Dos semanas después

Sora se encontraba limpiando la pequeña oficina de Park Jimin, colocaba en orden algunas carpetas, limpiaba el escritorio, abría las cortinas de las ventanas para dejar que algo de luz entrara, dejando todo en orden, al abrir el cajón del escritorio lo primero que vio fueron los papeles de divorcio protegidos por una carpeta transparente, no pudo evitar sentir curiosidad, sabía que luego de lo sucedido hace dos semanas, Jimin se había colocado en movimiento con el papeleo, TaeHyung y Hoseok le brindaban ayuda mientras que Sora le brindaba apoyo. JiYeon, la pequeña de seis años había sorprendido a todos cuando le dijo a su padre que no quería su madre cerca porque temía que Jimin enfermara.

JeongMin, la bebé, no tenía consciencia de nada, pero ahora lloraba menos. Exactamente desde que su madre se fue de casa.

A Sora le parecía extraño que JeongYeon no haya hecho ningún escándalo hasta ahora. Los pensamientos de la chica se dispersaron cuando su celular comenzó a sonar, dejó todo en su lugar saliendo de aquella oficina cerrando la puerta al tiempo que contestaba.

— ¿Sí?

— ¿Mamá te llamó?

— No—se dirigió a la habitación donde la bebé dormía, tenía el pequeño comunicador que le avisaba cuando lloraba o no, Sora lo tenía colgando de su cintura— ¿Pasó algo?

— Mamá y papá vendrán este fin de semana, quieren visitarnos, ver cómo estamos, ya sabes.

— Eso es genial, hace mucho que no los vemos—se dejó caer en el sofá.

— ¿Podrías hablar con tu jefe y pedirle el fin de semana?

— Le preguntaré cuando regrese. Deberías invitar a YuQi.

— Enserio, deja ese tema.

— Nunca pierdo la esperanza.

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— No haré eso.

— ¿Por qué? —Hoseok estaba a su lado en aquel salón de ensayo. Los niños calentaban y estiraban antes de iniciar su clase de baile, Park Jimin paseaba por los salones, pero se había distraído conversando con Jung Hoseok.

— Porque no creo que sea apropiado.

— No harán nada malo, sólo la invitarás a cenar como agradecimiento—sonrió entusiasmado—Anímate.

— Te recuerdo que el divorcio está en trámite, sigo estando casado y no tengo cabeza para eso...

— ¿Acaso JeongYeon recordó que estaba casada contigo cuando te engañó con ese tal Taemin? —aquello dejó callado a Jimin—Escucha, Tae y yo consideramos que Sora ha hecho más de lo que su trabajo dice. ¿No deberías agradecerlo?

— Si Sora lo ha hecho es porque quiere hacerlo.

— O....podría sentir algo por ti—sonrió.

— Ya, Hoseok, deja de inventar cosas—lo empujó suavemente.

— ¿No crees que sea posible?

— No, la verdad no—se cruzó de brazos—Volveré a la oficina, tu clase ya empieza.

— Sí, director—Jimin le reprochó con la mirada—Oh, ¿Sabes qué podrías hacer? Llevarla a bailar, seducirla con tus movimientos y....—el chico salió corriendo antes de que el pelinegro le atrapara.

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YoonGi almorzaba en su hora libre, la cafetería de la empresa estaba llena a esa hora con varios trabajadores comiendo con ganas o hablando con alguien más, el chico pálido distinguió a la joven YuQi sentada en una esquina concentrada en su comida, sus mejillas estaban llenas dándole un aspecto gracioso y dulce, su cabello era de un color chocolate, al sol se apreciaban mechones rojizos, era delgada, diminuta pero muy amable con todos, incluso cuando el jefe le gritaba que era una secretaria inútil, YuQi no borraba su dulce sonrisa.

A YoonGi le molestaba no porque a ella le gustara él sino porque no todo en la vida puede ser color rosa, le envidiaba ser capaz de ser tan tranquila, relajada, despreocupada y dulce. Era el doble que su hermana.

Masticando su almuerzo apartó la vista recordando que sus padres irían a casa ese fin de semana, sabía que su madre le preguntaría por alguna pretendiente, su padre le recordaría que la juventud de hoy en día tardaba más en sentar cabeza mientras que Sora seguramente les comentaría sobre YuQi, masticó despacio siendo consciente que parte de su avance en el trabajo se debía a la chica. Esa que estaba sentada allá.

Cuando la hora del almuerzo acabó, muchos se dirigieron a sus lugares de trabajo, YoonGi esperaba el ascensor, subió cuando las puertas se abrieron entrando junto a un grupo limitado de personas, YuQi estaba allí. Al parecer no se había percatado del chico.

"¿Realmente estoy siendo un idiota siendo tan cruel con ella?"

Podía escuchar la voz de su hermana quejándose de su actitud en sus pensamientos, respiró profundo esperando llegar a su piso, YuQi también bajó en ese momento y fue que aprovechó para tocar su hombro.

— YuQi...

— Señor Min—hizo una reverencia— ¿Necesita algo?

Aquellos ojos de Bambi lo veían con adoración.

"Vamos, YoonGi, esto no puede ser difícil"

— ¿Cómo estás?

"¿Es enserio?"

— Bien, supongo—respondió extrañada— ¿Y....usted? Vi que estaba comiendo muy bien, me alegra, no me gustaría verlo en cama de nuevo.

— Sí, yo tampoco—rascó su cabeza tragando con dificultad—Quería preguntarte algo.

— Claro.

— Me preguntaba si... ¿Te gustaría...ir a comer algo luego del trabajo?

Listo. Lo dijo.

YuQi no esperaba eso, muchas veces lo había soñado y muchas veces ella lo había invitado, pero justo cuando se daba por vencida...sus plegarias eran escuchadas. Por fuera se mostró normal, pero por dentro estaba gritando.

— Conozco de un nuevo restaurante que acaban de abrir hace dos días, tienen un excelente ambiente—propuso.

— Sí—YoonGi sonrió un poco mostrándose tímido y avergonzado—Suena bien.

— Adelantaré algunas cosas para salir antes.

— Me parece bien—asintió viéndola alejarse.

"¿Enserio acabo de invitarla a salir? ¡¿Qué demonios Min YoonGi?! Bueno...no fue tan malo, fue...extraño, pero no tan malo"

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Esta pareja la shippeo desde que escribí Cry Wolf :')