Capítulo 35 🌹
JiYeon se había despertado debido a los jalones en el cabello que su hermana le estaba dando, JeongMin tenía sus puñitos enredados en su melena oscura y la niña de seis años se quejó intentando liberarse, para cuando JiYeon se soltó por completo, la bebé reía.
— JeongMin, no hagas eso—reprochó acomodando su cabello—Me duele, ¿Acaso te gusta lastimar a tu unnie?
— Ji, Ji—estiró sus bracitos a ella, era su forma de decir su nombre, pero a JiYeon le encantó lo siguiente—Unie, unie.
— Hablando de unnie—miró alrededor— ¿Dónde está?
— Omma, omma.
— No es nuestra omma aun, pero lo será, dijo que lo estaba pensando—JiYeon bajó de la cama rodeándola para poder cargar a su hermanita, logró hacerlo con dificultad dejando que JeongMin estuviera en su espalda, la niña tenía que inclinarse un poco hacia adelante para evitar que se cayera, pero JeongMin estaba bien aferrada al cabello de su unnie.
— ¡Omma! ¡Omma!
— Shh, despertarás a appa—salió de la habitación sintiendo los jalones de la bebé—Auch, JeongMin, mi cabello.
— Appa, appa.
— Sí, debe estar durmiendo—se detuvo al llegar a su puerta, estaba entreabierta, empujó un poco con su pie encontrando la agradable imagen de su padre y su unnie durmiendo juntos, Jimin abrazaba a Sora teniendo su rostro oculto en su cuello mientras que Sora tenía su mano tomando la de su padre.
"¡Sí! ¿Esto significa que es mi omma?"
— ¡Omma! ¡Appa! —los chillidos de JeongMin despertaron a ambos adultos quienes al ver a las niñas tuvieron que levantarse, Jimin fue quien ayudó a JiYeon con la bebé.
Los cuatros estaban sobre esa cama.
— Buenos días—sonrió angelicalmente— ¿Durmieron bien?
— Creí que dormirían hasta tarde—Sora estaba somnolienta, se encontraba acostada.
— JeongMin jaló mi cabello de nuevo.
— JeongMin—reprochó Jimin con suavidad. La bebé sonrió al escuchar su nombre colocando sus manitos en el rostro de su padre intentando colocarse de pie en la cama.
— Appa.
— Quiero dormir con ustedes—JiYeon se cubrió con las sábanas acomodándose junto a Sora abrazándola fuertemente, ésta sonrió divertida correspondiendo su abrazo.
Jimin acomodó a la bebé a su lado y esta vez se quedaron dormidos, pero con las niñas en medio.
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YuQi preparaba el desayuno en la cocina de su tía, mientras la mujer se encargaba de colocar la mesa, la joven terminaba de preparar algunas cosas. Cuando estuvo sentada con su tía desayunando, ésta le preguntó...
— ¿Cuánto tiempo piensas quedarte, cielo?
— Para siempre—suspiró—Hoy enviaré mi carta de renuncia al trabajo.
— ¿Qué? YuQi, no puedes hacer eso, tus clases, tu trabajo...
— Puedo trasladar mis clases aquí—dio un sorbo a su jugo—No quiero volver a Corea, tía.
— Siempre dijiste que China no era lo tuyo.
— Aquí nací, me quedaré en Pekín, acabaré mis estudios y comenzaré en otro empleo—sonrió un poco queriendo darse ánimos.
— ¿Haces esto por un chico?
— No—miró su plato.
— ¿Sabes que te conozco desde que antes de nacer? —la mujer tomó su mano—YuQi, si huyes de un hombre...
— No estoy huyendo, sólo quiero tranquilidad y paz—respiró profundo—Tía, por favor, voy a quedarme aquí, en China, no volveré a Corea del Sur.
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Sora colgó chasqueando la lengua al no tener respuesta, YuQi seguía sin contestar, le había enviado la dirección a YoonGi para que fuera a verla él mismo, todavía seguía esperando una respuesta.
— ¿Unnie? —la chica bajó la vista encontrando a la niña jalando su blusa— ¿Puedo preguntarte algo?
— Claro, cielo—sonrió un poco colocándose a su altura.
— ¿Tú...quieres a appa?
— ¿Por qué...?
— Di que sí, por favor—suplicó uniendo sus manitos—Me gusta verlos juntos, es lindo verte como mi omma, me gusta que appa sienta cositas por ti.
— ¿Cositas por mí?
— Sí—sonrió tan emocionada que Sora no podía decirle algo que la regresara a la realidad.
— Será mejor que lo mantengamos en secreto—llevó un dedo a sus labios—Pero que sea un verdadero secreto al igual que el de ser tu omma.
— ¡Oh! —JiYeon abrió sus ojos como platos sin creer lo que escuchaba— ¿Unnie...?
— Acepto ser tu omma, sólo para ti y JeongMin—pellizcó su nariz. JiYeon se puso a dar saltitos chillando de emoción y abrazándola fuertemente.
— ¡Gracias, unnie! —y sonriendo se corrigió—Digo, gracias omma—susurró.
Sora volvió a abrazarla llenándola de besitos por sus mejillas.
•••
Cerca del final...
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