— Una vez viajé a Daegu—contó la mujer—Pero fue hace mucho, mi Jiminie no había nacido aún.

— Mamá—reprochó el chico—Aburres a Sora con tus cuentos.

— Claro que no—se defendió.

— La verdad es que nunca he ido a Daegu, mi hermano nació allí como le dije, pero luego de un tiempo se mudaron a Busan, por eso soy de allá—explicó.

La conversación de los adultos se vio interrumpida cuando JiYeon apareció con su uniforme y el cabello enredado.

— Appa, ¿Podrías ayudarme con esto? —señaló su melena. La señora Park se ofreció a hacerle una linda trenza, la tomó de la mano llevándosela al cuarto, JeongMin se encontraba gateando por la alfombra rodeada de sus juguetes, Jimin notó que la bebé gateaba en dirección a la chica.

— Omma, omma.

Sora miró a la pequeña sonriendo encantada con ella, la cargó ocupándose de terminar el desayuno.

— Te ayudo con eso—el chico tomó los platos grandes con comida sirviéndolos en la mesa—Lamento que mi madre sea tan...extrovertida.

— Es interesante, me gustan las personas que siempre tienen algo que decir—colocó a JeongMin en su silla especial—JiYeon me dijo que se quedará unos días.

— Sí, así es—la miró—No te preocupes, no te molestará en tu trabajo...

— Creo que me divertiré con ella—sonrió buscando los cubiertos junto a los vasos, Jimin tenía minutos para hablar antes de que su madre y JiYeon aparecieran, aclaró su garganta apoyando sus manos del respaldar de una silla.

— No quiero que creas que estoy presionándote, pero...—Sora lo miró— ¿Podemos ir a comer este viernes por la noche?

"Cierto, su modo de agradecerme"

Sora calló la voz de su mente controlando ese sonrojo un poco, asintió, pero al mismo tiempo usó una excusa.

— Las niñas...

— Recuerda que mi madre está aquí—se acercó a ella hasta quedar algo cerca.

— Es mi trabajo cuidarlas, tu madre creerá que...—entonces recordó algo— ¿Ella sabe que iremos a cenar?

— No, pero pienso decirle, sé que ya le caes bien.

— No quiero que tenga una idea mala de mí...

— No lo hace—le quitó los vasos—Sora, prometiste ir.

— No prometí nada.

— Entonces ahora puedes prometerlo—insistió. Sora suspiró y éste la miró con unos ojos similares a los de JeongMin cuando era regañada— ¿Estás pensando en mandarme al carajo?

— Tal vez—asintió bromeando. Ambos rieron un poco, pero guardaron el silencio mirándose de nuevo, esta vez Sora podía jurar que estaban acercándose, pero un lloriqueo de JeongMin los trajo a la realidad—Hora de comer.

🌹🌹🌹

— ¿Te gusta mi hijo, Sora?

— ¿Disculpe? —la pobre casi se ahogó con su propia saliva, Jimin ya se había ido hace rato con JiYeon, Sora en cambio se encargaba de la bebé jugando con ella en la sala.

— Oh, vamos, se nota que hacen una linda pareja, mejor que la que tenía—rodeó los ojos.

— No creo que su hijo esté en condiciones de una nueva relación ahora que están los papeles del divorcio...

— Dime algo, Sora, ¿Eres casada? ¿Tienes novio?

— No, pero...

— Ya está, eres perfecta para él.

— Señora Park, yo...—no podía ser grosera con ella y cortarle las alas como a su madre. ¿Pero qué le pasaba a todo el mundo que la querían con alguien más? ¿Acaso para ser feliz era una obligación casarse y tener hijos? JeongMin al sentir que Sora no le ponía atención comenzaba a quejarse haciendo un puchero— ¿Puedo preguntarle algo?

— Claro, cielo.

— Ya que me parece que usted no adora mucho a....JeongYeon—comentó— ¿Su hijo la decepcionó cuando decidió casarse con ella?

La mujer de cabello oscuro cruzó sus piernas mirando al televisor unos segundos, éste estaba en un canal de recetas de cocina, Sora esperó paciente su respuesta sin dejar de mirarla. La señora Park al sonreír tenía aquel gesto de los ojos, parecían volverse dos medias lunas, era gracioso y tierno.

Jimin también tenía eso.

— Admito que no estaba de acuerdo, de hecho, ni siquiera quería que Jimin se hiciera cargo de JiYeon—respiró profundo—Me parecía algo denigrante, supe desde el primer instante que esa zorra no amaba a mi hijo como debía.

— ¿Y qué la hizo cambiar de parecer?

— Nada, bueno, cuando conocí a JiYeon me enamoré de mi nieta, entendí que esa pequeña no tiene la culpa—sonrió dulcemente—El padre de Jimin en ese entonces había hablado conmigo, dijo que los hijos deben aprender por su cuenta, que le diga que no al chico no significa que no lo hará, Jimin es un hombre, ya no es el niño que solía vivir conmigo, ese que dependía de sus padres.

— Entiendo—asintió—Supongo que este divorcio la tiene muy feliz.

— Como no tienes idea.

🌹🌹🌹

Por la noche, Jimin llegó del trabajo encontrando todo muy...silencioso. Allí en la sala estaba su madre tomando una copa de vino, al ver a su hijo sonrió un poco levantándose.

— ¿Todo bien en la academia?

— Un poco, se acerca un festival y debo organizar muchas cosas—suspiró—Pero estaré bien—miró alrededor— ¿Dónde están las niñas?

— Sora está con ellas arriba, luego de que cenaran, tomaron un baño y seguramente están dormidas.

— Iré a verlas—Jimin notó la forma en que su madre lo veía— ¿Qué?

— Nada, sólo me preguntaba si querías verlas a ellas o si en ese grupo entraba tu ama de llaves—levantó una de sus cejas—Esa chica es buena.

— Mamá.

— Sólo digo, no te alteres—se quejó dejándolo solo.

Jimin había ido a las habitaciones, escuchó que alguien cantaba con voz dulce y suave, al asomar su cabeza por la puerta de JiYeon encontró a la niña completamente dormida mientras abrazaba a Sora, ésta tenía a JeongMin dormida en brazos aferrando una de sus manitas a su blusa.

La voz de Sora se detuvo al distinguir a Jimin.

— Lamento llegar tan tarde—se disculpó en un susurro, al estar cerca cargó a la bebé quien se estiró un poco sin despertarse.

— No tienes que darme explicaciones, está bien—Sora acomodó a JiYeon cubriéndola con las sábanas, apagó la luz de la mesa de noche y salió de la habitación.

Entre ambos acostaron a la bebé en su cuna, se aseguraron de acobijarla bien y una vez más en el pasillo, Sora sentía que quizás Jimin la miraba de más.

— ¿Necesitas algo? —preguntó intentando calmarse.

— No, estoy bien—aseguró—TaeHyung y Hoseok te envían saludos.

— Igualmente—asintió—Debo limpiar la cocina antes de irme a la cama—comentó—Por cierto... ¿Sabes algo sobre JeongYeon?

Jimin suspiró negando con la cabeza.

— Ella no me ha escrito nada, ni siquiera para saber de sus hijas—susurró—JiYeon me pregunta por ella, creo que está confundida con todo lo que ha visto.

— JeongMin es una bebé, pero necesita a su madre.

— Lo sé.

— Pronto se acabará esto—intentó animarlo—Hay pruebas suficientes para que la custodia de JiYeon sea tuya...

— Siempre estoy en desventaja por no ser su padre biológico.

— Pero siempre tendrás ventaja de conocer cada detalle de tu hija, escucha, ese chico podrá ser su padre verdadero, pero eres tú quien la crió, eres tú a quien conoce realmente, decirle la verdad podría dejarla con traumas—explicó metiendo sus manos en los bolsillos de su suéter—Tú tienes todas las de ganar, Jimin.

— ¿Por qué eso no me deja estar tranquilo? —chasqueó la lengua.

— ¿Irás a trabajar mañana?

— Sólo hasta mediodía, ¿Por qué?

— Llevaré a las niñas al parque, deberías venir, te ayudará a distraerte.

🌹🌹🌹

JiYeon conducía su bicicleta orgullosamente mientras Sora no le quitaba la vista de encima, ella tenía a la pequeña JeongMin en brazos, aquel parque no estaba tan lleno por ser un día entre semana, la señora Park había preferido quedarse en casa y Jimin se unió a ellas al cabo de un rato.

— ¡Appa! —JiYeon movió su manito saludándolo desde lejos.

— Appa, appa—JeongMin estiró sus bracitos en dirección a su padre quien la cargó sin pensarlo.

— JiYeon se ve muy contenta con su bicicleta.

— Lo sé—Jimin sonrió asintiendo—Muchas veces le había dicho a su madre sobre tener una y venir aquí, pero JeongYeon nunca tenía tiempo.

— Podías traerla tú mismo.

— Estuve cerca de hacerlo, pero discutimos, le había comprado una bicicleta y misteriosamente apareció destruida.

Sora lo miró ante eso. ¿Acaso...?

— ¿Ella la destruyó? —abrió sus ojos como platos— ¿Qué clase de madre hace eso? Tu madre tiene razón, que bueno que te divorciarás—hubo silencio suficiente que le permitió darse cuenta de sus palabras—De nuevo hablé de más, lo siento.

— No, tienes razón, tienes toda la razón lamentablemente.