Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

0 : 1 8

Lean la nota final, hay información interesante 👀

Julieta

@Maika_S18: Déjame ser tu Romeo, Julieta

¿Estás dispuesto a morir por mí?

Eso suena interesante

Dejo el celular sobre la mesa de noche, esperando que mi respuesta al mensaje de Maika se escuche correcto, mientras me acomodo entre mis cobijas, observando la fotografía en mi estado de Instagram, que tomé justo antes de llegar a la academia. Es una selfie mía con un filtro que me hace ver unas pecas demasiado bonitas. Me gusta cómo me veo.

Pese a que creo que responderá de inmediato, no lo hace.

"Claro, haciéndose del rogar"

¡JA!

Salgo de la aplicación para dejar de sentirme intimidada ante la perfección que reflejan todas las fotografías, para pasar a sentirme intimidada por la lista de la semana de la VoireApp. Me gusta revisarla con la esperanza de ver mi nombre allí algún día, pero al mismo tiempo, como si me gustara mortificarme con el miedo que me consume cada que abro la aplicación y veo la opción de "calificarme".

Sé que en algún momento tendré que perder este miedo, desatar mis alas y volar lejos, porque fuera de la jaula ya estoy. Escapar de ella no fue tan difícil como creí, el problema está en acostumbrarme a la libertad, y comenzar a explorar el cielo lleno de esperanza y aventura que se despliega sobre mí.

Reviso el perfil de los primeros lugares, viendo con detenimiento el video promocional que se despliega nada más presionar su nombre, dándome cuenta de que todos se ven extremadamente profesionales en ellos. Pese a que otro de los motivos para la creación de la aplicación fue dejar atrás el estereotipo de personas perfectas detrás de un micrófono, dónde el físico parecía ser más importante que la voz, estas personas parecen salidas de un comercial.

En verdad se ven bien, tanto que el sentirme intimidada es inevitable.

¿Listo para convertirte en la nueva estrella? Podrías ser Uno en un Millón

El concurso es en dos meses, y es basado en la calificación que se escogen a los participantes; la disquera se comunica con ellos, y aunque no es obligatorio aceptar, nunca he escuchado de nadie que los haya rechazado, después de todo, es la oportunidad perfecta para lucirse y obtener mucha más fama y reconocimiento, aunque no llegues a la final o seas ese uno en un millón.

La curiosidad me pica en la punta de los dedos y la ansiedad se asienta en mis entrañas, mientras mi indecisión me hace querer presionar el botón que dice, calificarme.

Hacerlo es un paso grande. Es lo que necesito para poder arrancar. Es quitarme esta espinita de inferioridad y desasosiego que habita en mí. Es demostrarme que puedo conseguirlo, que mis sueños no son de papel, que puedo plasmarlos y demostrarle que no soy todo lo que él decía. Necesito demostrármelo a mí.

Respiro profundo, cerrando un segundo los ojos para tomar el valor necesario, para analizar todo lo que puedo ganar al hacerlo. Me veo a mí, con un micrófono en la mano, en un escenario frente a miles de personas que han venido a escucharme. La adrenalina me recorre las venas, y una pizca de calidez se asienta en mi interior, llenando mi cuerpo por completo, hasta que me siento fuerte, hasta que me convenzo y recuerdo que eso es lo que quiero para mí. Las comisuras me tiemblan mientras mantengo los ojos cerrados, aun imaginándome las puertas que se abren al presionar ese botón, dejando de lado las inseguridades, solo me enfoco en las posibilidades, las puedo sentir, oler, palpar. Están ahí esperando por mí, me sonríen y yo a ellas.

Me extienden sus manos para que las tome, y yo camino hacia ellas, pero a solo centímetros de llegar, el sueño se evapora mientras el celular vibra entre mis manos. Doy un pequeño brinco del susto, abriendo los ojos de golpe, para encontrarme con una notificación de Instagram.

¡Maldición!

@Maika_S18: Yo me refería a lo fugaz e intensa de su relación.

A comparación suya, abro el mensaje y le respondo de inmediato. Poco me interesa que digan que aquello es colocarme en bandeja de plata, eso ya depende de lo que vaya a responder.

Yo: Pero trágica a final de cuentas.

No gracias. Paso del drama.

Y de ti

Me gustaría estar frente a él para ver su rostro. No hay nada más satisfactorio que bajarle los humos a un mujeriego. Aunque estoy casi segura de que este tiene un as bajo la manga, igual que yo los míos.

@Maika_S18: ¿Ya te había dicho que estudio mecatrónica?

Me gusta lo difícil

No puedo aguantar la risa que brota de mi interior al leer sus palabras, ojalá me hubiera dicho esto de frente, para mostrarle lo idiota que se escucha.

Yo: ¿Si te funciona comparar una máquina con una mujer?

Muy original de tu parte, amigo

@Maika_S18: Ambas me encantan

¿Amigo? ¿Cuándo dije que quería serlo?

Yo: Jsjsjsjs ¿Si te han creído esa labia?

Agradece, es a lo único que puedes aspirar a mi lado.

Bloqueo el celular un rato, dejándolo sobre el colchón, porque mis pies se sienten fríos. Me bajo de la cama y camino hasta el ropero para tomar un par de calcetas para dormir, mientras lo hago escucho mi celular vibrar una y otra vez, como si los mensajes no pararan de llegar y eso me fastidia. ¿Acaso piensa llenar mi bandeja hasta que le responda? ¿No puede esperar dos minutos?

¡Qué fastidio!

Quiero tomarme mi tiempo para colocarme las prendas, pero el insistente sonido me hace apresurarme a caminar con pasos firmes y largos, mientras ruedo los ojos y lanzo un suspiro.

En cuanto tomo el aparato entre mis manos, veo que no son mensajes de Maika los que han llenado la bandeja de entrada, son del número desconocido del otro día.

Desconocido: Vamos, July. Solo quiero hablar contigo.

Tú mamá dijo que estás fuera del país.

Lamento lo que dije la última vez, ¿sí?

Pero ¿cómo ibas a ser cantante cuando te aterra tomar un micrófono?

No puedes culparme por reírme, pero es como si yo quisiera dedicarme a ser acróbata de un día para otro, sin haber tomado una sola clase, solo porque me gusta.

No se come de sueños, July. Tu padre tiene toda la razón.

La ira tiñe cada parte de mi sistema. Veo que aún está escribiendo, pero antes de que un nuevo mensaje lleno de veneno pueda llegarme, bloqueo el usuario. Las manos me tiemblan y los ojos se me empañan debido al enfado.

¡Maldita sea!

Ni siquiera sé porque no bloquee el número desde un principio, pude haberme ahorrado este enojo y este nuevo sentimiento de inseguridad en mi pecho. No quiero llorar, no quiero sentirme débil ante sus palabras, pero el nudo formado en mi garganta y mis ojos escociendo, me ignoran, me hacen sentir patética.

Antes de que el sentimiento me consuma por completo, antes de darle el placer de herirme, respiro profundo y doy una bocanada, como si me tragara sus malos augurios. Porque no merece ni un solo gramo de mi atención. No merece nada de mí.

Las malas personas ganan su poder cada que con sus palabras o acciones consiguen desestabilizarnos. Yo no le voy a dar esa satisfacción. Quiere que agache la cabeza, pero no lo voy a hacer. No pienso darle ese dominio sobre mí.

Aun así, sigo enfadada, con la respiración acelerada, el cuerpo temblando de ansiedad. Mis dedos pellizcan mi muñeca contraria, ni siquiera me había percatado de la sensación. Las separo de inmediato. Abro y cierro las manos, porque tengo que hacer algo para calmarme, porque necesito sacar lo que llevo dentro. Lo que me hace sentir.

Volviendo a mis antiguas andanzas, tomo un lápiz de mi mesita de noche y busco la libreta entre mi ropa. Las palabras brotan por sí solas, no tengo que pensarlas mucho. Me dejo llevar por la adrenalina, para captar en el papel la carga sobre mis hombros.

Para cuando termino, siento la respiración acelerada y la garganta seca, como si hubiera corrido un maratón. La mano izquierda, con la que escribo, me palpita mientras sostiene el lápiz entre el pulgar y el índice, pero me siento más liviana.

Observo las palabras de reojo, pero no les doy más vueltas, porque no quiero volver a enfadarme, porque no pienso volver a prestarle más importancia a alguien que quiso salir de mi vida. Se perdió la oportunidad de tenerme y yo no sé dar segundas oportunidades.

Vuelvo a guardar la libreta y regreso a la cama, no quiero tomar de nuevo el celular por miedo a que tenga otro número con el cual seguirme acosando. Lo único que se me antoja es irme a dormir, pero nada más pegar la cabeza en la almohada y cerrar los ojos, el poco cansancio que tenía encima, se esfuma.

No sé cuántas veces doy vueltas sobre la cama, hasta que decido tomar el aparato para ver algún video de matemáticas, para aburrirme y quedarme dormida a la mitad de la explicación, como solía pasarme en clase.

Y por suerte funciona.

(...)

Es una pésima idea. Lo sabía, y, aun así, aquí estoy.

Debería recibir un premio por ceder.

¡Agh!

—¿Necesitas ayuda, Julieta? —Sentir su aliento tibio chocar con la piel desnuda de mi hombro, provoca que los vellos de mi nuca se ericen, mientras doblo mi cuerpo hacía un lado en señal de molestia para que se aleje un poco.

Le sonrío, y niego.

—No. Yo puedo sola —Me hago hacía un lado, observando de reojo su mirada sobre cada una de mis acciones. Profunda y coqueta, hasta cierto punto, también atemorizante—. Esto sería más fácil si me dieras un poco de espacio.

Recalco en cuanto intenta volver a acercarse a mí. Con esa sonrisa ladina y galante que lo caracteriza y le roba suspiros a más de una chica a nuestro alrededor.

—Siempre hay que vigilar al oponente —indica con diversión.

Me río con burla ante ese comentario.

—¿Tanto miedo te da perder, Maika? —Elevo una de mis cejas mientras tomo la bola de boliche y camino con determinación sobre la pista para lanzar.

—No. Solo que me gusta demasiado mi oponente.

—Buen intento, pero eso no quita que voy a destrozarte —indico antes de inclinarme hacía adelante, con una sonrisa de suficiencia tatuada en mi rostro para lanzar la bola. Me enderezo confiando en mi puntería y escucho sus pasos acercarse mientras la esfera impacta con los bolos centrales, un poco más hacía el lado derecho, y de inmediato uno a uno comienzan a caer, por el efecto del golpe, y porque se tambalean sobre el otro.

Brinco con emoción en cuanto cae el último, elevando los brazos, mientras mi sonrisa se agranda.

—Suerte de principiante —le resta importancia, dado que, en su tiro, quedaron dos bolos de pie.

Claaaaaaro —Le saco la lengua, antes de caminar de regreso a la mesa para tomar otro sorbo de mi bebida—. Yo lo llamaría tratar de dejarme ganar para hacerme sentir a gusto —Eleva las cejas, haciéndose el desentendido—. Ese truco está tan gastado, Maika. ¿De verdad te funcionan estas tácticas?

—Aceptaste salir conmigo, así que yo diría que sí.

—Aceptamos —recuerda Gigi abrazando una bola de boliche celeste, mientras camina hacía la pista para lanzar—. Y dijiste que luego iríamos por helado.

—Y donas —agrega Harvey, siguiendo a su hermana con una bola en color morado—. Las manos donde podamos verlas. Ginger nos dijo que querías robarte a Jules. ¿No estás muy grande para querer una niñera?

Sonrío con verdadera gracia, mientras Maika lanza un suspiro.

—¿Esto fue idea de Ginger, cierto? —Ni siquiera sé por qué lo pregunta, cuando conoce la respuesta.

—Tenía la tarde libre, pero ella tuvo un improvisto. Es mi trabajo cuidarlos —contraataco con fingida inocencia. La verdad es que sabía desde un principio que Ginger saldría y sus padres están de viaje.

Maika no dejaba de insistir y la curiosidad mermó tanto en mi interior, que tuve que terminar aceptando. Tengo que confesar que luego de unos cuantos días de intercambiar mensajes por Instagram, ya no me parece un lobo feroz. Puedo controlarlo y eso me agrada, aunque él no pierde la oportunidad para tratar de sacar sus garras y atraparme.

Ver su sonrisa cuando llegó por mí fue toda una obra de arte, especialmente porque Gigi y Harvey corrieron a su encuentro para preguntarle a dónde nos llevaría.

Los Moore no se enfadaron cuando les dije que saldríamos con él, después de todo, es amigo de la familia desde hace mucho y lo conocen a la perfección, además, los gemelos y yo teníamos planificado en el horario salir hoy para distraernos de sus arduas labores de estudiar y la mía de cuidarlos.

—Eres mala, Julieta —confiesa mientras se lleva el sorbete a la boca.

—¿Yo? Acepté salir contigo, eso me convierte en la persona más buena del mundo. Soportar tus malas tácticas es un arduo trabajo —me hago la mártir, con un rostro que refleja cansancio y la mano en el pecho, ganándome una sonora carcajada de su parte—. ¡Eso es Gigi!

Grito en cuanto veo que tira la mitad de los bolos y ella sonríe en mi dirección con los pulgares elevados. En la vuelta anterior, solo consiguió tirar dos, pero su perseverancia es de admirar, porque dijo que a la próxima lo haría mejor y lo ha hecho.

—Si supieras que no estoy usando ninguna.

—¿Por qué? ¿Por qué soy especial? ¡Ja! Esa también está muy usada.

—No. Porque no busco lo mismo contigo que con las demás —No me dejo engañar por el tono seductor que utiliza, mucho menos por su intensa mirada sobre mí.

Dejo escapar una carcajada y mientras que su rostro, aunque parece divertido, sigue demostrando la misma seguridad.

—Eso se lo dices a todas. ¿También eras así con la niñera anterior? —No debería haber preguntado lo último, lo sé por la forma en que su rostro se desconfigura, pero no podía desperdiciar la oportunidad; la curiosidad por averiguar qué pasó con ella, aun merma en mi interior como el primer día.

Maika guarda silencio, mientras parece buscar que responderme. Y no sé descifrar si esa reacción se debe a que fue algo grave y él estuvo involucrado, o si solo fue grave. El misterio detrás de esa chica es demasiado vívido, demasiado fuerte.

—¡Ese tiro fue genial, Harvey! —grita con euforia, omitiendo mi pregunta, mientras los gemelos vuelven corriendo hacía la mesa.

—Eso quiere decir que sí saliste con ella —continúo con lo mismo, aunque no debería. Sé que esto de jugar a la detective no puede traerme nada bueno, pero su reacción solo me ha dejado más dudas.

—No deberías mencionarla —Es lo único que responde, antes de tratar de levantarse del asiento. Lo tomo del antebrazo con delicadeza mientras sonrío para restarle importancia, e intento leer la reacción de su rostro, con la mirada perdida y la boca entreabierta, como si fuese un tema del que le asustara hablar, más que sentirse avergonzado.

—¿Por qué?

—Porque a los Moore no les gusta hablar de ella.

—¿De quién? —La voz de Harvey rompe con el incómodo momento, o al menos eso parece.

—De Leida —Dice Gigi, y de inmediato se da cuenta de su error, llevándose las manos a la boca, mientras Harvey abre los ojos a más no poder y Maika parece perder el color.

—Es mejor que nos vayamos —dice el último, en modo automático, mientras comienza a tomar sus cosas. Gigi parece asustada, mientras sus ojos se cristalizan y Harvey de inmediato toma su mano en señal de apoyo.

¡Maldición! ¡Lo arruiné!

"¿Dios? ¡Ayuda! Por favor"

—Papá y mamá van a enfadarse —sisea con la voz rota y la culpa me cae como balde de agua fría. Me levanto de inmediato y voy a su encuentro. Al principio huye de mi toque y lo entiendo, es mi culpa que ella haya dicho ese nombre. Yo no debía haber presionado a Maika, aunque solo fuera como una broma, sabiendo que los gemelos estaban cerca.

—No, Gigi. No van a enterarse. De mi parte, yo no escuché nada. ¿Y tú, Harvey? —intento sonar tranquila, aunque por dentro el miedo me esté cobrando factura. Temo que los gemelos les digan a sus padres que estuve preguntando por ella, cuando no debería hacerlo.

El niño niega, mientras presiona la mano de su hermana y esta asiente.

—Yo ni siquiera recuerdo de qué estábamos hablando. Creo que, de ir por helados, ¿no?

—Y donas —agrego al efusivo comentario de Maika, quien también se ha agachado para quedar a la altura de los gemelos. Me giro para encararlo, pero rehúye de mi mirada y lo entiendo, yo también estaría enfadada conmigo por colocar a una niña de seis años en esta situación a causa de mis comentarios mal intencionados.

¿Por qué no aprendo a mantener la boca cerrada?

Gigi se sorbe la nariz, para luego girarse hacía mí, y temo que con su carácter me reclame que esto es mi culpa, y me amenace con contarle todo a sus padres. La idea de ser despedida por los Moore me aterra, llevo casi cuatro meses a su lado, que me he acostumbrado demasiado a ellos. Hasta a Ginger.

—Quiero ir al baño —expresa y yo asiento, tomando su mano para acompañarla.

Escucho a Maika decir que nos esperarán, y yo me limito a tratar de sonreír, con la mueca más teatral de mi repertorio.

Siento angustioso el camino hasta que llegamos y la suelto para que entre a uno de los cubículos, siempre siguiéndola para quedarme parada en la puerta por si necesita algo.

—Maika no le hizo nada a Leida, ellos no eran amigos —Dice desde dentro—. Era amiga de Ginger, pero una noche vimos a mi hermana llorar a través de la puerta de nuestra habitación. Al día siguiente mamá nos dijo que Leida se había ido y nosotros nos iríamos de vacaciones a la casa de los abuelos a su casa en la playa junto a Carmín, su perro —Su relato se corta debido a la cadena del baño, y yo intento comprender sus palabras, mientras las dudas no hacen más que mermar en mi interior—. ¿Crees que se haya ido por qué peleó con mi hermana? ¿Por eso no se despidió de nosotros?

Abre la puerta de golpe, pero no sé qué responderle. Lo cierto es que no esperaba que me hablara de ella. Su punto de vista en la historia tiene muchos cabos sueltos, pero al menos me ayuda a saber que sus razones para ser despedida no fueron las mejores.

—Tal vez tenía que volver a su casa de inmediato —intento reconfortarla, pero no encuentro que más decirle que la haga sentirse mejor, porque las ideas de lo que pudo haber sucedido no dejan de darme vueltas—. Son cosas de grandes, Gigi.

Sus pequeños y rasgados ojos me observan con curiosidad y la culpabilidad parece haber desaparecido por completo de ella, antes de asentir y caminar hacía el lavabo.

—Yo no te dije nada —apunta y ahora es mi turno de asentir, al verla a través del espejo con la mirada dura y una seriedad envidiable, que la hace ver mucho más tierna.

Hago una señal como si tuviera un cierre en los labios, antes de que ella se seque las manos para salir del baño.

—Vamos por helado.

—Y donas —recuerda.

(...)

Al llegar a casa, los terremotos son los primeros en descender del auto, mientras se pelean por ver quien llega primero a su habitación. La incomodidad ante lo que sucedió en el boliche se ha desvanecido, al menos de parte de ambos. Maika aun parece perdido en sus pensamientos, aunque frente a ellos se mantuvo carismático todo el tiempo.

—Gracias por invitarnos —recito antes de quitarme el cinturón para descender de su camioneta—. Ya puedes pasar a tu siguiente víctima.

—¿Víctima? —investiga con sorna, recomponiéndose en el asiento—. ¿Así que esa es tu forma de mandar al diablo a tus pretendientes? ¿Llevar niños a las citas y luego lanzar comentarios incómodos? —Aunque aquello parece un reclamo, lo dice con diversión, volviendo a adoptar ese tono coqueto que lo caracteriza.

Nunca creí que diría algo como esto, pero agradezco que vuelva a coquetearme.

—Los terremotos son excelentes chaperones —me defiendo con una sonrisita dulce en mi rostro, pero entonces recuerdo el aprieto en que nos metí a todos por molestarlo con falsas acusaciones—. Lamento lo de... ya sabes —no quiero volver a sacar el tema—. Mi broma se salió de control.

Por unos segundos, que me parecen eternos, no hace más que observarme hasta que sonríe y yo siento que puedo dejar de retener la respiración.

—Te perdono si aceptas volver a salir conmigo.

Me río por su galantería.

—Dios sabe que intenté redimirme, ojalá no me mande al infierno por decirte que no.

Pese a la mirada que me lanza y su sonrisa coqueta, me mantengo firme en mi decisión. Aceptar su salida no significa deberle nada.

—Va a hacerlo por romperme el corazón. Eso no es digno de una buena samaritana.

Vuelvo a reírme por su forma tan mala de hacerse la víctima, sin querer alargar más esto, y porque tengo que ir a revisar que los gemelos no hayan hecho un desastre dentro, abro la puerta del auto.

—Iré a confesarme lo más pronto posible para redimir mi pecado entonces —Le guiño un ojo y él lanza una carcajada que me suena agradable, pero a la que me reprimo porque Maika está lejos de ser el hombre que quiero en mi vida—. Adiós, Maika.

—Adiós, hermosa —Ruedo los ojos, mientras comienzo a cerrar la puerta—. Sueña conmigo.

—No me gustan las pesadillas.

No me quedo a esperar una respuesta suya, avanzo de forma rápida hasta la casa. Mis pasos se detienen al escuchar la voz de Ginger y Carter. Ambos están enfrascados en una plática de la que no presto atención puesto que nada más levantar la vista, me encuentro con la mirada de Carter sobre mí. Trago saliva tratando de omitir la extraña sensación que se asienta en mi interior, mientras sonrío en su dirección.

Él me devuelve el gesto, pero no paso por alto el cómo observa sobre mí, en dirección a donde está el auto de Maika aun estacionado. Quiero descifrar su reacción, pero al mismo tiempo, también quiero comprender la mía.

Por una parte, me siento contenta de verlo, pero por otra, culpable de haber salido con Maika y encontrármelo aquí. Aunque no debería. Carter y yo solo somos amigos.

Sus ojos vuelven a mí, y en su mirada se siente una calidez que me embriaga por completo. Es una sensación de la que me siento adicta de inmediato.

—¡Julieta! Haz olvidado tu suéter—Me giro en cuanto el grito de Maika rompe la conexión entre su amigo y yo. Corre hasta colocarse a mi lado y pasarme lo que olvidé. Vaya que me sorprende, porque ni siquiera recordaba haberlo llevado.

—Esto no es mío —exclamo de inmediato, en cuanto tengo la prenda entre mis manos. Es de lana, yo soy alérgica a ella.

Se lo devuelvo con rapidez, sin ocultar ni un poco mi cara de asco al saber que quien sabe con cuantas chicas más ha salido en ese auto. Vaya a saber Dios quien sea la dueña.

—¿El pobre Maika ha sido descubierto? —Ginger hace un puchero en dirección a su amigo, quien sonríe para amortiguar el peso de su error, pero aun así se nota incómodo. Quiero reírme de su rostro, pero no puedo evitar sentirme como una estúpida más en su lista, aunque no lo sea.

—Hermosa... —intenta excusarse, pero no se lo permito.

—¿De verdad hay mujeres que caen en tus garras? —investigo con sorna, elevando el mentón, con la ceja alzada—. Porque de verdad eres el peor mujeriego que he conocido.

—Es porque quizás esté cambiando.

Su rostro se torna serio mientras lo dice. No puedo mantener la compostura, me burlo de sus palabras y la forma tan segura en que lo ha dicho.

¿De verdad cree que esa frase barata podría remover algo en mí?

Ni siquiera sus amigos son capaces de creerle, Ginger se ríe con ganas, y Carter sonríe con dulzura, como si tuviera compasión de su mejor amigo.

—A otro perro con ese hueso, primor —suelto, antes de alejarme caminando hacia atrás, con la misma sonrisa socarrona en mi rostro. Por fin vuelve a sonreír con coquetería y comprendo su juego.

¡Idiota!

Me giro en dirección a la casa, mientras escucho como Ginger se sigue burlando de él y unos pasos trotar hacía mí. Respiro profundo, mientras mi corazón acelera su ritmo esperando por la persona que ha venido tras de mí. No detengo mi andar. Finjo que no me he percatado de su presencia.

—¡Hey, Jules! —Me muerdo el labio inferior antes de girarme hacía Carter—. ¿Estás bien?

Me observa con el rostro inclinado hacia un lado, con una pequeña sonrisa en su rostro y las manos metidas dentro de los bolsillos de su pantalón.

"¡Deja de mostrarlo tan encantador, Dios!"

Perfectamente —recalco con las manos debajo de mi rostro, sonriendo y pestañeando para dejarlo más en claro—. ¿Te preocupa que pueda hacerme algo?

—Ya sé que puedes defenderte tu sola, pero quería saber cómo te encuentras —Sus ojos me estudian con tal detenimiento que, aunque se me antoja perderme en ellos, termino por fingir que tengo algo en el ojo para apartar la vista de la suya, antes de que lo note y me deje en evidencia.

—Qué buen amigo —Ni siquiera pienso bien mis palabras antes de abrir la boca, aunque tampoco pienso retractarme—. Pero deberías estar más preocupado por él.

—Tú me preocupas más.

Mando callar a mi corazón, quien pega un grito mientras salta sobre un pie nada más escucharlo. No puedo seguir elevándome esperanzas cuando sé que no puede haber nada entre nosotros.

—¿Más que tu mejor amigo? Creo que deberías alejarte de él un poco, se te comienzan a pegar sus malas tácticas.

Las comisuras de Carter se elevan mucho más, remarcando las líneas que delimitan sus mejillas y se notan mucho más sus hoyuelos, mientras sus ojos se achican sin dejar de observarme. El gesto en su rostro me parece tan dulce, tan cálido, que de pronto me siento en problemas, en la necesidad de abrazarlo y no soltarlo nunca. De seguir diciendo estas locuras solo para que me regale tales muestras de afecto.

—Con mi encanto basta, Jules.

Concuerdo con él, pero no pienso decirlo en voz alta.

—Claro y hacerte el difícil diciéndoles que no quieres nada con nadie —Elevo mi ceja, queriendo sonar bromista y que no se note tanto que ha sido una indirecta (bastante directa) —. Buena táctica. Deberías darle clases a Maika —Palmeo su pecho aprovechando la cercanía y luego doy un paso atrás para entrar a la casa, temo que, si me quedo más, termine por decir algo de lo que pueda arrepentirme. Ya por hoy he dicho suficiente, aunque sí que puedo darme el lujo de analizar si son celos los que brillan en sus ojos al mencionarlo, como lo hicieron hace un momento en cuanto su mejor amigo se acercó a mí—. Debo ir a revisar a los gemelos, nos vemos luego.

Quiero quitarme esa última idea de la cabeza, pero al mismo tiempo, quiero seguirlo tentando con aquello hasta obtener la verdad. No me gusta quedarme con incógnitas inconclusas.

—¿Mañana? —Su voz se nota un poco más ansiosa, pero quiero creer que se debe a cualquier razón que no me involucre a mí, si pienso lo contrario nada más terminaría por hacerme daño yo sola—. Dijiste que saldríamos, como pago por lo del otro día.

Lo tengo claro, así que asiento sin borrar la sonrisa de mi rostro y trato de mantenerla, no quiero que note que estuve esperando por esa salida, aunque me dije mil veces que no.

—No he revisado mi agenda, pero puede que tengas suerte y acepte —Le guiño un ojo y él niega con ese bonito gesto que hace frunciendo los labios y las cejas—. Solo por curiosidad, ¿A dónde iríamos?

—Solo por si la señorita está desocupada a las seis de la tarde, iríamos a un bar en el sur de la ciudad, con música en vivo, un ambiente cálido y un baño a su alcance —bromea en mí mismo tono—. Y para aclarar esta vez andaríamos en mi auto y no caminando, así que no tendría que preocuparse por correr en tacones.

Entrecierro mis ojos en su dirección ante lo último que ha dicho, porque fue la razón por la que fingí enfadarme con él.

—Le confirmaré en el transcurso del día acerca de mi disponibilidad, Señor Prescott —juego usando un tono mucho más elegante—. Pase una feliz noche y trate de no robarse tantos corazones con esas tácticas de coqueteo indiscreto.

—Y usted trate de no robarse tantos corazones con esa sonrisa, bella dama —Aunque quiero no sonreír, mis comisuras se mueven por sí solas para hacerlo con mucha más efusividad, como si en el fondo quisiera hacer justo lo que él ha dicho que no haga, pero con la intención de robarme un solo corazón. Uno que no puedo tener—. Descansa, Jules.

Ambos nos sonreímos una última vez, con la mirada en el otro, hasta que un estruendo dentro de la casa me devuelve a la realidad. Lo despido antes de correr dentro, dando un suspiro para enfrentarme a los dos terremotos que ya no debería cuidar dada la hora, pero a quienes termino persiguiendo escaleras arriba para evitar que se lleven ese tarro de yogur helado.

¡La vida soñada!

🎤🎼🎤🎼🎤🎼🎤🎼🎤🎼🎤🎼🎤

¡Holaaaaa!

¿Cómo les va esta semana? ¿Bien como Carter o mal como Maika? 🤣

¿Quién creen que le está enviando mensajes a Jules?

¿Qué habrá pasado con la niñera anterior? ¿Qué tiene que ver Ginger? 👀

¿Volverá Jules a salir con Maika y con los gemelos? JAJAJAJAJAJA

Jules y Carter van a dulce melodía 👀👀👀👀👀👀👀

Pregunta random: ¿Serie o dorama favorito?

Gracias por leer. Por cierto, el domingo me harán una entrevista por Instagram y no saben lo emocionada que estoy!! Si pudieran estar allí, en verdad me haría feliz. Mi usuario está en el Banner de aquí abajo o en mi perfil, ahí daré la información, por cierto, síganme a veces subo cositas por ahí 👀

Sin nada más que agregar. Los quiero. Nos leemos pronto.

Mz

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro