CAPITULO 3
Al día siguiente me levante con un dolor de cuerpo insoportable, me mire al espejo que tenia en la pared de mi cuarto y no pude creer lo que vi
-que cojones me ha pasado- dije sorprendido
Tenia una pierna cubierto de rasguños y sangre, asi que fui por un botiquín y me encerré en el cuarto
-esto no puede estar pasando- pensé
Me limpie con algodón y alcohol, pero seguía goteando la sangre
-que mierda -
Escuche unos pasos y metí el algodón con el alcohol en la caja y la puse debajo de la cama y me monte en ella y me puse las sabanas y me hice el dormido
-hermano, vamos despierta, el almuerzo está listo-
Entró y se quedó petrificado
-hermano porque has dibujado esto- dijo nervioso
Saque mi cabeza para verlo, y me quede helado, había un dibujo en mi escritorio
-eso no lo dibuje yo- dije al fin
-ahí está tu firma Josué-
-te lo juro Nicolás eso no es mío-
-en que estás pensando Josué, esto no es divertido- me grito enojado
Salió azotando la puerta tras de él, y yo no entendía que le pasaba.
-que idiota- bufé
Me levanté y me fui a dar un baño de esos sanadores
(...)
Estaba recostado en el sofá viendo películas de terror y mi hermano apago la televisión
-Nicolás que problema contigo- dije fastidiado
-respétame jovencito y no vas a ver eso, es malo-
-claro que no, es lo mejor del mundo-
-estas loco Josué Alessandro, eso trae cosas mala-
- Nicolás eres una mierda- grité enojado y subí a mi cuarto y tras de mi di un portazo
-eres un crio- alcance a escuchar
Agarré mi teléfono con mis audífonos, me acosté y puse la canción de Billie eilish -bury a friend.
Derrumbaron la puerta.
Me levanté de la cama lo más rápido posible y vi como 5 hombres entraron
Y me agarraban los brazos, uno de ellos me dio un golpe en el estómago, me senté en el suelo y vomite sangre
-que rayos pasa- dije entre jadeos
-no lo sabes? Pequeña escoria- dijo el hombre con una sonrisa malévola
-por eso te lo pregunto no?- dije sonriendo
Uno de los que me estaban sujetando se echo a reir y al que me había dado una patada, se enojo y me dio un golpe en la cara
-sigue hablando, que tu cuerpo quedara destrozado –
Me llevaron abajo y vi a Nicolás tendido en el suelo, estaba mal herido.
Y lo golpearon otra vez.
-déjenlo en paz- la voz se me hacia familiar
Vi como un tacón volaba en la sala y golpeo al chico que me sujetaba, cayo sin esfuerzo alguno.
Otro zapato voló, y se le incrusto en el ojo del otro que me agarraba, voltee a ver y era alaia
-Josué estas bien? - dijo llorando
-estoy bien niña jeje- dije con una mueca de dolor
Los tipos se acercaron a mí y alaia los combatía a todos, me quede sorprendido nunca pensé que alaia fuera tan buena peleando, ¿-será que es boxeadora? -pensé.
-ya sé lo que piensas, soy cinturón negro en taekwondo, no una boxeadora- dijo mientras le hacia una llave al chico
Me leyó la mente esta niña.
Cuando acabo de estrellar a los chicos al suelo, ellos se fueron de la casa.
Fui a donde Nicolás.
-Nico estas bien? - dije con una mueca de tristeza
-u-un poco... no es nada grave- le costaba respirar
-Josué ve a buscar el botiquín de emergencias-
Subí a mi cuarto, estaba todo hecho un asco, busque debajo de la cama la caja y baje lo más rápido posible.
Vi a Nicolás en el sofá.
-toma alaia- le entregue el botiquín
Alaia
Abrí la caja y le eché alcohol al algodón y se lo puse en las heridas de Nicolás.
-alaia porque has venido? - la pregunta me cayó por sorpresa
-es que... quería invitarte a ir al cine- dije tímida
Antes que el dijera algo, Nicolás susurro algo, pegue mi oreja a su boca.
Entonces me hablo de forma rara.
-cuida a mi Josué, hagan travesuras juntos, sean amigos íntimos, pero por favor nunca lo dejes- dijo tosiendo un poco
Me quede helada, no entendía porque me decía eso
-que ocurre alaia, que te ha dicho Nicolás? - me dijo consternado
-dejémoslo descansar- dije distraída
Recogí mis tacones y fui a la cocina con Josué, estaba extraño
-niño, que te pasa? - pregunte intrigada
-niña me querían secuestrar, eso es seguro, pero ¿quién? - se le deslizo por las mejillas gotas de agua
Si, estaba llorando.
Fui a abrazarlo, y le di un beso en la mejilla, se descontrolo. lloraba demasiado fuerte y yo no podía soportarlo
-no llores por favor, te prometo esto- digo, mientras le acariciaba la mejilla
-que me prometes? - escuche como sorbia su nariz y erguio su cabeza para verme
-prometo averiguar quién quiere hacerte daño y secuestrarte- dije con una sonrisa de lado
El sonrió.
-gracias niña- hizo una sonrisa cautivadora
-me tengo que ir, cuídate vale? Te quiero- dije mientras me encaminaba hacia la puerta
-te quiero alaia- fue lo último que escuche cuando cerré la puerta
Con las misma me fui a mi casa caminando.
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