensa va a llegar, es un momento increíble para practicar. La competencia es en mes y una semana y tú yo nos iremos a Los Ángeles en dos semanas. Genial, ¿no?

Lo sé. Colocamos un calendario en el refrigerador para contar los días, y porque tenemos mucho que arreglar antes de que tengamos que mudarnos para la primera fase del concurso. Mis padres han encontrado un departamento que nos queda perfecto a ambos, para los meses que estaremos allá.

No podíamos mandarlo solo, y aunque a mí me afecta en el trabajo y la universidad, detenerme un semestre para cuidar de mi hermano no me es un problema, además no puedo permitir que vaya solo y ni loco me pierdo la oportunidad de acompañarlo y verlo triunfar. Mis padres también anhelan estar allí, pero como jefes del hospital no se pueden dar ese lujo.

—Ahí estaremos. Hablando del concurso, ¿se solucionó el problema?

Hace una semana se dio la noticia de la última concursante, la que había sido escogida por el público, pero días después salió un video en el que se le escuchaba cantando en vivo y las suposiciones acerca de que estaba usando autotune, no se hicieron esperar. Cuando investigaron a fondo, se dieron cuenta que había engañado a la VoireApp, cosa que no se había visto en los diez años que lleva en el mercado.

El revuelo en internet fue tanto que muchos comenzaron a acusar de que todo era una farsa, que la VoireApp les mentía a todos y que no era más que una estafa para negarle el derecho a otras personas de triunfar en la música. Para desmentir aquello, varios cantantes subieron videos presentándose en vivo, para demostrar que la calificación que tenían era el reflejo de su talento.

Dash no ha subido nada, sé que la presentación de esta noche también es por esa razón. Quiere demostrar que su talento es innato, aunque no hay nadie a quien callar, las personas están embelesadas con él y el apoyo que recibe lo demuestra.

Jules por otro lado, aunque no tenía sentido, ya que se hizo famosa por una presentación donde cantó en vivo, terminó por subir un video, motivada por Maika, quien le dijo que era la oportunidad perfecta para seguir en el ojo público, y funcionó. Las personas siguen fascinadas con ella, y no es una sorpresa, se lo merece y ella se ve feliz haciendo videos cortos y subiéndolos a Instagram.

No sé si engancha más su talento natural, su carisma o su genuinidad.

—Aún no han conseguido a la concursante que falta, pero dijeron que lo harán pronto —Se pasea entre una de mis estanterías con su dedo sobre el lomo de los libros en la sección de misterio—. ¿Cuántos libros piensas llevarte? Porque en las fotos del departamento no se ven estanterías tan espaciosas.

—Los suficientes —respondo con pesar, lo cierto es que aquello me martiriza. No puedo llevar demasiados porque no voy a mudarme definitivamente y empacar libros es complicado; detesto la idea de que puedan dañarse en el transcurso—. Aunque hay librerías en Los Ángeles.

Pero esa opción también me agobia, porque luego tengo que traerlos hasta Boston.

—Vas a terminar durmiendo sobre libros si no dejas de comprarlos —Saca "Personas Desconocidas" de John Katzenbach—. ¿Me lo prestas?

Asiento, y me despido de mi libro. No sé qué hace Dasher con ellos, pero nunca me los devuelve y ni siquiera los termina de leer, pero prefiero dárselos por las buenas y que no venga a tomarlos sin mi permiso.

—Debería opinar lo mismo de tu obsesión con las guitarras —acoto, pero aquello a él le da igual—. Se me hace tarde, nos vemos en la feria.

—Esta noche es mí noche, Carter —señala como si tuviera que recordármelo—. Soy voluntario del albergue. Voy a cantar para reunir fondos. No dejes que se arruine.

Sé que se está refiriendo a la presencia de Jules. Sé que en el fondo solo está asustado porque el miedo a ser olvidado es demasiado grande en su interior, y detesto verlo en esta situación. Mi hermano puede ser un malcriado de lo peor, pero si puedo ayudarlo a sentirse mejor, voy a hacerlo.

Se acomoda el cabello para cubrir sus orejas. Todos creen que lo tiene así de largo para verse como una estrella de Rock, pero lo hace para que no se noten los auriculares, aunque estos sean de un color similar al de su piel.

—Todo saldrá genial, Dash.

Pero por desgracia, yo no controlo el destino.

(...)

Me despido de mi madre, asegurándole que nos veremos en la presentación de Dasher, mientras siento mi celular vibrar dentro de la bolsa de mi chaqueta. Una vez en la puerta lo tomo para verificar la razón para hacerlo. Es casi un impulso automático que ya no sé controlar.

Es un mensaje de Jules. Sonrío mientras entro en la conversación.

Jules: ¿Cuál se ve mejor?

Adjunto hay dos imágenes, en cada una ella tiene una blusa distinta, ambas son transparentes, las que más utiliza, pero una es blanca con perlas en los hombros y la otra negra con brillos dorados encima. Debo admitir que ambas se le ven increíbles, pero me gusta más la primera opción y se lo hago saber, y casi como un impulso me encuentro pensando en la similitud con el encuentro anterior de mi hermano en mi habitación.

No puedo dejar de pensar que ambos son parecidos en demasiados sentidos. Hasta en el talento para cantar.

Jules: Gracias. Dame dos minutos.

Yo: 120 segundos y contando

Ni siquiera creo que se tarde tanto, y cuando la veo salir, no puedo disimular mi sonrisa. Trae la blusa blanca y no sé porque me parece un gesto dulce, aunque no debería. Ella solo pidió mi opinión, no era obligatorio que lo siguiera. Estoy acostumbrado a lidiar con Dash que siempre termina haciendo lo que le place.

—¿Lista? —hablo antes de que todas esas sensaciones sin nombre se hagan más intensas.

—Eso creo. ¿En verdad luzco bien para mi primera entrevista?

Da una vuelta para mostrarme su atuendo, que provoca que las ondas rebeldes de su cabello se mesan con el aire, al igual que la chaqueta que sostiene en su brazo derecho, junto a su bolso. Le doy un vistazo en el que detallo cada parte de su cuerpo, deteniéndome en lo bien que le queda todo. La caída de su blusa, el cómo se ajusta el pantalón de mezclilla a su cadera y sus piernas y el detalle de sus botas de tacón que la hacen verse un poco más alta. 

—Increíble, Jules, como siempre.

—No digas como siempre, porque una vez me viste enferma y sé que lucía repugnante.

Recordarlo me hace sonreír. El primer impulso que me hizo cometer.

—Para mí lucías bien.

—Claro, siga mintiendo, decente y encantador joven —repone mientras avanzamos hacía mi auto. No puedo reprimir mi sonrisa, este juego comienza a gustarme—. Llevaba la ropa del día anterior y como tres días sin bañarme. Adulador.

—Creí que te gustaban los cumplidos. Y no mentía. Ni siquiera se notaba que llevaras tanta mugre encima.

Me da un golpe en el hombro mientras su boca se abre con fingida indignación, a lo que yo suelto una pequeña carcajada.

—Ahora me debes dos —señala mientras llegamos al auto. Abro la puerta para ella, sin poder dejar de sonreír, pese a que esté amenazándome.

—Y ahora sé que no solo usas baños ajenos, también le huyes a bañarte —bromeo y huyo hacía el lado del piloto, antes de que pueda volver a empujarme.

—¿Hay algo que diga y no uses en mi contra, Carter Prescott? ¡Eres tan tedioso!

—No tanto como encantador, Jules —Le guiño un ojo, pero aquello no quita que me lance una mirada aniquiladora, mientras se acomoda el cinturón de seguridad.

—Algún día me vengaré y ya no sonreirás con tantas ganas.

—Eso ya lo veremos. Siempre sonrío cuando tú estás.

No pienso bien cuando digo eso, pero tampoco me retracto, no es ninguna mentira.

—Es porque soy encantadora —me guiña un ojo y yo niego, mientras chasqueo la lengua.

—No, porque tienes un tornillo zafado o algo así.

Está vez si me gano un buen golpe en el brazo, pero me tranquilizo en cuanto comienza a reír.

Lo cierto es que río tanto, porque su carisma es contagiosa y su sonrisa preciosa.

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Ahhhh!

Necesito un Cárter JAJAJAJAJA

¿Cómo los trata la semana? ¿Mal como a Cárter que no le devuelven los libros o bien como a Dash que tiene una presentación?

¿Qué parte les gustó más del capítulo?

¿Creen que vaya a pasar algo durante la presentación de Dash?

¿O durante la entrevista de Jules? ¿Con quien será?

Del 1 al 10, ¿qué tan enculado creen que esté Cárter?

Pregunta random: ¿cuál es o era su materia favorita del colegio?

Gracias por leer. No olviden votar, comentar y si pueden recomendar la historia, también me haría muy feliz. Carter y Jules merecen hacerse famosos y no sólo dentro del libro JAJAJAJA

Nos leemos prontito 👀

Mz