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XVII: Lecciones sobre el amor verdadero.

—Ems, recuérdame por qué estamos corriendo alrededor del gimnasio en el cumpleaños de Sonny.

—Cuando terminemos esta vuelta, Sammy —dijo Emeraude en medio de un calor sofocante—, ya te explicaré.

La fiesta del pequeño pelirrojo inició bastante temprano. Sonny se había levantado a las seis de la mañana y se emocionó tanto que cinco minutos después todos en casa ya estaban despiertos de cuenta del cumpleañero corriendo por todos lados. Emeraude sabía que gastaría mucha energía ese día, pero valdría la pena por su hijo.

Ambos terminaron de trotar y se sentaron junto a la puerta del gimnasio. Antes de entrar, Emeraude le dio a su novio una botella de agua y un poco más de tiempo para respirar mientras le explicaba lo que había acabado de pasar.

—A Sonny le gusta repetir lo que ve en entrenamiento, así que esto parcialmente es mi culpa —la cantante suspiró—. Estaba este chico nuevo en uno de mis grupos, y no paraba de hablar. Yo trataba de dar indicaciones a los demás y no se callaba. Eso es muy irrespetuoso, y más si es tu primera clase.

—¿Lo torturaste? —ella sacudió la cabeza de lado a lado.

—A mí no se me hizo una tortura. Le pedí amablemente que le diera tres vueltas al gimnasio trotando, y cuando volvió a entrar se quedó tan mudo como una piedra. Cumplí mi objetivo y el chico siguió entrenando con la lección aprendida. Con todos debe ser así.

—Suena un poco idealista.

—No es idealista en lo absoluto, es parte de la disciplina. Conmigo funcionó, yo nunca le daría a un alumno una penitencia que yo no pudiera cumplir, y créeme que esto no fue lo único que tuve que hacer. Era muy dispersa cuando empecé a entrenar y Braulio me quitó eso a punta de amor rudo.

—¿Te golpeó?

—No —dijo la cantante—, fue mucho más educativo. Cuando yo era cinta azul, Braulio me sentó en seiza durante dos clases enteras por reírme de algo que pasaba fuera del dojo. Las piernas me estaban matando, pero aprendí mi lección de atender siempre a lo que ocurría en el entrenamiento. No parecía que él hubiera tratado de corregirme, pero lo hizo. Me ayudó a concentrar y a tener paciencia, eso es importante para muchas cosas —Emeraude se levantó y le ofreció la mano a Sam para ayudarle a hacer lo mismo—. Vamos adentro, ya sabes que no puedes volver a responderle al sensei con un chiste, te va a poner a correr por no conocer los momentos adecuados para eso.

Ambos entraron de nuevo al gimnasio, que estaba decorado con globos de color naranja por todas partes, contaba con sillas alrededor del tatami para los que optaron por no entrar a la clase pero no querían perderse la fiesta y tenía una gran mesa llena de comida en la zona de hidratación para todos los invitados.

Al cruzar la entrada otra vez, Emeraude y Sam vieron que Sylvain, Clementine y la tía Amber habían formado un escueto equipo de kata y practicaban algunos movimientos de bloqueos y ataques que Sonny les había enseñado mientras mantenían una incómoda posición de kiba dachi, con la que simulaban estar montando a caballo. A pesar de lo difícil de aquella colocación de pies y rodillas, los tres la hacían bastante bien, gracias al entrenamiento marcial de Clementine, el yoga constante que Sylvain enseñaba y las maravillosas aptitudes de la tía Amber para el ballet, lo que les daba una flexibilidad envidiable. Joanie, la hija pequeña de Braulio, les enseñaba a los primos de Emeraude algunos movimientos básicos de combate mientras la abuela Lavender los veía desde una silla a un costado. La cantante le llevó una taza de té y se sentó junto a ella.

—Gracias, cariño —dijo la dulce mujer y le dio un sorbo a la pieza de porcelana—. ¡Te quedó maravilloso!

—Lo mejor para ti siempre, abuela —la cantante sonrió—. ¿Estás cómoda?

—Sí, mi niña. No te preocupes por mí —Sam, desde lejos, las miró e intercambió una breve sonrisa con su novia—. Más bien cuéntame qué tal te fue contándole la verdad al encantador muchacho que nos mira.

—Al principio fue bastante dramático porque Lety se entrometió, pero aclaramos las cosas y todo está bien por ahora.

Lavender suspiró, señal de que venía una pregunta bastante capciosa para su nieta.

—Ese "por ahora" me suena a que hay algo sin resolver. ¿Qué es?

—Sus sueños, abuela. Todavía vive en Japón y no se quedará por mucho tiempo en Copper Grace.

—Ya veo —la abuela tomó un sorbo más de su taza—, y supongo que no han hablado de eso aun, ¿o me equivoco?

—Tuvimos que resolver muchas cosas primero. Ya sabes, lo del bicho que tuve en la garganta, conocer a su familia, que él los conociera a ustedes... eventualmente sabremos qué hacer.

Olive y Scarlet, las primas mayores de Emeraude, se acercaron a ella luego de haber golpeado los sacos de boxeo por unos minutos, y tratando de ser discretas, llamaron a su prima aparte.

—Nena, tenemos que hablar algo importante contigo —dijo Olive—. Primero que todo, me encanta tu novio kitsune[14], ¡es hermoso!

—Gracias, Liv. —replicó la cantante con una sonrisa.

—Sí, es muy lindo —habló Scarlet—. Pero no pudimos evitar notar algo raro y creo que deberías saberlo —las tres dirigieron sus miradas a Sam, que en ese momento conversaba con Irina—. Él y esa chica de cabello oscuro se portan de forma muy extraña. ¿Qué pasa entre ellos?

Emeraude sabía muy bien lo que pasaba con Sam cuando Irina estaba cerca, pero también era consciente de que él no iba a resolver el asunto que tenía pendiente con su mejor amiga en un lugar y ocasión tan inusual, por lo que no se preocupó. En lugar de eso, se llevó a sus primas aparte para explicarles.

Las tres se dirigieron a la oficina donde Emeraude trabajaba durante el día y la cantante les ofreció a sus primas unos cuantos dulces de chocolate que ellas aceptaron encantadas.

—Vale, ahora que estamos en un ambiente más tranquilo, les voy a explicar porque confío en ustedes —dijo la cantante—, pero voy a pedirles que no hablen de esto con nadie, porque lo que pase entre mi novio kitsune y su mejor amiga no es de interés general.

Las hermanas asintieron para indicar que no contarían lo que iban a escuchar por parte de su prima. Emeraude tomó un poco de aire antes de empezar.

—Chicas, ¿recuerdan la vez que fuimos con Clip al concierto de Lenny Kravitz en Las Vegas?

—Oh, sí —replicó Olive—, dijiste que luego de eso habías tenido el mejor sexo de tu vida.

—Liv, ¡por Dios! ¿Es lo único que recuerdas de ese día? —le increpó Scarlet—. Quiero decir, vimos a Lenny Kravitz a veinte metros de nosotras y tú solo te acordaste de que Ems se cepilló a Clip esa noche. ¡Prioridades, señorita!

—Chicas, por favor... —intervino la cantante.

—¿Disculpa, Scarlet Blanchard? —respondió la hermana menor—. Cuando conocimos a Clip dijiste que tenía tremendos cachetes, y no hablabas precisamente de los de la cara.

—¡Porque era verdad! No me avergüenza admitir que él me parecía muy atractivo, pero creo que eso no es lo que Ems quería contarnos —la hermana mayor dio un aplauso seco—. Continuemos, por favor.

Las hermanas miraron a Emeraude mientras ella se aguantaba la risa y trataba de recomponerse al oír que sus primas discutían. Luego destapó un chocolate y le dio un pequeño mordisco antes de seguir hablando.

—Vale, ¿dónde estábamos antes de que ustedes me revelaran que mi novio muerto les gustaba?

—¡EL CONCIERTO! —exclamaron Olive y Scarlet al unísono.

—Está bien, el concierto —dijo la cantante—. Esa noche fue extremadamente especial para mí, porque tuve al amor de mi vida al lado.

—Al lado, al frente, atrás, encima, debajo... —bromeó Olive.

—Por favor, Liv... estamos en un tono más serio ahora —señaló Emeraude y suspiró—. Lo que estoy tratando de decirles es que Clip fue la persona que más amé como pareja, y él me amaba tanto de vuelta, que estar juntos era maravilloso y me alegra haberlo tenido en mi vida porque me enseñó muchísimas cosas a través de todo lo que me demostraba. Nadie merece menos que eso, así se siente estar enamorado. Sin embargo, no todos tienen esa misma fortuna.

—Ahí es donde el kitsune se mete en la historia. —dijo Scarlet. Su prima asintió.

—El asunto entre Sammy e Irina es así —explicó la cantante—: él ha estado enamorado de ella desde que eran niños y ella no tiene la más mínima idea. Y como dice el tío Gray... primero va el uno que el dos, así que si Sammy decide contarle a su mejor amiga lo que siente por ella y es correspondido, pues... yo me haré a un lado para que él pueda tener la historia de amor verdadero que merece.

Scarlet y Olive no podían creer lo que acababan de oír, y miraron a su prima con incredulidad.

—A ver —dijo Olive—, el kitsune es tu novio. ¡TU NOVIO!

—Tienes razón, Liv —respondió Emeraude—, pero no soy el amor de su vida, y no está bien obligarlo a estar conmigo si puede lograr algo más significativo con alguien más.

—¡Es el padre de Sonny! —exclamó Scarlet.

—¿Y qué? ¿Ustedes creen que un hijo va a atar a un hombre? Olvídenlo, eso no pasa.

Un par de ladridos agudos provenientes de la zona de hidratación detuvieron súbitamente las elucubraciones del trío de primas. Emeraude levantó la vista.

—Genial —dijo la cantante con un suspiro de resignación—, voy a tener que despedirme de mi ropa negra.

—Es eso... ¿un perro? —preguntó Olive. Su hermana asintió.

Las chicas salieron de la oficina para encontrarse con un emocionado Sonny sosteniendo una cachorrita de Samoyedo en los brazos y al profesor Gorski junto a él con unos globos verdes en la mano. Entre sonrisas, el niño le tendió la perrita a su madre.

—Mira, mami... ¡Loki me la regaló! —Emeraude sonrió mientras acariciaba a la cachorrita blanca, que le lamió la mano en agradecimiento.

—Es hermosa, cariño. ¿Ya tiene nombre? —el pequeño pelirrojo asintió.

—La llamaré Crema.

—Tengo que aclarar algo aquí, señorita Blanchard —dijo Gorski entregándole una pequeña cartulina a la cantante—, este no fue mi regalo. La perrita estaba en la entrada cuando Nattie y yo llegamos, tenía esto en el collar.

Emeraude abrió la tarjeta para leerla mentalmente.



"Feliz cumpleaños, ¡Sonny! Ya eres un muchacho grande que puede tener una mascota para jugar.

Con cariño, el tío Maxie.

P. D.: Lo siento por tu madre."

—Qué considerado es mi cuñado. —dijo la cantante. Sam se acercó a ella y la tomó de la mano.

—¿Problemas en el paraíso?

—No exactamente. Estaba dictando una lección sobre el amor verdadero y Crema me interrumpió con sus ladridos. —el chico tatuado sonrió.

—Vamos a tener mucho por hacer con esa princesa peluda. —Emeraude se volvió hacia su novio y lo miró, extrañada.

—¿Vamos? —él asintió.

—A Aiko no le va a gustar, pero... voy a quedarme aquí por un poco más de tiempo. Nintendo puede esperar.

—Pero ese es tu sueño —respondió la cantante preocupada—, es lo que has querido desde siempre.

—No te preocupes por eso, Ems. Puedo hacer videojuegos donde sea, pero no puedo dejar a mi familia. Todo lo que me importa está en Copper Grace, no me gusta extrañar y ver cómo pasa la vida a distancia. Quiero estar involucrado, necesito. Tal vez pueda hacer arreglos para irme cada seis meses a Japón, ya veré qué hacer con el trabajo que tengo pendiente allá.

Emeraude suspiró. Jamás esperó escuchar algo así de su novio.

—Sammy, ¿estás seguro?

—Como cada vez que me has hecho esa pregunta... sí, estoy seguro. Siempre lo estaré, no soy una persona que se retracta de lo que decide y creo que lo sabes muy bien. Así que... voy a conseguir comida y una cama bien acogedora para Cremita.

Luego de compartir una sonrisa, Emeraude y Sam se dieron un corto beso antes de que él saliera del gimnasio junto con Irina a una tienda cercana. Olive y Scarlet miraron a su prima y ella se encogió de hombros.

—Lecciones sobre el amor verdadero, chicas. —dijo la cantante guiñándole un ojo a sus primas.

La fiesta continuó hasta que cayó la noche y Sonny, cansado de tanto jugar, entró a casa de Arne dormido en brazos de Sam. Emeraude se apresuró a deshacer la cama de su hijo para que pudiera dormir cómodamente antes de que sus padres se tomaran un descanso en la sala, pues había sido un día agotador y entretenido a partes iguales. El chico tatuado se adelantó a preparar un par de tazas de té para él y su novia y regresar al confort del sofá.

—Ems, ¿revisaste tu teléfono? Charlie me dijo que ustedes querían reunirse con gente que también hizo las audiciones de Sánchez y tienes un mensaje de una chica llamada Louise.

—Oh, olvidé por completo que era mañana —dijo Emeraude—. Sí, Vince me habló sobre eso hace un par de días, pero la fiesta de Sonny me tuvo demasiado atareada —la cantante suspiró—. Sammy, ¿te parece bien si llamo a Shelley para que cuide a Sonny mañana? Hace años no estoy en una reunión de adultos, van a querer jugar videojuegos sangrientos y ver series llenas de groserías.

—Eso no va a ser necesario —replicó el chico tatuado—, se me acaba de ocurrir algo. Durante todo este tiempo has estado preocupada por muchas cosas a la vez, y eso puede ser demasiado para ti. Necesitas un descanso de vez en cuando, ¿no crees?

—No sé si te sigo... pero tengo que reconocer que veces me hace falta relajarme un poco.

—Mira... quiero proponerte algo. Desde que Sonny nació has tenido que encargarte de él por tu cuenta. No has dejado de ser mamá en nueve años.

—Sammy, nunca se deja de ser mamá cuando un hijo nace.

—Lo sé perfectamente —el muchacho tomó la mano de su novia—. Déjame explicarte lo que planeo. ¿Qué tal si recojo a Sonny mañana para que puedas tener un día adulto con esa reunión? Sin preocuparte por pisar fichas de Lego o limpiar los pequeños desastres...

—Eso suena hermoso, pero si planeas llevarlo al parque de diversiones, asegúrate de no darle dulces antes de subirse a algo que dé vueltas. No querrás que te vomite los zapatos.

—Vale, llevaré zapatos de cuero por si acaso. ¿Te parece bien si vengo a las diez? —Emeraude asintió con una sonrisa.

—Me parece perfecto.

Desde su cómoda cama, entre dormido y despierto, Sonny escuchaba cómo un pavo real y un zorro rojo murmuraban cosas que no podía ni necesitaba entender, pues para él era suficiente con percibir aquella sensación de paz que lo envolvía cada vez que veía a sus padres intercambiando sonrisas y miradas cómplices. Eso era felicidad pura y en su inocencia infantil no deseaba cambiar por nada aquellos momentos tan dulces.

[14] Kitsune: Palabra japonesa que significa "zorro". Estos animales tienen gran importancia en la mitología nipona.

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