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Prólogo

(...)


<<Base CSPH a 206, se ha avistado a un intruso en Musufatu, ubicado en el Centro Comercial Magic Tokio Building>>

Sé que suena trillado, pero a veces me pregunto, cuando me sumerjo en reflexiones en mi habitación en la academia, ¿qué habría pasado si hubiera decidido no ser un héroe? ¿Viviría mi vida de manera diferente? Son ese tipo de preguntas existenciales a las que uno se enfrenta cuando reflexiona sobre el camino recorrido hasta llegar a cierto punto en la vida. En mi caso, eso significaría ser un estudiante de primer año en la Academia U.A para Héroes, al mismo tiempo que me veo envuelto en una guerra de generaciones entre portadores anteriores de mi poder y un villano poderoso junto a su pupilo.

<<Escuadrón de Búsqueda y Captura 187 aquí, informamos sobre bajas y la erradicación de los esquadrones 123, 145 y 202, así como la muerte de más de 30 civiles en las calles cercanas al World Trade Center de Musufatu... ¡Es una verdadera masacre! Los cuerpos quedaron irreconocibles y... ¡No puede ser!>>

Si bien nunca pensé que estaría en medio de todo esto al aceptar ser el sucesor de mi héroe, parecía que nuestra guerra contra la Liga de Villanos se encaminaba por el camino que estábamos destinados a seguir. Solía imaginarme que en algún momento tendríamos que enfrentarnos directamente, e incluso muchos de los portadores anteriores estaban de acuerdo conmigo, pues solía consultarles cuando necesitaba orientación sobre mis poderes. 

Con el tiempo, la guerra directa que tanto habíamos esperado para detener todos los planes de la Liga se hizo inevitable. Al menos, eso era lo que pensábamos. Hasta que, hace un mes y medio, algo inesperado ocurrió en la capital del país, Tokio.

La policía inicialmente no tenía idea de lo que estaba sucediendo, ya que al principio parecían incidentes sin conexión alguna. En primer lugar, se descubrió el cuerpo de un corredor de bolsa estadounidense en un contenedor de basura cerca de un restaurante chino en la capital, siendo oficialmente la primera víctima. Posteriormente, más cadáveres comenzaron a aparecer en diversos puntos de la ciudad. Las víctimas parecían ser elegidas al azar, desde una ama de casa hasta un socio del gobernador de Tokio. En menos de una semana, se habían hallado más de 30 cuerpos en diferentes puntos de la urbe.

Según nos explicó el detective Naomasa Tsukauchi, un amigo de mi mentor, en un principio pensaron que los incidentes estaban relacionados con actividades de la Liga de Villanos, posibles víctimas de la asesina serial Himiko Toga u otra organización criminal. Sin embargo, esta teoría fue rápidamente descartada cuando, la semana siguiente al descubrimiento de las primeras víctimas, varios villanos pertenecientes a la Liga de Villanos también se convirtieron en parte de la extensa lista de fallecidos y desaparecidos a manos del asesino.

Parecía que este individuo atacaba indiscriminadamente a ambos bandos por igual, lo cual desconcertaba tanto a las autoridades como a nosotros. La situación escaló tan rápidamente que incluso la Liga mostraba desesperación por dar con el asesino, llegando al extremo de declarar una tregua tanto a nosotros como a la CSPH (Comisión de Seguridad Pública de Héroes). Todo con el fin de detener al tipo y evitar más muertes, que aumentaban cada día. 

Si bien varios de mis compañeros héroes profesionales no estuvieron de acuerdo con la tregua, el hecho de que varios alumnos de la U.A. perdieran a padres o hermanos en Tokio, así como varios compañeros del gremio perdieran también a su seres queridos, hizo que muchos cambiaran de opinión. Incluso yo tuve la desgracia de enterarme de que entre las víctimas se encontraba un tío muy querido de mi amiga Jirou Kyoka, quien fue asesinado cuando regresaba después de tocar en un restaurante de la capital.

Honestamente, en esos días temía que mi madre fuera a la capital a visitar a sus primos lejanos, como acostumbraba hacer.

En la tercera semana, un escuadrón de villanos liderados por un teniente de la Liga llamado Spinner fue enviado por AFO para deshacerse del asesino, pues pronto lo localizaron en una zona limítrofe de la capital que colindaba con otra prefectura. Nos enteramos rápidamente a través del detective de que el escuadrón de villanos fue aniquilado, enviando un claro mensaje a AFO, quien parecía estar visiblemente molesto. Tras este incidente, el mismo emitió una declaración en redes sociales instando tanto a nosotros como a las autoridades a trabajar arduamente para capturar al asesino, y anunció que él mismo también lo estaba cazando. 

A estas alturas de la situación, algo me indicaba que ni siquiera las autoridades de la Comisión ni los héroes dejarían con vida al asesino. Aunque al principio me resultaba un poco conflictivo que nuestro bando persiguiera a matar al igual que los villanos, el presenciar a más personas sufriendo me llevó a considerar apartar la mirada si eso sucedía. Algo que jamás pensé que tendría considerar en mi corto tiempo como estudiante de héroe. 

Las cosas empeoraron cuando el asesino atacó repentinamente a los invitados de una boda en una prefectura vecina a Tokio, cobrando la vida de los 120 presentes en una masacre que pasaría a la posteridad. Debo admitir que aún no puedo apartar las imágenes de mi mente, cuando el mismo individuo obligó al único superviviente a compartir las fotos de todo su "espectáculo", difundiéndolas en las redes sociales de la pareja mediante los teléfonos móviles que saqueó de los cuerpos. Ante esto, no parabamos de especular que el criminal no permanecería en un mismo lugar por mucho tiempo y que eventualmente llegaría a Musufatu, siendo esta la urbe más grande y cercana a Tokio.

Con el transcurso de los días, llegaban cada vez más noticias sobre las malditas masacres perpetradas por ese sujeto, las cuales se volvían cada vez más comunes y en mayor cantidad. Llegó un momento en que todos los presentes en la sala común del dormitorio decidimos apagar el televisor para evitar perder la cordura ante la impotencia que nos embargaba. Cuando un individuo como ese, al que considerábamos más un monstruo que un simple villano, lograba evadir la captura tanto de las fuerzas del bien como del mal, nos resultaba totalmente desalentador escuchar cómo conseguía salirse con la suya y todos los intentos por capturarlo resultaban infructuosos. 

Ni siquiera un toque de queda nacional pudo ayudar a las víctimas de ese monstruo. 

El clima de incertidumbre en la U.A tampoco contribuyó a que esos días fueran más tranquilos. Mis propios compañeros, incluso, tenían familiares en las prefecturas que eran atacadas por el asesino, y algunos llegaban a amenazar con faltar a clases para estar con sus seres queridos y protegerlos en caso de necesidad. Eventualmente me di cuenta ya nada era como antes y solo nos aferrabamos a la esperanza de que este infierno que nos metió ese tipo al fin terminará. 

Desafortunadamente, la situación solo se agravó. Cuando se dio a conocer la terrible noticia de que la familia entera de una estudiante de tercer año del departamento de héroes había sido masacrada de manera horrible e inhumana, el pánico descontrolado se extendió por toda la academia como un reguero de pólvora. La razón principal era que la familia de esa pobre chica vivía en el lado este de la ciudad de Musufatu, lo cual indicaba que el ya estaba aquí. Lo más desgarrador fue escuchar que ella se quitó la vida colgándose en su habitación del dormitorio días después de enterarse. Aún recuerdo que esa chica era amiga cercana de Nejire-sempai, y como era de esperar, ella también se encontraba devastada por la muerte de su amiga.

Lo único que nos trajo un poco de tranquilidad fue saber que el director Nezu, en poco tiempo, proporcionó alojamiento a la gran mayoría de nuestras familias, así como a las familias del personal administrativo, convirtiendo la Academia en una fortaleza. Mientras tanto, tras la cancelación de clases, se llevó a cabo una asamblea en una tarde en la explanada principal de la Academia, con la presencia de los miembros de la Academia Shiketsu, altos mandos de la CSPH y todos los héroes de alto rango u operativos disponibles, incluyéndonos a nosotros. 

Al día de hoy, no puedo asegurar si comprendí el sentir general de todos los presentes. Lo único que puedo afirmar con certeza es que todos mostraban una determinación unánime para detener a ese maldito bastardo de una vez por todas, especialmente porque la gran mayoría de los presentes habían sufrido la pérdida de un ser querido, pareja o amigo a manos de él. De una manera u otra, todos clamaban por venganza, y las autoridades de la CSPH y Nezu se apoyaron en ese sentimiento para motivar a nuestro grupo a capturar a ese maldito monstruo.

—¡Que sus muertes no sean en vano!—exclamó el director de la comisión desde su posición en el podio de la Asamblea— ¡Atrapemos a ese hijo de perra! 

Por primera vez en mi vida, estuve de acuerdo en unirme a la multitud al dar un último grito de guerra antes de salir a las calles a cazar a ese maldito monstruo.

—Y lo sé... —continuó el director— Estamos en un estado de derecho y, como autoridades, estamos obligados a decirles que este individuo debe ser llevado a Tartarus para ser encarcelado de por vida... Pero sabemos que será inútil a estas alturas, ya que ese maldito bastardo no merece piedad alguna al enfrentar nuestro sistema judicial. Todos hemos perdido a un ser querido, un amigo... a causa de él. Por tanto, en nombre de la comisión y del gobierno, estamos otorgando carta blanca para que la única solución para deshacernos de esta amenaza sea la muerte. En el caso de que la Liga de Villanos tenga el honor de culminar la tarea, también queremos dejar en claro que los héroes deben apartarse si eso sucede. Todos sabemos que los villanos también encontrarán una forma más satisfactoria de tratar a ese hijo de puta que la que nosotros podríamos ofrecerle... ¡Eso es todo! ¡Es hora de salir a patrullar!

Después que el director de la comisión dijera sus últimas palabras e hiciera su última reverencia, todos mis compañeros recibieron sus órdenes para ser el apoyo para los héroes profesionales. Resulta que la Comisión, el gobierno y la policía local en colaboracion, decidieron movilizar una gran cantidad de gente en esquadrones en toda las ciudad, aprovechando el toque de queda nacional. En mi caso, fui asignado al escuadrón de Edgeshot-sensei, junto con varias fuerzas policiales armadas y otros compañeros de distintas academias.

Lo más curioso es que no solamente reclutaron voluntarios en la Academia Shiketsu, si no que varias Academias a lo largo del país decidieron ayudar en la cacería y se ofrecieron para acompañarnos. De hecho, no tardaron en llegar en masa pocos días después de iniciada la cacería.

Aunque, no es que me agrade del todo, también se unieron esquadrones de villanos para apoyarnos en las noches como parte de la tregua que tuvimos cuando el asesino apareció. 

Por cierto, la prensa no tardó mucho en darle un nombre a este asesino, “El carnicero de Tokio”.

Los primeros días fueron tranquilos, y para nuestra sorpresa, el carnicero no había atacado a más víctimas. Lo cual se nos hizo extraño, ya que el no tardaba mucho en volver a asesinar cada cierto periodo de tiempo. Desgraciadamente, el parecía jugar con nosotros y nuestra psique. Era como si el supiera cada movimiento que nosotros hacíamos.

<< Aquí escuadrón 203, Dragoon Hero "Ryukyu” reportándose. No hay actividad del carnicero en el distrito 14>>

Inevitablemente, el nos manipuló para que bajaramos la guardia y cuando eso pasó, las llamadas a través de nuestros intercomunicadores empezaron llegar durante el día y la noche.

<<¡Aquí el Escuadrón 23! ¡Necesitamos ayuda! ¡Requerimos apoyo! ¡Nos está devorando!......¡AAARGH! >>

<<¡Necesitamos refuerzos! ¡Cambio! ¡Aquí el Escuadrón 218! ¡Civiles heridos y muertos!>>

<<Aquí el Escuadrón 156. Habla el héroe Endeavor, ¿Me reciben? Mi equipo y yo hemos encontrado otro apartamento con cadáveres. Repito, otro apartamento con cuerpos. La familia completa está…….incluidos los niños….. ¡Maldita sea!>>

<<Aquí Eraserhead, Escuadrón 98, hemos hallado a otro escuadrón de villanos asesinado, al igual que los Nomus de la Liga de Villanos también están muertos. Este es el séptimo escuadrón de la liga que hemos descubierto sin vida a los alrededores del distrito 12, es posible que hayan sido asesinados en la noche anterior…..¡Requeriremos más cal! ¡No hay más espacio en la morgue!....>>

Dos semanas después de patrullar y haber iniciado la cacería, la gran mayoría de nosotros nos dimos cuenta de que nos habíamos convertido en presas de un depredador. Muchos suponíamos que lo que estábamos haciendo a él parecía más un juego o un deporte que un asunto serio, lo cual mermaba la moral de todos. Lo peor de todo fue los cuerpos que dejaba a su paso cada día, colapsando las morgues de la ciudad y obligándonos a utilizar camiones para transportarlos a fosas comunes. Además, parte de la administración del ayuntamiento de Musufatu también murió a manos del carnicero en sus hogares, y nadie quiso colaborar o trabajar con las autoridades para notificar el fallecimiento a los seres queridos de los difuntos. Aún peor, muchos de las víctimas quedaban irreconocibles como para hacer un esfuerzo de reconocimiento.

Ni hablar de la vez que fui testigo del como sacaban más de 145 cuerpos de un edificio de apartamentos completo, y los dejaban a la calle sin ningún camión para que los llevara a la fosa común, ya que estaban abarrotados también. Al final, muchos tuvimos que poner carbonato de calcio para desinfectar los cadáveres, y cuando se acabó, la putrefacción de muchos era tanta que nos nos quedó de otra y sin esperar a por otro lote de Cal, tuvimos que incendiar la mayoría de los cuerpos. Ni eso fue suficiente para mitigar el olor horrible de los cuerpos que aún no habían sido descubierto por las autoridades o que no habían sido recogidos en las calles. 

Aún recuerdo los llantos de algunas de mis compañeras al ver todo este panorama, y el sonido del vómito de varios de mis otros compañeros. En mi caso, solo podía tener un ataque de ansiedad que duró hasta donde podía aguantar.

Al final el gobierno no tuvo más opción de evacuar a la población civil en refugios blindados, ya que ni siquiera el toque de queda era suficiente. Ese monstruo era diferente a todo lo conocido y ni siquiera los esfuerzos que hacíamos eran suficientes para detenerlo y solo diezmaba la fuerza de ambos bandos. Esto iba más allá de un asesino serial, esto era genocidio, al menos es lo que la prensa declaró y lo peor de todo es que estuve de acuerdo con ellos. 

Tras nuestro fracaso en dar con él, la desesperación e impotencia de AFO y su bando eran notables. Especialmente después de que no tardara en publicar en redes sociales que ofrecería una recompensa a quien le trajera la cabeza del carnicero de Tokio. Paralelamente, el gobierno también mostró desesperación al ofrecer una recompensa por capturarlo. Lo más preocupante era que ni siquiera estas recompensas fueron suficientes para atraer a más mercenarios extranjeros o villanos de otras regiones a la ciudad en busca del objetivo, muchos declararon que rechazaban la oferta debido a que ni siquiera la organización de villanos más grande del país había podido hacerle frente a un solo hombre. Esto hacía que la cuantiosa recompensa no valiera la pena.

Así de mierda era la situación en Musufatu.

Para cuando logramos sobrevivir al mes y medio desde que el carnicero comenzó sus matanzas, las fuerzas de AFO estaban sufriendo bajas considerablemente graves, y las nuestras tampoco se encontraban bien; éramos cada vez menos los patrullando la ciudad. Una gran cantidad de estudiantes del departamento de héroes de la U.A. comenzaron a solicitar su baja para evitar regresar a patrullar y estar con sus familias en el refugio. Cada día que transcurría, aumentaba el número de bajas entre los estudiantes que patrullaban junto a los héroes profesionales. Ese hijo de puta causó la muerte al 20% de nuestros compañeros de otros años, al 30% de los estudiantes voluntarios de Shiketsu, al 15% de los estudiantes de las otras Academias, y, sinceramente, no los culpo si los demás querían dejar de patrullar y renunciar. Ni qué decir de la policía, donde el 60% de la fuerza acabó renunciando en Musufatu para no tener que patrullar nuevamente.

Finalmente, solo nuestro año tuvo el dudoso honor de ser el único que no había tenido bajas entre sus estudiantes.

Llegamos a un punto en el que nos alababan porque éramos el único año que no amenazaba con renunciar, y quienes aún se mantenían firmes en la búsqueda del asesino. Hubo momentos en los que en cada entrevista deseaba tener el valor de expresarles que todos también queríamos renunciar, y sobre todo, que nadie deseaba perder la vida. Todos anhelábamos vivir, y aun así, tampoco tuvimos el valor de renunciar. ¿Seremos estúpidos? Probablemente sí, y es muy probable que eso nos cueste la vida.

Habiendo dicho esto, este panorama me lleva de nuevo a retomar la pregunta que me formulé al principio: ¿qué habría pasado si hubiera decidido no ser un héroe? ¿Viviría mi vida de manera diferente? Con esta reflexión en mente, la única respuesta a la que pude llegar en aquel momento fue que, probablemente, estaría vivo…

<<¡Repito!…..Base CSPH a 206, se ha avistado a un intruso en Musufatu, ubicado en el Centro Comercial Magic Tokio Building. El reporte se hizo a las 8 de la noche.>>

... .Y a pesar de que pudiera estar vivo, no cambiaría esta vida por nada. Si pudiera morir por algo más allá de mí mismo, lo haría sin dudarlo.….

<<Aquí escuadrón 206, la heroína “Mt.Lady” respondiendo el informe. Estamos cerca de la ubicación….¿Ese es el refugio blindado del distrito 17?.....¡Mierda!..... ¡Va a atacar al refugio!......¡Iremos allá! ¡Necesitamos refuerzos!....>>

Justo llegué a esa conclusión cuando escuché por la radio que el escuadrón donde se encontraba mi amiga, Uraraka Ochaco, necesitaba refuerzos. No importaba que desobedeciera las órdenes de mi héroe superior, quien me indicó que debía seguir el ritmo de todos para tener una mínima oportunidad de ganar; ni siquiera lo escuché. Pasé mucho tiempo sintiendo impotencia por no utilizar el OFA contra ese hijo de perra, mientras seguía asesinando a más personas inocentes. Al mismo tiempo, los anteriores portadores también estaban de acuerdo conmigo.

Cuando llegué, vi las patrullas de la policía que custodiaban el refugio destrozadas en el estacionamiento del centro comercial, junto a un mar de cadáveres de los mismos policías. Al entrar, solo podía oler la muerte y, al mismo tiempo, una inmensa rabia invadía mi ser. 

—¡Detente!—grite.

El centro comercial tenía su refugio cerca del estacionamiento, justo al lado del banco que se encontraba en el lugar. Afortunadamente, el refugio no había sido abierto, pero aún se podía escuchar el pánico de la gente. Ante mis ojos, solo veía a los compañeros de escuadrón y amigos de Mt. Lady-sensei muertos y destrozados en pedazos. Para mi alivio, Uraraka-san estaba desmayada pero con una contusión en la cabeza y sangrando ligeramente, yacía inconsciente cerca de un automóvil civil. Lamentablemente, Mt. Lady-sensei seguía con vida, pero había caído en manos del carnicero, quien estaba justo frente a mí, sujetándola del cuello mientras ella luchaba por respirar.

—¡Déjala!—grité de nuevo con tal de llamar más su atención. 

El carnicero de Tokio, según relataban los escasos testigos que sobrevivían, vestía una especie de gran manto negro con capucha que le ocultaba el rostro. Para muchos, estar en su presencia era como si el mismísimo demonio hubiera emergido de las profundidades de la tierra. Incluso sus ojos brillaban de un rojo intenso, como si el mismísimo diablo me estuviera observando.

No tardó en mirarme directamente.

—¿Eres Deku, verdad? Me han hablado muy bien de tí los otros pobres estudiantes de tu academia. Lamento no presentarme adecuadamente. Es solo que esta mujer es fascinante —retomó su mirada en Mt. Lady-sensei—. Seguramente te estarás preguntando, ¿por qué aún no las he matado tan rápidamente como suelo hacerlo?

Evidentemente, no tenía ganas de conversar con él.

—Tsk —exclamé molesto.

Lo peor de todo era que su tono de voz parecía ser muy despreocupado a pesar de ser un monstruo.

—Te diré la respuesta. Esta mujer, por alguna razón, sabe quién soy, o al menos qué soy. ¿Sabes cuál es la mejor parte? Intentó atacarme con algo que solía ser muy eficaz en el lugar de donde soy ¿Lo reconoces, verdad?

A estas alturas, no estaba en posición de no hablar con él. Después de todo, entre más retrase la muerte de mi maestra, mejor.

—Sí, fue mi maestra durante mis pasantías, junto con la otra chica que sigue viva —contesté seriamente. 

Inesperadamente, el sujeto empezó a reírse, como si toda la situación le pareciera un simple chiste. Lo peor de todo era ver a mi maestra aún luchando por respirar.

—Entonces, esto confirma que ella es una mentirosa. Una hábil mentirosa que les ha ocultado a quienes conoce lo que realmente es ella. ¿En serio no se han dado cuenta?..... Jajaja, este lugar me sorprende cada vez más. Primero, he encontrado varias cosas que me recuerdan mucho a mi lugar natal, y posteriormente me encuentro con una chica que, a pesar de tener la oportunidad de escapar, decide luchar para salvar a su maestra y el obvio resultado de su estupidez es que todo fue en vano al final….

No iba a caer en las provocaciones y mentiras de un monstruo.

—¡Cállate! ¡Déjala ir! Tu pelea es solo entre tú y yo….

—¡Ja! Eso quisieras….—respondió de nuevo con su habitual tono despreocupado—. Aunque no lo creas, la cacería entre ese deformado villano y tu gobierno no es nada comparado con la cacería en la que estoy y su eminencia. Últimamente ha retrasado mi merienda.…

¿Su eminencia?

—¿De qué estás hablando?—pregunté bastante agitado. 

Este tipo es un maldito loco, y aún más cuando miraba con interés a mi maestra. 

—Sabes…..Hubiera sido una buena batalla si está mujer se hubiera enfocado en entrenar mejor en sus habilidades reales y no en su truco barato de hacerse gigante. Pero por desgracia, aún tengo hambre….

¡Carajo!.....Como si de un demonio se tratase, él parecía estar a punto de arrancar el corazón de ella con su mano, y fue entonces que decidí actuar rápido. 

Repentinamente, Nana Shimura, la antigua mentora de Toshinori-sensei y antigua portadora de mi poder, se hizo presente en mi mente. Estaba claro que necesitaba la experiencia de mis predecesores para recibir consejos sobre cómo enfrentar a ese hijo de puta.

—¡Utiliza todas tus Quirks!. Debes ser versátil, especialmente si desconocemos el estilo de combate de este monstruo.

Con determinación, me preparé para lanzarme hacia adelante.

—¡Por supuesto!...

No me resultó difícil alcanzar una velocidad sobrehumana y arrebatar a mi maestra de las garras de ese idiota. Con un movimiento rápido, utilicé mi "Delaware Smash Air Force" en el para lanzarlo unos metros y con mi látigo negro la sostuve en mis brazos, alejándome de aquel sujeto.

Al tomarla en mis brazos, me di cuenta de que, debido a la falta de oxígeno, ella probablemente había perdido el conocimiento. Esta situación me puso en desventaja, ya que ahora debía colocarla con cuidado cerca de donde se encontraba Uraraka-san, sabiendo que ambas no estaban en condiciones de escapar.

—¡Vaya! Me has hecho algo más que una simple brisa, a comparación de los demás héroes que me he enfrentado—dijo el hombre, quien se recompuso rápidamente luego de que lo empuje hacia un auto cercano, que terminó hecho trizas.

Después de dejar a mi maestra en el lugar donde dije que la dejaría, solo quedamos él y yo. Verlo tan tranquilo me enfermaba.

—¡Eres un maldito enfermo!—exclame.

El viento soplaba con fuerza aquella noche, agitando los árboles cercanos del estacionamiento, y nada podía tranquilizarme sobre esta batalla.

—¡Lo sé! Ojalá pudiera decir lo contrario. Lo único que puedo afirmar ahora es que me diviertes, niño —rió descaradamente el bastardo—. Vaya, me vas a obligar al fin a utilizar mi espada, ya que tu velocidad es realmente impresionante, debo decirlo.

Lo más increíble fue que el maldito invocó una espada de la nada y me apuntó con ella. 

—Sé que suena trillado, pero ojalá logres quitarme este maldito aburrimiento… —dijo él con una posible sonrisa presumida.

El hombre luego blandió la espada mencionada y, con un gesto rápido y certero, invocó otro arsenal de armas que se dirigieron hacia mí con furia. Era un poder que jamás había visto, ni siquiera los antiguos portadores lo habían visto antes. Parecía como si tuviera un don que le otorgaba poder sobre el espacio y el tiempo mediante esos diminutos portales. Al ver eso, utilicé mi don de velocidad, modificando la rapidez de mis movimientos y los de mi oponente para obtener una ventaja en la batalla. Eventualmente esquivé sus ataques con destreza, anticipando sus movimientos gracias a la conexión mental que tenía con los antiguos portadores que me seguían hablando y apoyándome.

“¡Bloquea! ¡UTILIZA TUS LÁTIGOS!”

“¡Necesitas más velocidad!”—dijo el tercer portador.

Luego, concentré mi poder en mi puño y nuevamente golpeé al hombre encapuchado con un potente Detroit Smash, enviándolo hacia atrás con la fuerza de mi golpe. Sin embargo, él no se dio por vencido y con un movimiento rápido, creó una cortina de humo que intentaba ocultar su presencia. Utilicé mi sensor de peligro para detectar su ubicación y lo atrapé con mi Don de Látigo antes de que pudiera escapar de mi alcance.

Como si de un maniático se tratara, el maldito rió nuevamente y no tardó en librarse de mi agarre. Parecía como si hubiera desintegrado mis latigos en segundos. 

—¡Suficiente! ¡Al fin esto es divertido!—exclamó con euforia.

El hombre después desató un poder devastador que me tomó por sorpresa, invocando habilidades que desafiaban mis capacidades. Permanecí firme, activando mi Don de Flotar y suspendiéndome en el aire para esquivar sus ataques y contraatacar con un poderoso Delaware Smash, sacrificando parte de la funcionalidad de mi mano en el proceso.

Lo peor de todo fue que esas bolas de energía y ráfagas de luz fueron suficientes para neutralizar mis ataques por completo.

Sentía la adrenalina recorriendo mi cuerpo, con la determinación de no sucumbir latiendo con fuerza en mis venas.

—¡Eres muy bueno! ¡Eres como el pináculo de fuerza que tiene este mundo para ofrecer!.....

—¡Solo cállate! 

Así pasamos varios minutos, con el con una clara ventaja hacia por la ilimitada versatilidad de sus poderes y los bloqueos que hacía con su espada cada que atacaba mis látigos. La peor parte es que cada vez me estaba provocando un enorme cansancio y varias heridas de ataques que no pude evitar del todo. Pero sabía que no podía rendirme, aún quedaba un último movimiento por desplegar. 

—¿Todavía no te rindes? Eres muy terco lo sabías. Otros de tu gremio seguramente se hubieran rendido a la primera oportunidad—comentó en un tono burlón. 

Reuniendo toda mi fuerza y concentración, canalicé todo mi poder en el Delaware Detroit Smash que quería lanzar en el  porcentaje más alto que podría reunir. Un grito de guerra escapó de mis labios mientras lanzaba mi supuesto golpe final. Aprovechando una supuesta ruptura en su defensa. 

—¡Delaware Detroit Smash!....

—Vaya, qué listo... —dijo el hombre con evidente sorpresa al notar la apertura en mi defensa.

Lástima que me había confiado demasiado y descuidé mi retaguardia. Casi como una raíz brotando segundos antes de mi ataque, una espina atravesó implacablemente mi estómago, brazos y parte de mis piernas.

Mi sensor de peligro, de alguna manera incomprensible, me había fallado.

El dolor que experimenté en ese instante es indescriptible; aún me sorprende no haberme desmayado al caer sobre el frío pavimento, agravando las lesiones en mi ya malherido sistema nervioso y órganos vitales.

—¡Demonios!—exclamé de la impotencia.

El hombre se acercó a mí, empuñando su espada, y reveló su verdadera identidad. Un joven de figura esbelta, cabello oscuro y ojos marrones, me contemplaba al borde de la muerte, testigo de mi fracaso en proteger a mi maestra, a la gente y a mi amiga.

—Ni modo, duraste más de lo esperado... —murmuró.

Mientras escuchaba las palabras del hombre, resonaban en mi mente las palabras reconfortantes de Nana-sensei sobre la inevitabilidad de la muerte y que fui un héroe bueno. Consuelos que me quería dar antes de que muriera. 

—Al principio pensé que solo tu falsa heroína que tienes como maestra y la arrogante estúpida de su eminencia podrían desafiarme. Ahora veo finalmente al verdadero campeón de este mundo, quien me brindó un entretenido desafío. Te esforzaste al máximo, eso hay que respetarlo...

El frío se apoderaba de mi cuerpo mientras me tambaleaba al borde de la vida y la muerte.

—¿Podrías dejar de recitar tus clichés? —exclamé con rabia, aún entre hilos de sangre.

Como había dicho anteriormente, no me importaba morir en la senda que había recorrido para ser un héroe y hacer lo correcto….

—Si deseas, permitiré que tu alma siga el ciclo de reencarnación en este lugar. Parece ser un ser decente... —amenazó con su espada apuntando a mi rostro.

…….Pero no estaba dispuesto a sucumbir sin luchar hasta el último aliento.

—¡Muere! —grité con todas mis fuerzas.

—¿Qué...? —dudó, deteniendo su ataque.

Consciente de que ese bastardo era un experto en combate tanto a larga como a corta distancia, sabía que mi única oportunidad radicaba en su descuido. Afortunadamente, mis látigos negros formaron una barrera afilada y letal alrededor de mi cuerpo, lo bastante cerca como para atravesar gran parte de su ser.

Contemplar su rostro retorcido por la sorpresa y la inevitable hemorragia fue un deleite, pues ambos éramos conscientes de que nuestro destino era morir juntos.

En ese punto culminante, parecía que mi historia finalmente llegaba a su fin, con el carnicero de Tokio yaciendo sin vida a mis pies, mientras yo me disponía a sacrificar mi vida al matarlo para detener la masacre que él había desatado.

Prácticamente me había ganado el derecho a una muerte heroica es a menudo anhelada por muchos en esta profesión. Pero….

—Al fin... —susurró el carnicero con una sonrisa que tomó por sorpresa.

Lamentablemente, ignoraba que al acabar con su vida me condenaba a mí mismo. Lo que aconteció a continuación me hizo anhelar haber muerto en aquel instante, evitando así el infierno al que, por mi propia acción, me había condenado...

—....mi sucesor ha llegado....

Continuará…..

Pues que opinan? Bienvenidos a mi fanfic con ciertos clichés, espero que a pesar de eso, les guste Jeje





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