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Se sentó en la cama amarrando los cordones de su zapatos y en ese momento se fijó que Hyungwon salía del cuarto de baño totalmente vestido para un nuevo día en la cafetería y suspiró al recordar que no habían cruzado una palabra en todo el rato que llevaban despiertos a pesar de haber dormido en la misma cama.

Apoyó la barbilla sobre su puño mientras intentaba pensar en alguna manera de hablar con él sin necesidad de sacar a flote el doloroso tema del día anterior con el tal Samuel, pero nada venía a su mente por culpa de que se quedó viendo a su esposo secándose el cabello frente al espejo, como si eso fuera lo más extraordinario del planeta.

¿Su cabello siempre fue así de brilloso?

¿Por qué su piel parecía cada vez más linda?

¿Por qué sentía que extrañaba demasiado su sonrisa?

Suspiró un poco enfadado al recordar al imbécil que lo humilló enfrente suyo y quería golpearlo de nuevo.

— ¿Pasó algo? —cuestionó el delgado deteniendo sus movimientos luego de notar la fija mirada sobre él a través del espejo— ¿estas nervioso por la entrevista?

Entonces Wonho supo que esa era la cuerda de la cual podía tirar para poder hablar con él.

Se puso de pie y asintió caminando lentamente mientras miraba al suelo fingiendo preocupación.

— Si... —resopló— tengo entendido que es una de las empresas de arquitectura más importantes de Francia y sinceramente siento que me voy a cagar en los pantalones si voy solo...

Hyungwon soltó una leve risita ante la tontería alegrando un poco el corazón de Wonho, pero rápidamente volvió a su postura de seriedad.

— Oh, no. Claro que lo harás bien. —retomó el trabajo de secar su cabello— eres muy inteligente.

Wonho lo observó, un poco sorprendido por el comentario.

¿Por qué un cumplido tan generalizado se sentía tan bien viniendo de él?

— El problema es que no sé francés... —susurró cabizbajo mientras miraba de reojo las reacciones de Hyungwon, definitivamente se sentía un espía— necesito que me acompañes esta vez.

Hyungwon negó levemente sin mirarlo.

— Lo dudo, es una empresa internacional. —terminó de arreglar su cabello y se miró fijamente al espejo— si te llamaron para hacer la entrevista de trabajo tuvieron que haber leído tu hoja de vida y saber que eres extranjero y que solo hablas tu idioma natal.

Wonho suspiró frustrado por lo difícil que era convencer a Hyungwon.

— Pero si vas conmigo... —hizo una breve pausa y el delgado se giró para mirarlo— si vas conmigo será mejor. Al fin y al cabo pareceré una persona seria si mi esposo me acompaña a dar un paso tan importante, ¿no?

Hyungwon lo miró fijamente durante un par de segundos.

— ¿Por qué tu cabello está goteando? ¿Acaso no lo secaste? —preguntó, provocando que Wonho se tocara la cabeza por instinto y notara que Hyungwon tenía razón— ven aquí, tonto...

— ¿Uh? —miró su mano húmeda— realmente olvidé algo tan cotidiano...

Hyungwon le hizo una señal para que se acercara y entonces él se sentó frente a Hyungwon dándole la espalda.

— Eres un desastre... —susurró pasando sus dedos por el cabello de Wonho para ayudar a que el trabajo de la secadora fuera eficaz— ahora tienes el traje húmedo de la espalda...

Por un momento Wonho comenzó a pensar en su traje, pero rápidamente cayó en cuenta de que el tema principal había sido evadido así que no estaba dispuesto a dejar las cosas simplemente allí.

— Cambiaste de tema para evadirme. —miró de reojo a Hyungwon quien parecía concentrado en secarle muy bien el cabello.

Entonces una leve sonrisa apareció en el delgado.

— Y tú estas intentando hacerme chantaje emocional... —ladeó la cabeza mientras seguía sumido en su tarea— conmigo no funciona.

Wonho sonrió al escucharlo.

Se había dado cuenta del chantaje emocional, pero el hecho de que no respondiera nada le daba un poco de esperanzas.

— Sé que es mucho pedir pero... —suspiró sintiendo profunda tristeza de repente— quiero que dejemos de estar como lo hemos estado hasta ahora.

Hyungwon detuvo sus movimientos.

— ¿A qué te refieres? —susurró.

Entonces Wonho se giró y quedó de rodillas frente a él, quien permanecía en la cómoda silla que siempre estaba frente al espejo.

— HyungHyung... —susurró— te lo he dicho muchas veces. Eres la única persona en todo Francia que se apiadó de este inútil... —se señaló a sí mismo— y sé que todo lo que haces es por ayudarme, realmente creo que a estas alturas te debo hasta mi alma, pero... —suspiró— eres mi amigo, eres mi esposo por la ley y... —hizo una breve pausa— por muy extraño y nuevo que esto se escuche, también siento que te quiero. Así que, si estas tratando de hacer esto solo por mí, mientras tú te sientes incómodo, entonces solo deja de hacerlo. —susurró cabizbajo ante la sorprendida mirada de Hyungwon— Sólo dímelo, y yo tramitaré lo necesario para hacer los papeles del divorcio, pediré un poco de dinero, me regreso a mi país y estando allá, te enviaré mucho dinero como paga por lo que has hecho por mi.

Hyungwon suspiró con el corazón un poco alterado por la repentina ola de sinceridad y las opciones para un futuro.

Apagó la secadora que hace rato había dejado de usar, la dejó sobre la cómoda y finalmente acunó la cara de Wonho entre sus tibias y suaves manos.

Entonces fue recibido con aquella mirada que le decía en mil idiomas que no mentía, esa mirada inocente que sentía que lo traspasaba entero.

— Wonho... —el aludido lo miró con la tristeza rebosante— discúlpame si te he hecho sentir egoísta. Pero no lo pienses de esta manera, yo si quiero ayudarte. —el mayor asintió levemente en respuesta y volvió a agachar su cabeza, pero Hyungwon volvió buscar su inocente mirada— Mírame. Sí quiero ayudarte y lo haré. —suspiró— es sólo que aún estoy procesando todo lo que ha pasado últimamente.

Wonho apartó las tibias manos de Hyungwon y se sentó en el suelo mirando hacia sus propias manos que tenía sobre su regazo.

— Si lo dices por lo que pasó ayer... —resopló con molestia recordando la estúpida risa de Samuel— no me importa nada de lo que dijo ese despreciable ser. Y... Tampoco voy a juzgarte por nada, ya te lo he dicho. —Hyungwon miró hacia otro lado muy pensativo y Wonho notó que la pequeña marca que había hecho el día del baile estaba a punto de borrarse de nuevo— y si es por lo del baile... Lo lamento, solo fue un impulso.

Hyungwon lo miró visiblemente sonrojado.

— Wonho... —susurró con la intención de desviar el tema o algo parecido, pero fue interrumpido antes de lograrlo.

Wonho se puso de pie y apoyó sus manos en la silla, una a cada lado de las piernas de Hyungwon.

— ¿Te gustó que bailáramos? —el delgado asintió levemente sintiendo su corazón latir tan fuerte por el repentino acercamiento que su pecho dolía— ¿Te gustó que te enseñara a bailar? —volvió a asentir levemente sin poder despegar su mirada de Wonho, entonces él suspiró— ¿Y te gustó lo que vino después? —se acercó lentamente hacia el mismo sitio de la marca pero sin tocar al alterado Hyungwon quien no pudo mover ni un solo músculo.

Cerró sus ojos esperando sentir los suaves labios de Wonho contra su cuello una vez más, pero no sucedió.

— Wonho... —suspiró volviendo a abrir sus ojos y notando que el mayor no se había movido ni un poco— ¿Qué pretendes...?

Wonho suspiró contra su cuello dejandole una pequeña corriente de aire sobre su sensible piel.

— HyungHyung... —susurró— si tienes una marca hecha por mi, ellos pensaran que esto es real. —en fracciones de segundos Hyungwon captó su mensaje pero no pudo responder— ¿puedo...?

Se acercó un poco más, rozando sus labios levemente contra su cuello y Hyungwon se sintió desfallecer.

Entonces, con muy poca cordura, asintió.

Los labios de Wonho no desaprovecharon la oportunidad y el húmedo beso comenzó sobre aquella pálida piel que estaba teniendo escalofríos debido a las sensaciones excitantes.

Hyungwon cerró los ojos dejándose llevar por lo que sentía en esos momentos y apretó los ojos con fuerza cuando después de unos segundos de estimulación, Wonho comenzó a succionar su piel con los labios.

El agudo dolor se hizo presente, entonces se aferró del cabello de Wonho en un intento por calmarlo, pero de alguna manera no quería que parara.

Pero entonces el beso fue bajando de intensidad hasta acabar en pequeños besos que ardían sobre la rojiza piel.

Wonho se separó un poco y se quedó examinando la marca durante un par de segundos ante la avergonzada mirada de Hyungwon.

— Creo que... —miró una vez más la marca y dio un par de besitos más sobre ella, entonces sonrió— creo que está bien así. ¿Duele mucho?

El delgado negó levemente y llevó su mano a esa área por pura inercia.

— Voy a... —tragó con fuerza sin poder terminar su frase como quisiera— voy a prepararme.

El mayor asintió con una sonrisa y lo siguió con la mirada cuando buscó un traje y se fue directamente al cuarto de baño para vestirse.

Suspiró y se sentó en la cama un poco aturdido por la reciente situación.

— ¿Qué demonios... —se puso una mano en la frente— ...estoy haciendo?

Bajó su mano hacia su boca y no pudo evitar morderse el labio inferior al recordar la textura sedosa de la piel de Hyungwon sumado a su perfume.

Era la primera vez que probaba en tanto detalle la piel de Hyungwon y por poco cruzó la línea.

¿Por qué sentía que no quería detenerse?

Cagadas que no debes cometer:

#23) No te acostumbres a lo indebido.

La costumbre es incluso más fuerte que el amor.

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