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El tintineo de las cucharas contra el vidrio era lo único que se escuchaba o al menos lo que era capaz de procesar en su mente.
Comía lento, con mucho cuidado de no manchar el traje alquilado color gris que llevaba puesto, combinado con el de Hyungwon.
Entonces suspiró y miró a su lado, más precisamente a Hyungwon quien comía tranquilamente su almuerzo.
— ¿Estas bien? —Hyungwon lo miró en silencio, un poco confundido por su repentina pregunta abierta— es decir, respecto a lo rápido que ha sido todo esto... No sé como lo hizo ella pero... Hyungwon, si no quieres hacer esto esta bien, yo comprenderé...
Hyungwon continuó comiendo.
— Claro... —tragó su bocado— claro que lo haré... Es decir ¿por qué no lo haría? —sonrió tranquilo y Wonho asintió, él se sentía extraño después de aquel día en que lo besó, pero Hyungwon parecía haber ignorado totalmente ese hecho así que después de estar tenso por tanto tiempo, se dio cuenta de que quizá había pensado demasiado— ¿piensas acabar tu comida hoy? Se nos hace tarde... —le señaló el plato y el mayor asintió.
Pero también recibió un pequeño golpe de parte de Dasom.
— Y deja de decirme “ella” y hablar como si no estuviera aquí... —le lanzó una mirada molesta desde el otro lado de la mesa, pero rápidamente cambió su postura a una orgullosa— además, sé que te sorprende que haya conseguido todos los papeles de ambos tan rápido y una boda que no fuera en idioma francés, pero no tienes que decirlo en voz alta... No hace falta que seas tan caballero. —jugó con un mechón de su cabello mientras sonreía y Wonho rodaba los ojos.
— Oye Didi, la platica era con Hyungwon, no contigo... —le sonrió burlista y Hyungwon resopló molesto poniendo su plato al centro de la mesa.
— ¿Quieren callarse y darse prisa? No tenemos más tiempo... —se limpió la boca con una servilleta, se puso de pie, miró a Wonho y suspiró— estoy preparado, vamos a casarnos...
Y fue en ese momento donde algo hizo explosión dentro de Wonho por escuchar esa frase, tanto así que se quedó totalmente paralizado en el lugar que había estado durante los últimos 20 minutos y el poco color que tenía su rostro había desaparecido sin que pudiera hacer algo.
Es más, si estuviera bebiendo agua de su botella, estaba más que seguro que la hubiera escupido toda.
En cambio, Hyungwon caminó tranquilo hacia la puerta mientras Dasom lo seguía, hablando sobre cosas que no era capaz de procesar o escuchar, mientras él veía toda la escena delante suya.
Se iba a casar.
Con un hombre.
Que acababa de conocer.
En otro país.
— Mierda... —susurró.
...
Miró a su alrededor con nerviosismo mientras escuchaba al hombre hablar de fondo.
—... demostrando una vez más, que el amor todo lo puede —los señaló a ambos y él dirigió su mirada al rostro de Hyungwon, estaba inexpresivamente tranquilo mientras él parecía que iba a desmayarse en cualquier momento—... para celebrar la unión de estas dos personas, Chae Hyungwon y Shin Hoseok... —volvió a mirar al frente, estaba perdiéndose de la mitad de la ceremonia civil por no ser capaz de concentrarse—... para sellar este compromiso al cual ellos se suman...
En ese momento Dasom se acercó a ellos y les entregó a ambos algo en las manos, no se percató de lo que era hasta que dirigió su mirada ahí y la brillante joya resaltó en su temblorosa mano.
Su mirada se levantó lentamente de la palma de su mano y se posó en la persona que tenía delante, Hyungwon.
Suspiró y Hyungwon tomó su mano para colocar el anillo en su dedo, pero para su sorpresa, las manos de Hyungwon también estaban temblando a pesar de lo tranquilo que se veía.
— No soy el único que está temblando... —susurró ganándose una sonrisa de parte de Hyungwon— ¿sabes quienes son estas personas? —echó un vistazo a su alrededor, viendo a las personas que servían de testigos en su boda mientras Hyungwon ponía el anillo y negaba levemente con la cabeza.
Wonho casi se rió al darse cuenta de ello y casualmente esa tontería de lo más trivial, suavizó un poco su pesado nerviosismo.
— Hoseok... —rápidamente puso su mirada en Hyungwon al escuchar su nombre viniendo de él, y lo vio suspirar— me has regalado los mejores años de mi vida... —y en su mente solo apareció un pensamiento: “¡¿esta diciendo votos?! Olvidé que esto tenía que parecer real, joder”— y te agradezco porque me diste la oportunidad de ser aún más feliz al pedirme que pasara el resto de mi vida a tu lado... —sonrió pero por dentro suyo estaba repitiendo “mierda, mierda, mierda” consecutivamente— y con este anillo te desposo, como símbolo del amor que mi corazón siente por ti... —terminó de poner el anillo en el dedo del mayor y todos aplaudieron.
Pero la parte terrorífica había llegado: su turno.
Todos los presentes dirigieron su mirada hacia él y se sentía como miles de agujas en su cuerpo, era horrible.
— Hu-Hyungwon... —suspiró y tomó la suave mano del delgado— yo... —sus manos temblaban, su voz también y sus latidos se escuchaban tan fuerte que podría jurar que el resto también podía oírlos.
Hyungwon se acercó a él con la excusa de arreglar un mechón de su cabello.
— Wonho, solo dí cualquier cosa... —susurró para que sólo él pudiera escuchar, pero aunque sabía que la intención de Hyungwon era buena al intentar relajarlo, una parte de suya se sintió mal por haber recibido palabras bonitas y no ser recíproco.
Hyungwon en realidad hizo un esfuerzo que no era su obligación y dijo muchas cosas bonitas, así que él no podía decirle simplemente "cualquier cosa".
Así que suspiró, tomó su mano como si fuera la cosa más delicada del planeta y comenzó a poner la brillante joya con procedencia desconocida, en la mano de Hyungwon, su futuro esposo.
— HyungHyung... —Hyungwon se sorprendió por el sobrenombre cariñoso que había usado— no te merezco... —le sonrió mirándolo fijamente a los ojos— soy el tipo de persona que cae fatal en cualquier sitio, no me acostumbro a la gente y cuando alguien me deja solo simplemente me da igual... Pero contigo ha sido tan distinto... —soltó una risita— no sé si te apiadaste de mí o de verdad llegaste a quererme tanto para aceptar compartir conmigo el resto de tu vida, pero joder... Que privilegio más grande tengo de poder desposarte hoy... —un fuerte "Aww" se escuchó de fondo mientras el rostro de Hyungwon se tornaba en un suave tono rojizo— no te merezco, pero estoy más que feliz de estar aquí y que seas tú quien esté frente a mí, que tú portes el anillo que simboliza mi amor incondicional... —y así, terminó de poner el anillo en el dedo de Hyungwon y también recibió un aplauso de los testigos.
Entonces se soltaron de las manos y volvieron a mirar al frente olvidando que habían llegado a una de las partes más importantes de la ceremonia.
— Bien, después de poner sus firmas en el papel y sellar su pacto con los anillos, sólo me resta decirles que por fin están casados, felicidades... —ambos sonrieron y suspiraron agradecidos de que aquel extraño/bonito/incómodo momento llegara a su fin, o al menos eso es lo que creían— ahora pueden besarse.
Y fue entonces cuando el mundo se les vino abajo.
Besarse.
Debían besarse frente a un enorme grupo de personas.
Se miraron entre sí, nerviosos y sin saber qué hacer más que obedecer a una estúpida tradición mundial.
Se acercaron y se dieron un beso tan fugaz que sus labios apenas se rozaron por un par de fracciones de segundo. Pero nadie estaba contento con ello y se los hicieron saber rápidamente.
Así que sin más remedio que dejar la cobardía de lado, Hyungwon tomó la iniciativa.
Enredó sus dedos en el cabello de Wonho y lo atrajo hacia él, plantándole un beso que sin querer, se tornó un poco intenso a pesar del poco tiempo que duró.
Wonho miró a su ahora esposo, estupefacto en medio de la algarabía, pero no estaba sorprendido por lo que Hyungwon había hecho.
Estaba más sorprendido por verse a sí mismo correspondiendo a tal atrevimiento.
...
Se bajó del auto y comenzó a caminar hacia el edificio casi arrastrando los pies del cansancio.
No es que hubiera hecho nada físico, pero pensar demasiado había hecho que sus energías se agotaran al punto de no tener ánimos ni de caminar.
Hyungwon también parecía pensativo, pero al menos se miraba más tranquilo que él.
— ¿Y bien? —Didi los miró a ambos con una sonrisa pintada en el rostro— ¿Ya pensaron en lo que van a hacer?
Hyungwon frunció el ceño.
— ¿De que hablas Dasom? —se cruzó de brazos— no me digas que tienes alguna de tus ideas locas por ahí.
Ella soltó una carcajada dejándole más que claro a Wonho, que Hyungwon estaba en lo cierto.
— En mi defensa, diré que si quieren parecer una pareja real, deben tener una luna de miel como cualquier otra pareja en el mundo —Wonho se atoró con su propia saliva y Hyungwon la miró con molestia— así que ya preparé algo que seguro les encantará y ni siquiera es lejos de aquí...
— Eso no es necesario, podemos fingir una... eso, aquí —masculló Hyungwon— así que no te hagas la graciosa...
Ella arqueó una ceja.
— ¿Y echar a perder lo que con tanto cariño les estoy regalando? —negó con los ojos cerrados— claro que no HyungHyung... Ustedes van a ir... —los señaló a ambos y luego sacó las llaves de sus apartamentos, de su bolso— porque yo lo digo... —sonrió tiernamente y dirigió sus pasos al auto lentamente.
— ¡Dasom, ven aquí! —Hyungwon estaba molesto porque su hermana había robado las llaves de su apartamento descaradamente, y Wonho simplemente estaba pensando en que momento esa pequeña escurridiza había sacado la llave de su... Pensándolo bien se dio cuenta que ni siquiera la guardaba en algún lugar seguro y la dejaba tirada en cualquier lado — ¡Dasom!
Ella encendió el motor del auto tranquilamente y sacó su mano por la ventanilla.
—¡Les enviaré los datos al WhatsApp! —gritó al tiempo que ponía su auto en marcha dejándolos a ambos en la calle, literalmente.
Wonho suspiró y tomó asiento ante la atenta mirada de Hyungwon, entonces tocó el sitio vacío a su lado para que él también se sentara y así lo hizo.
El silencio reinó en el lugar y se sentía extrañamente cómodo.
Era realmente la primera vez que estaba sentado junto a Hyungwon siendo su esposo, entonces lo miró y se rió dejando a Hyungwon confundido.
— ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? —Wonho negó aún riéndose— ¿Entonces cual es el chiste?
— Estamos casados y cansados, todo al mismo tiempo... —sonrió y el delgado asintió sonriente, entonces apoyó su cabeza en el hombro de Wonho mientras suspiraba.
— Y obligados a una luna de miel... —el mayor lo miró, divertido por la situación— que duró ¿no?
— Creo que no tenemos opción... —volvió a mirar al suelo pero notó que Hyungwon estaba frotando sus manos entre sí debido a la intensa brisa fresca de la tarde-noche, pero lo más importante era la joya que resaltaba en su dedo— ¿Qué procede?
Hyungwon se encogió de hombros.
— No lo sé... —sopló sus manos para calentarlas un poco— ¿te apetece irte de luna de miel?
Wonho tomó las manos de Hyungwon entre las suyas y las frotó con la excusa de generar calor.
— Pues no se, quizá podríamos divertirnos... —susurró ante la sorprendida mirada de Hyungwon.
Cagadas que no debes cometer:
#15) Ten cuidado con lo que dices, algunas palabras tienen más poder de lo que te imaginas.
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