Capítulo 23 🌹
El viernes había llegado, Jimin se encontraba estresado por los asuntos de la academia, pero cuando recordaba que esa noche iría a cenar a solas con Sora una pequeña sonrisa aparecía en sus labios. Su celular comenzó a sonar tomándolo desprevenido, más que nada por el nombre, respiró profundo contestando.
— ¿Firmaste los papeles?
— Ya quisieras, te llamo para decirte que hoy me reuniré contigo y con mi abogado.
— ¿Qué? —Jimin frunció el ceño.
— Te dije que quería la custodia de JiYeon, ella no es tu hija.
— Mierda—gruñó queriendo golpearse así mismo. Había olvidado ese capricho de la mujer—Repetiré mis palabras, no daré mi brazo a torcer, ese imbécil no estará cerca de la niña.
— Si quieres discutir estaré esperando a las ocho, te enviaré la dirección, no llegues tardes—y colgó.
Así quedaba arruinada la cena de Jimin y Sora.
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Sora se dejó caer en el sillón de la sala mirando su celular, Jimin le había dado la noticia y aunque quería admitir que estaba aliviada por no tener que salir...al mismo tiempo estaba decepcionada, se había ilusionado. El chico no le había dicho la razón, sólo que se le presentó algo, la señora Park se sentó en el sofá bebiendo una buena copa de vino.
— ¿Y bien? ¿Necesitas ayuda para la cita de esta noche?
— No era una cita.
— ¿Era? —frunció el ceño.
— Se presentó algo en la academia y Jimin no podrá llegar a tiempo—sonrió un poco—Luego será.
— ¿Se presentó algo?
— Eso fue lo que dijo—suspiró— ¿JeongMin sigue dormida?
— Así es, se encuentra durmiendo profundamente—asintió—Estaba entusiasmada con la idea de su cita.
— No era una cita.
— Eso dices, pero la verdad es otra—sonrió picaronamente—Admítelo, hija.
— Claro, lo que usted diga, no discutiré con la madre de mi jefe.
— No creo que sea la primera vez que lo haces—eso dejó boquiabierta a la chica. ¿Qué demonios...? —Sentía curiosidad por ti, usé algunos contactos y....me agradas, Sora, me recuerdas a mí de joven.
— ¿Usted me investigó?
— Sólo sentí curiosidad...
— Esto es...incómodo, yo...no sé qué decir.
— No debes decir nada, sólo hazme caso, mi hijo y tú se verían muy bien juntos—movió el líquido en la copa—He visto como tratas a las niñas, JiYeon te adora y JeongMin...—ladeó su cabeza—Ella nunca le ha dicho mamá a JeongYeon—Sora sonrió ladinamente— ¿Qué sucede?
— A pesar de tener poco tiempo aquí creo que la antigua Sora habría aceptado esa oferta por el dinero.
— ¿Y cuál es la diferencia ahora? —subió sus piernas al sofá.
— Jimin es un buen hombre, tiene muchas cosas que afrontar en estos momentos, desde que llegué este lugar se ha desmoronado y siento que en parte es mi culpa—la chica miró donde estaba aquel cuadro familiar.
— ¡Cielo! Nada de esto es tu culpa, esta zorra venía destruyendo esta familia desde hace años—aquello debía ser consolador, pero no lo era—Ya es momento de que algo bueno pase aquí.
— Pero las niñas...
— Sora, primero lo primero, además, con lo sucedido en el restaurante, JiYeon sabe qué clase de mujer es su madre.
Sora prefirió guardar silencio, tener algo con Jimin podría ser tentador, pero ella no conocía la realidad de esa familia en un inicio...ahora sí.
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— ¿Entonces no saldrán? —preguntó YoonGi. La chica le había contado sobre la cena con Jimin dos días atrás— ¿Y....te sientes bien?
— ¿Debería sentirme mal? —Sora estaba en el porche con su celular en su oreja, la noche había caído, se sentía cansada por haber limpiado la mayoría de la casa, aunque la señora Park había ayudado igual estaba agotada, las niñas también le consumían mucha energía.
— Bueno...pensé que estabas...contenta por eso.
— ¿Contenta?
— No sé cómo decirlo, pero me parecía que ansiabas este día—Sora suspiró tomando asiento en una de las sillas del porche— ¿Quieres que cambie de tema?
— Sí, hablemos de YuQi.
— ¿Enserio?
— Dime, ¿Todo bien? —sonrió divertida.
— No somos nada, sólo vamos a comer en la hora libre—aclaró—Ella es...muy tímida pero divertida al mismo tiempo—a Sora le enterneció escuchar eso— ¿Sabes? Mamá llamó hoy.
— ¿Sigue insistiendo en mi boda?
— Ya sabes como es.
Sora rodeó los ojos mirando la calle del vecindario. Mordió su labio negando con la cabeza.
— ¿Te gustaría que me casara con alguien, oppa?
— ¿Por qué me preguntas eso? Tú eres quien decide.
— Pero tú eres mi hermano mayor, merezco saber cómo te sientes.
YoonGi tardó en responder, pero lo hizo.
— Te conozco desde que era un niño, desde que naciste e incluso antes—tomó un respiro—Mereces algo más que un simple matrimonio, si es tu destino casarte entonces ya llegará, por ahora sólo dedícate a tu trabajo, pero nunca dejes de preguntarte lo que quieres y lo que buscas en esta vida.
Sora sonrió un poco asintiendo.
— Siempre has sido muy bueno con las palabras, recuerdo que en primaria hiciste un poema que leíste al final del curso.
— ¿Enserio? —se extrañó—Vaya, ni siquiera lo recuerdo.
— Yo sí, te veías adorable, de hecho, JiYeon tiene razón, eres como un gatito.
— Ya, voy a colgar, haré algo de comer y me iré a la cama, estoy cansado.
— Descansa, hablamos luego.
— Tu igual—y colgó mirando la pantalla de su celular. Tenía una foto donde YoonGi y ella aparecían, Sora más sonriente que el chico, sostenían unos helados que habían comprado en el parque.
—Él enserio luce como un gatito—bromeó.
La chica se levantó de la silla dispuesta a entrar, pero se detuvo al distinguir el auto de Jimin, guardó su celular en el bolsillo, sonrió saludando al chico moviendo su mano, pero borró esa sonrisa al notar un rostro serio en él, más grave fue cuando Jimin no bajó del auto.
Sora se acercó sin pensarlo situándose junto a su ventana con una pequeña sonrisa, Jimin tenía los ojos hinchados, la nariz roja y....era más que evidente que había estado llorando.
La chica apoyó sus brazos en la ventana mirándole, Jimin en cambio veía al frente, estaba...demasiado tranquilo o era lo que parecía.
— Lamento no haber cumplido mi palabra.
— No importa.
Jimin bufó conteniendo sus lágrimas.
— Esas mismas palabras solía decirle a JeongYeon cuando lo nuestro comenzó a fallar—negó con la cabeza—Fui a verla, Sora, ella me llamó.
— ¿Qué sucedió?
— JeongYeon firmará los papeles, pero luchará por la custodia de JiYeon—miró sus manos en el volante—Ella quiere llevársela, sé que tengo todas las de ganar, sé que, por ley, JeongYeon debe mantener a ambas niñas porque las dos son suyas, pero...—volvió a negar con la cabeza—Tengo un mal presentimiento.
— Ganarás la custodia, si el juez decide que ambos tendrán que compartirla...
— Odiaría eso, lo admito, pero al mismo tiempo debo aceptarlo—chasqueó la lengua—JiYeon no puede estar lejos de su madre, es decir, no puedo...separarla de ella, sería un mal padre, ¿No? —miró a Sora buscando algo que lo calmara, pero no podía.
— Jimin, JiYeon sabe lo que está pasando a pesar de ser una niña, nadie te pide que le hables mal de su madre—susurró—Es normal que te sientas así, que algo pueda salir mal pero déjame decirte algo, esto ya debes saberlo—ambas miradas se conectaron—JeongYeon ni ese tal Taemin pueden quitarte la custodia de tu hija, el juez evaluará el caso y se dará cuenta que quitarle a la única figura paterna a JiYeon podría causarle traumas, Taemin puede ser su padre biológico pero para JiYeon es sólo un extraño, tú eres su padre aquí, no tengas miedo, todo estará bien.
Jimin agradeció internamente esas palabras, se mantuvo mirando fijamente a la chica de cabello castaño, Sora colocó su mano en su hombro apretándolo suavemente.
— Suenas como alguien que sería buena para la carrera de abogado.
— Estuve un tiempo estudiando—confesó.
— ¿Enserio?
— Sí, quería ser nutricionista, me interesaba mucho.
— ¿Y ahora?
— Ahora sólo...trabajo aquí—se encogió de hombros—Ayudo a mi hermano y sólo trabajo.
— Creo que has hecho más que sólo trabajar aquí—tomó su mano apretándola suavemente—Gracias.
"¿Por qué luce tan adorable este hombre?"
Sora miró sus manos juntas, se sentía pequeña en ellas, sólo una vez se había sentido así, era una sensación de seguridad, nervios, emoción y.... ¿Cómo decirlo? Ni Sora sabía que sentía, pero en su estómago parecía tener un millón de mariposas.
Ridículo pero cierto.
— No agradezcas.
— Claro que sí, otra chica hubiera renunciado en cuanto JeongYeon inició todo esto—miró al frente sin soltarla.
— Jimin—llamó dulcemente, él volvió a verla respirando profundo—Vas a estar bien, todo estará bien.
Asintió no muy seguro pero esa chica lo calmaba en parte. Miró sus manos acariciando el dorso de ella.
— No debería pedirte esto, pero...no vayas a dejarnos, ¿Sí?
— No me iré a ningún lado, JiYeon se enfadaría muchísimo y JeongMin me jalaría el cabello—bromeó sacándole una sonrisa—Vamos, está haciendo algo de frío, seguramente tienes hambre, te prepararé algo.
— Gracias.
— Deja de repetir eso, es mi trabajo—lo soltó restregando sus manos discretamente con su pantalón, debía calmarse.
"Mi hermano tenía razón, nada es perfecto en la vida, tener dinero no asegura tener felicidad eterna"
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