Capítulo 5 🌹
JiYeon llegó puntual a casa y casi se había olvidado de su niñera, la niña sonriente llegó contándole de su día en la escuela, a la hora de almorzar estaban ambas en el comedor ya que la pequeña JeongMin dormía después de aquel baño. Sora le colocaba una buena porción a la niña para que se alimentara correctamente, cosa que a JiYeon le pareció gracioso.
— Unnie, ¿Comenzará a engordarme?
— ¿Engordarte? Eres una niña, a tu edad eso no es problema—le sirvió jugo—Debes comer, alimentarte correctamente para crecer bien.
— Omma dice que debo ser delgada como ella, no puedo comer esto, unnie—sacó el arroz del plato dejándolo aparte junto al pollo y las verduras, Sora sorprendida veía eso.
— JiYeon, tienes que comer—volvió a servírselo.
— No quiero ser gorda, las personas gordas dan asco.
"¿Qué cosas dice? ¿Acaso su madre le ha dicho eso? Es lógico, los niños repiten lo que escuchan"
— JiYeon, no digas eso, todos somos iguales, ¿Acaso a tu padre le gusta que hables así?
La niña miró la comida negando con la cabeza.
— No quiero ser gorda, omma se enojará si como mucho.
— Ella no está aquí ahora, puedes hacerlo, no le diré—le sonrió dulcemente, aunque ese tema le dejó preocupada y pensativa.
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A eso de las siete de la noche fue que Park Jimin llegó a casa, le extrañó no escuchar a sus hijas, en su lugar, encontró a la joven castaña en el sofá, ésta de inmediato se levantó haciendo una reverencia.
— Las niñas se encuentran durmiendo, ya cenaron, están bañadas, cenadas y...
— Gracias, Sora, ¿Te dieron problemas en tu primer día? —se acercó mirando la televisión encendida, una película de terror estaban pasando allí, miró a la joven quien parecía querer contarle algo— ¿Sucedió algo?
— No quiero hablar mal de su esposa...
Jimin borró el poco buen humor que traía e incluso Sora lo notó.
— ¿JeongYeon llegó?
— No, señor, digo, Jimin.
— ¿Qué sucede con ella?
— Por la tarde, JiYeon se rehusó a comer, si bien, mis padres siempre decían que a su edad es importante tener una buena alimentación—explicó tomando asiento cuando Jimin también lo hizo, Sora apreció aún más la hermosura de ese hombre—Creo que JiYeon quiere ser como su madre, está bien, pero...
— Sora, ve al punto.
— Ella no quería comer porque dijo odiar a la gente gorda, dijo que su madre le prohibía comer mucho porque debía estar delgada—comentó y por la cara de Jimin confirmó lo que temía—Lo siento, ¿No lo sabía?
Restregó sus ojos respirando profundo, estaba a nada de perder la paciencia, tomó una bocanada de aire negando con la cabeza.
— Sora, ¿Te quedarás esta noche?
— No, olvidé traer mi ropa, prometo traerla mañana...
— Te pagaré un taxi, ¿Bien?
— No es necesario.
— Claro que sí, lamento no poder llevarte a casa, pero las niñas no pueden estar solas.
Sora algo preocupada por haber hecho mal asintió sonriendo forzadamente.
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JeongYeon pasó aquella puerta más agotada que nunca, sus tacones hicieron eco mientras caminaba a la habitación, las luces estaban apagadas, pensó que todos dormían, pero no, Jimin estaba totalmente despierto leyendo un libro, ni se molestó en levantar la vista para verla y JeongYeon no se molestó en dar explicaciones, simplemente dejó sus cosas en la peinadora, se quitó sus tacones dirigiéndose al baño.
Jimin esperó a que estuviera lista minutos después y cuando se acostó en la cama fue que habló.
— Te envié varios mensajes y te llamé, pero no respondías.
— Hicimos una sesión de fotos en un lugar de poca señal—le dio la espalda. Jimin cerró el libro dejándolo en la mesa de noche, mordió su labio inferior uniendo sus manos seriamente.
— ¿Le has dicho a JiYeon que discutimos?
— ¿Por qué lo haría?
— Sólo responde.
JeongYeon chasqueó la lengua quedando boca arriba, Jimin estaba molestándole.
— No, ¿Contento?
— ¿Y por qué ella cree que vamos a separarnos?
— Quizás nos escuchó.
— ¿Cómo puedes estar tan tranquila? ¡Soy el único que se preocupa por esas niñas!
— Jimin, cállate, me duele la cabeza y estoy cansada...
— ¿Por qué quieres poner a dieta a JiYeon? Ella es una niña, necesita comer—reprochó.
— ¿Quién te dijo eso?
— ¡¿Por qué actúas como si ellas no fueran tuyas?! Son nuestras hijas, eres su madre, ¿Por qué piensas en ti? JiYeon no puede hacer dieta, deja de meterle cosas en la cabeza.
— No te hagas el padre abnegado.
— Y tú la víctima—se levantó de la cama recogiendo su almohada y su cobija. JeongYeon indignada vio eso, sin dudarlo soltó la bomba.
— ¿Eso quieres? ¿Que nos divorciemos para que te vayas con cualquier zorra que veas por allí?
— Sí, JeongYeon, tengo muchas zorras—fue sarcástico— ¿Cuántos amantes tienes acaso?
— Yo no...
— Ya, ¿Enserio pretendes que me crea lo de no tener señal? —volteó a verla—¿Esperas que me crea que pasas días y noches sin tener sexo con alguien que no sea yo? ¿Esperas que crea que eso? —bufó, Jimin incluso contuvo las lágrimas—Intento esforzarme JeongYeon, pero no quiero pasar mi vida junto a una verdadera zorra como lo eres tú.
— ¿Ahora quién es la víctima?
— Haz lo que quieras, pero desde ahora te lo digo, quiero el divorcio—y salió del cuarto dejándola completamente asombrada.
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