❹❻
De no poder dormir, pasó a dormir hasta el mediodía y hubiera seguido en ello de no ser porque su cuerpo le exigía cambiar un poco de posición y no podía moverse gracias a una presión que se lo impedía.
Aún adormilado abrió los ojos con dificultad y dirigió la mirada hacia el lugar de contacto, entonces vio a Wonho durmiendo plácidamente sobre su pecho, abrazándolo quizá más protectoramente de lo que debía.
— Estas aplastandome... —susurró con la voz ronca acariciando el cabello del tonto que dormía como si no hubiese un mañana— Wonho... —soltó una risita pasando su mano por el rostro del mayor hasta que decidió acariciar su mejilla— eres un tonto muy tierno, pero muy pesado para mí.
En ese momento, Wonho giró ambos cuerpos invirtiendo las posiciones pero sin soltarlo.
— ¿Así está mejor? —susurró sin abrir los ojos, poniendo nervioso a Hyungwon quien temía que sus susurros fueron escuchados por Wonho.
— ¿Qué demonios pasa contigo? —preguntó en medio de una risita nerviosa— ¿de verdad duermes o sólo finges hacerlo?
Wonho sonrió sin abrir los ojos y negó levemente.
— Lo hago, estoy muy cansado y también soy un humano —afirmó—. Pero eso no significa que no esté pendiente de ti.
Las mejillas de Hyungwon se sintieron acaloradas rápidamente y agradeció que Wonho tuviera los ojos cerrados para que no lo viera así, sin embargo era imposible no sentirse triste al recordar que precisamente en esos días debía comprar su boleto de avión para su viaje sin retorno.
— ¿Por qué lo haces? —cuestionó con tristeza mirando como Wonho seguía aferrándolo a su cuerpo como si alguien se lo quisiera robar— me refiero a... Todo esto.
Guardó silencio deseando de todo corazón una respuesta sincera, algo que le dijera que no debía irse.
— ¿Acaso es malo que lo haga? —preguntó el adormilado Wonho adorable abriendo sus ojos a medias— ¿no te gusta?
Hizo un bonito puchero con sus rosados labios y Hyungwon se vio obligado a voltear para no ceder ante su dulzura.
— M-me gusta... —susurró quizá sonando menos firme de lo esperado— pero, esto es... No lo sé, somos amigos y... Esto va a terminar ¿no? —preguntó con tristeza— vas a obtener lo que necesitabas y luego acabaremos con esto y cada uno será libre.
Wonho lo miró fijamente por varios segundos y el delgado no sabía descifrar a ciencia cierta aquella expresión del adormilado muchacho.
— Piensas mucho en eso —susurró después de un rato de silencio y después formó una leve sonrisa—. ¿Por qué eres así?
Soltó una risita y Hyungwon bufó por lo bajo.
— ¿Soy cómo? Sólo te hice una pregunta y... —guardó silencio al ver a Wonho negar con una sonrisa.
— Te preocupas demasiado por el futuro —comentó cerrando sus ojos nuevamente—. ¿Qué pasa si la vida te sorprende hoy con algo que no estaba en tus planes? —cuestionó con tranquilidad dejándolo totalmente pensativo— ¿lo rechazarías solo porque no lo habías pensado? ¿Por qué no mejor vives un día a la vez?
El delgado lo miró en silencio mientras sentía las tiernas caricias de Wonho en la espalda, por dentro de su camisa.
— No pienso que sea así, pero... —buscó en su cabeza las palabras correctas para decir— es mejor tener un plan a futuro y no una simple incógnita de un día a día.
Wonho suspiró.
— Bien, cuéntame qué quieres para un futuro —preguntó sin dejar de acariciarlo—. Te escucho.
El menor se quedó pensativo y negó aunque Wonho no lo viera, no quería ser él quien confesara sus sentimientos hacia Wonho, porque ya se los había dejado más que claros con sus acciones.
— No lo sé en realidad... —suspiró— quiero un matrimonio, una familia... En general, ser feliz. Supongo.
Wonho abrió los ojos lentamente y le sonrió.
— ¿Por qué desear eso para un futuro si ya lo tienes? —preguntó desconcertadolo un poco— estamos casados, acostados en el suelo del apartamento que compartimos y nos tienes, somos una familia aunque quizá no la mejor, pero lo intentamos, creo... —soltó una risita— la verdadera pregunta aquí es... ¿Eres feliz?
Sus miradas se cruzaron y por primera vez en mucho tiempo, el contacto visual no incomodaba, no intimidaba, no avergonzaba. Al contrario, sentía un apoyo emocional al ver aquellos bonitos ojos marrones apreciandolo con detalle y esperando pacientemente una respuesta a una pregunta demasiado fuerte.
— Bueno, creo que he tenido muchos momentos que... —Wonho le cubrió la boca con la mano, interrumpiendolo a propósito.
— No, HyungHyung... —sonrió levemente— no pregunté si has sido feliz o si lo serás —argumentó—. He preguntado si eres feliz. Aquí y ahora, conmigo.
Sintió que aquella pregunta le atravesó el alma y su corazón no pudo esconder lo muy nervioso que lo había puesto. Sus latidos se escuchaban fuerte y claros en medio del abrumador silencio de su apartamento. Estaba seguro de que Wonho podía escucharlos y aunque no los escuchara, sabía que los estaba sintiendo porque sus pechos estaban unidos, únicamente distanciados por los trozos de tela que eran parte de sus prendas.
— Yo... —tragó con dificultad— lo soy, justo ahora lo soy. —afirmó.
En el rostro de Wonho se pintó una adorable sonrisa y no tardó en apretar los cachetes de Hyungwon con una mano provocando que sus labios se quedaran formados en forma de beso.
— Bonito, esponjosito y adorable. —susurró con voz tierna dejando un corto beso sobre los abultados labios del menor que él mismo había fruncido para ese propósito— no cuesta nada ¿lo viste? —sonrió y soltó el rostro sonrojado de Hyungwon— a veces... —suspiró mirando al techo devolviendo su mano a la suave espalda del delgado— a veces es mejor vivir un día a día, sin importar lo mierda que sea. —miró hacia él— siempre debes tener la certeza que aunque no todo vaya según lo planeado, mañana será otro día y es una nueva oportunidad para cambiar todo. Mírame HyungHyung... Un día estaba despertando en mi enorme casa con todas las comodidades económicas que quisiera tener y otro día, hoy precisamente, desperté sobre un colchón improvisado de almohadas en un modesto apartamento de una bonita zona de París, contigo entre mis brazos. —susurró sin dejar de verlo— jamás estuvo en mis planes y quizá tampoco en los tuyos, pero tal como dice tu canción favorita... —le hizo una señal par incitarlo a mencionar la frase.
— La vida esta hecha de pequeños trozos de nada... —completó pensativo.
Wonho asintió con una sonrisa y lo apretó más fuerte contra su cuerpo.
— Exacto... —suspiró con los ojos cerrados aún sin reducir la intensidad del agarre— sé que ahora todo parece malo, o quizá la mayoría... Incluso para mí no ha sido fácil aunque no lo parezca. —comentó con tristeza— pero mira como las cosas cambian, ayer estabas con Samuel, hoy estás conmigo y sinceramente no sé con quién quieras estar mañana, pero yo me aferro al día a día y hago lo mejor que puedo para que sea yo la persona con la que quieras estar mañana. Como debe ser. —hizo una breve pausa y redujo la intensidad de su abrazo— pero no se trata de mis planes, tampoco de lo que yo quiera. —suspiró y lo miró a los ojos nuevamente— se trata de que tú quieras quedarte aquí voluntariamente, aunque todo se vaya al carajo.
Los ojos de Hyungwon se humedecieron ante sus palabras y hundió la cabeza en el pecho de Wonho, aferrándose a él casi con la misma intensidad que era abrazado.
Wonho estaba tocando esa parte de su corazón que justamente dolía y aunque quería asentir a lo que el mayor estaba diciéndole, no era fácil cambiar de opinión después de tener tanta determinación por un cambio.
Al fin y al cabo, las palabras sólo son palabras y lo que verdaderamente marca la vida de los demás es la forma en la que actúes.
— Ojalá todo fuera tan fácil como dormir encima de un montón de almohadas. —sonrió con los ojos cristalizados y se quedó en silencio.
— Pero si eres feliz aquí y ahora... —comentó Wonho extendiendo sus caricias hacia su cabello— entonces quedémonos aquí para siempre.
Hyungwon se quedó en silencio un largo rato sin poder borrar la sonrisa que se había pintado en su cara. También quería quedarse allí, para siempre. Pero sabía que la vida era mejor enfrentarla.
En ese momento de abrumador silencio y muchas caricias de parte de Wonho escuchó un fuerte sonido proviniendo del estómago del mayor y no pudo evitar soltar una risita y mirarlo.
— Parece que tu estómago no está de acuerdo con la decisión... —bromeó ganándose una risita de Wonho a cambio— creo que deberíamos... —se soltó lentamente del abrazo de Wonho mientras buscaba sentarse para salir de su comodidad de una buena vez— ir a la cafetería y buscar un poco de comida.
Wonho negó sentándose junto con él.
— No vayamos. —suplicó.
Hyungwon frunció el ceño.
— ¿Por qué? —le tocó el estómago para bromear— tu estómago dice otra cosa, deberías aprender a llevarte mejor con él. —bromeó pero Wonho no se rió esta vez.
— Quiero estar aquí, contigo. —susurró haciendo un puchero— perdamonos de la vista de todo el mundo, aunque sea por hoy. —pidió tomando las manos del delgado— cocinemos aquí, salgamos a algún sitio.
Sus miradas volvieron a cruzarse, la de Wonho con súplica y la de Hyungwon con mucha duda.
— Sabes que si no nos ven, nos vendrán a buscar y... —suspiró— las sospechas pueden levantarse, sin contar que podremos tener consecuencias por...
— No me interesa. —susurró Wonho con determinación— nada de eso me interesa por hoy, ya nos preocuparemos de ello mañana. Por favor.
¿Por qué Wonho hacía que
todo fuera más difícil?
¿Por qué tenía que amarlo tanto?
Cagadas que no debes cometer:
#46) No accedas a sus locas peticiones.
Puedes acabar dudando de tus decisiones.
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