Sora había dejado su alarma encendida para levantarse a tiempo, había tomado un baño, se había alistado y había tomado el desayuno con calma, pero a solas, su hermano siempre se iba temprano y en ocasiones regresaba tarde a casa. Se sentía optimista, su día comenzaba con un buen clima soleado, en el autobús fue atenta de no perderse y al cabo de una hora llegó donde debía.

Sora iba vestida ese día con un vestido fresco con flores en él, tenía unas zapatillas bailarinas totalmente blancas y su cabello iba recogido en un moño, pero algunos mechones se escapaban de su sitio. Cuando abrieron la puerta se llevó la sorpresa de no ser recibida por la señora Yoo sino por un hombre realmente hermoso, esa carita angelical debía ser ilegal, Sora lo identificó al recordar el cuadro de la sola.

— Buenos días, señor Park—hizo una reverencia, aquel hombre vestía con un suéter gris que le quedaba perfecto, zapatos negros y pantalones claros, su cabello oscuro iba perfectamente peinado, pero daban ganas de acariciarlo una y otra vez—Soy Min Sora, soy la nueva ama de llaves, la señora Yoo...

— Entra.

— Gracias—obedeció estando tan emocionada que no se percató de la mirada que le daba Jimin.

— ¿No eres muy joven para trabajar?

— Tengo veinte años, se supone que debo trabajar—sonrió apenada.

— ¿Estás estudiando, Sora?

— No.

— ¿Entonces sólo tienes este trabajo? —Jimin metió sus manos en los bolsillos de su suéter mirándola de pies a cabeza.

— Sí, señor—asintió.

— Puedes decirme Jimin, no soy tan viejo.

— De acuerdo.

Sora puso total atención a las indicaciones del hombre, su espalda ancha era lo que podía ver junto a su nuca, la señora Yoo tenía suerte de tener un esposo así, de tener una familia tan perfecta, una casa tan hermosa, entre otras cosas. ¡Sora también quería eso! ¿Por qué ella no lo tenía?

Mientras Jimin le indicaba algunas cosas en la cocina fueron interrumpidos por una niña con uniforme.

— ¡Appa! Necesito ayuda con mi corbata—indicó el cuello de su camisa, Sora notó un leve parecido entre ambos.

— JiYeon, ¿Qué te he dicho de interrumpir? Debes pedir permiso primero...

— Lo siento—hizo un puchero.

Jimin primero se encargó de su corbata regresando su atención a la chica.

— Sora, ella es mi hija JiYeon, JiYeon, ella es Min Sora, desde ahora cuidará de la casa y las cuidará a ustedes.

— Es muy linda—sonrió haciendo que sus ojos se volvieran dos líneas.

— Gracias—Sora quiso apretarla y comérsela a besos—También eres muy hermosa, JiYeon, espero que nos llevemos bien.

— ¿Puedo llamarla "unnie"?

— Claro.

— Ve a terminar de arreglarte—Jimin intervino y la niña obedeció—No debes preocuparte por sus deberes escolares, ella sola tiene la iniciativa de hacerlos—miró a Sora—Iré por JeongMin para que la conozcas.

— Sí, señor—asintió—Perdón, Jimin.

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— ¿Appa?

— ¿Sí? —Jimin conducía mirando al frente mientras la música sonaba en un volumen adecuado para el ambiente.

— ¿Omma y tú se van a separar?

— ¿Por qué preguntas eso, cielo? —frunció el ceño.

— Porque cuando los papás se pelean terminan separándose y suelen decir que somos errores—Jimin la miró preocupado ante esos pensamientos—JeongMin y yo somos dos errores.

El chico detuvo el auto bajo el semáforo esperando que éste cambiara.

— Escucha—miró a la niña-Si tu madre y yo nos separáramos, siempre serán nuestras hijas, pase lo que pase, eso no cambia nada—tomó su manita—Ustedes dos son lo mejor que nos ha pasado en la vida, JiYeon.

La pequeña sonrió sonrojada por esas palabras de su padre. Desabrochó su cinturón de seguridad un momento para abrazarlo fuertemente.

— Te quiero mucho, appa.

— Y yo a ustedes—besó su mejilla. Cuando regresó a su asiento la ayudó con su cinturón. Dejó que JiYeon buscara algo de música en la radio, pero por dentro le preocupaba que la niña pensara eso, siempre intentaba ser cuidadoso al respecto con las niñas, JeongYeon también se cuidaba de eso, pero si las niñas notaban que algo sucedía era porque estaban haciéndolo mal definitivamente. Respiró profundo volviendo a conducir intentando no amargarse por ello.

— ¡Appa es nuestra canción! —JiYeon le subió volumen. Jimin y ella siempre ponían música en el auto para cantarlas, por eso a JiYeon le gustaba escuchar música porque amaba los conciertos con su padre— ¡Canta, canta!

— Sólo si lo haces conmigo—invitó.

— ¡Estoy lista! —alzó sus bracitos.

— Tengo curiosidad por todo, ¿Cómo va tu día?, oh, dime—señaló a JiYeon.

— Oh, sí, oh, sí, oh, sí—imitó los movimientos del vídeo causando ternura a su padre.

— ¿Qué es lo que te hace feliz? Oh, escríbeme—siguió los movimientos de su hija haciendo un lindo momento de padre e hija en el auto, por eso JiYeon amaba que fuera Jimin quien la llevara a la escuela porque por la tarde siempre la traía el transporte escolar.

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JeongMin era una bebé de cabello oscuro y ojos grandes pero dulces, sus mejillas regordetas no dejaban de ser apretadas por Sora quien la hacía reír en sus brazos, Jimin le había dejado un biberón listo indicándole como lo preparaba, no debía preocuparse por alimentarla.

— Tienes un padre muy apuesto, ¿Sabías? —comentó cuando la dejó en la alfombra con sus juguetes en la sala, había puesto algunos de ellos para distraerla—Y tienes suerte de haber nacido en una familia así, mis padres siempre tuvieron que trabajar duro para pagarnos la escuela.

JeongMin movía sus piecitos y sus manitos sin entender nada. Sora sonrió un poco porque a veces ella deseaba ser una bebé, no tendría preocupaciones ni obligaciones, pero bueno...por ahora el trabajo no lucía tan mal.

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La canción que Jimin canta con JiYeon es Boy With Luv 💕