❸❼
Estacionó la motocicleta frente a la cafetería aún sintiendo como todo su interior era invadido por aquel sentimiento que quizá no debía tener.
Estaba celoso y mucho.
Ingresó a su negocio sin importarle mucho la gente que hubiera en el lugar, sólo quería tener una charla con su hermana y despejar un poco sus pensamientos.
Pero nada sale como lo planeamos.
— ¡Hyungwon, cariño! —detuvo sus pasos al escuchar la enérgica voz de la mujer mayor detrás suyo, y sintió ganas de matar a alguien.
Wooji era de ese tipo de personas que no sabes si amar u odiar.
— Hola. —se giró lentamente fingiendo una sonrisa y fue recibido con un efusivo abrazo inesperado— ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta alegría?
Se separó de la mujer buscando una explicación.
— Absolutamente nada. —sonrió ampliamente y señaló hacia una mesa donde se encontraba Samuel con una cara de sufrimiento terrible— Tu novio está aquí, ¿no vas a saludarlo?
Miró a Samuel con molestia y él le gritó con la mirada que tampoco quería estar allí, así que comprensivo, se sentó a su lado y le dio algo parecido a un abrazo.
— Hola.—le dio dos palmaditas en la espalda y lo soltó— No planeaba verte aquí.
Soltó una risita molesta que Samuel acompañó.
— Tampoco planeaba encontrarte ni a la dulce Wooji... —sonrió forzosamente— Pero qué gusto me da.
La mujer se enterneció al verlos y ellos la miraron a ella, como si no supieran que más decirse.
— ¿Es todo? —Hyungwon frunció el ceño— ¿Ni un besito? ¿Ni siquiera lo vas a felicitar por su cumpleaños?
En ese momento Hyungwon recordó lo que ya había olvidado hace un tiempo; el cumpleaños de Samuel.
Dirigió su mirada hacia él como si le pidiera disculpas, porque a pesar de los malos ratos al fin y al cabo Samuel no tenía la culpa de estar metido en semejante embrollo y estaba allí por él.
— Lo siento... Cariño. —suspiró y sonrió hacia él— Ya te había dicho felicidades a través de un mensaje de texto pero ya que estamos aquí debería volver a decirlo, ¿no? —Samuel asintió levemente siguiéndole la corriente, entonces él se quedó pensativo sin saber cómo continuar, pero la imagen de Wonho con la tipa apareció en su mente provocándole aquel odioso sentimiento de nuevo, por lo que decidió dar su mejor espectáculo— Estoy muy, muy feliz de estar contigo otro año más. —susurró mientras tomaba la mano de Samuel— No tienes idea de como me siento justo ahora... —sonrió débilmente— Pero te aseguro que eres una de las mejores cosas que me han pasado en la vida, así que... Feliz cumpleaños, cariño.
Samuel sonrió sinceramente, sabía que quizá la mitad de las palabras que Hyungwon había dicho, no eran ciertas pero había una pizca de sinceridad en todo ello y se sentía agradecido por eso, pero lo que verdaderamente no se esperaba era que tras acabar su pequeño discurso de felicitación Hyungwon se acercara peligrosamente a él.
Rápidamente lo cuestionó con la mirada, buscando algún indicio de lo que debía hacer, pero en cuanto notó la señal de consentimiento de Hyungwon no tuvo más remedio que corresponder al sencillo pero cálido beso que se había posado sobre sus labios, aunque no durara mucho.
Wooji los miró fijamente.
— Son tan... Tiernos. —ensanchó su sonrisa al notar como ambos chicos apartaban sus rostros avergonzados por aquella sensación de no tenerse tan cerca desde hacía mucho tiempo— Por cierto, Hyungwon... ¿Donde está Wonho?
¡Bum! Su pequeña burbuja de tranquilidad reventó en su cara, gracias a que esa señora todo el tiempo sabía que espina usar para molestarlo.
— No lo sé. —carraspeó con molestia y se recostó en su asiento— La última vez que lo vi se quedó con... —en ese momento un tranquilo Wonho ingresó a la cafetería acompañado por la única persona en la tierra que no quería ver, y él giró por inercia al escuchar el ruido de la campana de la entrada— Ella.
Señaló hacia la puerta y sus dos acompañantes miraron hacia la dirección que él señaló y comprendieron el por qué de la molestia de Hyungwon.
La mujer que acompañaba a Wonho tenía unos atributos verdaderamente llamativos, que no robarían tanto la atención de la gente de no ser que usara una falda menos exhibicionista o una camisa menos transparente.
El delgado apartó su vista de la extravagante mujer y la posó en su mesa mientras sus brazos se cruzaban y su pie daba pequeños golpecitos en el suelo.
Wooji miró seriamente como su hijo avanzaba hacia ellos acompañado de la mujer que por lo visto no era bien recibido por una de sus personas favoritas.
Wonho llegó a la mesa donde ellos se encontraban y la mujer se quedó a unos cuantos pasos de distancia.
— Mamá... —saludó rápidamente— Samuel... —el aludido le hizo una señal con la cabeza en forma de saludo, ambos fingiendo que su relación era buena y finalmente posó sus ojos en el visiblemente molesto Hyungwon— HyungHyung...
Él ignoró sus palabras.
— Hijo... ¿Quién es ella? —susurró para evitar ser escuchada.
Wonho miró hacia la mujer que parecía estar entretenida en su celular y suspiró.
— Es una compañera de trabajo, todo es una larga historia. —resopló y volvió a dirigir su mirada hacia Hyungwon— ¿Ya tomaste algo? ¿Quieres que vaya a la farmacia?
Intentó poner su mano en el rostro de Hyungwon en busca de una señal acerca de la fiebre antes mencionada, pero su mano fue detenida con fuerza por la delgada mano del muchacho que lo miraba con la molestia tatuada en el rostro.
— ¿Acaso no ves que estoy muy bien? —Wonho frunció el ceño, entonces él se puso de pie quedando a escasos centímetros del mayor— ¿Por qué la trajiste aquí, a mi cafetería?
Él se encogió de hombros sin tener muy clara la respuesta.
— No se... —suspiró— Dijiste que estabas mal y me preocupé así que quería estar cerca... —Hyungwon se río con sarcasmo— Y bien, también admito que tenia miedo de que me llevara a un sitio extraño y acabara comiendome los huevos de algún difunto animal.
Hyungwon rompió el silencio con una risita que intentó acallar rápidamente debido a que seguía molesto y no quería que Wonho pensara que con que dijera algo estúpido, su malhumor iba a esfumarse.
Retomó su semblante serio y carraspeó.
— No me interesa. —respondió— No la quiero ver aquí.
Wonho se sintió desesperado ante su petición porque quería cumplir con lo que Hyungwon le pidiera pero tampoco quería perder la grandiosa oportunidad de empleo que se le presentaba y si Abril lo dejaba fuera del proyecto sería su fin.
— Hyungwon, sólo... —suspiró— Por favor... Tú sabes que est-
Él levantó sus manos interrumpiendolo.
— Está bien. —miró a Wonho fijamente— Quédense todo lo que quieran, soy yo quien se va.
Intentó esquivar a Wonho pero él tomó su mano y lo detuvo.
— Pero, HyungHyung... —lo miró suplicante.
Sin embargo él se safó de su agarre, dejando sorprendidos a quienes presenciaban la pequeña discusión.
— De cualquier manera, Samuel y yo ya habíamos quedado para salir esta noche a festejar su cumpleaños, ¿No es así? —lanzó una mirada fija a Samuel quien no tuvo más remedio que asentir a la falsa cita— Entonces, que disfruten la velada y ordenen lo que quieran, yo invito.
Sonrió hacia los presentes, incluyendo a Abril, entonces tomó la mano de Samuel y tiró de él para sacarlo de allí, golpeando su hombro con el de Wonho quien no lo culpaba por reaccionar así.
No podía reclamar nada enfrente de su madre, pero le carcomía el hecho de ver a su esposo saliendo en una cita con su ex en sus narices.
Los miró salir de la cafetería y nunca antes tuvo tantas ganas de golpear a alguien como en ese momento.
Pero no a Hyungwon, ni a Samuel
sino a él mismo por ser tan
corbarde de no poder detenerlos.
Cagadas que no debes cometer:
#37) No permitas que salga con su ex.
Y menos en tus narices.
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