Un mes después

JiYeon había llegado a casa de mal humor ese día, Sora supo que lo estaba, era evidente. En el almuerzo estaba más callada de lo normal, sin aguantarlo mucho no dudó en preguntarle.

— ¿Mal día en la escuela?

— Mis compañeros son unos idiotas.

— Oye—Sora reprochó con suavidad— ¿Por qué dices eso?

— Porque es verdad.

— JiYeon, puedes decirme si alguien te está molestando—intentó animarla, la niña dudaba sobre contarle, pero al mismo tiempo quería decirle su idea—Confía en mí.

— Es que...—suspiró—En dos días será el baile de padres e hijos que suelen hacer en mi escuela, las familias se reúnen, es...un momento muy bonito.

— Estoy segura que tu padre irá para verte.

— Unnie, omma no ha llamado más, quiero que ella vaya, pero al mismo tiempo no—admitió apenada. Miraba su plato de verduras sin apetito—Todos los niños irán con sus padres...menos yo.

Sora entendió porque su mal humor. Últimamente la niña llegaba decaída de la escuela, no decía mucho lo que hacía, era obediente con sus deberes, pero no estaba del todo feliz, con un mes todo parecía ir de mal en peor.

JeongYeon jugaba con el asunto del divorcio a su antojo y Sora deseaba que Jimin ejerciera más presión sobre esa mujer. Sus actitudes le estaban desesperando un poco, a veces era tan dulce con Sora que la chica se confundía, pero otras veces sólo quería estar solo y odiaba verlo encerrarse en su mundo.

— Lamento que tengan que pasar por esto, JiYeon—tomó su mano. JeongMin estaba tranquila en su silla especial—Algo bueno vendrá para ustedes.

— ¿Omma dejó de querernos?

— Claro que no, ella las quiere y mucho—forzó una sonrisa.

— Appa dice que ella ha llamado, pero sé que miente—aquello le dolió a Sora—Unnie, ¿No quieres acompañarnos al baile de la escuela?

— ¿Acompañarlos?

— Sí, ¿Tú...no quieres ser mi omma por un día?

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— Sí, esas luces deben brillar un poco más, quiero que iluminen el escenario lo más posible, que se aprecie cada chico o niño en él—indicó el director Park a los hombres que cambiaban los focos o se encargaban de las conexiones.

— Podemos dejar que cada género decore el escenario a su estilo, ¿Qué te parece? —Hoseok ladeó su cabeza mirando hacia este.

— Es dejarles trabajo a los profesores.

— No, es dejar que cada profesor se haga cargo de su ambiente—sonrió—Te conviene hacerlo, Jiminie, luces cansado.

— Estoy cansado, entre las niñas y el trabajo siento que voy a morir—pasó su mano por su cabello—Y ni hablar del divorcio, JeongYeon sigue jodiéndome la vida, quiero que esto acabe ya.

Hoseok mordió su labio queriendo decirle que si JeongYeon atrasaba el juicio con los abogados y el juez respecto a la custodia de JiYeon era porque le daba la gana, Jimin tenía todo el derecho de ejercer presión sobre ella, pero una vez más, Jimin dejaba en claro sus inseguridades.

— ¿Qué me dices de Sora?

— Todo está bien con ella.

— ¿Sólo eso?

— Sólo eso—respiró profundo.

— ¿Has pensado en lo que te dije? Deja que Tae y yo nos hagamos cargo de las niñas, descansa un fin de semana.

— No puedo.

— Jimin...

— Si permanezco quieto mucho tiempo mi mente comienza a torturarme y créeme, el otro día hice un gran esfuerzo por no llegar ebrio a casa—se dejó caer en una de las sillas que daban al escenario, Hoseok lo miró con cierta preocupación.

— ¿Estás bebiendo para aliviar el estrés?

— Sólo fue esa vez—negó con la cabeza. Sacó su celular mirando la hora—Debo volver a la oficina, tengo entendido que hoy llegará el nuevo maestro de clases de pop.

— ¿Enserio?

— Sí, he atrasado este festival más de lo normal—se levantó recogiendo aquellos papeles que era la lista de lo que faltaba por organizar—Gracias por ayudarme, hyung.

— No agradezcas, mejor piénsalo, deja que este fin de semana me encargue de las niñas.

— Pero...

— Nada de pero.

Jimin iba a comenzar una "discusión" sobre el tema, pero su secretaria había ido a buscarle avisando de la presencia del nuevo profesor, el chico se dirigió a su oficina encontrando a un chico quizás más joven que él, su cabello era castaño, era un poco más alto que Jimin, lucía fuerte y tímido.

Al distinguir al director se levantó haciendo una inclinación en modo de saludo.

— Director Park, prometí llegar temprano, pero estuve algo ocupado en la mañana—extendió su mano.

— No hay problema—aceptó aquel gesto—Park Jimin, soy el director.

— Jeon JungKook, envié una solicitud para el trabajo de maestro.

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Min Sora doblaba la ropa encontrándose sentada en su cama, JiYeon y JeongMin estaban en el cuarto de la primera jugando con sus juguetes, la niña ya había terminado con sus tareas. El celular de la chica vibró en la cama, Sora contestó viendo el número desconocido.

— ¿Hola?

— ¿Sora? Hola, lo siento, sé que no debería llamarte, tu hermano me dijo que sueles estar ocupada...

— ¿YuQi?

— Sí.

— ¡Hola! —sonrió—Me alegra que me llamaras, ¿Qué sucede?

— Nada interesante, bueno sí pero no quisiera decírtelo porque siento que me emociono muy rápido y.... ¡Necesito tu ayuda!

Sora frunció el ceño, YuQi hablaba muy rápido.

— ¿Podrías calmarte? ¿Qué sucede? —siguió doblando la ropa—Respira y habla despacio.

— ¿Has hablado con tu hermano?

— No mucho, ¿Está bien?

— Oh, sí, tranquila, me estoy asegurando de que coma bien.

De nuevo silencio.

— Algo me dice que no llamaste por coincidencia ni por saber cómo estaba...

— YoonGi me invitó a salir.

Aquello fue tan repentino que ambas duraron calladas un rato, Sora analizaba esa información, ¿Había escuchado bien? ¿Acaso su hermano finalmente haría lo correcto? Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

— ¿Cuándo?

— Hoy de hecho, dijo que sería el fin de semana, que...podíamos ver una película y.... ¿Eso se considera una cita?

— Diría que sí, pero estamos hablando de Min YoonGi así que...—Sora no quería bajarle sus ánimos— ¡Tiene que ser una cita! —chilló emocionada—Pero debemos calmarnos, respirar profundo, ya sabes, todo depende de lo que pase esa noche.

— Cierto, cierto—YuQi estaba hecha un manojo de nervios—Te juro que contuve mis ganas de gritar, desde hace un mes estamos comiendo juntos en la hora libre, que YoonGi me invite a salir al cine es... ¿Un avance?

— Claro que sí, ¿Dudas de eso?

— Sora, tienes que ayudarme, no sé qué usar...

— Necesitamos arreglar eso, ¿La cita es el sábado o el domingo?

— Domingo.

— Tengo una idea, ese día estoy libre, puedo ir a tu casa y ayudarte a revisar ese armario.

— ¿Harías eso?

— ¡Claro que sí!

— Gracias, ¡Oh! Y si YoonGi habla contigo no le digas nada.

— Seré una tumba—prometió.

El timbre de la casa interrumpió la llamada, Sora dejó de hacer lo que hacía levantándose y caminando a la puerta principal, prometió a YuQi llamarla luego, cuando abrió se llevó una desagradable sorpresa. Una mujer con ropa costosa y lentes de sol estaba allí como si nada.

— Vaya, creí que, con todo el alboroto, Jimin ya te había despedido—se burló.

— Señora Park.

— No, no, ahora es Yoo, puedes usar mi apellido de soltera—sonrió—Disculpa, debo ver a mi hija...

— No puedo dejarla entrar—se interpuso. Además, Sora fue consciente que JeongYeon no se dirigía a sus hijas de forma plural sino singular.

— ¿Disculpa? —se quitó sus lentes—Quiero ver a mi hija.

— ¿Luego de un mes?

— Eso no es problema tuyo, niña, quítate.

— No—fue firme. Aunque JeongYeon seguía intimidándole no dejaría que esa mujer entrara a la casa—Le recuerdo que tiene dos hijas, señora Yoo.

— Sólo necesito a una.

— ¿Omma? —JiYeon estaba allí mirando la escena. JeongYeon sonrió ampliamente empujando a Sora, ésta se golpeó el brazo en la pared quejándose, la niña fue corriendo donde su niñera preocupada—Unnie, ¿Está bien?

— ¿Unnie? —JeongYeon rodeó los ojos— ¿Prefieres ver si esta inútil está bien antes que saludar a tu madre? —reprochó.

— Appa se molestará.

— ¿Por qué? No creo que Sora abra la boca—advirtió. La chica se sintió entre la espada y la pared, pero en cuanto JiYeon la abrazó fuertemente supo que debía defenderla—JiYeon, ven aquí.

— No.

— ¡Ven aquí!

— ¡No!

La mujer intentó tomar su brazo, pero Sora retrocedió impidiéndolo.

— La niña fue clara, ella no quiere ir con usted y usted no puede estar aquí—la voz de Sora fue firme—Será mejor que espere al juicio, si quiere ver a JiYeon tendrá que ver a JeongMin también.

— Esto es ridículo, ¡Esta es mi casa!

— Era su casa.

— ¿Qué? ¿Ahora es tuya? —JeongYeon colocó sus manos en su cintura insinuando aquello— ¿Quieres quitarme a mi esposo y a mi hija? Vaya, me parece que no soy la única zorra aquí.

— JiYeon sube a tu cuarto, ve a ver a tu hermana—Sora se apresuró a enviar a la niña arriba, no quería que escuchara esas palabras, cuando estuvieron solas se volteó hacia la mujer—Escuche, la única que ha perdido todo aquí es usted y es por su maldita culpa, tiene un esposo increíble y unas hijas que la adoran...

— Tú no sabes na...

— Cállese y déjeme terminar—interrumpió—Jimin sufre cada día por su culpa, está lleno de inseguridades por una mujer que aparenta lo que no es, sus hijas le temen y han perdido el respeto que le tenían.

— Seguramente te has encargado de eso.

— No, la que se ha encargado de eso es usted—apuntó—JiYeon vio como su padre se desmayó por su discusión, JeongMin me dijo mamá en sus primeras palabras, ¿Sabe por qué? Porque la persona que está día a día con ellas soy yo, si no quería tener a JeongMin debió cuidarse, ahora no diga que fue un error porque esa bebé es hermosa y maravillosa, es una pena que tenga parte de su sangre, no la merece, JeongMin merece una madre que la valore.

— Ahora entiendo porque Jimin propuso el divorcio—susurró—No puedo creer que no lo había visto, no llegaste a esta casa por casualidad, llegaste porque eres la amante.

— Eso no es verdad.

— Di lo que quieras, pero acabas de dejar las cosas muy en claro, espero que Jimin pueda defenderse en el juicio.

Sora la miró irse tan rápido como llegó. Se quedó inmóvil con la vista fija en la puerta, ¿En qué se había metido ahora?