Capítulo 1 🌹
Una mujer alta y esbelta abrió la puerta, lucía como una modelo, sus piernas eran largas, Sora se preguntaba cuanto pesaba con esa delgadez, el suelo de madera dejaba sonar sus tacones, en aquella sala espaciosa identificó un piano bajo un gran cuadro donde había una foto familiar, Sora identificó a la mujer de la foto, era la misma que le había abierto la puerta, su cabello era cobrizo y corto hasta los hombros cayendo de forma lisa, su flequillo iba de lado, en sus delgados labios se apreciaba una sonrisa pequeña mientras un hombre la abrazaba, frente a la pareja habían dos pequeñas, una bebé reía mientras su hermanita la abrazaba.
— Se llaman Park JiYeon y Park JeongMin, la mayor tiene seis años y la menor tiene diez meses.
Sora miró a la mujer, ésta le indicó que tomara asiento, obedeció colocando su bolso sobre las piernas. Aquel sofá increíblemente blanco era suave y cómodo, sonrió un poco sintiéndose ciertamente intimidada por la mujer.
— Tiene una familia muy hermosa, señora...
— Yoo JeongYeon, ese es mi nombre—le restó importancia—Dices que vienes por el anuncio del periódico.
— Sí—Sora de inmediato buscó su currículum entregándolo—Decía que necesitaban una ama de llaves, bueno, no fui yo quien lo vio, mi hermano me contó...
— ¿Cuántos hermanos tienes, Sora? —JeongYeon fue revisando su hoja de vida teniendo sus perfectas y largas piernas cruzadas.
— Sólo somos dos, yo soy la menor.
— ¿Vives con él?
— Sí.
— ¿A qué se dedican tus padres?
— Ellos viven en Busan, mi madre es ama de casa y mi padre es contador público.
— Ya veo—guardó silencio unos minutos—Para tener veinte años has tenido muchos trabajos—la miró— ¿Por qué?
— Algunos creen que por ser joven pueden exigirme de más, pero creo que todos merecemos ser tratados por igual, no importa la edad ni el sexo—sonrió más nerviosa que nunca. La señora Yoo suspiró mirando las hojas de nuevo.
— Según lo que veo aquí nunca has trabajado con niños—dejó caer el currículum en la mesa de café en medio de ambas—Verás, Sora, es primera vez que contrataremos a una ama de llaves, el trabajo consiste en limpiar la casa, atender a las niñas, preparar la comida, limpiar la ropa, ir al mercado si es necesario...—tomó un respiro—No debes preocuparte por ir a buscar a la mayor, el transporte escolar se encarga de traerla a casa.
— Entiendo—asintió— ¿Sólo son ustedes cuatro?
— Sí, pocas veces nos verás por aquí, mi esposo siempre está ocupado en la academia y yo lo estoy con mi trabajo, soy modelo así que constantemente estoy viajando.
— ¿Y su esposo...?
— Es el director de una academia de danza, pasa más tiempo encargándose de ese lugar que de su familia—a Sora eso le incomodó. Más que nada porque el tono molesto de la señora Yoo le puso el doble de nerviosa—Necesito que trabajes los siete días de la semana...
— ¿Qué? —sus ojos se abrieron como platos. Casi se salían de sus órbitas, la mujer de cabello cobrizo sonrió con algo de arrogancia.
— ¿Crees que esto es un juego? Vas a cuidar a nuestras hijas y cuidar de la casa, es más el tiempo que pasarás aquí que en tu casa—ladeó su cabeza—Por eso tengo una habitación preparada para la persona que venga a trabajar.
— ¿Podría pedirle los domingos libres? —pidió. Sora sabía que debía trabajar, pero también quería tener asegurado algo de tiempo para sí misma.
— De acuerdo, sólo los domingos, las niñas pueden estar con su padre—suspiró— ¿Puedes empezar mañana?
— Por supuesto, usted sólo dígame la hora y aquí estaré.
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— ¡Y aceptó!
— No sabes el alivio que me da eso—YoonGi respiró más tranquilo del otro lado—Intenta mantener este trabajo, ¿Quieres? Me preocupa que debas cuidar a sus hijas.
— ¿Por qué? —Sora iba en el autobús camino a casa, se encontraba sentada al final a un lado de la ventana.
— Nunca en tu vida has atendido a niños, no vayas a envenenarlos, ¿De acuerdo?
— Ja, ja, que gracioso, Min YoonGi.
— Es la verdad.
— Ya, deberías invitarme a comer algo para celebrar mi trabajo.
— ¿Disculpa?
— Disculpado, así que, asegúrate de llevarme a comer algo de pollo frito y Soju, sí.
— Esta mocosa, ¡Soy yo el que tiene que pagar!
— Claro que sí, eres mi oppa, los oppa deben pagar todo.
— ¡Ya! ¡Min Sora!
— Debo colgar, te quiero, oppa—y colgó sabiendo que Min YoonGi debía estar quejándose como un viejito por tener una hermana tan...increíblemente genial.
•••
Subiré capítulos cortos de esta historia, no pienso hacerla muy larga tampoco.
PD. Los nombres que usé para las niñas son inventados por mí :v
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