La operadora volvió a caer causando que Min YoonGi gruñera maldiciendo antes de llevar una cucharada de cereal a su boca, se encontraba desayunando a solas en el comedor, había llamado a YuQi para invitarle el desayuno por lo de anoche, pero ésta no respondía ninguna llamada ni mensaje, el chico sabía que había hecho mal cancelar su salida con ella pero tenía su motivo y razón.

Anoche su padre había llamado, su madre estaba en el hospital debido a que su corazón no estaba latiendo como debía, resulta que la señora Min tenía tiempo con problemas del corazón, éste no estaba funcionando como antes e incluso estaba en la lista de donantes, YoonGi lo primero en que pensó fue en Sora, en decirle, pero al mismo tiempo no sabía cómo hacerlo. Técnicamente su padre le había dicho que era poco tiempo lo que a la mujer le quedaba de vida.

No lo decía él, lo decía su doctor.

De sólo imaginar que su madre podía morir por falta de un donante le asustaba, no mentía, pero también le entristecía. ¿Cómo iba a salir con YuQi teniendo eso en mente?

— Maldición—dejó el celular sobre la mesa cuando de nuevo fue enviado al buzón de voz. Miró la hora sabiendo que tenía que ir al trabajo en unos minutos, quizás allí vería a la chica y la invitaría a almorzar.

Y también debía hablar con Sora, ahora entendía el deseo de su madre de ver a su hija casada y realizada.

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La noche anterior había sido realmente interesante y una confirmación para Sora, ella enserio sentía algo por Park Jimin, nadie deseaba tanto ese beso como ella. Dios sabe qué habría pasado si JungKook no la hubiera llamado en ese instante, cuando respondió dirigiéndose a la cocina fue que tuvo tiempo suficiente para regresar a la realidad.

Esa mañana se vería con el chico para tomar el desayuno, Sora tenía algo de curiosidad por verle, la última vez había sido cuando tenían quince años, algo debió cambiar en ese mocoso de cabello en forma de hongo y cuerpo delgado.

JungKook en ese tiempo no era el más aplicado, pero si el que destacaba en todo, no hacía falta que lo intentara, él siempre hacía todo bien.

— ¿A qué hora te irás? —Jimin preguntó de la nada llamando su atención, ambos recogían las cosas de la mesa, JeongMin estaba en su silla especial jugando con sus manitos mientras JiYeon había subido a lavarse las manos y cepillar sus dientes una última vez antes de ir a la escuela.

— En cuanto ustedes se vayan.

— Me llevaré a JeongMin.

— ¿Qué? —Sora lo miró sorprendida— ¿Por qué? Puedo llevarla conmigo, no tardaré mucho.

— Ver a tu ex con una bebé no es muy...apropiado que digamos—aclaró su garganta llevando todo al fregador. Pasó su mano por su cabello negro y Sora supo que estaba nervioso.

Ella había sido honesta con él confesándole esa misma mañana con quien se vería y no fue hasta después que se dio cuenta de ese grave error.

— ¿Sucede algo?

— Sí—contuvo el aire—No vayas a verlo.

Sora boquiabierta se cruzó de brazos esperando una explicación.

— Sólo iremos a tomar el desayuno, no voy a regresar con él...

— No vayas, quédate—avanzó a ella tomando su mano—Yo...

— Jimin, ¿Hay algo que no me estás diciendo?

El pelinegro sabía que así era, tragó con dificultad, miró donde la bebé estaba jugando consigo misma sin poner atención a los adultos, al regresar su vista a la chica se atrevió a confesarse.

— JungKook trabaja en la academia, hace poco entró como el nuevo profesor de Pop—respiró profundo—JiYeon le dijo que trabajabas aquí, él sabe que eres su niñera.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes? —frunció el ceño.

— Porque...de repente pasó lo de JiYeon y....—el chico guardó silencio cuando ella besó su mejilla.

— No soy JeongYeon, ¿De acuerdo? —miró sus ojos sonriendo un poco—Cuando deba volver pasaré a buscar a JeongMin—Jimin no estaba de acuerdo, Sora entendía que pasaba, él tenía miedo de que se repitiera lo mismo—Jimin, lo dije una vez y lo volveré a decir, no voy a irme.

— ¡Appa, estoy lista! —JiYeon bajaba corriendo las escaleras.

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Jeon JungKook se encontraba de pie en aquella esquina, su cabello despeinado se revolvía un poco con la suave brisa, veía las personas ir y venir enfocadas en sus rutinas, el chico echó un vistazo al celular para ver la hora, Sora ya debía haber llegado. Su atención se vio en otro lado cuando tocaron su hombro, una sonrisa tímida apareció en sus labios mientras que Sora quedaba anonadada con lo mucho que ese chico había cambiado.

— ¿JungKook? ¿Enserio eres tú?

— Pero mírate, estás...—la vio de arriba abajo causando un sonrojo en sus mejillas— ¿Eres tú?

— No hay nadie más como yo.

— Sí, eres tú, suenas como YoonGi.

— Oh, mi corazón—llevó sus manos a su pecho dramatizando, algunas risas vinieron acompañadas de un abrazo, incluso ahora ella tenía que ponerse de puntitas para alcanzarlo.

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Jimin había llegado a la academia cargando a JeongMin, ésta veía lo que le rodeaba con curiosidad permaneciendo en los brazos de su padre, Jimin notaba las miradas de todos puestos en él, incluso podía escuchar algunos susurros de pena o lástima hacia él, como siempre hacía, respiró profundo caminando a su oficina, saludó a su secretaria antes de encerrarse en su espacio de trabajo.

Pero no pasó mucho en el que la chica de recepción le avisaba de una visita, Jimin dejó a JeongMin sobre el sillón que tenía, ésta llevó a su boca el cojín que le había dado su padre.

En cuanto escuchó la puerta abrirse, se presentó amablemente.

— Buenos días, soy el director Park...—pero se interrumpió al ver quien era, un joven de cabello rubio y labios carnosos sonrió como si nada al verlo, vestía con ropa costosa, incluso más que la de Jimin, el chico tragó con dificultad recordando unos breves minutos.

Hace seis años atrás

Jimin caminaba con prisa a su siguiente clase, iba casi corriendo, a decir verdad, la mayoría de los alumnos estaban en sus salones, subiendo los escalones de la universidad se quedó de piedra al distinguir a Lee Taemin muy cariñoso con una chica.

Compartían besos y caricias escondidos en una esquina de las escaleras, Jimin sabía cuánto le gustaba ese chico a JeongYeon, pensó en salir corriendo a contarle, pero había sido muy tarde, el chico de cabello castaño se fijó en él susurrándole algo a la muchacha antes de dejarla ir.

— Jiminie, ¿No deberías estar en clase? —se acercó acomodando su bolso en su hombro. Jimin aferró su mano a los libros que cargaba en sus manos.

— Iba camino a clase, pero...yo...vi que...

— ¿Viste? —frunció el ceño— ¿Qué viste?

— Tú...estabas besando a esa...

— No, Jiminie, sólo estábamos hablando—despeinó su cabello—No inventes cosas.

— Pero yo vi que...

— Escucha—colocó su mano en su hombro—Haremos algo, no le dirás nada de esto a JeongYeon y te dejaré ir, pero si abres la boca haré que te echen de esta universidad.

Jimin de inmediato sintió sus mejillas arder de la ira, cualquiera que se metiera con su JeongYeon debía pagar.

— Estás engañándola.

— Llámalo como quieras, pero no me hagas verte como el enemigo, se un buen chico, ¿Quieres?

— No.

— ¿Qué dices?

— Voy a decirle a JeongYeon y te dejará en un segundo, sólo estás jugando con ella... ¡Ah! —Jimin sintió como su hombro derecho sufría con el apretón fuerte de Taemin, se quejó de dolor y éste lo obligó a arrodillarse—Auch, duele.

— ¿Vas a cerrar la jodida boca o debo dislocar tu hombro? —ambos compartieron una mirada, Taemin de superioridad y Jimin de odio—Vamos, Jimin, soy más fuerte que tú, soy mejor que tú, incluso si le dijeras la verdad...ella jamás te creerá.

— Aléjate de ella.

— No, ¿Entendido? —y lo soltó antes de irse. Jimin le había contado a JeongYeon, pero Taemin tenía razón, ella no le creyó.

Presente

— Director Park, ¿No crees que un título grande para ti? —sonrió maliciosamente.

— Taemin—aquel nombre salió con amargura de su boca.

Esta vez no debía ni podía quedarse callado.

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Demasiadas cosas para un sólo capítulo :v